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La relación de nuestro físico con la felicidad

La apariencia importa, nuestro físico nos condiciona y esto es una realidad social innegable. Nuestro aspecto interviene como variable importante en la búsqueda de trabajo, en el salario, en un proceso de negociación, al hablar en público o en las relaciones íntimas/pareja.

Fotografía CCO

Fotografía CCO

Existen miles de estudios que indican el impacto de las primeras impresiones a través del físico y el efecto halo que conlleva en diversas situaciones sociales. Pero también el auto-concepto físico influye en nuestra percepción sobre nuestro estado anímico y salud mental.

Por ejemplo, una investigación conectó directamente la autoimagen con la autoestima. Los autores de Chapman University estudiaron los factores psicológicos  relacionados con la satisfacción de la propia apariencia y el peso corporal de una muestra estadounidense.

Y una de las principales conclusiones del estudio es que: el modo en el que valoramos la propia apariencia guarda una relación muy estrecha con la satisfacción ante la propia trayectoria vital, con nuestra felicidad.

Sin una diferencia significativa de género. Puede que creamos que las mujeres sufrimos más por nuestro aspecto, pero parece que al menos en la sociedad occidental es una preocupación generalizada en la población, tanto masculina como femenina.

«Los resultados de este estudio muestran que las personas que manifiestan mayor insatisfacción con el propio peso muestran: niveles más bajos de autoestima e insatisfacción con la vida sexual, puntuaciones más altas en introversión, neuroticismo, ansiedad y miedo al rechazo social«.

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¿Por qué se desconfía del testimonio de Amber Heard?

Avanza el juicio de Amber Heard y Johnny Depp y aumentan las opiniones dispares sobre esta batalla legal. Ya destacamos anteriormente que la comunicación no verbal se había convertido en indiscutible protagonista y no dejan de trascender ciertos patrones conductuales, ahora, tras la declaración de Heard aun más.

¿Ha resultado creíble el testimonio de Amber Heard? Parece que en redes sociales y medios de comunicación predominan los comentarios de desconfianza sobre el relato de la actriz. Pero, ¿por qué ocurre esto?

En primer lugar, es importante aclarar que no hay un indicador directo e inequívoco de mentira que sea visible a través del lenguaje verbal o no verbal, sí que hay ciertos indicios de engaño que pueden hacer saltar las alarmas y que resultan incongruentes o extraños en base a lo que se espera en una situación similar.

Amber Heard es actriz y este es un hecho que no juega a su favor. Por su profesión, se la puede conferir cierta capacidad para simular mejor que el resto emociones complicadas, como la tristeza o el llanto a voluntad. Es cierto, pero también lo es que su habilidad no puede convertirla en mentirosa per se.

Amber Heard ha tenido un comportamiento muy singular desde el principio. Hemos podido observar muchos cambios de humor abruptos, pasaba de la risa a la tristeza, vestía de forma llamativa y espectacular y al día siguiente de una manera totalmente opuesta, proyectando estéticas contradictorias.

E incluso imitaba ciertos patrones y elementos de la vestimenta de Depp, hecho inquietante que puede desestabilizar la idea sobre su seriedad y sensatez. Pero todavía no sabemos los motivos que la llevan a ello, quizás puede ser una llamada de atención a la desesperada, una burla, una estrategia para debilitar a su ex…

Centrándonos en su declaración, las emociones que acompañaban a sus palabras fueron tristeza e ira, ambos son sentimientos esperables en un relato como el suyo; muchos piensan que no son reacciones compatibles, pero sí, son posibles y perfectamente congruentes con lo que va contando.

Si me agreden y abusan de mí puedo sentir pena y además estar enfadada. No quiero decir que por esto diga la verdad, pero tampoco la presentación de estas dos emociones de forma simultánea son indicativas de mentira.

Cientos de comentarios advertían que Heard lloraba sin lágrimas y que, por esto, su consternación era fingida. Esto tampoco es indicador de engaño directo, pero es que además hay fotografías en las que sí que se pueden apreciar lágrimas en su rostro.

Otro aspecto cuestionado ha sido el contenido de su testimonio. Amber Heard es muy detallista a la hora de dar contexto a un hecho, es decir, se explaya con la información que es más irrelevante o periférica para explicar un suceso, pero muy escueta a la hora de abordar el incidente crítico, la agresión en sí.

Esta premisa sí resulta un indicador de engaño, podría hacer saltar la alarma de la credibilidad ciertamente, pero también podría ser que tenga serias dificultades para poder recordar y relatar los detalles específicos de un episodio que experimente como doloroso, vergonzante, humillante, traumático…

Desde luego, en una entrevista terapéutica sería un buen punto para profundizar e intentar desmarañar; en un juicio, me temo que este asunto quedará así.

En definitiva, es muy complicado dictaminar o no la credibilidad de una persona a través de la mera observación de su comunicación no verbal en tan solo unos minutos.

Por supuesto, su actitud, conducta, palabras, gestos, vestimenta nos dan pista y mucha información sobre estado de ánimo, intenciones y sinceridad, pero tendríamos que escudriñar mucho más el relato para aseverar si miente o no.

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Juicio de Amber Heard y Johnny Depp: la extraña comunicación no verbal como protagonista

Es difícil saber por dónde empezar, porque el análisis psicológico de los comportamientos que se están sucediendo en la batalla legal entre Johnny Depp y su ex Amber Heard daría material suficiente para un buen libro.

GTRES

Entre las controversias más destacables se encuentra la apariencia escogida por Amber. Los detalles sobre su vestimenta no pasaron desapercibidos y de inmediato, en las redes sociales, muchos usuarios se percataron de que ella copiaba el atuendo de él en los días posteriores.

Increíble pero cierto, ya que no ha sido un hecho aislado sino que las ‘coincidencias’ se han dado en al menos tres ocasiones de forma clara. Amber usaba los mismos peinados, tonalidades de las prendas, trajes, corbatas y, por si aun alguien dudaba, se colocó hasta el mismo pin con forma de abeja.

Las hipótesis son muy numerosas, algunos expertos arguyen que Heard podría estar enviando señales a Depp de que le sigue siendo leal, que están en el mismo equipo, que su comportamiento podría ser una llamada a la empatía del actor para debilitarle emocionalmente y minimizar así sus ‘ataques’ durante el juicio.

Otros no son tan benevolentes y sentencian que la actriz pretende descolocarlo, jugar con su mente, inquietarle y ponerle nervioso para desestabilizarle, e incluso que se burla de él.

Pero también parece haber un diagnóstico mental oficial sobre Heard, realizado por la Dra. Curry, determinando un trastorno límite de la personalidad y un trastorno histriónico de la personalidad.

Las personas que padecen estos trastornos adquieren el estilo de personalidad de las personas con las que han estado, están o desean estar y son grandes imitadores de la forma en que se visten, e incluso de la forma en que hablan.

Además, presentan patrones de inestabilidad emocional, egocentrismo y constantes comportamientos de búsqueda de atención, entre otros rasgos, que podrían explicar esta imitación de Heard.

Y también podría dilucidar otro hecho en la conducta de la actriz que ha llamado la atención de todos. Y es que su expresión facial es demasiado dramática por momentos y experimenta unos cambios muy rápidos y abruptos entre emociones que no son muy coherentes entre sí.

EFE

Por ejemplo, podemos verla reír mientras habla con su abogada y, en décimas de segundo, su rostro se transforma de repente en una expresión de tristeza o incluso cierto miedo. Es impresionante observar las secuencias en vídeo.

Esta actitud le ha restado credibilidad en la audiencia, puesto que no es un patrón natural en la expresión emocional, es más propio del mundo de la interpretación, la manipulación, la simulación, el engaño… pero también del simple nerviosismo y de una alteración del ánimo en situaciones complicadas (como puede ser un juicio) o efectivamente de un trastorno de la personalidad.

Seguiremos observando…

 

*Fuente:

Daily Mail

La comunicación no verbal de Isabel Pantoja durante el juicio

El juicio de Isabel Pantoja ha causado un revuelo mediático importante. Muchos son los que han criticado el caos que se organizó en su entrada de ayer a los juzgados, ya que la cantante se vio envuelta en una nube de periodistas y tuvo que ser escoltada por una sobrepasada Guardia Civil.

Esas imágenes de su llegada ya nos dan pista del gran impacto emocional que esta situación causará en Isabel Pantoja, asistir a un juicio ya es un estresor importante para cualquiera, pero si además sumamos esta trascendencia pública podemos adivinar que todo ello aumenta la tensión en el organismo de forma muy exponencial.

¿Qué podemos ver una vez dentro de la sala?

En la apariencia, es decir, el atuendo elegido de forma voluntaria, vemos un riguroso luto. Un negro absoluto, sin maquillaje ni adornos, representa su estado emocional y su actitud, ha escogido su atuendo imagen como si fuera a un entierro.

Y es impactante porque no estamos acostumbrados a verla así. Está verdaderamente desolada, porque podía haber elegido lo contrario, arreglarse mucho, con colores y bien arreglada para transmitir una imagen de poder, en un ‘aquí estoy yo’, ‘puedo con todo’ etc, pero no, realmente está abatida y su apariencia da buena cuenta de ello.

En su rostro, y a pesar de la mascarilla, se puede apreciar una profunda emoción de tristeza real.

¿Por qué digo real? Porque la activación muscular de la emoción de tristeza es muy difícil de simular, se puede, pero es complicado.

En su rostro vemos cómo se eleva la zona central de las cejas, que hace que queden dibujadas en la cara como un triángulo. Tal y como se aprecia en la fotografía. Ese movimiento solo es propio de la emoción de tristeza y es muy complicado de fingir.

¿Cuándo sentimos tristeza? Evidentemente ante una pérdida, pero también se experimenta cuando sentimos que hemos fracasado en algo importante para nosotros o cuando vivimos situaciones adversas.

Vemos también en su postura que se hace muy pequeñita, ocupa muy poco espacio con su cuerpo y permanece inmóvil, y esto indica tensión, miedo en una situación de indefensión, en la que el cuerpo se paraliza como mecanismo de defensa.

Se observa solo un movimiento y es cuando se rasca la frente, que puede que le picara, pero es típico que en estos situaciones ejecutemos estos gestos de nerviosismo y, en este caso, parece que lo que realmente quiere ya es taparse la cara y que no la graben más,

Después, niega repetidamente con la cabeza hacia el juez, aquí con más ímpetu, pidiendo auxilio ante la situación, en este momento más indignada muestra el desacuerdo con lo que está sintiendo ante la presencia de los medios.

Por último, son interesantes también sus gestos con las manos, vemos como se agarra con una mano su otra mano, es un gesto auto-manipulador y lo hacemos ante altos niveles de estrés.

Nuestro cerebro envía el mensaje de que necesitamos consuelo para bajar ese nivel de tensión y entonces nosotros mismos nos agarramos, nos acariciamos, nos sujetamos para darnos cierta calma a través de ese contacto.

 

Yolanda Díaz: ¿las apariencias engañan?

Muchos pensarán: «Y qué más da la ropa o el peinado que lleve Yolanda Díaz, o Ayuso, o Iglesias, o Casado…». Sí, sí que nos importa, a todos y todas, y esto es inevitable.

Es cierto que las mujeres en esto de las apariencias siempre somos más cuestionadas, o tenemos un foco más permanente en este sentido, porque se añade el estilo, el maquillaje, tal escolte o una coleta mal hecha. Los hombres tienen menos variables influyentes, son más sencillos en apariencia, pero juzgamos a todos, vaya si lo hacemos…

Nuestro cerebro necesita constantemente realizar inferencias y predicciones sobre lo que nos rodea, está preparado para ello, y ejecuta esta actividad sin parar, tomando los pocos datos de los que dispone visualmente cuando por primera vez tenemos delante a un desconocido.

La vicepresidenta Yolanda Díaz (AGENCIAS)

Con la indumentaria que elegimos para la foto decidimos proyectar lo que queremos, lo que necesitamos, lo que nos gusta y valoramos, incluso la personalidad que tenemos o cómo hemos cambiado.

Existen muchos estudios que validan los efectos de la apariencia en la influencia y persuasión de los demás. Por ejemplo, investigadores de la Universidad de Princeton descubrieron que una buena mayoría de personas esperaban que aquellos que usaban ropa más distinguida y elegante fueran más competentes que los que vestían más informales o deportivos.

Otros estudios publicaron que los dos rasgos que más esperamos percibir en un líder político son la confianza y la competencia. Nuestro cerebro indaga si un candidato los posee a través de su imagen, comunicación y contenido de su discurso.

Observamos y nos preguntamos: ¿puedo confiar en esta persona?, ¿podré también respetarla?

Yolanda Díaz parece tenerlo bastante claro y ha transformado su imagen original, empoderando su apariencia, solo hace falta ver su último posado para la revista ‘Yo Dona’.

En este reportaje aparece como una auténtica super heroína, posando de semi-perfil, con un plano desde abajo; brazos en jarra (en un ‘aquí estoy yo’), enfundada en cuero negro con labios bien subidos de carmín rojo.

Yolanda se agarra con fuerza al cuero negro, demostrando poder y firmeza, abandonando su imagen más informal, dejando atrás los moños despeinados, las camisetas anchas y los pañuelos multicolores.

De este modo, desea exhibir formalidad, dominio, autoridad, seguridad, valía… elementos ahora indispensables para proyectar el liderazgo que necesita.

La apariencia es una de las variables que más influyen en la persuasión, a veces los cambios son realmente interiores y se filtran al exterior. Más allá de la estrategia política que pueda haber detrás, un cambio radical de imagen puede reflejar un cambio real en la manera de pensar o comportarse de una persona.

La clave es cómo se producen estos cambios. Cuando (el cambio interior) es real, se produce de forma más progresiva y se dan otra serie de patrones coherentes, como el cambio de hábitos, costumbres, o forma de hablar.

Cuando se producen solo en una situación puntual, como en el caso de un juicio o en un determinado contexto político, para un debate o una entrevista, suelen ser provocados.

¿Qué pensáis? ¿En qué caso situáis a Yolanda Diaz? Os leo en mis redes!

Preferimos a los hombres con barba, aunque son más infieles

La apariencia es uno de los canales de comunicación no verbal más utilizado por nuestro cerebro para realizar predicciones y juicios de valor. Es inevitable, ya que su carga evolutiva es muy poderosa tanto en el ser humano, como en el reino animal.

Fotografía Pixabay License

Fotografía Pixabay License

Según los estudios científicos, el vello facial masculino influye fuertemente en los juicios de las personas sobre los atributos socio-sexuales de los hombres. Tanto hombres como mujeres consideraron que: los rostros con barba gruesa eran los más atractivos, más masculinos, más competitivos, maduros y más saludables. Convirtiéndose la barba, de esta manera, en una señal indirecta de aptitud física y social.

La hipótesis explicativa se basa en que el instinto evolutivo nos indica que estas características visuales en los hombres (con más vello facial y corporal) son más capaces de reproducirse y proteger a su familia. Algo así como un ‘macho alfa’.

Pero no todo es positivo, resulta que los hombres con barba, además de tender a la infidelidad, son más problemáticos por su mayor propensión a pelear, en su afán por marcar territorio y demostrar dominancia y superioridad ante los demás.

Sin embargo, es justo aclarar que esta tendencia es más bien europea y que en otras muestras de estudio no se han replicado los mismos resultados.

La investigación sobre las percepciones de la barba se ha centrado en gran medida en los juicios de las personas de ascendencia europea de las culturas occidentales, pero en la ciencia también existen alternativas sobre las preferencias sexuales de las mujeres para el vello masculino en el pecho y el tronco que han demostrado diferencias interculturales. Es decir, la barba no es una preferencia universal del atractivo masculino.

Por ejemplo, las mujeres del Reino Unido declararon una preferencia muy pronunciada por la barba y el pelo en el pecho, las mujeres en Camerún mostraron también preferencia por esta característica masculina pero de una manera mucho más débil, mientras que las mujeres de China, Nueva Zelanda y los Estados Unidos calificaron las imágenes sin vello como las más atractivas.

Y tú… ¿Qué prefieres? 🙂

 

 

 

«Yo no juzgo a alguien por su aspecto.» Sí, sí lo haces

«Qué más me da la ropa que lleve o su peinado, yo no me fijo en eso»… Imposible.

Lo he escuchado muchas veces y lo he leído repetidamente en los comentarios de este blog en los últimos análisis de comunicación no verbal sobre Pablo Iglesias por ejemplo, o anteriormente en otras entradas de políticos o personas públicas.

Podemos querer no hacerlo, pero es un acto involuntario de nuestro cerebro, que nos ha sido bastante útil, por cierto, para evolucionar e incluso para sobrevivir. Nuestro cerebro necesita constantemente realizar inferencias y predicciones sobre los que nos rodea, para ello toma los pocos datos de los que dispone visualmente cuando por primera vez tenemos delante a un desconocido.

Su postura, caminar, sus gestos, su expresión emocional en el rostro, nos da información válida para saber si una persona se presenta ante nosotros en estado hostil, afiliativo, convincente, seguro, tímido, agresivo y un largo etcétera, pero también su ropa, estilo, complementos, colores o su corte de pelo.

El cerebro también toma esas referencias para complementar su ‘prejuicio’ rápido hacia alguien todavía anónimo. Además, esa primera impresión formada en pocos segundos es difícil de cambiar, se graba a fuego en nuestra mente.

Sin que nos demos cuenta, con las prendas que llevamos estamos dando muchas señales sobre lo que nos gusta, lo que valoramos y la personalidad que tenemos. Investigadores de la Universidad de Princeton, por ejemplo, descubrieron incluso que se esperaba que las personas que usaban ropa «más pija» ​​fueran más competentes que las que se muestran con otro atuendo más informal o deportivo.

El juicio rápido da un nivel completamente nuevo de la importancia sobre la formación de primeras impresiones, pero este resultado va más allá de simplemente hacernos conscientes de nuestro propio impacto en una reunión o evento importante: también indica un sesgo implícito en nuestras opiniones sobre los demás.

«Para superar un sesgo, uno no solo debe ser consciente de ello, sino tener el tiempo, los recursos de atención y la motivación para contrarrestar el sesgo», escribieron los investigadores. «Conocer un sesgo es a menudo un buen primer paso», dijo Shafir, coautor de los estudios.

«Reconocer nuestros prejuicios es una parte importante del crecimiento personal, y esta investigación y otros estudios al respecto brindan otra área importante de prejuicios sociales casi inevitables a tener en cuenta en nuestras rutinas diarias.»

Y ojo con los cambios, es la palabra clave. Un cambio de actitud, de estilo, de comunicación, de vestimenta, es la llave que abre un entendimiento más profundo de esa persona, de sus estados, fases, evolución, creencias, aprendizajes, etc.

 

 

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La comunicación no verbal de Iglesias y Garzón protagonista en el acto de posesión del cargo

Esta mañana, los ministros del nuevo gobierno, con Pedro Sánchez a la cabeza, han tenido que prometer el cargo ante el Rey Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela, no ha habido grandes sorpresas y el protocolo se ha seguido con naturalidad por parte de todos.

Pero era una buena oportunidad para enviar mensajes sin palabras; al menos, así lo han considerado Pablo Iglesias, el nuevo vicepresidente, y Alberto Garzón, nuevo ministro de Consumo, que no han querido desaprovechar la ocasión para mostrar su aparente espíritu reivindicativo y rebeldía.

Y digo bien ‘aparente’ porque lo han hecho a través del canal de la apariencia, mediante dos símbolos: un pin en la solapa y la ausencia de corbata. Ambos emblemas les hacían únicos y demarcados del resto de los presentes.

El significado del triángulo rojo invertido en las chaquetas no ha pasado inadvertido y ha trascendido de inmediato a la prensa, lo recogen ya mis compañeros en este mismo medio. Un símbolo nazi que ahora se identifica con la lucha antifascista (toda una declaración de intenciones en cuanto a sus objetivos).

Ambos han sido fieles a su indumentaria informal, renuncian a guardar ‘las apariencias’ ni siquiera ante el Rey, proyectando así el mensaje de que la expresión personal tiene que ‘destronar’ a la identidad corporativa, que ya la individualidad es superior a la institución. En general, los políticos prescinden de la corbata para parecer más accesibles, cercanos, alejados de la imagen tradicional y burguesa de la política clásica, pero ojo, que esto no quiere decir que lo sean.

Por último, me sigue llamando la atención la moderación recientemente adoptada en los discursos de Pablo Iglesias, hoy de nuevo en su comparecencia tras la toma de posesión de su vicepresidencia, habla ante los medios con un estilo comunicativo que pareciera impensable en él tan solo un par de años atrás.

En el pasado, su forma de hablar guardaba una innegable semejanza con los discursos más revolucionarios característicos de países latinoamericanos, tanto en el tono, como en los gestos, como en sus expresiones faciales; era fuerte, enérgico, vehemente en su semblante, intenso e imponente con su ceño fruncido, rápido y ‘agresivo’ en los movimientos corporales.

Ahora directamente parece otra persona y a mí no me deja de fascinar el cambio, me hipnotiza, asombra y descoloca a parte iguales.

Fijaos en su tempo en el discurso, es lento, delicado, aséptico en sus emociones, con mirada profunda, con cierta tristeza en la triangulación de las cejas, postura estática y apocada, adoptando una actitud tímida y casi sermonaria. En el gesto se aprecia frecuentemente el cabeceo lateral, su significado ya lo analizamos también en el cambio de comunicación de Anna Gabriel desde Suiza, un gesto que, según las últimas investigaciones, se asocia directamente con la afiliación, la sumisión, cierto grado de victimismo y desprotección. 

¡Estoy deseando leer también vuestras opiniones! El tema da para mucho… 🙂

Cuando una portada nos habla: el ejemplo de Greta Thunberg en ‘TIME’

La joven sueca Greta Thunberg ha sido elegida por la reconocida revista ‘Time’ como el personaje más relevante del año por su lucha contra el cambio climático y sus esfuerzos por despertar conciencia en jóvenes y adultos sobre los peligros de la contaminación ambiental.

El psicólogo Alan Crawley, experto en comunicación no verbal y autor del canal ‘Sin Verba’, analiza para este blog cuáles son las claves en la iconografía cuidadosamente elegida para Thunberg:

Se le dedican muchas horas de trabajo y preparación al diseño de la portada de una revista tan relevante como esta. Esto significa que cada detalle, desde los colores, pasando por la pose, hasta la vestimenta, han sido estratégicamente planeados.
Esta es una pieza producida con mucha dedicación, y por tanto, carece de cualquier tipo de espontaneidad. Pero, ¿esto imposibilita un análisis de las claves no verbales?
Del mismo modo en que los candidatos políticos construyen una imagen a través de spots de campaña o fotografías en la vía pública y online, diarios y revistas, seleccionan las imágenes y las diseñan en función de sus propósitos comunicacionales.
Por ejemplo, si un diario quisiera transmitir el mensaje de que un político es empático utilizarán fotos de él sonriendo ampliamente, mientras que para hacerlo parecer hostil lo mostrarán con el ceño fruncido o con las manos en puño. Significa entonces que gran parte de los componentes no verbales de cada imagen que vemos han sido seleccionados con un fin específico.
¿Cuáles son las claves no verbales en la portada de Greta?  
  1. Ropa informal.
  2. Paisaje natural.
  3. Mirada al horizonte.
  4. Rostro relajado e inexpresivo.
  5. Rodilla izquierda semiflexionada y pies en «ancho de hombros».
  6. Manos ocultas.

La ropa informal parece tener la intención de mostrar a Greta como a una chica más, una niña del ‘montón’. La idea puede ser que cualquier adolescente se identifique con ella, sin distinción de clase socioeconómica.
En un intento por complementar su sencillez han utilizado un plano de cámara ascendente con la aparente intención de enaltecerla, encuadre que la hace parecer físicamente más grande de lo que es.
El paisaje de fondo representa el propósito mismo del discurso de Greta: el cuidado del medio ambiente. La ola que choca contra la piedra puede ser el simbolismo de ella luchando contra los embates de la contaminación.
Su rostro serio también complementa la idea de convicción y dureza, actitudes que han sido visibles en su más reciente discurso ante la ONU.
El rostro inexpresivo también parece señalar un momento de reflexión y contemplación, probablemente en relación a su causa. También tiene un aire de seriedad, una expresión poco frecuente en los adolescentes y por tanto parece mayor.
La posición de los pies y la rodilla indican ligera proactividad, una sutil intención de moverse hacia adelante.
Hasta aquí, cada elemento del lenguaje corporal es congruente con el mensaje discursivo de la figura de Greta, pero, ¿las manos ocultas? esto para mí es una incógnita…nuestro cerebro está ‘cableado’ para interpretar con incredulidad y escepticismo los ocultamientos de las manos.
Portadas como estas se preparan durante semanas e incluso meses. Dudo que dejen detalles como este al azar, pero aun así…
¿cuál es el mensaje que intentaron transmitir? y por otro lado ¿qué mensaje proyecta realmente? ¿se les escapó? ¿simplemente ella tenía frío?…
¿¡Tú qué opinas!?
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El increíble cambio de imagen de Rodrigo Lanza tiene explicación

Comienza el juicio en el que Rodrigo Lanza se enfrenta a 25 años de prisión por el crimen de Víctor Laínez. El acusado recriminó a la víctima llevar puestos unos tirantes con los colores de la bandera española, después emprendió una brutal agresión contra él que acabó con la vida de Laínez tras tres días en coma.

Tal y como se aprecia en la fotografía, Lanza se presenta a la primera sesión del juicio con una apariencia muy diferente a la que lucía con anterioridad: cresta en el pelo, rastas, dilataciones en las orejas, diversos piercings, pañuelo palestino, ropa con mensajes reivindicativos y grupos de death metal… Todo ello caracterizaba su aspecto físico. Y en el juicio todo ello desapareció, casi ni se le reconoce.

Forma parte de la asesoría jurídica: dulcificar la apariencia, exhibir formalidad, responsabilidad, pulcritud, etc, es indispensable para proyectar inocencia. En el caso de Rodrigo Lanza, el asunto del aspecto físico tiene aún más relevancia. La pena solicitada se asocia a la consideración de que mató a Víctor Laínez por motivos ideológicos. Por tanto, cualquier elemento que distancie a Lanza del movimiento antisistema de extrema izquierda con el que se le vincula será muy necesario para tratar de reducir la condena.

Pero, ¿de verdad nuestra apariencia puede influir en juicios de valor?, ¿y nuestra fisionomía?, ¿acaso podemos persuadir manipulando nuestro aspecto físico? Aquí os dejo las respuestas, fantástico artículo de mi compañero Jorge García en el que colaboro aportando la perspectiva psicológica que interviene en estos contextos judiciales: Cambios de imagen para ir a juicio: ¿Hasta que punto influye nuestra apariencia en el veredicto?

¿Qué os ha parecido? Los límites de la comunicación no verbal son insospechados… 🙂