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La comunicación no verbal delata a Irene Montero ante el ataque de Toscano


Irene Montero (Podemos ) y Carla Toscano (Vox) han protagonizado un tenso momento en el Congreso de los Diputados. Las duras palabras de la diputada de Vox han provocado una intensa reacción emocional en la Ministra de Igualdad.

La actitud de Toscano ha sido muy combativa y provocativa, usando palabras de alto impacto en las acusaciones a Montero (como «libertadora de violadores»), pero el pico de agresividad verbal se ha producido con la frase específica:

«Su único mérito es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias«. Esa afirmación fue el detonante que provocó el derrumbe emocional de Montero.

Carla Toscano, en el Congreso (EP)

Y es curioso porque cuando ella interviene en respuesta para defenderse, su comunicación no verbal indica ira, en su rostro podemos ver el ceño fruncido, fosas nasales dilatadas, muestra los dientes, sus gestos se tornan en intensos aspavientos…

Pero su voz la delata, su prosodia emocional indica una tristeza y afectación profunda, más allá de un mero enfado. Sin imágenes, solo escuchando su voz, apreciaríamos mejor cómo dice lo que dice.

Irene Montero, en el Congreso (EP)

Su aflicción, denota que la herida nada tiene que ver con el ámbito político y que le aflije en lo personal. Además, esta idea se refuerza con su intento de reprimir el llanto, aprieta tanto la mandíbula para no desmoronarse que le acaba temblando la barbilla y el labio inferior.

Impacta porque la frialdad emocional suele ser habitual en los ataques y debates políticos, en este caso el daño fue de tal magnitud que no pudo inhibir su desolación.

Las 5 claves de la personalidad de Feijóo #ComunicaciónNoVerbal

El nuevo líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, es un misterio para muchos, un gallego de aspecto sobrio, serio, prudente en su comunicación no verbal y, en definitiva, desconocido para una buena mayoría.

Por esta razón, este formato de entrevista tan personal que diseña el programe de Mi Casa es la Tuya beneficia políticamente a cualquier candidato, podemos conocer su historia o la parte de su historia que ellos eligen proyectar, que creen que les representa y esto es importante, ya que cada palabra se escoge estratégicamente.

Feijóo decide destacar sus orígenes humildes, familiares, marcado por una educación fría y dura, cuenta que le envían con tan solo 10 años interno a un colegio con una exigente disciplina. Y sí que puede ser un hecho que marcara el posterior desarrollo de su crecimiento y personalidad.

Feijóo I El Austero.

Así le apodaron en Galicia cuando asumió el cargo y eliminó buena parte de los ministerios para recortar el gasto. Pero esta sobriedad también se extiende a su actitud y comunicación.

A pesar de una notable agilidad mental y locuaz discurso verbal que le dignifican, tiene una tonalidad y ritmo de voz complicadas para conectar con la audiencia.

Resulta muy plano, parco en grandes expresiones emocionales o aspavientos corporales, por lo cuál puede parecer aburrido en su formas y se le complique el propósito de que el público (futuros votantes) puedan empatizar con él e identificarse con su proyecto político.

La racionalidad por encima del carisma.

Feijóo es capaz de agradar a todos pero no fascina. No levanta pasiones para bien, pero tampoco lo hará para mal, no posee una personalidad susceptible de una extraordinaria atracción, pero tampoco de odiar, su talante neutral y templado puede jugar a su favor en muchas circunstancias.

No es nada entusiasta al hablar de ‘lo suyo’ pero tampoco es vehemente en la crítica con sus contrarios. Está claro que Feijóo no daría el perfil de hater.

Respetuoso y muy conciliador.

Se dirige con igual cortesía y consideración hacia aliados y oponentes. Va a ser curioso verlo en los debates de campaña con sus adversarios políticos, porque me cuesta imaginármelo como un polemista ‘guerrillero’, verbalmente hablando, en las contiendas políticas.

Tal y como apunta de él Juanma Moreno: «Tiene la capacidad de integrar personas que piensan muy diferente«. Una cualidad muy valorada en los Gobiernos de coalición de los últimos tiempos.

Es llamativo comparar la respuesta que dan Ayuso y Feijóo sobre Pedro Sánchez, la primera es especialmente dura en su crítica. Sin embargo, el gallego se reduce a advertir: «Voy a intentar llevarme bien».

Realmente no le nace censurar o criticar de forma más personal a alguien, aunque sea un rival directo, posición totalmente opuesta al carácter mucho más ‘guerrillero’ y directo de Ayuso.

Estabilidad emocional.

No suele perder los nervios a pesar de responder a cuestiones controvertidos, no tiene picos, controla muy bien su gestualidad y sus reacciones son moderadas y discretas.

Quizás, el momento más tenso lo apreciamos cuando habla de la última crisis del partido por la confrontación entre Casado y Ayuso y también cuando tiene que opinar sobre VOX; en ambos instantes reacciona de forma similar y verbalmente utiliza la técnica de las evasivas e indirectas para no ‘mojarse’.

Y es que ejecuta un ademán muy identificativo cuando algo le incomoda especialmente, se acaricia el cuello. Se trata de un gesto automanipulador que por sí mismo no indica nada, pero que en muchas personas se produce de forma repetida e involuntaria cuando debe tratar asuntos poco agradables, de alguna manera nos auto-tranquilizamos, nos damos consuelo para relajar cierto estado alterado del organismo. Lo vimos también por ejemplo en Iñaki Urdangarín.

Apuesta fuerte por la honestidad.

La sinceridad es el mirlo blanco de cualquier estrategia política. Deseada por los ciudadanos pero muy difícil de asumir cuando se llega al poder.

Es interesante que su primera promesa electoral sea la de no mentir, creo que es la primera vez que lo escucho así de tajante en el mundo de la política. ¿Cumplirá con su compromiso? Intentaremos dar respuesta con la lupa de la comunicación no verbal.

#ComunicacionNoVerbal Reaparece un Putin asombrosamente debilitado

Últimamente la comunicación no verbal del líder ruso, Vladimir Putin, ha sido extraña. Desde que comenzara su guerra con Ucrania no han cesado los rumores sobre un posible problema de salud y en su última aparición pública parece que aumenta esta hipótesis por sus inusuales gestos.

Vladimir Putin siempre ha estado muy interesado en lo que se proyecta sobre su apariencia, controlando al más mínimo detalle que todo en él sea energía, fuerza, vitalidad y masculinidad.

Pero hay elementos de nuestro cuerpo que no se pueden controlar a voluntad y algunos medios de gran relevancia internacional, como The Telegraph o The Sun, ya han publicado, contando con la opinión de médicos expertos, las señales físicas de que Putin podría padecer una grave enfermedad.

Destacando por ejemplo sus cojeras ocasionales, su rostro notablemente hinchado como posible consecuencia de una fuerte medicación o el uso de las exageradas distancias con otros líderes políticos por el miedo a contagiarse dada la deficiencia de su sistema inmune.

Pero además, en el último vídeo saltaron todas las alarmas porque, a pesar de estar sentado en una mesa de reunión con su ministro de Defensa, de inmediato todos pudimos detectar que sus piernas estaban en constante movimiento y parecía experimentar algún tipo de incomodidad o dolor mientras se agarraba literalmente a la mesa durante al menos un cuarto de hora.

Desde el punto de vista de la comunicación no verbal, esta postura corporal es del todo poco habitual, si fuera un gesto que se realiza durante pocos segundos o escasos minutos podría suponer cierta incomodidad, estrés, ansiedad, contención, desagrado… Todo dependería del contexto y del contenido de la conversación.

Pero lo curioso es lo que ese gesto perdura estático en el tiempo, es muchísimo para que signifique algo de lo anteriormente expuesto, realmente da la sensación de que se está sujetando…

Tampoco parece que sea nerviosismo o simplemente una postura rígida inconsciente, recordemos que Putin está altamente entrenado en el manejo del lenguaje corporal por su pasado en la KGB, donde este aspecto del comportamiento era prioritario en la fase de adiestramiento militar.

Desde luego, estas imágenes solo refuerzan los rumores sobre su comentado estado de salud y más que demostrar su fortaleza y autoridad parece que ha conseguido el efecto contrario dejando en evidencia sus propias debilidades.

Seguiremos observando…

La sobria acogida de Zelenski a Pedro Sánchez

Pedro Sánchez ha viajado a Ucrania junto a la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, para reunirse con Volodomir Zelenski.

Antes de la reunión, ambos han podido ser testigos del horror de la guerra visitando poblaciones destruidas y su comunicación no verbal, expresiones faciales, actitud y gestualidad daban cuenta de ello.

En las imágenes aparecen cabizbajos, sorprendidos y conmovidos ante la desolación del escenario.

El esperado encuentro con el líder ucraniano Volodomir Zelenski ha estado marcado por la solemnidad del momento, el saludo ha sido muy formal y austero, con un frugal apretón de manos y un Pedro Sánchez más sonriente que Zelenski.

Zelenski ya ha recibido a más líderes europeos y se ha mostrado con anterioridad más efusivo y cálido en estos encuentros, como por ejemplo, con Úrsula Von Der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea.

En esta ocasión no ha sido así, podemos ver la diferencia en el saludo.

Zelenski y Von der Leyen/EFE

A pesar de la sonrisa (quizás, excesiva por contexto) del Presidente español, éste no ha forzado gestos cómplices ni afectuosos y optó por una actitud más pasiva y expectante.

Al principio parece que Zelenski tenía mayor tendencia a dirigirse a la ministra danesa, su mirada, sus gestos y la dirección de su conversación se orientaban más a ella que a Sánchez, una vez sentados en la mesa de reunión el contacto se ha equilibrado entre ambos.

Finalmente, en la rueda de prensa, Pedro Sánchez ha leído íntegro su discurso sin prácticamente levantar la cabeza del papel, por lo que nos perdemos todo el contenido emocional de sus palabras y no consigue transmitir ni crear impacto en su audiencia.

 

La comunicación es el arma que convierte a Zelenski en un héroe

En un contexto de guerra, Volodomir Zelenski ha sido capaz de fabricar una extraordinaria estrategia de comunicación, consiguiendo así erigirse como un ejemplo de liderazgo político para los suyos pero también para el mundo.

Volodímir Zelenski.Henar de Pedro

El inesperado líder se ha convertido en pura inspiración a través de unas claves concretas de su personalidad, actitud y comunicación. Muchos ya le nombran como un héroe de carne y hueso de la era moderna y ciertamente la descripción no se aleja de la realidad.

Socialmente se considera héroe a aquel personaje que posee habilidades y ciertos rasgos que le permiten llevar a cabo hazañas extraordinarias para salvar a las personas de un peligro.

Siempre necesitan un antagonista, un villano que represente todo lo contrario a él, en este caso Zelenski destaca aun más porque, tal y como analizamos recientemente, Putin resulta totalmente opuesto en su estilo de liderazgo (agresivo) y en rasgos de personalidad (menos emocional, frío, distante, hierático…)

La figura heroica debe ser valiente, honesta, pensar en los demás, tener valores, ser seguro de sí mismo, y perseguir sus objetivos sin importar los obstáculos. Esta descripción del héroe coincide con la consideración que Zelenski proyecta públicamente a través de sus palabras pero también de su acciones y actitudes.

El héroe se sitúa a sí mismo, y a pesar de su superioridad, al mismo nivel de la gente común a la que aquejan los problemas. Esto es lo que hace que el héroe nos atraiga y nos identifiquemos con él. Zelenski dijo en una de sus intervenciones: «Usted es presidente de Ucrania como lo soy yo. Y yo soy un soldado más al servicio de Ucrania como los son todos ustedes».

No se esconde, se graba diariamente en Ucrania, no ha huido, se queda, lucha, como hacen todos. Esta acción es la que le dota de la fuerza del ejemplo, la coherencia y la autenticidad.

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Análisis no verbal de la intervención de Zelenski en el Congreso: más enfadado que de costumbre

El Presidente ucraniano Volodimir Zelenski ha intervenido hoy en el Congreso de los Diputados de nuestro país y, como siempre, deja constancia de que, sin duda, su arma más poderosa es su comunicación política, convirtiéndose ya en todo un ejemplo de liderazgo para el mundo.

Las expectativas eran altas y no ha defraudado. Zelenski se caracteriza por personalizar siempre sus discursos y realizar alusiones directas a hechos históricos (normalmente atentados o guerras) del país al que se dirige.

Para España ha destacado que: «En lugar de estar en el mes de abril del año 2022 pudiera parecer que estamos en abril del año 1937, cuando ocurrió el desastre de Guernika«.

Este recurso de la personalización despierta la empatía y la conexión con una audiencia concreta, refleja un poder similar al que conseguimos llamando a las personas por su nombre. Consigue que las personas seamos más receptivas con su causa y nos pongamos en su lugar. Agita nuestras conciencias.

De hecho, la palabra más repetida en su mensaje a la población española ha sido la de: «Imaginen…» Nos implora que de verdad podamos pensar en pasar por una situación de guerra a día de hoy. Nos pone en su piel evocando sensaciones. Relatando todo por lo que están pasando las familias ucranianas.

Sin embargo, y a diferencia de otras ocasiones, la expresión facial predominante en su rostro durante casi toda su intervención ha sido la emoción de ira. El ceño fruncido y la severidad en el tono de sus palabras nos revelan a un hombre más enfadado y rígido.

Es comprensible, las condiciones que generan ira son: la frustración, la interrupción de una conducta motivada, situaciones injustas, o
atentados contra valores morales e inmovilidad.

En otras conexiones pasadas se podían detectar en él más expresiones de tristeza, imploraba ayuda desde una posición más victimista, hoy se mostraba más imperativo e irritado, con el hartazgo natural del paso del tiempo en un contexto de guerra.

 

El polémico posado de Marine Le Pen con una mujer negra

Todo eran ‘buenas intenciones’. Marine Le Pen posa para la foto con una señora negra en su visita a la isla de Sainte-Rose, comuna francesa situada en las Antillas.

El momento fue compartido este mismo lunes a través de sus propias redes sociales, seguramente sin haber advertido el pequeño detalle que la convertiría en viral. Observa bien la foto… ¿Qué te llama la atención?

Hay pequeños gestos que pueden ofrecer grandes significados en el mundo de la comunicación. Estamos ante tal caso, ya que ese dedo que toca ligeramente el hombro de la señora se convierte en el indiscutible protagonista de la escena. Una postura que lo cambia todo.

Es evidente que hay algo extraño, porque en un abrazo natural la palma de su mano entraría en contacto con la piel de la mujer, pero lo evita y entonces nos resulta un posado artificial y forzado.

El canal de comunicación háptico (el del contacto físico con nosotros mismos y con los demás) es muy elocuente en algunas ocasiones. Los seres humanos, y muchos animales también, establecemos vínculos afectivos a través de la piel, es nuestra forma de conectar sensorialmente con otros y con el mundo que nos rodea.

Un líder cercano y accesible, con actitud de transmitir y llegar a su público, toca mucho, pero toca bien, toca con ganas. Parece que este no sea el caso.

Tal y como apunta en su análisis mi colega Alan Crawley: «Todos tenemos un impulso natural de mantener ciertas distancias y tener menos contacto físico con aquellos que consideramos muy distintos a nosotros o simplemente con los que no nos gustan».

En esta instantánea vemos cómo se pretende un forzado abrazo para la foto pero de forma inconsciente se reduce al mínimo posible el contacto piel con piel.

Otro aspecto importante de la fotografía son los rostros de ambas. En la expresión facial de la señora anónima vemos cierta desgana en el posado, su ceño está levemente fruncido y sus labios apretados. Cara de circunstancia total y compromiso forzado.

Y en el rostro de Le Pen podemos advertir una sonrisa pero ésta también se dibuja algo singular, puesto que no es relajada, vemos las comisuras con tensión, estiradas, forzando mostrar los dientes para que se vea mayor amplitud.

No transmite comodidad, ni felicidad, ni voluntad de conectar, más bien proyecta cierto desagrado por la forma en la que se produce.

Parece que la comunicación no verbal más involuntaria le juega una mala pasada a las intenciones de Marine Le Penn con esta fotografía.

¿Por qué Putin camina con el brazo derecho pegado al cuerpo?

Hace ya años que la extraña forma de caminar de Putin llamó la atención en el mundo de la neurología.

El patrón de movimiento es excepcional: una marcha firme, segura, con el brazo izquierdo oscilante de manera natural pero el brazo derecho permanece estático, totalmente pegado al cuerpo.

Siendo esta postura bastante atípica al andar. El balanceo de ambos brazos en la marcha es propio de los seres humanos y algunos mamíferos, ya que la función principal de este movimiento es el de mantener el tronco equilibrado.

Por tanto, lo primero que pensaron los investigadores de la Universidad de Radboud (en Holanda) fue que Putin podía padecer algún tipo de enfermedad, como un Parkinson incipiente, cuyas características iniciales son compatibles con esta asimetría en el caminar.

Lo descartaron enseguida al comprobar que no solo Putin ejecutaba este tipo de marcha, también lo hacían otros dirigentes rusos, pero…

¿Qué tenían en común?

Todos ellos habían recibido una férrea instrucción militar, eran diestros y tenían muy interiorizado este peculiar gesto, visible por las numerosas apariciones públicas en las que fueron grabados de tal modo.

Los investigadores descubrieron un antiguo manual de entrenamiento de la KGB, el cuál obligaba a que los soldados soviéticos siempre marcharan con el arma pegada al cuerpo, en el lado derecho (o dominante) y que su brazo siempre cubriera esta arma con la doble función de protegerla y también de poder utilizarla rápidamente en caso de amenaza.

Los autores lo bautizaron oficialmente como ‘el andar de pistolero‘. Parece que este adiestramiento militar ha desembocado en una costumbre adquirida y aunque no porte un arma (o eso espero) su cuerpo mantiene esta postura en el caminar habitual.

(Sergei Ilnitsky / EFE)

*Fuente: BBC News

 

¿Qué hay tras el apasionado saludo entre Macron y Sánchez?

Emmanuel Macron y Pedro Sánchez se han encontrado en la reunión de la UE celebrada en Versalles y las redes se han inundado de memes tras el saludo algo inusual entre ambos, literalmente se dan las manos, efusivos abrazos y besos en las mejillas.

Es cierto que ambos líderes políticos pueden ser considerados de base como personas de ‘alto contacto’, es decir, buscan establecer una buena conexión y vínculos con los demás a través de sus manos. Ya lo habíamos visto antes entre ambos también, aunque sin tanta trascendencia y lo veíamos frecuentemente entre Sánchez y Pablo Iglesias, por ejemplo.

Como en aquella ocasión, de estas imágenes se desprende que la relación entre ambos supera lo meramente profesional. Normalmente el contacto en el contexto laboral se centra en las zonas neutrales del cuerpo (hombro y codo), cuando se sobre pasa esta barrera entramos en terreno peligroso si no hay un nivel de confianza suficiente entre los dos partes, ya que puede provocar bastante rechazo.

En este caso, Macron y Sánchez están en sintonía, muy cómodos, con amplias sonrisas, miradas cómplices y hasta caricias en la espalda tras la típica palmada.

Por tanto, es normal que esta conducta ritual de saludo llame la atención, este tipo de saludos está reducido a familiares, amigos muy cercanos y a nuestra pareja.

Entiendo que ambos se marcan el objetivo de transmitir con la mayor de las intensidades su alegría por el reencuentro, pero ojo, que en no pocos líderes políticos este ‘marcaje’ manual también se exhibe como símbolo de dominancia.

Si reflexionamos, esos comportamientos están cargaditos de testosterona y son únicos entre hombres, es muy muy extraño encontrar a mujeres que se saluden dándose palmadas en la espalda (y además parece que cuánto más fuerte sean, mejor)

Al final, siguen siendo gestos de poder, de fuerza, de dominancia sobre el otro… Un marcaje del territorio y la superioridad. Recordemos también el caso de Monedero con Soraya Sáenz de Santamaría, la salvedad es que entre Macron y Sánchez la ‘lucha afable’ es correspondida.

Fotografía EFE

Comunicación no verbal: Zelenski vs Putin

Las formas importan en el liderazgo. A través de la voz, apariencia, palabras y escenarios elegidos, gestos, actitudes, expresiones, etc, podemos transmitir emociones, intenciones, expectativas, estilos de personalidad…

Todo ello también comunica y todo ello también puede provocar influencia, empatía, admiración, o todo lo contrario. El caso de Putin y Zelenski es ejemplar precisamente para advertir estas diferencias radicalmente opuestas.

Ya analicé hace unos días al Putin como simio agresivo, desde una perspectiva etológica y en sus comparecencias para el mundo.

Pero además, en las relaciones con su propio equipo, lo que nos llega de Putin son intentos de humillación a sus ministros, se ríe de ellos con sonrisas maquiavélicas en el rostro bien definidas, les ridiculiza y disfruta haciéndolo, le interroga, infunde miedo a quien muestre una opinión diferente.

Recrea atmósferas frías, impone sus propios protocolos para los encuentros, se reúne con líderes de otros países en ambientes surrealistas, con mesas de 6 metros de largo de por medio.

La constantes proyecciones de poder, dominancia y superioridad de Putin contrastan la emocionalidad, cercanía y la actitud agradable de Zelenski, a pesar de todo.

En la batalla mediática e imagen mundial, gana por mucho un Zelenski que, como líder, pone en valor la inteligencia emocional e induce al respeto en lugar de miedo. Se muestra, al mundo y a los suyos, como uno más, lucha y resiste como uno más, no le importan las apariencias.

El estilo político de Putin es muy agresivo, tóxico, basado en el sometimiento, recuerda a dictadores pasados. Y tal y como apuntaba la periodista Patrycia Centeno: «Putin es un abusón, y este hecho realmente revela miedo, no poder». Gran apunte.

Putin vencerá o no en esta guerra, pero no convencerá jamás en la batalla mediática. Ya no hay vuelta atrás.

Captura de video / Wikimedia