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Piqué y Clara Chía publican su primera fotografía juntos: la necesidad de aprobación

Tras la separación de Shakira y Piqué, y la polémica generada por los videoclips de Shakira en los que retransmite sus sentimientos en diferente etapas, llega el contragolpe de Piqué.

Tras meses de relación con Clara Chía, en el día de ayer, Piqué publica la primera fotografía juntos en su Instagram. Confirma así su nuevo amor, posiblemente también influenciado por los recientes comentarios sobre posibles infidelidades y crisis con su actual pareja, esta publicación sirve para autoreafirmar su relación.

No hablo de que sea una conducta extraña, todos en mayor o menor medida necesitamos nuestra dosis de aprobación social, e imagino que cuando tu vida personal está tan expuesta, la sensación de vulnerabilidad aumenta y también lo hace la necesidad de refrendar tus actos a través de los demás.

Eso sí, nunca se sabe si es la mejor decisión, ya que en este caso, cada movimiento adquiere una trascendencia incontrolable para los protagonistas. La fotografía ya ha generado más de medio millón de comentarios con opiniones caprichosas y la mayoría desde el anonimato para defender o criticar la exposición de la pareja.

Por naturaleza el ser humano desea agradar y ser halagado y cada conducta social contiene un mínimo de este propósito, la aprobación. Lo más difícil es encontrar un equilibrio adecuado para evitar que todo el bienestar mental dependa de los juicios sociales.

La necesidad de aprobación es una cuestión innata, se trata de la búsqueda del visto bueno o del consentimiento de los demás para lo que hacemos, decimos, o incluso pensamos.

¿Problema? La base de esta necesidad surge de la inseguridad y cuando rige nuestra vida y decisiones dice mucho de nuestra posible dependencia en las relaciones, de nuestros miedos, de nuestra autoestima, confianza, emociones…

La línea que separa la búsqueda de aprobación social saludable de la problemática es muy fina y para distinguirlo es importante tomar conciencia sobre si nuestras decisiones se ven condicionadas por las opiniones exteriores, cuando entregamos las riendas de nuestras vidas a los demás y nuestro bienestar se ve afectado por ello.

Los riesgos de perder el control pueden derivar en ansiedad, preocupaciones excesivas por nuestra imagen, perder nuestra identidad y espontaneidad o sentimientos de tristeza recurrentes. Hemos de ser conscientes que hagamos lo que hagamos no podemos gustar a todos y siempre habrá críticas y desaprobación y sobre todo recordar que nadie nos conoce realmente tan bien como nosotros mismos.

 

 

*Fuente de consulta:

La mente es maravillosa. Autoestima y Bienestar: Eliminar la necesidad de aprobación.

 

 

Tamara Falcó perdona a Onieva: ¿Acierta al volver con su ex? La psicología responde

Tras descubrir la infidelidad (públicamente) de Íñigo Onieva, Tamara Falcó fue tajante al negar una posible reconciliación, sin embargo parece que meses después ha decidido perdonar la traición y retomar su relación sentimental.

Tamara Falcó e Íñigo Onieva posan en su viaje a Finlandia. (EUROPA PRESS)

Pero, ¿se trata de una decisión adecuada? ¿Puede funcionar volver con tu ex? ¿Es una opción emocionalmente sana?

El Dr. John Gottman destaca en sus libros sobre el amor y el desamor que el 69% de los problemas en una relación no tienen solución. Empezamos bien.

¿Por qué? Pues porque suelen relacionarse con factores estables de cada uno, como por ejemplo, los rasgos de personalidad, pequeñas (o grandes) cositas de la forma de ser del otro que te acaban irritando en el día a día, o problemas con la gestión de la economía familiar o con la crianza de los hijos. Y nada de esto cambiará.

Sin embargo, dar el paso para iniciar una separación cuesta mucho. Transitar por el desamor es una de las etapas más duras con las que tenemos que lidiar a lo largo de nuestra vida.

Una ruptura sentimental desencadena emociones y reacciones similares a las de un duelo, por esto es tan difícil rendirnos al ‘adiós’ definitivo.

El estudio de las relaciones intermitentes es relativamente nuevo, pero parece que sí que hay un consenso en determinar que alrededor del 30-50 % de los adultos jóvenes han experimentado al menos una ruptura y posterior reconciliación con su pareja actual.

Entre los más mayores, esta situación se da en más de un tercio de los convivientes y en una quinta parte de los matrimonios.

Desafortunadamente, los resultados de las investigaciones en este sentido no son muy halagüeñas, ya que los datos predominantes determinan que las parejas inmersas en relaciones cíclicas corren un mayor riesgo de sufrir problemas presentes y futuros en la relación.

Y en comparación con las relaciones estables (relaciones que se han mantenido continuamente), el ciclo intermitente de relaciones se asocia con un menor compromiso y satisfacción, una comunicación más deficiente, una mayor incertidumbre y niveles más altos de abuso verbal y posible violencia.

Perdonar es sano (por supuesto, se excluyen las separaciones con abuso y violencia mediante) pero hay muchos condicionantes que pueden teñir una reconciliación real.

Uno de los problemas que surgen es pensar que al volver con tu ex todo volverá a ser igual y esto es muy difícil de conseguir. Los acontecimientos importantes (y según el deterioro) marcarán siempre un ‘antes y un después’ que hay que asumir y gestionar para que aunque la relación de segundas sea buena, siempre será diferente.

Se debe pensar mucho el porqué quieres volver con tu ex y realizarte algunas preguntas importantes: ¿estás enamorado/a del él/ella o del recuerdo de lo que eráis, de las emociones que te enganchan, del sexo, de lo que crees que es pero nunca fue?

Hay que identificar si lo que realmente sientes es amor, le echas de menos, o sientes que no tienes el valor para dejarlo, o quizás hayas desarrollado demasiada dependencia o a lo mejor te mueve el miedo, miedo a la soledad, al fracaso, a la incertidumbre, a salir de tu zona de confort, a perder la que crees que es tu ‘última oportunidad’ para crear una familia.

Sobre esta cuestión, es muy interesante el estudio del prestigioso Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana, que publicó que una de cada cinco personas se comunicaron con sus exparejas mientras estaban confinadas en la pandemia por Covid-19.

Justo en las circunstancias nombradas (soledad, miedo, incertidumbre) la acción de escribir a nuestro ex será más para calmar nuestra ansiedad que por convicción.

En resumen, volver con un ex no es un acierto o un error de por sí, en segundas oportunidades puede reavivarse la conexión y la ilusión, puede funcionar, pero hay que analizar muy bien las causas, establecer límites y nuevas condiciones consensuadas y ser realistas con las decisiones y motivaciones para ello.

Como dato esperanzador parece que la vuelta de Jennifer López con Ben Affleck diecisiete años después de su ruptura sí es un buen ejemplo de que algunas segundas partes sí que son buenas.

Pero cada pareja es un mundo…

¡¿Os imagináis una reconciliación entre Shakira y Piqué?! 🤣

La ‘papitis’ también existe, a pesar de la RAE

La ‘papitis’ también existe, aunque a la RAE le haya dado solo por incorporar el concepto de ‘mamitis’.

Fotografía con licencia CCO

Fotografía con licencia CCO

Además, definen a la ‘mamitis’ como un «apego y necesidad excesiva de la madre». Considero que le dan un significado muy breve y simplista que no hace justicia a la importancia del concepto.

Tanto la ‘mamitis’ como la ‘papitis’ no son un trastorno ni una enfermedad, son comportamientos totalmente normales que se suceden en el desarrollo de los bebés y niños.

Los bebés forman un vínculo de apego con sus cuidadores y a partir de los 7 meses de vida desarrollan lo que se conoce como ‘ansiedad por separación’, es decir, se ven inseguros y temerosos si su figura de referencia desaparece porque no saben si va a volver o no y se sienten desamparados con personas extrañas.

Es cierto que la tendencia mayoritaria, en un principio, es que el vínculo de apego más fuerte lo tengan con la mamá, por razones obvias, biológicas y lógicas.

Las madres disponemos de 9 meses de ventaja creando ese vínculo con el bebé ya en nuestro vientre. Para ellos somos su todo, su refugio, su calor, su alimento y su protección… No se trata de «una necesidad excesiva de la madre» (como dice la RAE), hablamos de puro instinto de supervivencia.

A veces, por diferentes circunstancias, esa unión más se crea con el papá desde el nacimiento, con la abuela o la cuidadora, y está bien. Pero sobre todo, conforme el bebé crece va transitando diferentes etapas en las que el vínculo es cíclico y de repente prefieren a papá y a las semanas prefieren de nuevo a mamá.

Para ellos es importante tener por fin cierto control, se dan cuenta de que pueden elegir, preferir… porque son acciones que refuerzan su capacidad de decisión, de expresar sus deseos y salvaguardar su seguridad, quieren rodearse de certeza y según su momento pueden cambiar a voluntad.

Con el tiempo, van comprobando que pueden confiar en sus progenitores y que ya no tienen una razón de peso para elegir, simplemente les gusta más jugar con mamá, la hora del baño con papá, bailar con la abuela y contar chistes con el tío, ya sus preferencias se relacionan más con el tipo de actividad que con el tipo de apego.

Las palabras son importantes, el lenguaje también tiene la capacidad de crear realidad, elijamos bien los conceptos y significados que queremos incorporar en nuestro día a día. Ya metieron la pata definiendo al amor, tenemos que darle una vuelta a esto del diccionario!

 

¿Tus redes sociales están repletas de fotos en pareja? Un estudio revela la causa más probable

Todos conocemos a la típica pareja que no paaaaara de publicar su vida juntos, aparentemente siempre feliz, idílica, repleta de amor y constantemente expuesta en diferentes redes sociales. Bueno, quizás esto sea así en algunos casos pero, ¿realmente indica que una relación es perfecta?

Pixabay License

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Un estudio liderado por la psicóloga Lidia F. Emery, de la Universidad de Northwestern, concluye que este tipo de relaciones que tienen la necesidad de exhibirse, felices y de forma continuada al mundo, no tendrían un buen pronóstico como pareja.

Los motivos detrás de esta conducta parece que tienen que ver con la necesidad de aprobación social y enmascara la inseguridad que sienten realmente por su relación de pareja.

Según la investigación, estas personas establecían un vínculo con el otro de apego ansioso y, por tanto, se incrementaba exponencialmente el deseo por evidenciar su relación y validar una supuesta estabilidad a través de los comentarios y de los likes en sus publicaciones juntos.

«Diariamente, cuando las personas se sienten más inseguras sobre los sentimientos de su pareja, tienden a hacer visibles sus relaciones”.

De este modo, ellos moldean las percepciones que los demás tienen sobre ellos en un intento de mejorar la auto-imagen de la relación, porque así lo necesitan.

¿Te sientes identificado?

 

 

 

 

Un largo abrazo también es infidelidad según la ciencia

En el amor todos tenemos nuestros límites para considerar o no que nuestra pareja nos ha traicionado. Sin embargo, de forma objetiva, nunca ha estado claro dónde comienza una infidelidad y cómo se describirían esos comportamientos.

Licencia CCO

Un estudio de la Universidad Ludwig-Maximilian de Munich arroja resultados sorprendentes al eterno dilema de ‘infidelidad sí o no‘.

Con una muestra de más de 9.000 personas, se evaluaron 26.633 viñetas sobre conductas presuntamente infieles que incluían cuatro dimensiones: comportamientos explícitos, implicación emocional, la duración de esa actitud ‘infiel’ y el contacto erótico online.

«Si bien las relaciones sexuales se juzgan infieles independientemente del contexto, los comportamientos menos explícitos, como los besos o los abrazos, también se consideran infidelidad«, concluyen los autores del experimento.

En relación a estas conductas menos explícitas, fue el contexto el que contribuyó a proyectar una idea férrea sobre la infidelidad. Así, incluso en los casos sin contacto físico pero combinados con mensajes eróticos y compromiso emocional fueron evaluados como infidelidad.

Además, los juicios de las mujeres fueron más estrictos que los de los hombres, también lo fueron las evaluaciones de los más jóvenes en comparación con los de los más mayores, así, las personas de mayor edad serían más permisivas al cuestionar las infidelidades de una pareja romántica.

No es ninguna sorpresa que casi el 100% de los encuestados definiera como infidelidad la práctica de relaciones sexuales fuera de la pareja, al igual que los besos.

Sin embargo, un dato llamó poderosamente la atención: el 80% de la muestra consideró infidelidad un abrazo largo si estaba combinado con una implicación emocional, un comportamiento erótico online o una relación de larga duración.

Tienes derecho a estar mal, aunque seas Shakira

En la era de las redes sociales, de la exposición continua de la belleza, de la felicidad, de las vidas perfectas, de la positividad tóxica, llega Shakira y se marca un videoclip, ‘Monotonía‘, en el que aparece triste, rota, llorando su pena, cantando al desamor tras su separación con Piqué.

Fotograma del videoclip 'Monotonía' de Shakira

Fotograma del videoclip ‘Monotonía’ de Shakira

En el mundo de las apariencias todo son sonrisas, sí, sabemos que eso no es real cuando abrimos Instagram, pero no vemos otra cosa, nuestro cerebro se acostumbra y se expone a los perfiles idílicos de famosos y no famosos y esa trampa nos puede generar inconscientemente frustración, decepción, insatisfacción, envidia y sentimientos peores si nuestra autoestima y conocimiento sobre la realidad social no están en su sitio.

Necesitamos validar y gestionar nuestras emociones, sean las que sean, porque son las que nuestro organismo elige con muy buen criterio para responder a las cosas que nos pasan y superar los contratiempos propios de vivir. Necesitamos llorar, gritar, no salir, admitir que simplemente tenemos un día de mierda y no nos apetece ni mirarnos al espejo.

Me escribió una amiga este fin de semana: «Me emocionó el videoclip de Shakira, también está bien decir que nos duele el corazón, como es su caso, y no ocultarlo. Está mal visto expresar dolor y ella hace bien, que se vea la realidad. Tenemos derecho a estar mal, aunque seas Shakira».

De hecho, sobre todo si eres Shakira, porque un personaje público de fama internacional tiene más repercusión e influencia que el resto y nos puede inspirar a expresarnos, a comunicarle a nuestro entorno que no estamos bien, a no disimular, a no aparentar, a pedir ayuda, a obtener empatía y compresión.

En cuanto a la letra de la canción ‘Monotonía’, añadiría en este post el inciso que ha destacado mi compañero psicólogo Jonathan Olivera. Shakira canta: «No fue culpa tuya, ni tampoco mía, fue culpa de la monotonía».

Las palabras también importan y aunque Shakira lo ha expresado como sintió sin más, es importante responder a: ¿La monotonía sucede sin más, nos llega, o es la pareja quien la alimenta? No es útil hablar de culpa, pero sí de responsabilidad afectiva en la pareja. Sería más realista decir: «Fue responsabilidad de ambos alimentar muestra monotonía».

 

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¿Se para el tiempo cuando estáis juntos? De qué depende…

No solo en el amor. La percepción del tiempo es una variable importante e influyente para los animales y seres humanos. Sin embargo, la duración subjetiva del tiempo a menudo difiere de la objetiva y, cuando esto ocurre se siente una distorsión, podemos notar que el tiempo pasa más rápido o más lento que la realidad.

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Hay algunos factores estudiados por la ciencia que ya se saben que intervienen en la precisión de la percepción del tiempo, como la emoción, la excitación, el alcohol, la atención, la dificultad de una tarea o la memoria.

¿Pero qué ocurre con la variable de género? ¿Hombres y mujeres perciben de igual forma el paso del tiempo en una relación?

El pasado año, se publicó en Frontiers in Psichology un estudio sorprendente sobre la velocidad a la que pasa el tiempo cuando estás con una persona que te gusta.

Confirmando la hipótesis de los autores, resultó que el tiempo vuela para los hombres pero se ralentiza para las mujeres pero, ¿qué puede explicar esta diferencia?

Si acudimos a las teorías propias de la psicología evolutiva, asumimos que las mujeres son el sexo que más invierte en la elección de una ‘pareja adecuada’.

Esto es, cuando una mujer percibe que una pareja potencial es físicamente atractiva, presta atención a otras características de ese hombre para hacer una elección muy razonada (por ejemplo, estatus, inteligencia, cualidades o defectos de su personalidad…) gastando muchos recursos mentales en esa evaluación del otro.

Este esfuerzo mental haría que, para las mujeres, la duración percibida de la cita fuera más larga.

«Para los hombres, derivamos la hipótesis opuesta, porque de acuerdo con las teorías evolutivas, los hombres tienden a ser menos selectivos que las mujeres y pueden sentirse atraídos por parejas potenciales en función principalmente de su atractivo físico».

Ellos no utilizan muchos recursos evaluando otras características de la potencial pareja y pueden sentirse más motivados para hablar relajadamente y experimentar esta conversación como algo agradable y divertido. En consecuencia, pueden estimar el tiempo transcurrido como más corto.

¿Te ha pasado?

 

¿Cómo diferenciar la envidia de los celos?

Siempre decimos por aquí que no hay emociones ni buenas ni malas por sí mismas, todas son útiles, todas nos están diciendo algo, de todas aprendemos más de nosotros mismos.

Los celos no perdonan a nadie, ni a la primera dama de EEUU y no suelen pasar desapercibidos. Foto AFP

Los celos no perdonan a nadie, ni a la ex-primera dama de EEUU Michelle Obama y, además, no suelen pasar nada desapercibidos. Foto AFP

Pero, ¿qué tienen de positivo emociones como los celos o la envidia? Pues sí, también pueden ser sentimientos sanos si aprendemos a identificarlas y gestionarlas adecuadamente.

La principal y más importante diferencia entre celos y envidia es que: mientras que la envidia nace ante algo que se desea pero nunca se ha tenido o poseído, los celos se centran en la emoción del miedo ante la perdida de algo que ya se posee y se quiere conservar (Psicología y Mente).

La envidia es una emoción que genera un malestar más o menos intenso ante una situación concreta de la vida de otra persona (logros, pertenencias, relaciones…). A pesar de ello, esta amarga inquietud puede ayudarnos a descubrir cuáles son nuestras prioridades, nuestros deseos, carencias o motivaciones.

Esto no es malo, este sentimiento puede guiarnos hacia la toma de decisiones, mostrarnos diferentes caminos y objetivos o elevar nuestras aspiraciones, nos puede enseñar a no conformarnos y es capaz de movilizarnos para mejorar o simplemente cambiar y actuar.

¿Crees que tú no eres envidioso/a? ¡Imposible! Si eres humano, sientes envidia y celos de forma irremediable, otra cosa es cómo gestionemos esa sensación. Puede generarte una motivación sana, pero también rabia y frustración que pueden proyectarse en el otro y criticar o incluso dañar a los demás.

En ese caso, la envidia ya no es sana porque nos lleva a intentar que lo del otro no sea tan bueno como nos parece. Se convierte en una actitud tóxica y destructiva para nosotros mismos y para los demás.

Los celos se suelen enmarcar en el ámbito de la pareja, aunque en menor medida también se puede sentir con amistades, hijos, padres o hermanos, ya que la preocupación y angustia surge ante el temor de perder, en manos de otra persona, una relación que consideramos como propia y que nos resulta muy valiosa.

Con esta emoción es interesante explorar qué tipo de relación mantenemos con quien creemos que vamos a perder, cuáles son los detonantes de estas sensaciones, nuestro historial afectivo, cuestionarnos el concepto de posesión y pertenencia con las relaciones personales, también habría que analizar posibles inseguridades o sentimientos de inferioridad.

Pero, ¿son los celos una expresión de amor?, ¿es normal sentirlos?, ¿cómo actuar? Pincha aquí para profundizar aun más en esta emoción.

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¿Dónde has estado? Cómo leer los celos en el lenguaje corporal

La comunicación no verbal de Tamara Falcó tras su ruptura con Íñigo Onieva

Tamara Falcó reaparece públicamente tras las filtraciones de los vídeos que demostraban las infidelidades de su prometido Íñigo Onieva. Anoche atendió a los medios de comunicación y trató el tema sin tapujos.

Este es uno de los casos ejemplares en los que se demuestra que no todo son expresiones faciales cuando hablamos de comunicación no verbal, porque tal y como ha reconocido la propia Tamara, es férrea defensora del uso del bótox, y su rostro de piel tersa no muestra arruga alguna que pueda valorarse como emoción (ceño fruncido de ira o triangulación de cejas para la tristeza, por ejemplo).

No ha sido necesario, Tamara Falcó tiene una comunicación corporal muy elocuente y transparente, transmite con la mirada, con sus formas, con las palabras que escoge, con su actitud. ¿Y qué sentimiento es el que predomina en su discurso?

Sin duda, Tamara Falcó en su fuero interno estará triste, decepcionada, enfadada, abrumada, pero lo que expresa al mundo no es nada de eso, lo que irradia es alivio, tranquilidad. El fin de la angustia, de un peso, de una preocupación.

Su talante es sereno, desde una posición muy sosegada y admite suspirando y reafirmándose que: «Estoy contenta por haberme enterado de todo esto antes de casarme y formar una familia«.

Todavía evita utilizar palabras dolorosas o impactantes como ‘infidelidad’, ‘deslealtad’, ‘ruptura’, ‘separación’, etc, pero a pesar de ello, sus palabras denotan ya cierta aceptación de la realidad, asume su nuevo estado sentimental calificando a Íñigo como su ex y hablando de sus sentimientos en forma pasada para justificar su confianza anterior: «Es que yo estaba muy enamorada de él».

Por último, cierra las puertas de la reconciliación respondiendo a la pregunta del perdón con un: «Imposible«. Y en ese momento no duda, pronuncia esa palabra con plena convicción y sin titubeos.

Y hasta en esta ocasión, Tamara Falcó nunca pierde su característico sentido del humor, bromeando con que su madre sería quien habría filtrado los vídeos. También da a entender con este chascarrillo que Isabel Preysler podría ser la más consciente de la fragilidad de este compromiso… No dando puntada sin hilo…

Fotografía GTRES

Fotografía GTRES

Redefiniendo al amor (y alucinando con la RAE)

Amor es una de las palabras más buscadas en diccionarios y exploradores varios de internet. Demuestra que nuestras inquietudes son claras y en mi caso, además, me encanta investigar sobre la ciencia del amor, sus procesos cerebrales, descubrir cómo evoluciona el concepto psicológico y social.

Fotografía Pxhere. CC0 Dominio publico

Fotografía Pxhere. CC0 Dominio publico

He escrito en este blog (os dejo al final del post un archivo) muchísimo sobre el tema y no dejo de sorprenderme con resultados de investigaciones varias, pero nunca pensé que la RAE se llevaría la palma de mi estupefacción.

Estaba yo leyendo tranquilamente a Paul Ekman, uno de los referentes en el estudio de las emociones y expresiones faciales, y publicaba en su blog una reflexión muy acertada sobre el amor, y es que no se puede pensar como una emoción, porque el amor tiene un marco temporal totalmente diferente.

Las emociones van y vienen, duran segundos, minutos, incluso horas, pero no van más allá. Tanto el amor de padres, por ejemplo, como el amor romántico por una pareja implican compromisos a largo plazo, apego y vínculos intensos.

Esto no significa que el amor no aparezca y desaparezca y que contenga emociones varias, no siempre de índole más positivo. El amor también es miedo, a la pérdida o al riesgo, también es ira, ante una mentira o decepción, alegría en los momentos buenos, también frustración, celos (bien gestionados), preocupación, tristeza, orgullo y un infinito etcétera emocional.

Después de leer esta consideración que comparto, pensé en ir a la Real Academia de la Lengua Española y consultar cómo definimos el amor. Ojo. Que llegué a pensar que era fake, pero no, las dos primeras acepciones son:

Es muy PELIGROSO pensar que el amor parte de la ‘insuficiencia’ propia y que ‘necesitamos’ completarnos con otra persona. Desoladora y destructiva esta definición. ¿Planteamos alternativas?

#RAEunpoquitodeporfavor #Redefinirelamor #emosidoengañadosporlaRAE

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