¿Cómo diferenciar la envidia de los celos?

Siempre decimos por aquí que no hay emociones ni buenas ni malas por sí mismas, todas son útiles, todas nos están diciendo algo, de todas aprendemos más de nosotros mismos.

Los celos no perdonan a nadie, ni a la primera dama de EEUU y no suelen pasar desapercibidos. Foto AFP

Los celos no perdonan a nadie, ni a la ex-primera dama de EEUU Michelle Obama y, además, no suelen pasar nada desapercibidos. Foto AFP

Pero, ¿qué tienen de positivo emociones como los celos o la envidia? Pues sí, también pueden ser sentimientos sanos si aprendemos a identificarlas y gestionarlas adecuadamente.

La principal y más importante diferencia entre celos y envidia es que: mientras que la envidia nace ante algo que se desea pero nunca se ha tenido o poseído, los celos se centran en la emoción del miedo ante la perdida de algo que ya se posee y se quiere conservar (Psicología y Mente).

La envidia es una emoción que genera un malestar más o menos intenso ante una situación concreta de la vida de otra persona (logros, pertenencias, relaciones…). A pesar de ello, esta amarga inquietud puede ayudarnos a descubrir cuáles son nuestras prioridades, nuestros deseos, carencias o motivaciones.

Esto no es malo, este sentimiento puede guiarnos hacia la toma de decisiones, mostrarnos diferentes caminos y objetivos o elevar nuestras aspiraciones, nos puede enseñar a no conformarnos y es capaz de movilizarnos para mejorar o simplemente cambiar y actuar.

¿Crees que tú no eres envidioso/a? ¡Imposible! Si eres humano, sientes envidia y celos de forma irremediable, otra cosa es cómo gestionemos esa sensación. Puede generarte una motivación sana, pero también rabia y frustración que pueden proyectarse en el otro y criticar o incluso dañar a los demás.

En ese caso, la envidia ya no es sana porque nos lleva a intentar que lo del otro no sea tan bueno como nos parece. Se convierte en una actitud tóxica y destructiva para nosotros mismos y para los demás.

Los celos se suelen enmarcar en el ámbito de la pareja, aunque en menor medida también se puede sentir con amistades, hijos, padres o hermanos, ya que la preocupación y angustia surge ante el temor de perder, en manos de otra persona, una relación que consideramos como propia y que nos resulta muy valiosa.

Con esta emoción es interesante explorar qué tipo de relación mantenemos con quien creemos que vamos a perder, cuáles son los detonantes de estas sensaciones, nuestro historial afectivo, cuestionarnos el concepto de posesión y pertenencia con las relaciones personales, también habría que analizar posibles inseguridades o sentimientos de inferioridad.

Pero, ¿son los celos una expresión de amor?, ¿es normal sentirlos?, ¿cómo actuar? Pincha aquí para profundizar aun más en esta emoción.

*También te puede interesar:

¿Dónde has estado? Cómo leer los celos en el lenguaje corporal

¿Emociones antes de nacer?

Las investigaciones sobre comunicación no verbal también llegan al útero materno. Antes de nacer ya podemos estudiar el comportamiento y las reacciones faciales de los bebés y, con la tecnología ecográfica de 4D, el análisis de estos movimientos cada vez son más certeros y elocuentes.

Un reciente estudio publicado por la Universidad de Durham es el primero en indicar que los fetos son capaces de detectar prenatalmente información quimio-sensorial transmitida por compuestos de sabor provenientes de la dieta materna.

Concretamente, reaccionaban de forma muy distinta al sabor dulce de la zanahoria y al sabor más amargo de la col rizada. En el primer caso se registraron rostros más compatibles con expresiones faciales placenteras y agradables, por contra, con el sabor amargo se detectaron movimientos faciales más compatibles con el desagrado y el llanto.

«Varios estudios ya habían sugerido antes que los bebés pueden saborear y oler en el útero, pero se basan en los resultados posteriores al nacimiento, mientras que nuestro estudio es el primero en ver estas reacciones antes del nacimiento«, aclara una de las autoras del estudio que publica la revista Psychological Science.

Algunos medios han extrapolado estos resultados al área de las expresiones emocionales, afirmando que los bebés ‘son felices’ con la ingesta de zanahoria y que les ‘da asco’ sentir el sabor de la col.

Tal y como apunta mi compañero Alan Crawley, hablar de emociones en este contexto sería malinterpretar los resultados de esta investigación: «Los estudios prenatales han corroborado empíricamente que la expresividad de sus rostros está relacionada con el sabor del alimento. ¿Es eso prueba de que la cara expresa emociones desde el nacimiento? No. Podrían ser reflejos o movimientos para reducir o aumentar la exposición sensorial a un gusto, solo por nombrar algunas alternativas».

Añade también la mención de Daniel Robinson, profesor de la Facultad de Medicina Feinberg: «No deberíamos interpretar que estas acciones faciales en fetos son señales de felicidad o desagrado. ¿No es algo obvio? ¿Por qué deberíamos asumir que esas muecas son emociones? Creo que ningun investigador descarta la posibilidad de que esos movimientos puedan considerarse actos faciales del asco, pero entre descartar y afirmar hay un largo tramo».

El rostro cumple muchas más funciones que la de solo expresar emociones y, conscientes de ello, los propios autores del estudio han sido bastante cuidadosos con el empleo de la terminología neutra «movimiento facial» a diferencia de la tradicional «expresión facial» para explicar los resultados de su investigación.

 

Referencia: Ustun, B., Reissland, N., Covey, J., Schaal, B., & Blissett, J. (2022). Flavor Sensing in Utero and Emerging Discriminative Behaviors in the Human Fetus. Psychological Science.

La comunicación no verbal de Tamara Falcó tras su ruptura con Íñigo Onieva

Tamara Falcó reaparece públicamente tras las filtraciones de los vídeos que demostraban las infidelidades de su prometido Íñigo Onieva. Anoche atendió a los medios de comunicación y trató el tema sin tapujos.

Este es uno de los casos ejemplares en los que se demuestra que no todo son expresiones faciales cuando hablamos de comunicación no verbal, porque tal y como ha reconocido la propia Tamara, es férrea defensora del uso del bótox, y su rostro de piel tersa no muestra arruga alguna que pueda valorarse como emoción (ceño fruncido de ira o triangulación de cejas para la tristeza, por ejemplo).

No ha sido necesario, Tamara Falcó tiene una comunicación corporal muy elocuente y transparente, transmite con la mirada, con sus formas, con las palabras que escoge, con su actitud. ¿Y qué sentimiento es el que predomina en su discurso?

Sin duda, Tamara Falcó en su fuero interno estará triste, decepcionada, enfadada, abrumada, pero lo que expresa al mundo no es nada de eso, lo que irradia es alivio, tranquilidad. El fin de la angustia, de un peso, de una preocupación.

Su talante es sereno, desde una posición muy sosegada y admite suspirando y reafirmándose que: «Estoy contenta por haberme enterado de todo esto antes de casarme y formar una familia«.

Todavía evita utilizar palabras dolorosas o impactantes como ‘infidelidad’, ‘deslealtad’, ‘ruptura’, ‘separación’, etc, pero a pesar de ello, sus palabras denotan ya cierta aceptación de la realidad, asume su nuevo estado sentimental calificando a Íñigo como su ex y hablando de sus sentimientos en forma pasada para justificar su confianza anterior: «Es que yo estaba muy enamorada de él».

Por último, cierra las puertas de la reconciliación respondiendo a la pregunta del perdón con un: «Imposible«. Y en ese momento no duda, pronuncia esa palabra con plena convicción y sin titubeos.

Y hasta en esta ocasión, Tamara Falcó nunca pierde su característico sentido del humor, bromeando con que su madre sería quien habría filtrado los vídeos. También da a entender con este chascarrillo que Isabel Preysler podría ser la más consciente de la fragilidad de este compromiso… No dando puntada sin hilo…

Fotografía GTRES

Fotografía GTRES

Redefiniendo al amor (y alucinando con la RAE)

Amor es una de las palabras más buscadas en diccionarios y exploradores varios de internet. Demuestra que nuestras inquietudes son claras y en mi caso, además, me encanta investigar sobre la ciencia del amor, sus procesos cerebrales, descubrir cómo evoluciona el concepto psicológico y social.

Fotografía Pxhere. CC0 Dominio publico

Fotografía Pxhere. CC0 Dominio publico

He escrito en este blog (os dejo al final del post un archivo) muchísimo sobre el tema y no dejo de sorprenderme con resultados de investigaciones varias, pero nunca pensé que la RAE se llevaría la palma de mi estupefacción.

Estaba yo leyendo tranquilamente a Paul Ekman, uno de los referentes en el estudio de las emociones y expresiones faciales, y publicaba en su blog una reflexión muy acertada sobre el amor, y es que no se puede pensar como una emoción, porque el amor tiene un marco temporal totalmente diferente.

Las emociones van y vienen, duran segundos, minutos, incluso horas, pero no van más allá. Tanto el amor de padres, por ejemplo, como el amor romántico por una pareja implican compromisos a largo plazo, apego y vínculos intensos.

Esto no significa que el amor no aparezca y desaparezca y que contenga emociones varias, no siempre de índole más positivo. El amor también es miedo, a la pérdida o al riesgo, también es ira, ante una mentira o decepción, alegría en los momentos buenos, también frustración, celos (bien gestionados), preocupación, tristeza, orgullo y un infinito etcétera emocional.

Después de leer esta consideración que comparto, pensé en ir a la Real Academia de la Lengua Española y consultar cómo definimos el amor. Ojo. Que llegué a pensar que era fake, pero no, las dos primeras acepciones son:

Es muy PELIGROSO pensar que el amor parte de la ‘insuficiencia’ propia y que ‘necesitamos’ completarnos con otra persona. Desoladora y destructiva esta definición. ¿Planteamos alternativas?

#RAEunpoquitodeporfavor #Redefinirelamor #emosidoengañadosporlaRAE

*Te puede interesar:

¿Cómo definirías el amor en una sola palabra? La ciencia responde

Amor en tiempos de covid: la clave para la salud mental #SanValentin

Celos: ¿Una expresión de amor? ¿Es normal sentirlos? ¿Cómo actuar?

¿Me puedo enamorar de dos personas a la vez?

Ya no siento ‘mariposas en el estómago’… ¿No estoy enamorado/a?

La sensación de saber que vas a enamorarte de un desconocido

¿El amor es ciego? #Ciencia

Del amor al odio hay solo un paso (la ciencia lo confirma) #SanValentin

¿Nos enamoramos más en verano? La ciencia responde

Sexo, amor y apego, ¿todo junto o por separado? #SanValentin

¿Un clavo saca otro clavo?

 

 

Analizamos los polémicos gestos del rey Carlos III de Inglaterra

Fallece la Reina Isabel II, asume el trono su hijo Carlos III y toma un fuerte protagonismo la comunicación no verbal.

Las aventuras y desventuras del nuevo monarca se han viralizado a través de redes sociales por sus gestos y ‘malas caras’ al dirigirse a sus ujieres.

Visiblemente irritado, sus ademanes vehementes se interpretan como déspotas, irascibles y soberbios. Son gestos airados, veloces e intensos y además se acompañan de expresiones faciales que indican asco, enfado y desprecio.

Todos estos ingredientes proyectan un comportamiento muy alejado de la esperada diplomacia y discreción propias de la monarquía inglesa. El nuevo Rey pierde los nervios y reacciona contrariado y frustrado con facilidad y si extrapolemos estas respuestas a situaciones más complejas de gestionar, su capacidad de liderazgo no queda en muy buen lugar.

El autocontrol suele ser un rasgo muy característico de la monarquía y la política, están educados para disimular; la alta exposición pública no deja lugar al error y un buen líder no se puede permitir que un mal gesto o expresión emocional destruya su carisma a ojos de los ciudadanos.

Es curioso que, a pesar de la trascendencia de estos gestos impulsivos del reciente Rey de Inglaterra, su popularidad y aprecio no han descendido, según las encuestas. Puede que valoremos más la espontaneidad en nuestros cargos públicos, aunque ésta sea mal avenida.

Sin duda, esta naturalidad en las emociones y gestos se aprecia mejor en positivo. Es el caso de la actitud que mostraron Harry y Meghan en los funerales.

Rompieron el protocolo para acercarse a los asistentes y hacerse fotos con ellos, abrazar a la gente, e incluso se agacharon para acariciar a un perro o hablar con los niños

Estos gestos de cercanía y ternura contrastan con los del Rey Carlos III y no hacen más que aumentar la popularidad y el aprecio que los ingleses tienen por la cariñosa pareja.

La clave para recibir ayuda en situaciones de emergencia

Según la ciencia, para recibir ayuda también hay que saber hacerlo bien, en este caso, gritar bien. Existen dos cuestiones de comportamiento importantes a tener en cuenta, la primera se relaciona con la comunicación no verbal:

Y es la de ser lo más precisos posible sobre nuestra necesidad de ayuda.

Licencia CCO

 

Los investigadores han demostrado que centrar la petición de auxilio en una sola persona, a través de un contacto visual directo, eligiendo pocas palabras, aumenta el compromiso y la responsabilidad social de ese testigo.

Si la petición es general, al aire, gritando sin solicitar el socorro de alguien en concreto, se produce un ‘efecto espectador‘ de ignorancia pluralista.

Es decir, cuantos más espectadores hay en una situación que requiere ofrecer ayuda, hay una menor probabilidad de cooperar, porque se diluye la responsabilidad y pensamos que ‘ya lo hará otro’, o que ‘si nadie actúa por algo será’, ‘quizás yo quede mal, me ponga en peligro o cometa un error’.

Para corregir estos efectos, hay que elegir a un testigo y pedirle ayuda directa.

La segunda clave se relaciona con el lenguaje, con escoger bien las palabras. Esto ocurre sobre todo en el caso en el que se produce una disputa entre un hombre y una mujer.

En esa situación, se genera incertidumbre en los testigos, ya que no saben discernir si el ataque y la urgencia es inminente o solo se trata de una discusión de pareja.

Los estudios han revelado que los espectadores se mostraban bastante menos dispuestos a ayudar a una mujer que gritaba algo así como: ¡No sé por qué me casé contigo!, porque pensaban que se trataba de un asunto privado y su intervención podría resultar inoportuna o incluso ridícula.

Sin embargo, si la víctima gritaba: ‘¡No te conozco!‘, se incrementaba la ayuda notablemente. ¿Por qué?

Con esas tres palabras (no te conozco) se eliminaba el grado de incertidumbre de los observadores y no desconfiaban de la emergencia, de este modo, sí sabían que el intento de agresión o acoso era grave y la petición de auxilio era urgente.

 

*Referencias:

José Luis Martín Ovejero

Robert B. Cialdini – Influencia: La psicología de la persuasión.

 

¿Qué ocurre en nuestro cerebro cuando halagamos a los demás?

Está claro que a todos nos gusta recibir piropos (respetuosos) y que nos hablen bonito pero, ¿qué ocurre en nuestro cerebro cuando nosotros somos quien halagamos a los demás?

Fotografía Pxhere. CC0 Dominio publico

Fotografía Pxhere. CC0 Dominio publico

Es importante aclarar que los cumplidos que emitimos deben ser honestos, no decirlos por decir o por quedar bien, sino porque realmente pensamos bien de la otra persona y nos sale de dentro transmitirlo, es entonces cuando nuestro cerebro se activa en áreas muy similares a cuando recibimos halagos.

Así lo demuestra un reciente estudio de la Universidad alemana de Heidelberg. Dedicados a estudiar el fascinante sentimiento del amor y sus implicaciones cerebrales, recopilaron las interacciones románticas de parejas consolidadas mientras enviaban y recibían cumplidos.

Mediante resonancia magnética funcional, los expertos registraron que los patrones de activación cerebral durante el intercambio de cumplidos se correspondían con áreas relacionadas con la empatía y el procesamiento de la recompensa, particularmente al seleccionar y enviar mensajes positivos a su pareja.

Esto indica que la anticipación de la reacción positiva de su persona amada (al recibir ese halago) ya era altamente gratificante.

Por lo tanto, estos resultados pueden tener implicaciones importantes para explicar los mecanismos neurobiológicos que protegen y estabilizan las relaciones amorosas,  y que construyen un aspecto tan relevante de la vida y de la salud humana.

La felicidad que sentimos al hacer sentir bien a los demás con nuestras palabras no es una cuestión subjetiva, estos resultados nos muestran que nuestro cerebro nos proporciona una gratificación real.

 

Consigue más propina este verano con ayuda de la comunicación no verbal

La ciencia ha demostrado que hay ciertos tips muy útiles a la hora de conseguir mayor propina por parte de los clientes, porque nos conecta mejor emocionalmente con ellos, porque al demostrar físicamente una amabilidad real se puede obtener una mayor recompensa en el contexto laboral.

Licencia CCO

Licencia CCO

Por supuesto, en esta conducta influyen la personalidad, la cultura, el tipo de servicio, la cuantía del pedido, etc, pero sí que hay ciertos patrones comunes que pueden aumentar las probabilidades de recibir un plus económico por tu buen hacer.

En un post anterior ya analizamos algunas claves que las investigaciones han sugerido que funcionan, como la de dirigirte al cliente por su nombre, el contacto visual, o darle un ligero toque en una zona neutral de su cuerpo (hombro, brazo, zona superior de la espalda) al llevarle la cuenta.

No te pierdas este vídeo del psicólogo Alan Crawley con nuevos consejos para conseguir mejores propinas.

Aprende a diferenciarte del resto y pon en marcha ciertos trucos que la ciencia ha demostrado que funcionan; como elogiar la decisión de los clientes, repetir su comanda en voz alta para constatar las anotaciones tomadas, hacer más preguntas abiertas o tener ciertos detalles con el cliente.

¡No te pierdas el cómo y el porqué!

En comunicación, ¿la mujer tiene más ventaja que el hombre? La ciencia responde

Se ha investigado mucho sobre quién tiene más ventaja en la comunicación humana… ¿Será el hombre o la mujer? Aunque lo cierto es que Darwin ya nos dio la respuesta hace más de 150 años…

Fotografia CCO

Fotografia CCO

En la sociedad existen muchos estereotipos al respecto, tales como que las mujeres tenemos más sensibilidad, que los hombres son más racionales, que las mujeres somos enrevesadas, los hombres más sencillos, o que las mujeres mentimos más que los hombres (ya refutamos este mito).

La realidad es que la comunicación y la conducta humana es el resultado de la suma de factores culturales y sociales, pero también biológicos, y hay diferencias de género según los estudios.

Existen ciertas evidencias que demuestran que mientras ellos son más eficientes en tareas relacionadas con la resolución de problemas visoespaciales y de razonamiento numérico, ellas son mejores en pruebas de velocidad perceptiva y fluidez verbal, lo que supone cierta ventaja en lo que a habilidades comunicativas se refiere.

La resonancia magnética ha evidenciado que cuando la mujer se comunica cara a cara, se activan entre catorce y dieciséis zonas clave en ambos hemisferios cerebrales, que se usan para decodificar palabrascambios en el tono de voz y señales del lenguaje corporal. En cambio, el hombre presenta activación entre cuatro y siete de estas zonas.

Tal y como apuntan algunos estudios, las mujeres tienen un 11% más de neuronas que los hombres en los centros especializados en el lenguaje y la escucha.

«El principal centro de la formación de emociones y recuerdos, el hipocampo, es también más grande en ellas, del mismo modo que los circuitos para el lenguaje y para percibir emociones».

Pero como decíamos al principio de este post, Charles Darwin en 1871 fue el primer autor que puso de manifiesto diferencias ventajosas de la mujer sobre el hombre. Según sus estudios, las hembras de todas las especies observadas (inclusive la nuestra) tienen capacidades cognitivas superiores a la de los machos y una autonomía asombrosa en la elección de sus parejas para el apareamiento.

Por supuesto, las conclusiones de Darwin no fueron bien recibidas en la época y recibió un sinfín de críticas por describir ciertas habilidades femeninas superiores.

Hoy día encontramos muchos datos que apoyan aquellas controvertidas teorías de Darwin, por ejemplo que las mujeres se comunican mejor que los hombres y, de hecho, hablan menos, según un estudio de la Universidad de Manchester realizado en el año 2010.

«Los hombres articulan más palabras que las mujeres en un día, pero tienen un dominio más débil de la lengua en situaciones sociales, lo que les hace utilizar las mismas palabras varias veces y parecer poco convincentes», explicaron los investigadores británicos.

Según destaca Lescano, las sucesivas investigaciones permiten explicar al menos dos “ventajas” en comunicación de la mujer sobre el hombre: su capacidad discursiva argumental y su habilidad semiótica.

«En una discusión, las mujeres generalmente suelen focalizarse en aspectos argumentales que no son los centrales del tema en cuestión. La estructura discursiva se desplaza hacia temas tangenciales y hasta inconexos con el tema central, pero con una coherencia irrefutable. Esto sucede sutilmente y es complicado regresar al punto inicial».

La habilidad semiótica (manejo de signos y símbolos) se refiere a la capacidad de comprender las “señales” del entorno sin necesidad de explicaciones verbales. Un cajón a medio cerrar, un ticket de una compra olvidado o un dato cualquiera registrado en un papel, será suficiente para hilvanar hechos y sacar conclusiones con un margen de error reducido.

Sin emoción no hay sexo: la demisexualidad

Sabemos que el sexo es rico en matices, pero ser demisexual todavía es una orientación sexual muy poco conocida como tal. Y es importante hablar de ello, porque a través de la divulgación de nuevas categorías sexuales muchas personas que antes no se encontraban representadas pueden reconocerse en una descripción y, de este modo, no sentirse extrañas en su forma de desear a los demás.

¿De qué se trata la demisexualidad?

La persona es incapaz de sentir atracción sexual por alguien con el que no tenga una vinculación emocional previa, necesita de una estrecha relación con el otro, un clima de amistad, cariño, confianza…

Independientemente del físico, aspecto por el que no muestran interés. Será siempre prioritaria la conexión creada con el otro, por encima de la apariencia e incluso del género.

Para un demisexual, la única estimulación en el sexo son obligatoriamente las relaciones afectivas, mientras que para el resto de personas el hecho de querer formar una relación antes de llegar a la intimidad es totalmente opcional.

La palabra demisexual, del sufijo en inglés demi-, «a medias», significa estar entre la sexualidad y la asexualidad. Según el Centro de Recursos de Demisexualidad, esta tendencia se encuentra en el espectro de la asexualidad, pero mientras que una persona asexual no tiene ningún interés en el sexo, bajo ningún concepto, una persona demisexual sí puede llegar a sentir atracción sexual en estas circunstancias específicas.

En un mundo cada vez más dominado por el impacto y la estimulación de la imagen en redes sociales, el flechazo, la rapidez, las citas fugaces de Tinder… Las personas demisexuales pueden sentirse inadaptadas e incomprendidas, pensar que no encajan en este sistema social por su forma de sentir y desear.

Necesitan tiempo, conversaciones, el conocimiento profundo del otro, afecto, apego… Y no es algo que se elija, no es que prefieran este vínculo. Esto es importante: no es una elección consciente, es una orientación sexual.

 

*Referencia:

Elena Martínez – Psicoactiva