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Analizamos la comunicación no verbal de Íñigo Onieva tras su ruptura con Tamara Falcó

Íñigo Onieva reaparece públicamente atendiendo a los periodistas que le hacían seguimiento tras la filtración en vídeo de su infidelidad a, su hasta entonces prometida, Tamara Falcó.

Visiblemente nervioso, su mensaje y comunicación no verbal expresan una alta carga emocional. Centra su discurso en rogar respeto para su familia, a la que describe como acosada y aprovecha para agradecerles su apoyo incondicional.

Se describe a sí mismo como «destrozado» y muy «arrepentido«, exteriorizando directamente su dolor y sufrimiento y desmintiendo que esté feliz y de fiesta.

Sí que evita pronunciar palabras que le inculpen expresamente, como «infidelidad», «engaño», o «traición». Por contra, minimiza de alguna manera su responsabilidad, hablando de forma impersonal y sustituyendo estas palabras más duras por evasivas como:

«No hay héroes ni villanos sino personas que cometen errores» y añadiendo: «Es algo de lo que me arrepiento».

Sin embargo, lo que ha trascendido, sobre todo, por parte de los medios de comunicación que recogieron sus declaraciones, es que Íñigo Onieva sí que parecía sincero e incluso les transmitía cierta ternura al expresarse así de emocionado y vulnerable.

¿Por qué esta vez ha sido distinto y ha ‘llegado’ a los corazones de buena parte de la audiencia?

Un aspecto de su comunicación no verbal podría ser la clave en este cambio en la opinión publica, y es su paralenguaje, es decir, la forma en la que expresa su discurso.

La voz quebrada es muy difícil de simular y es por esta razón que su credibilidad ha sido más palpable, porque es un signo evidente de tristeza y sufrimiento. Ahora bien, no sabremos si el objeto de este pesar se debe al acoso mediático y a la vulneración de su intimidad, a la ruptura con Tamara, o ambas dos.

¿Cómo reaccionará Tamara Falcó a sus palabras?

Análisis no verbal: ¿Son estos los peores días de la vida política de Pablo Casado?

Tras el análisis de los gestos y palabras escogidas por Ayuso en su polémica comparecencia del pasado jueves, en el día de ayer llegó la esperada réplica de Pablo Casado emitida por el programa de Cope Radio, de la que por suerte también hay vídeo, aunque es cierto que el plano de perfil no ha facilitado la visibilidad de sus expresiones emocionales.

Como no podía ser de otra forma, Carlos Herrera ha formulado preguntas muy buenas, directas y de alto impacto emocional, de esas en las que se espera una reacción sí o sí y las palabras y formas escogidas para responder serán muy significativas.

Con esta cuestión se iniciaba la entrevista: «¿Son estos los peores días de su vida política?»

La primera reacción no verbal suele ser de las más interesantes, porque aún el cerebro no se ha acomodado al ‘modo entrevista’, está más frío y menos preparado y esa primera pregunta además tenía enjundia.

Pues bien la emoción predominante en Pablo Casado ante la pregunta, y que me hace inferir que es su estado predominante, en general, ante esta situación, ha sido la sorpresa.

Abre los ojos y arquea las cejas para verbalizar a continuación que: «La verdad es que estoy muy sorprendido». Esa es la emoción que prioriza, más que afectado, dolido o enfadado, está absolutamente descolocado con este escenario totalmente inesperado para él.

La sorpresa es una emoción neutra que nos mantiene expectantes y se traduce en el sentimiento de no controlar una situación. Curiosamente, esta es la experiencia interna que predomina en el líder del PP.

Sin embargo, el canal de comunicación no verbal que denota más afectación es la voz, sobre todo, durante la primera mitad del encuentro.

Le cuesta mantener un tono contundente y firme en su discurso, realmente el ritmo es lento y se escucha notablemente disminuida su frecuente fuerza en la voz, por momentos parece que no le salga del cuerpo, y en este sentido es donde más denota tristeza.

Al contrario que Ayuso, que aludía directa y constantemente a Pablo Casado, él sin embargo evita nombrarla directamente en la parte más crítica su discurso, es decir, cuando se refiere a la rueda de prensa de Ayuso.

En esos momentos, la nombra como la Presidenta y utiliza claras evasivas en frases como: «No entiendo por qué ayer se sale a decir…» «Ella, una persona que preside la comunidad de Madrid», o «Quien hace esto público en el día de ayer fue la Comunidad de Madrid» (como si la Comunidad fuera un sujeto).

Con tal de no nombrarla directamente le quedan esas frases impostadas. Este hecho parece ser un recurso estratégico basado en el distanciamiento para no mostrarse tan acusador, combativo o con ataques directos, no quiere proyectar tanto impacto, prefiere suavizar su discurso y sí ser más políticamente correcto.

Solo por las formas o palabras escogidas se percibe ya una clara diferencia entre la afectación más personal y pasional de Ayuso y la racionalidad y el enfoque más templado y profesional de Casado.

Todo ello en las formas y en la estética, porque Casado sigue dejando en el contenido verbal claras acusaciones y desconfianza plena hacia Ayuso, como cuando dice que lo ocurrido solo puede ser ilegal o no ejemplar, no da otra opción.

Parece que los dos ya tienen muy clara su postura y solo podrá quedar uno o una… Poca reconciliación posible parece tener este caso.

¿Tienes un tono de voz grave? Estás de suerte

¿Te han dicho alguna vez esto de: «Me gusta escuchar tu voz«? Estás de suerte.

El estudio no verbal de la voz se denomina paralenguaje y analiza la forma en la que se expresan las palabras. Se abstrae de lo que decimos y se centra en el cómo lo contamos, qué proyecta nuestro tono, la rapidez y fluidez del habla, nuestras pausas y silencios… Todo comunica.

Fotografía Free to use – Pexels.

La voz también puede ser el espejo del alma y resulta ser una muy buena carta de presentación en la formación de las primeras impresiones. Concretamente, tardamos solo 390 milisegundos en hacernos ya una idea sobre el otro, tanto la apariencia como la forma de hablar tienen mucho que ver en esta fase.

Existen estudios muy recientes que ya nos advierten de que el tono de voz es capaz de transmitir emociones, estados de ánimo e incluso algunos de los rasgos más importantes de nuestra personalidad.

Una de las conclusiones más significativas de la investigación es que las personas (indistintamente hombres y mujeres) con un tono de voz más grave, profundo, y capaces de realizar más inflexiones con la tonalidad, son más persuasivas con los demás; también más dominantes, extrovertidos y atractivos.

¡Ahí es nada!

Pablo Iglesias se ve sorprendido por Matías Prats #ComunicaciónNoVerbal

La forma más usual de expresar y reconocer la emoción básica de la sorpresa es a través de su expresión específica en el rostro: los ojos se abren como platos, pero con una acción muscular relajada, se arquean las cejas de forma suave o también cae la mandíbula, dejando entreabierta la boca.

Pero no, ayer no vimos este gesto facial en Pablo Iglesias cuando fue entrevistado por Matías Prats en el informativo. Sin embargo, fue otro canal de la comunicación no verbal el que reveló igualmente esta sensación sorpresiva e inesperada en la reacción del Vicepresidente del Gobierno.

En una intervención que dure pocos minutos (como fue el caso) se puede controlar el rostro, se pueden controlar los gestos con los brazos, incluso la postura, pero es muy difícil controlar la parte no verbal de nuestra voz, la prosodia emocional del mensaje (ritmo, velocidad, tonalidad, silencios, etc) y este canal fue el que dejó al descubierto la imprevista entradilla de Matías Prats para el entrevistado.

Solo tenéis que fijaros en el tono y la velocidad del habla que se suceden en el primer minuto de la respuesta de Iglesias y comparar ambos elementos  pero ya transcurridos unos minutos, cuando Iglesias ya ‘ha calentado’ y entra en materia.

Podemos observar como al principio baja la voz y estira las palabras, tanto de hecho, que le deriva como en un extraño acento. En ese momento se evidencia la sorpresa y la consecuente carga cognitiva que ha supuesto la primera apreciación de Prats:

«Vamos a iniciar la desescalada con la mayor tasa de víctimas mortales por habitantes del mundo, ¿qué ha hecho mal el Gobierno, del que usted es Vicepresidente, para arrojar esos datos?

Iglesias no sabe qué decir. La pregunta crítica inicial le pilla totalmente ‘fuera de juego’, desprevenido y necesita de todos sus recursos mentales para pensar y preparar rápidamente lo que va a contestar, algo que no ocurre posteriormente cuando ya se acondiciona al tono de la entrevista.

Se refuerza también este hecho con su ceño fruncido (ya marca registrada de Pablo Iglesias), se aprecia durante toda su aparición pero se intensifica también a medida que van avanzando los minutos. Este gesto facial, como forma parte de su patrón base habitual de expresión, no se interpreta tanto como ira, sino más bien como concentración e implicación emocional en lo que va diciendo con sus palabras

Al principio la acción muscular en el entrecejo es muy sutil y se va acentuando más y más, igualmente cuando va aclimatándose emocionalmente a una (parece que insospechadamente) tensa entrevista para él.

El poder de los ruidos

Lo cierto es que no apreciamos lo suficiente el silencio. La contaminación acústica supone la segunda causa de enfermedad por motivo medioambiental después de la calidad del aire, pero mientras que para la primera sí se toman medidas, para la segunda no. Según los estudios, el ruido nos genera estrés, ansiedad, alteración del estado de sueño-vigilia, irritabilidad, descenso del rendimiento, déficit de atención…

Además de todo esto, que no es poco, nuestra ya conocida experta en logopedia/comunicación no verbal y fundadora de ‘Oh La Voz‘, Carmen Acosta, nos habla de una desconocida afección más que impacta directamente en nuestra forma de comunicarnos con los demás:

Todos hemos experimentado cómo los sonidos ambientales pueden alterar nuestro estado de ánimo. Pero una investigación de la universidad de Duke demuestra que su poder va más allá: también afectan a la forma en la que interpretamos las expresiones faciales de las personas que nos rodean.

Estudiaron cómo la intensidad, el tono y el espectro de frecuencias de los ruidos producidos por las acciones humanas, de los sonidos de los animales, del ruido de las máquinas, y de los sonidos de la naturaleza, alteraban las valoraciones emocionales.  Y hallaron que, al igual que ocurre con la voz y con la música, cualquier cambio en esos parámetros afectaba a la valoración de la emoción como positiva o negativa y al grado de excitación (agitado -calmo) que los sujetos atribuían a los rostros de las personas a las que veían.

De la misma manera que el paisaje sonoro de una película influye poderosamente en las perspectivas del espectador sobre la narrativa , también los sonidos ambientales que nos rodean crean una banda sonora cuyo poder emocional afecta a nuestra experiencia de los sonidos, y, como ahora sabemos, a nuestras evaluaciones de los estímulos visuales que los acompañan.

Y esto es de suma importancia porque una lectura desacertada de las expresiones faciales puede llevarnos a inferir estados emocionales falsos en nuestro interlocutor, condicionando nuestra interacción con él, y pudiendo hacer fracasar la comunicación.

Vivimos inmersos en distintos y poderosos paisajes sonoros formados por voces, músicas y una gran diversidad de sonidos ambientales de los que no podemos aislarnos. Ojalá estas investigaciones abran la vía para desarrollar espacios con una acústica emocional capaz de favorecer las relaciones tanto personales como laborales.

¿Leer un texto en público y resultar interesante? ¡Sí, se puede!

Tener que hablar en público nos trae a (casi) todos de cabeza pero cada vez más tenemos que hacerlo con más frecuencia, por formaciones en el trabajo, exposiciones en reuniones, charlas, o por dar un discurso para nuestro mejor amigo el día de su boda.

Lo fácil es prepararse un texto y leerlo, lo vemos constantemente en los soporíferos discursos políticos, de este modo nada se improvisa, dicen exactamente lo que quieren decir sin saltarse una coma, todo queda controlado y marcamos un mensaje sin improvisaciones indeseadas, la contra es que resta mucha expresividad emocional a nuestra voz y  gestos, siendo más complicado así despertar y mantener la atención de la audiencia.

Pero se puede. El truco está en tratar el texto como si nos sorprendiera, como si fuera la primer vez que lo leyéramos, jugar con las modulaciones de nuestra voz, si leemos, el tono se torna constante y monótono por defecto, así que tenemos que jugar con las variaciones tonales, tal y como lo haríamos si expresáramos un mensaje de forma natural. Debemos forzar ciertas pausas, respiraciones y miradas a la audiencia para conectar con ella.

Aquí os dejo un manual que os puede resultar muy útil para guiar vuestra intervención de forma exitosa 🙂

10 técnicas para leer en público y resultar interesante

Si me encantas te creo #HablarEnPublico

Cuenta la leyenda que hablar en público es uno de los mayores miedos que tenemos en la sociedad actual, no sé si esto será tanto así, pero es cierto que en la mayoría de consultas que recibo el pánico a dirigirse a una audiencia y la inquietud por cómo superarlo suele ser muy habitual. Ya he compartido anteriormente algunas claves para potenciar nuestra habilidad de hablar en público (las recopilo de nuevo al final de esta entrada). La preparación y un buen texto es importantísimo pero como podréis adivinar la comunicación no verbal también juega un papel muy protagonista en el desarrollo de esta competencia, hoy nos centramos en la voz.

Canta tu discurso y encantarás a tu audiencia. Es la máxima de nuestra ya conocida psicóloga, logopeda y experta en lenguaje corporal, Carmen Acosta, fundadora de OhLaVoz. Os dejo con una aportación genuina para aumentar la calidad en vuestras presentaciones:

“Encantar” nace del latín “cantare” y en principio se usaba para referirse a las fórmulas cantadas de las que se servían los hechiceros. Al cantar nuestra voz se mueve por distintas notas o tonos, y ese movimiento musical tiene un gran poder evocador y disparador de emociones. Aunque en el habla el número de notas o tonos que utilizamos es menor, no por ello nuestra forma de hablar debería renunciar a aprovechar los poderes de la música.

Cuando hablamos siempre buscamos atraer y mantener la atención, porque solo si contamos con la atención de nuestros interlocutores podremos convencer, enseñar, demostrar, vender, transformar, “hechizar”Nuestra atención se activa ante la novedad; lo previsible, conocido, o repetitivo no activa a nuestro sistema reticular, que es el responsable de “despertar” al cerebro. Así que si queremos ser escuchados tendremos que capturar la atención de los oyentes y para ello hay que pasar el filtro de sus sistemas reticulares.

¿Cómo? dándoles novedades que los sorprendan. Y una forma excelente es a través de la música de las palabras. La música nos emociona, nos transporta, nos mueve y conmueve, desencadena imágenes, sensaciones… Por ello cuando la forma de hablar es rica en melodías nuestro cerebro se mantiene activo, despierto: atento. Sin embargo, cuando el habla es monótona, es decir, que utiliza pocos tonos, por interesante que sea el tema del que trate, la limitada variedad tonal producirá en nosotros un efecto de adormecimiento, de previsibilidad, de aburrimiento, provocando falta de atención.

Por otro lado, a un orador monótono siempre le atribuiremos menos credibilidad, porque esa falta de compromiso emocional que traduce la ausencia de melodía nos lo hará percibir como no implicado o no comprometido con su mensaje. Y es que todos sabemos que cuando estamos verdaderamente comprometidos con nuestro mensaje, las emociones y flujos de intenciones mueven a nuestra voz , colorean nuestra pronunciación, impregnan a nuestras pausas, marcan con fuerza los acentos y tiñen a las palabras con cambios tímbricos que les aportan sentido.

Si quieres que tus intervenciones encanten: aprovecha el potencial de la música y aléjate de la monotonía.
Aquí te dejo algunas estrategias muy útiles:

  • Ensaya tus intervenciones mientras bailas para que tus melodías se contagien de los movimientos de tu cuerpo.

  • Exagera las inflexiones.

  • Imita a personajes de dibujos animados.

  • Canta tu discurso.

  • Alterna distintas longitudes de las frases.

  • Juega con cambios en el volumen de tu voz.

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¿Qué aroma desprendes al hablar?

Que las palabras contienen emociones por sí mismas es innegable. Continuamente asociamos sensaciones a todo lo que escuchamos, y es que las palabras pueden usarse también para transportarnos; tienen vida. Podemos usar este poder o no, todo dependerá de nuestro objetivo. Nuestra ya conocida experta en este blog, Carmen Acosta, psicóloga, máster en comportamiento no verbal/logopedia y fundadora de OHLAVOZ.com nos desvela en este artículo que nuestra comunicación puede evocar mucho más que simple información objetiva y transformarnos en armas persuasivas.

Espero que su aportación os fascine tanto como a mí.

Hay palabras que desprenden aromas embriagadores mientras que otras son frías e inodoras como el acero. Las palabras que embriagan lo hacen evocando imágenes, sensaciones, colores, emociones… mientras que las inodoras se limitan a transportar, de la manera más aséptica posible, el significado.

La poesía es el reino de las palabras olorosas, mientras que la ciencia o el BOE lo son de las inodoras. Dependiendo del contexto y de nuestras intenciones será interesante utilizar unas u otras. Y esto es muy importante, porque si nuestro modo de expresarnos implica la preferencia constante por un tipo de palabras o por el otro, podremos tener serios problemas comunicativos. “Amanecer” desprende más aromas que “salir el sol”. Significan lo mismo, pero su poder evocador es diferente. Y eso puede facilitar o entorpecer la comunicación dependiendo de la situación en la que nos encontremos.

Cuanto más delimitado está el significado, menos espacio para la evocación queda, la expresión se vuelve más objetiva y, por tanto, menos sugerente. Pierde capacidad emocional, pero gana concreción. De las palabras olorosas nos servimos cuando queremos poner en juego las emociones. Así para seducir, persuadir o crear un slogan acudimos a buscarlas en la poesía y no en un acta notarial.

Sin embargo, si estamos sumidos en una discusión, redactando un comunicado o vamos a abordar temas no personales, será mejor que limitemos y vigilemos las palabras que puedan resultar más embriagadoras, porque no sabemos qué tipo de evocación van a producir en la mente de los interlocutores. “Amaneció a la vida” transporta más contenidos y más potencial de desencadenar emociones , que “nació”, pero los contenidos de “nació” son más claros y compartidos que los de su versión metafórica. Por eso las metáforas son tan útiles para disparar los aromas y con ellos las emociones.

Usar metáforas implica asumir el riesgo que supone abrir la caja de los vientos en la mente de nuestro interlocutor, pero tiene la enorme ventaja de permitirnos mover las emociones de quienes nos escuchan. En cada situación comunicativa deberemos valorar cuánto riesgo queremos y podemos asumir.

 

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¿A qué suena tu nombre?

No es la primera vez que hablamos del paralenguaje en este blog. Es un canal fundamental del lenguaje corporal que trasmite mucha información emocional del mensaje. El paralenguaje contiene todos aquellos aspectos no verbales de la voz, por ejemplo, el acento, volumen, silencios, pausas, tonalidad, ritmo, etc, que matizan el significado de lo que se dice. Para profundizar en este tema, siempre acudo a Carmen Acosta, logopeda, psicóloga, experta en comunicación no verbal y fundadora de OHLAVOZ.com

¿A qué suenan las palabras? Interesantísima aportación que hoy comparto con vosotros/as:

Los sonidos de las palabras son los vestidos de las ideas, y del mismo modo que nuestro atuendo afecta a la impresión que causamos, también el sonido que envuelve a la palabra afecta a su percepción y desencadena unas reacciones u otras. Podemos decir una misma cosa con distintas palabras, pero elegir unas u otras cambiará el efecto de lo que digamos.

Y es que en realidad no existen los sinónimos. Por ejemplo, cuando escogemos llamar a nuestro progenitor “papa´”, “padre” o “papi” , esa elección aporta un plus informativo, habla de nuestras percepciones, de cómo estamos viendo en ese momento a esa persona o de cómo nos sentimos con ella…

Compruébalo, tómate un minuto para visualizar a tu progenitor y nómbralo cada vez de una manera, verás como tus sensaciones hacia él no son exactamente iguales. ¿Por qué? Pues porque el contorno sonoro de cada una produce un efecto distinto en tu cerebro, ya que por un lado activa unas imágenes y experiencias guardadas en tus recuerdos y, por otro, despierta a las palabras que tienen un sonido parecido.

Así la presencia de la /i/ en “papi” volverá a tu padre más pequeño, más cercano, quizá más dinámico y activo. Y si te pidiera asociarlo con un color, es muy probable que lo asociaras con el amarillo. Sin embargo, “padre” al contener la /e/ y la /r/ es muy posible que te lo hagan percibir más sólido, más oscuro, más cercano a la textura y al color de la tierra.

Y es que, nos dice Alex Grijelmo (La seducción de las palabras. ed Taurus), tendemos a percibir las erres como enérgicas y fuertes, porque la fuerza y la energía se encuentra en palabras como: “resurgir”, “romper”, “reactivar”, “rasgar”… La /r/ vuelve más potente la palabra “patraña” que a su sinónimo “embuste”. ¿A que sí?

Y “papá” ¿de qué color lo ves?. Quizá lo estés imaginando blanco, como la cal, las sábanas, las nevadas o los fantasmas, todas ellas repletas de aes. Piensa ahora en qué evocaciones te produce alguien que se llama Mª Dolores, pero se presentas como “Loli” o como ”Lola”.

Aunque no seamos conscientes, el poder del sonido actúa sobre nosotros y sobre la imagen que proyectamos. Tenlo en cuenta la próxima vez que acudas a una cita importante o a una entrevista de trabajo.

El sonido de una risa falsa y de una risa real

En el post de ayer (pincha aquí para acceder al artículo) os preguntaba si seríais capaces de distinguir una sonrisa verdadera de una sonrisa fingida a través del sonido. Parece ser que, en general, sí. Las investigaciones al respecto afirman con contundencia que independientemente del genéro o la cultura somos bastante buenos identificando risas sinceras de las que no lo son.

Según Greg Bryant, de la Universidad de California y autor principal del experimento «Cuando las risas falsas no llegan a convencer son por pequeñas sutilezas que nos delatan. Muchas de las risas falsas suenan bastante bien, pero los oyentes parecen prestar atención a ciertas características acústicas que son realmente difíciles de falsificar».

Bryant cree que la investigación ilustra que los dos tipos de risas, reales y falsas, se producen por dos sistemas de vocalización separados, totalmente independientes. Muchos animales se ríen, pero solo los humanos sabemos cómo fingir la risa. «Las risas genuinas son producidas por un sistema vocal emocional que los humanos comparten con todos los primates, mientras que las risas falsas son producidas por un sistema del habla que es exclusivo de los humanos».

No es accidental que las risas reales estén asociadas con el sistema vocal compartido con otros animales. Muchos animales se ríen, incluidos los chimpancés, los gorilas y los orangutanes. En el reino animal, las señales de risa quieren comunicar que ‘estoy en modo juego’, explicó Bryant. «De hecho, se cree que la risa evolucionó de la respiración dificultosa que se suele producir durante el juego físico. De esta manera, la risa genuina revela nuestra naturaleza animal«.

En la investigación se analizaron las características acústicas de los dos tipos de risas. Ambas consisten en dos partes: la primera es la vocal, suena el «Ha, ha, ha» y la segunda parde corresponde con los sonidos entrecortados del aire que se producen entre esos sonidos vocálicos. Combinadas, las dos partes constituyen lo que los investigadores describen como una «llamada«.

Descubrió que con risas reales, la proporción de partes respiradas en la llamada era consistentemente mayor que con las falsas. Bryant lo atribuye a las particularidades del sistema vocal emocional. El sistema vocal emocional tiene un control más eficiente sobre la apertura y el cierre de la tráquea, lo que permite a las personas emitir aire rápidamente durante las risas genuinas. De hecho, durante las risas genuinas, la tráquea se puede abrir y cerrar a un ritmo que se acerca al máximo potencial del aparato, según descubrieron los investigadores.

En contraste, el sistema de habla, que es responsable de las risas falsas, controla la dinámica del tracto vocal de manera diferente y no puede abrir y cerrar la tráquea con la misma rapidez. Al acelerar una grabación de risas falsas, Bryant y Aktipis pudieron hacer que el sistema de voz sonara como si se abriera y cerrara la tráquea a un ritmo mucho más rápido de lo normal. Bajo esa condición, las risas falsas suenan mucho más como risas producidas por el sistema vocal emocional.

En la opinión de Bryant, los humanos han desarrollado una sensibilidad particular a las risas falsas porque las consecuencias de cometer un error pueden ser muy altas. Los investigadores descubrieron que la risa genuina libera la hormona calmante oxitocina, que promueve un sentimiento de afiliación y cooperación. Pero la evolución también funciona en la dirección opuesta, advierte, estimulando a los humanos a producir carcajadas falsas bastante convincentes.

Aquí podéis escuchar los diferentes tipo de risas que utilizaron para el experimento… A ver qué tal se os da! 🙂