Entradas etiquetadas como ‘expresión facial’

¿Emociones antes de nacer?

Las investigaciones sobre comunicación no verbal también llegan al útero materno. Antes de nacer ya podemos estudiar el comportamiento y las reacciones faciales de los bebés y, con la tecnología ecográfica de 4D, el análisis de estos movimientos cada vez son más certeros y elocuentes.

Un reciente estudio publicado por la Universidad de Durham es el primero en indicar que los fetos son capaces de detectar prenatalmente información quimio-sensorial transmitida por compuestos de sabor provenientes de la dieta materna.

Concretamente, reaccionaban de forma muy distinta al sabor dulce de la zanahoria y al sabor más amargo de la col rizada. En el primer caso se registraron rostros más compatibles con expresiones faciales placenteras y agradables, por contra, con el sabor amargo se detectaron movimientos faciales más compatibles con el desagrado y el llanto.

«Varios estudios ya habían sugerido antes que los bebés pueden saborear y oler en el útero, pero se basan en los resultados posteriores al nacimiento, mientras que nuestro estudio es el primero en ver estas reacciones antes del nacimiento«, aclara una de las autoras del estudio que publica la revista Psychological Science.

Algunos medios han extrapolado estos resultados al área de las expresiones emocionales, afirmando que los bebés ‘son felices’ con la ingesta de zanahoria y que les ‘da asco’ sentir el sabor de la col.

Tal y como apunta mi compañero Alan Crawley, hablar de emociones en este contexto sería malinterpretar los resultados de esta investigación: «Los estudios prenatales han corroborado empíricamente que la expresividad de sus rostros está relacionada con el sabor del alimento. ¿Es eso prueba de que la cara expresa emociones desde el nacimiento? No. Podrían ser reflejos o movimientos para reducir o aumentar la exposición sensorial a un gusto, solo por nombrar algunas alternativas».

Añade también la mención de Daniel Robinson, profesor de la Facultad de Medicina Feinberg: «No deberíamos interpretar que estas acciones faciales en fetos son señales de felicidad o desagrado. ¿No es algo obvio? ¿Por qué deberíamos asumir que esas muecas son emociones? Creo que ningun investigador descarta la posibilidad de que esos movimientos puedan considerarse actos faciales del asco, pero entre descartar y afirmar hay un largo tramo».

El rostro cumple muchas más funciones que la de solo expresar emociones y, conscientes de ello, los propios autores del estudio han sido bastante cuidadosos con el empleo de la terminología neutra «movimiento facial» a diferencia de la tradicional «expresión facial» para explicar los resultados de su investigación.

 

Referencia: Ustun, B., Reissland, N., Covey, J., Schaal, B., & Blissett, J. (2022). Flavor Sensing in Utero and Emerging Discriminative Behaviors in the Human Fetus. Psychological Science.

Juicio de Amber Heard y Johnny Depp: la extraña comunicación no verbal como protagonista

Es difícil saber por dónde empezar, porque el análisis psicológico de los comportamientos que se están sucediendo en la batalla legal entre Johnny Depp y su ex Amber Heard daría material suficiente para un buen libro.

GTRES

Entre las controversias más destacables se encuentra la apariencia escogida por Amber. Los detalles sobre su vestimenta no pasaron desapercibidos y de inmediato, en las redes sociales, muchos usuarios se percataron de que ella copiaba el atuendo de él en los días posteriores.

Increíble pero cierto, ya que no ha sido un hecho aislado sino que las ‘coincidencias’ se han dado en al menos tres ocasiones de forma clara. Amber usaba los mismos peinados, tonalidades de las prendas, trajes, corbatas y, por si aun alguien dudaba, se colocó hasta el mismo pin con forma de abeja.

Las hipótesis son muy numerosas, algunos expertos arguyen que Heard podría estar enviando señales a Depp de que le sigue siendo leal, que están en el mismo equipo, que su comportamiento podría ser una llamada a la empatía del actor para debilitarle emocionalmente y minimizar así sus ‘ataques’ durante el juicio.

Otros no son tan benevolentes y sentencian que la actriz pretende descolocarlo, jugar con su mente, inquietarle y ponerle nervioso para desestabilizarle, e incluso que se burla de él.

Pero también parece haber un diagnóstico mental oficial sobre Heard, realizado por la Dra. Curry, determinando un trastorno límite de la personalidad y un trastorno histriónico de la personalidad.

Las personas que padecen estos trastornos adquieren el estilo de personalidad de las personas con las que han estado, están o desean estar y son grandes imitadores de la forma en que se visten, e incluso de la forma en que hablan.

Además, presentan patrones de inestabilidad emocional, egocentrismo y constantes comportamientos de búsqueda de atención, entre otros rasgos, que podrían explicar esta imitación de Heard.

Y también podría dilucidar otro hecho en la conducta de la actriz que ha llamado la atención de todos. Y es que su expresión facial es demasiado dramática por momentos y experimenta unos cambios muy rápidos y abruptos entre emociones que no son muy coherentes entre sí.

EFE

Por ejemplo, podemos verla reír mientras habla con su abogada y, en décimas de segundo, su rostro se transforma de repente en una expresión de tristeza o incluso cierto miedo. Es impresionante observar las secuencias en vídeo.

Esta actitud le ha restado credibilidad en la audiencia, puesto que no es un patrón natural en la expresión emocional, es más propio del mundo de la interpretación, la manipulación, la simulación, el engaño… pero también del simple nerviosismo y de una alteración del ánimo en situaciones complicadas (como puede ser un juicio) o efectivamente de un trastorno de la personalidad.

Seguiremos observando…

 

*Fuente:

Daily Mail

Análisis no verbal de la intervención de Zelenski en el Congreso: más enfadado que de costumbre

El Presidente ucraniano Volodimir Zelenski ha intervenido hoy en el Congreso de los Diputados de nuestro país y, como siempre, deja constancia de que, sin duda, su arma más poderosa es su comunicación política, convirtiéndose ya en todo un ejemplo de liderazgo para el mundo.

Las expectativas eran altas y no ha defraudado. Zelenski se caracteriza por personalizar siempre sus discursos y realizar alusiones directas a hechos históricos (normalmente atentados o guerras) del país al que se dirige.

Para España ha destacado que: «En lugar de estar en el mes de abril del año 2022 pudiera parecer que estamos en abril del año 1937, cuando ocurrió el desastre de Guernika«.

Este recurso de la personalización despierta la empatía y la conexión con una audiencia concreta, refleja un poder similar al que conseguimos llamando a las personas por su nombre. Consigue que las personas seamos más receptivas con su causa y nos pongamos en su lugar. Agita nuestras conciencias.

De hecho, la palabra más repetida en su mensaje a la población española ha sido la de: «Imaginen…» Nos implora que de verdad podamos pensar en pasar por una situación de guerra a día de hoy. Nos pone en su piel evocando sensaciones. Relatando todo por lo que están pasando las familias ucranianas.

Sin embargo, y a diferencia de otras ocasiones, la expresión facial predominante en su rostro durante casi toda su intervención ha sido la emoción de ira. El ceño fruncido y la severidad en el tono de sus palabras nos revelan a un hombre más enfadado y rígido.

Es comprensible, las condiciones que generan ira son: la frustración, la interrupción de una conducta motivada, situaciones injustas, o
atentados contra valores morales e inmovilidad.

En otras conexiones pasadas se podían detectar en él más expresiones de tristeza, imploraba ayuda desde una posición más victimista, hoy se mostraba más imperativo e irritado, con el hartazgo natural del paso del tiempo en un contexto de guerra.

 

«No todo son emociones básicas»: mensaje importante para los seguidores de la comunicación no verbal

¿Te suenan las emociones básicas?, ¿Paul Ekman?, ¿la serie de Lie to me (Miénteme)? Seguro que sí, y eso está genial… Pero quizás te estés perdiendo los revolucionarios trabajos y teorías de Rusell o Fridlund por ser más desconocidos pero no por ello menos interesantes…

Hoy contamos con una firma invitada excepcional, Alan Crawley, psicólogo, gran investigador y divulgador de la comunicación no verbal científica, nos envía un mensaje para la reflexión sobre el estudio y la práctica de este apasionante mundo:

Alan Crawley (fotografía cedida por el autor para este medio).

Darwin no se lo imaginó. Por allá en 1872 cuando publicó su libro: “La Expresión de las Emociones en los Hombres y los Animales”, jamás se le ocurrió que a día de hoy sus ideas serían defendidas a capa y espada.

En la actualidad, afirmar que algo fue dicho por “Darwin” o “Ekman” parece garantía de validez científica; pero no, no lo es.

Nuestros tiempos son extraños. Cada vez contamos con más información, pero parece que no necesariamente sabemos más (Tetlock & Gardner, 2016).

Todo lo contario, en ocasiones, la avalancha de estudios científicos publicados de una semana a otra parece bloquear el camino. Y no hay teoría que logre allanar ese camino. Estamos atrapados bajo la nieve de publicaciones y nadie ve la salida.

El terreno de las expresiones faciales es el mejor ejemplo. Es el tema más estudiado de esta disciplina. De los 1000 papers más citados, más de 400 tienen el término “expresión facial” en el título (Plusquellec & Denault, 2018). Pero, cuidado.

Existen por lo menos cuatro teorías diferentes, con más o menos evidencia científica, cada una es válida en algunos aspectos (BET, BECV, Visión Dimensional, y ‘Appraisal’ theory). Ninguna lo explica todo, ninguna está completamente errada.

Sin embargo, solo una se repite a viva voz en libros, cursos y redes sociales: la teoría de las emociones básicas de Ekman (BET). ¿Y toda la evidencia en su contra?, ¿y las teorías alternativas? No se puede seguir barriendo toda la controversia bajo la alfombra.

Lamentablemente, no hay un consenso académico que logre acallar la cacofonía de voces que una y otra vez vociferan: “El rostro expresa las 6 emociones básicas”.

La cara comunica mucho más que emociones.

Una expresión facial puede transmitir también intenciones, cogniciones, juicios de valor, rasgos de la personalidad, mensajes sociales, actitudes, esfuerzo físico, ilustrar las palabras, y mucho más.

Es un craso error creer que mayoritariamente los movimientos de la cara se asocian directamente a emociones, y peor aún, ignorar todos los otros tipos mensajes o confundirlos con “emociones”.

Ha llegado la hora de que científicos y practicantes dejen sus diferencias de lado. En realidad, no es que este sea el momento, sino que llevamos años sin lograrlo y cada vez se vuelve más imperativo.

En ocasiones, ni siquiera los científicos pueden sentarse en una mesa a debatir las ideas que hoy se imparten en posgrados, se aplican en situaciones policiales o moldean los algoritmos de softwares de ‘reconocimiento’ de emociones.

Así, será difícil resolver el enigma de lo que el rostro comunica. En las grandes palabras de Caroline Keating (2016): «La expresión [facial] está tratando de decirnos algo sobre la naturaleza de la emoción que aún no entendemos«.

La Comunicación No Verbal necesita un nuevo rumbo, liderado por quienes con responsabilidad difunden los conocimientos con fundamentos científicos y de practicantes comprometidos con compartir su conocimiento y formular ideas en conjunto con los investigadores.

No se trata de tener razón, se trata de mejorar el conocimiento que tenemos. Se trata de difundir el conocimiento verdadero. Se trata de trabajo en grupo.

Los divulgadores debemos proponer alternativas productivas y realistas para sofocar el terrible incendio de las promesas falsas de los discursos pseudocientíficos. Y debemos estar abiertos al diálogo con disidencias.

De este modo, podremos ofrecerle al público la información más idónea. No basta con lo que estamos haciendo. Lo siento, no lo creo. Podemos hacer más.

Hoy sabemos sobre las expresiones faciales mucho más que hace 60 años, pero parece que a medida que aumentan las respuestas, también lo hacen la cantidad de preguntas sin contestar. Puede que el mayor aprendizaje sea que todavía no las entendemos.

¿Esto qué significaría para los investigadores o practicantes?

Lo anticipó mi estimado Paul Bouissac hace veinte años, semiótico internacional de lo más respetado: “El principal desafío para la semiótica de los gestos será poder cuestionar sus modelos y teorías implícitas”.

¿Comenzamos?

Además de a Ekman, podemos leer las investigaciones de Alan J. Fridlund, Carlos Crivelli, José Miguel Fernández-Dols, Lisa Feldman Barret, James Russell, Hillel Aviezer, Dacher Keltner, entre otros tantos más…

Y, por supuesto, yo añado seguir a Alan Crawley porque realmente es la persona con la que he ido actualizando mis conocimientos y ofrece una perspectiva diferente y muy rigurosa de la comunicación no verbal. Gracias Alan.

 

*Referencias:

Bouissac, P. (2002). Descrevendo gestos: limites, escalas e perspectivas. DeSignis, (3), 0021-36.

Darwin, C. (1872). The expression of the emotions in man and animals. New York: Philosophical Library.

Keating, C. F. (2016). The life and times of nonverbal communication theory and research: Past, present, future. In APA handbook of nonverbal communication. (pp. 17-42). American Psychological Association.

Plusquellec, P., & Denault, V. (2018). The 1000 most cited papers on visible nonverbal behavior: A bibliometric analysis. Journal of Nonverbal Behavior42(3), 347-377.

Tetlock, P. E., & Gardner, D. (2016). Superforecasting: The art and science of prediction. Random House.

 

Tú también puedes fingir la famosa sonrisa «genuina» de Duchenne

Los psicólogos y estudiosos de la comunicación no verbal nos hemos ‘criado’ dando por hecho que existía una sonrisa verdadera y otra falsa, que podrían discernirse de forma inequívoca a partir del análisis de la expresión facial de la alegría, examinando el tipo de sonrisa.

Licencia CCO

El ‘truco’ estaba en no solo fijarnos en el gesto de la boca, está claro que sonreímos siempre que elevemos las comisuras labiales, pero para comprobar que esa expresión era genuina, espontánea, no fingida y producto de una felicidad sincera, teníamos que fijarnos en si se producían las conocidas como ‘patas de gallo’ alrededor de los ojos; si hay arrugas, hay activación muscular, y por tanto era una sonrisa verdadera, una sonrisa Duchenne.

Esta sonrisa lleva el nombre de un médico francés, muy aficionado a los electrodos, que descubrió en sus experimentos del rostro humano (mediante activación electo-estimulada) que supuestamente la activación de los músculos orbicularis del ojo, responsables de que se entrecierren elevando las mejillas, no está bajo control voluntario, a diferencia del músculo cigomático mayor que eleva los extremos de la boca, que sí que responde a voluntad.

Pero ya en el año 2009 surgieron las primeras dudas sobre esta teoría, los autores Krumhuber y Manstead pusieron las sonrisas Duchenne a prueba y descubrieron que se producían con la misma frecuencia cuando los participantes fingían estar divirtiéndose que cuando se lo pasaban bien realmente.

Años después, un equipo de investigadores dirigido por Sarah Gunnery ha proporcionado más evidencia que socava las creencias tradicionales de que las sonrisas de Duchenne son un signo 100% confiable de una verdadera emoción positiva.

96 personas (hombres y mujeres) posaron ante una cámara interpretando emociones positivas genuinas (tras conocer una buena calificación en un examen) y emociones positivas falsas (sonreír en respuesta a un regalo que no gustó).

Dos codificadores experimentados calificaron el 28% de las sonrisas como sonrisas de Duchenne, con la característica arruga alrededor de los ojos.

Cuando la muestra no experta calificó estas sonrisas, tendieron a decir que las sonrisas de Duchenne eran más genuinas, pero esto se debía en gran parte a que el arrugamiento de los ojos tendía a ir de la mano con una sonrisa más expresiva e intensa con la boca.

A continuación, a los participantes se les presentó una fotografía de una persona que mostraba una sonrisa de Duchenne y otra que mostraba una sonrisa «falsa» sin arrugas en los ojos, y su tarea era imitar a ambas. El 71% imitó con éxito la sonrisa de Duchenne y el 69% imitó con éxito la sonrisa falsa.

Estos resultados destruyeron el mito de que es imposible fingir la sonrisa «genuina» de Duchenne. También insinúan que esta es una habilidad que varía de persona a persona.

Una debilidad del estudio es su dependencia en todo momento de la emoción escenificada. Si bien la evidencia es clara de que muchas personas pueden falsificar el Duchenne en condiciones neutrales (aunque imaginando escenarios emocionales), no sabemos todavía qué tan fácil es para las personas hacer esto en condiciones en las que realmente están experimentando emociones negativas.

Los hallazgos del presente estudio refuerzan el argumento de que las personas pueden activar voluntariamente el músculo que levanta las mejillas y poner una sonrisa de Duchenne”, concluyeron Gunnery y su equipo.

«Las investigaciones futuras investigarán más a fondo las diferencias individuales y utilizarán resultados de comportamiento para medir las similitudes en las personas que producen deliberadamente la sonrisa de Duchenne».

En palabras del psicólogo experto en comunicación no verbal Alan Crawley: Es hora de dejar atrás algunas ideas preconcebidas, en este caso, de que podamos saber a ciencia cierta si una sonrisa es verdadera o falsa solo con ver la apariencia de una sonrisa.

La gente que se siente feliz probablemente ejecute sonrisas Duchenne, pero los que sonríen con Duchenne no están necesariamente más contentos”.

Una razón por la que esto sucede se debe a que el marcador de Duchenne parece ser un más indicador de la intensidad de la expresión que de sinceridad. Cuanto más intensa es la expresión, más probable es su aparición, y eso no tiene relación directa con su genuinidad.

 

*Referencia: Gunnery, S., Hall, J. y Ruben, M. (2012). La sonrisa deliberada de Duchenne: diferencias individuales en el control expresivo Journal of Nonverbal Behavior DOI: 10.1007 / s10919-012-0139-4

¿Eres capaz de saber si tu pareja está sufriendo observando su lenguaje corporal?

Dicen que el dolor es inevitable y que el sufrimiento es opcional.

Sin embargo, estudios recientes afirman que el recuerdo del dolor físico puede debilitarse con el paso del tiempo, mientras que el dolor emocional puede revivirse a través de un simple recuerdo.

Licencia CCO

No manejar adecuadamente las experiencias de sufrimiento pueden provocar más dolor de lo que pensamos. El sufrimiento prolongado, aunque sea opcional, destruye la calidad de vida y puede quitar las ganas de existir.

Puede ser sencillo para la mayoría de nosotros detectar, a través de las expresiones faciales de los demás, la alegría, el enfado o incluso la tristeza, pero ¿y el dolor? ¿Existe un rostro universal que representa el sufrimiento físico/emocional? Parece ser que esto es más complicado.

Hay estudios que ya advierten que podrían existir ciertos patrones comunes en la acción muscular de nuestra cara la hora de expresar dolor, un avance importante para la detección del sufrimiento en animales, bebés o en personas que no tienen la capacidad de comunicarse con normalidad.

Por mucho que conozcamos al otro, como podría ser nuestra pareja, con la que convivimos, nos es complejo evaluar esta sensación de dolor por varios motivos:

Los psicológos Ronald Riggio y Alan Crawley destacan al respecto que, en primer lugar, el dolor es una emoción muy negativa que normalmente tratamos de ocultar o enmascarar de algún modo.

Es por eso que, en la investigación, se ha demostrado que la sonrisa a veces se produce cuando una persona tiene dolor, en un intento por encubrir el verdadero sentimiento.

El dolor contempla una amplia intensidad. Ante un impacto o dolor agudo repentino se produce una expresión emocional igualmente intensa, específica e inequívoca, pero ante un dolor más cronificado o un sufrimiento emocional prolongado en el tiempo, los indicadores faciales se vuelven más sutiles.

«Por ejemplo, fruncir el ceño, estrechar los ojos, levantar el labio superior y una boca abierta y estirada son señales no verbales que comúnmente, pero no siempre, están asociadas con la cara del dolor. Estas señales pueden ser demasiado sutiles para detectarlas con coherencia».

Las expresiones de dolor y sufrimiento son muy variadas, y pueden ir desde el llanto contenido al llanto desbordado, desde la introversión a la necesidad de estar rodeado de gente y expresar el dolor, desde el abandono personal al cuidado extremo. Todo ello depende de nuestros aprendizajes, creencias, estilo de personalidad, etc.

 Investigaciones recientes sugieren que podemos pasar por alto las señales asociadas con el dolor y confundirlas con otra emoción negativa, como la ira o el asco. Quizás por eso, cuando interactuamos con alguien que sufre, podemos pensar que la persona está irritada o molesta incluso por nosotros.

Por último los estudios también nos muestran que, en general, tenemos una pobre habilidad de análisis no verbal. Los datos analizados muestran claramente diferencias individuales significativas en la capacidad de las personas para «leer» el lenguaje corporal de los demás.

«En muchos casos, podemos ignorar las señales obvias de que alguien está sufriendo o podemos «ver» otra emoción («ella está sonriendo, ¡así que debe estar feliz!»). Si no es muy bueno decodificando señales no verbales, hay dos cosas que puede hacer: puede trabajar para desarrollar mejores habilidades de decodificación [¡no es fácil y requiere mucho trabajo!], O puede recordar hacer preguntas cuando detecte que algo anda mal».

Un truco para detectar el dolor físico en los demás: algo que sí solemos hacer todos los seres humanos es tocarnos la zona dolorida con la mano, pues investigaciones recientes afirman que de este modo logramos reducir el dolor, no siendo igual de efectivo si es otra persona la que nos toca la zona afectada. Esto se debe a que el cerebro entiende el cuerpo como un todo, y trata de reestablecer el equilibrio del organismo de este modo.

Y curiosamente lo conseguimos: El contacto físico reduce el dolor #EstudioCientifico

¿Dolores de cabeza? Necesitas naturaleza para descansar la mirada

La ira en el dolor

¿Sabías que las lágrimas son analgésicas?

Descubre la fórmula para que te duela menos la vacuna #EstudioCientífico

El polémico cartel electoral de Salvador Illa

El mes pasado la imagen de Salvador Illa en la campaña electoral catalana ya hizo saltar las alarmas por un cartel cuyo eslogan ponía los pelos de punta, en el que decía: «Illa es la vacuna contra el independentismo«. Los partidos opositores pedían por redes sociales que dejaran de banalizar la pandemia y retiraran aquel ignominioso y antidemocrático mensaje. Finalmente el PSC se desmarcó de la creación y difusión de aquel cartel y publicó su propuesta oficial:

Cartel electoral oficial de Salvador Illa

Cartel electoral oficial de Salvador Illa

Pero esta fotografía tampoco escapa a la controversia y muchos destacan el exceso de Photoshop utilizado para rejuvenecer y pulir el rostro del candidato socialista.

No es un recurso nuevo, anteriormente Garzón, Cospedal, Aguirre, Ximo Puig… también fueron objeto de este mismo retoque digital para proyectar una fisonomía más perfeccionada, digamos… de forma excesivamente minuciosa.

Para gusto, los colores, pero en política vender un candidato poco natural, corregido, artificial en definitiva, puede ser un gran error. Los carteles transmiten de forma no verbal lo que un determinado partido político pretende esgrimir con palabras y argumentos, y esto entonces se convierte en una forma más de mentir, de distanciarse de la credibilidad del electorado.

Borrar con Photoshop las arrugas de expresión cinceladas por los años resta la proyección de experiencia y sabiduría de cualquier persona. Además, estas líneas de la cara son las que dibujan a las emociones, no hay alegría sin patas de gallo, o ira sin las arrugas propias del ceño fruncido. Sin marcas en el rostro nos convertimos en seres robóticos, no conectamos con los demás, no transmitimos sensaciones, un pecado mortal en política.

Retoque sí, pero con unos límites, esto es como maquillarse, un buen trabajo de maquillaje apenas se nota, favorece, realza tus facciones y expresiones, un mal maquillaje te disfraza, te transforma, te deja en evidencia, y el supuesto beneficio que se buscaba se acaba desvaneciendo.

 

 

 

Análisis no verbal: el momento más sentido de Joe Biden en su primer discurso como presidente

Joe Biden ya es presidente de los Estados Unidos y todas las miradas estaban puestas en su primer discurso tras la toma oficial del cargo. Toda una declaración de intenciones verbales y no verbales.

No es ningún descubrimiento que Biden es la antítesis de Trump, también esto se evidencia en su lenguaje corporal.

Biden tiene un estilo de comunicación emocional más inexpresivo en el rostro, es complicado captarle alguna fuga de expresión, al contrario que ocurre con Trump, o el hombre de las mil caras por minuto, quien, independientemente del contenido del mensaje, nos regalaba a los analistas de comunicación grandes oportunidades para registrar los interesantes contenidos que nos ofrece una intensa conducta no verbal.

Esa alta actividad que es capaz de movilizar a la masa, de conmover, de apasionar, puede resultar un arma muy poderosa de influencia, pero no es la única. Joe Biden no tiene esa habilidad, su lenguaje corporal no es capaz de asaltar los afectos del espectador, no mueve, pero sí conmueve.

El gesto que más utiliza en su intervención es el de los brazos abiertos, se trata de un abrazo simbólico, el típico que se utiliza en el contexto religioso en un intento por llegar y acoger a todos sus fieles allí presentes. Palabras y gestos que envuelven y contienen, esa es su misión.

Un objetivo no verbal coherente con su alegato, que puede resumirse en dos conceptos: unidad y conciliación, las palabras que pronuncia con mayor sentimiento y movimiento, y eso es justo lo que proyecta su cuerpo, un rol moderador.

También cabe destacar su expresión facial cuando habla de la «guerra» interna del país, un momento efímero en el que se detecta una emoción de dolor e introspección, cerrando los ojos con fuerza, sintiendo realmente la angustia.

Biden consigue transmitir paz y sosiego, logra que empaticemos y es capaz de sentir y contagiar su más insistente propósito: «Tenemos que bajar la temperatura«.

 

El rostro de la sorpresa genuina por un regalo de Navidad inolvidable

Los empleados de una inmobiliaria en EEUU nunca olvidarán la cena de Navidad de este año. Lawrence Maykrantz, presidente de la agencia inmobiliaria St. John Properties, ubicada en Baltimore, quiso sorprender a sus cerca de 200 trabajadores con un regalo inimaginable… 10 millones de dólares a repartir entre todos y vaya si lo consiguió.

Esta misma semana, durante la cena navideña, Maykrantz agradeció a todos sus empelados su esfuerzo y les entregó un misterioso sobre rojo. Cuando el ejecutivo finalizó su discurso de agradecimiento, pidió a su equipo que abriera el sobre y la sorpresa fue tan grande que varios rompieron en llanto.

Los rostros que podemos observar son toda una clase magistral sobre la emoción básica real de sorpresa. El asombro tan intenso dibuja una configuración facial muy específica que podemos apreciar perfectamente en las imagenes.

Recoge y analiza el momento mi compañero Aurelio Cortés, experto en coaching y comunicación no verbal: «La sorpresa es la más breve de las emociones básicas, por ello algunos científicos la califican como proto-emoción, ya que una vez que comprendemos lo que está ocurriendo, la sorpresa desaparece dando paso otras emociones como el miedo, la alegría, el alivio, la ira, etc, o también puede ocurrir que si lo que nos sorprende no tiene consecuencias, no le siga emoción alguna.»

La Sorpresa se observa en tres acciones musculares:

1º La elevación de las cejas en toda su longitud.

2º La elevación de los parpados superiores, originando la apertura total de ojos, conocido con el término cotidiano de ‘ojos como platos’.

3º La caída (descuelgue relajado) de mandíbula.

En el vídeo podéis observar la Sorpresa en los rostros de sus empleados.

«Especial interés tiene la expresión de la empleada de la foto, vemos cómo después de desplegar en su rostro la sorpresa, realiza además un ‘gesto adaptador‘, mas habitual en mujeres, al llevar su mano al hueco supraesternal de su cuello, que pretende aliviar la angustia, inseguridad, temor… originados por lo imprevisto de la situación».

¿No os parece precioso? La magia de las emociones básicas universales… 🙂

La expresión facial del médico condiciona la eficacia del tratamiento

No sé a vosotros, pero a mí la influencia que ejerce la comunicación no verbal en nuestro día a día no deja de sorprenderme.

Un reciente estudio publicado en la revista ‘Nature Human Behaviour’ confirma que, en el contexto sanitario, si un médico está convencido de que un tratamiento va a ser exitoso, y, por tanto, así se refleja en su rostro y en sus gestos, disminuye la experiencia subjetiva de dolor del paciente e incrementa tanto la efectividad terapéutica (a través de un inmediato efecto placebo) como la buena percepción de la profesionalidad del experto en salud (juzgado como más cálido, empático, fiable y seguro).

Si bien, décadas de investigación han demostrado que las expectativas de los pacientes pueden afectar drásticamente a los resultados del tratamiento, se desconocía hasta ahora la influencia que pudiera tener las expectativas de los profesionales de la medicina.

En palabras de los autores: «Este resultado explica por qué diferentes médicos pueden producir distintos efectos usando el mismo diagnóstico, fármaco, recomendaciones, o incluso placebo de modo que los tratamientos efectivos podrían volverse ineficaces o que el placebo funcione. Y efectivamente, estos efectos diferenciales no se transmiten verbalmente sino a través de señales faciales sutiles, utilizando un modelo placebo-dolor.»

Este hallazgo va a ser fundamental a la hora de valorar la formación y capacitación de los profesionales de la salud, puesto que además de los conocimientos técnicos, es primordial un entrenamiento en la toma de conciencia de la influencia que ejercen las emociones en la interacción médico-paciente.