Entradas etiquetadas como ‘peligro’

La clave para recibir ayuda en situaciones de emergencia

Según la ciencia, para recibir ayuda también hay que saber hacerlo bien, en este caso, gritar bien. Existen dos cuestiones de comportamiento importantes a tener en cuenta, la primera se relaciona con la comunicación no verbal:

Y es la de ser lo más precisos posible sobre nuestra necesidad de ayuda.

Licencia CCO

 

Los investigadores han demostrado que centrar la petición de auxilio en una sola persona, a través de un contacto visual directo, eligiendo pocas palabras, aumenta el compromiso y la responsabilidad social de ese testigo.

Si la petición es general, al aire, gritando sin solicitar el socorro de alguien en concreto, se produce un ‘efecto espectador‘ de ignorancia pluralista.

Es decir, cuantos más espectadores hay en una situación que requiere ofrecer ayuda, hay una menor probabilidad de cooperar, porque se diluye la responsabilidad y pensamos que ‘ya lo hará otro’, o que ‘si nadie actúa por algo será’, ‘quizás yo quede mal, me ponga en peligro o cometa un error’.

Para corregir estos efectos, hay que elegir a un testigo y pedirle ayuda directa.

La segunda clave se relaciona con el lenguaje, con escoger bien las palabras. Esto ocurre sobre todo en el caso en el que se produce una disputa entre un hombre y una mujer.

En esa situación, se genera incertidumbre en los testigos, ya que no saben discernir si el ataque y la urgencia es inminente o solo se trata de una discusión de pareja.

Los estudios han revelado que los espectadores se mostraban bastante menos dispuestos a ayudar a una mujer que gritaba algo así como: ¡No sé por qué me casé contigo!, porque pensaban que se trataba de un asunto privado y su intervención podría resultar inoportuna o incluso ridícula.

Sin embargo, si la víctima gritaba: ‘¡No te conozco!‘, se incrementaba la ayuda notablemente. ¿Por qué?

Con esas tres palabras (no te conozco) se eliminaba el grado de incertidumbre de los observadores y no desconfiaban de la emergencia, de este modo, sí sabían que el intento de agresión o acoso era grave y la petición de auxilio era urgente.

 

*Referencias:

José Luis Martín Ovejero

Robert B. Cialdini – Influencia: La psicología de la persuasión.

 

¿Sabías que no hay dos gritos iguales y por qué lo hacemos?

Tenemos claro que en el reino animal, las distintas especies utilizan el grito como una forma útil de comunicarse, asustar, intimidar, atacar a un posible depredador o, en animales sociales, de reclutar ayuda cuando están en problemas. Sorprendentemente, se sabe mucho menos acerca de cómo funcionan los gritos humanos en la comunicación, o cómo son los gritos humanos de similares o diferentes a los de otras especies.

En el lado opuesto del silencio, que llama a la relajación, el grito es una expresión (no verbal) destinada a alertar. A veces sobre algo positivo, pero casi siempre sobre un hecho no tan agradable. Por lo general, un grito expresa descontrol, desbordamiento de las emociones.

Los seres humanos gritamos porque no encontramos o no queremos encontrar otra manera de expresar lo que sentimos o deseamos. En situaciones felices, el grito es liberador. Permite dar rienda suelta a un sentimiento, sin una razón diferente a la satisfacción de expresarlo. El ejemplo más potente de ello es el gol, ese momento único en donde hay un grito de júbilo casi siempre compartido. También nace de lo inesperado, del dolor, del miedo o de la agresividad, nos ‘carga’ de energía para reaccionar, huir o luchar.

Cuando oímos un grito, nuestro cerebro no lo procesa como cuando escucha un sonido propio de la comunicación verbal, como un fonema, sino que el grito viaja directamente desde el oído hasta la amígdala cerebral, encargada de recibir los ruidos con esas modulaciones y de procesar la información de peligro.

Para ayudar a desentrañar los secretos de los gritos humanos, el profesor de psicología Harold Gouzoules y sus estudiantes en la Universidad de Emory realizaron varias investigaciones sobre el tema, y los resultados fueron sorprendentes.

La mayoría de los voluntarios confundió el sonido de un silbato con un grito humano. Los investigadores descubrieron que los sonidos que se clasificaban con mayor frecuencia como gritos compartían ciertos factores acústicos, entre ellos un tono alto (agudo), así como una gran rugosidad. Extrañamente, hubo un sonido decididamente que no era de grito, un silbato, que el 71% de los participantes calificó como un grito. «Esto tenía sentido, sin embargo, cuando analizamos las cualidades acústicas del silbato, ya que tenía muchos de los rasgos que generalmente se asociaban con los gritos», como el tono alto, el llamado arco, y la rugosidad moderada-alta.

Las vocalizaciones de personas identificadas como gritos provienen de una amplia gama de contextos emocionales, explica Schwartz. «Algunas tenían miedo, mientras que otras estaban enfadadas, sorprendidas o incluso emocionadas», dijo. «En casi todas las demás especies, los gritos están reservados para una situación particular, como un ataque de un depredador o rival; con los seres humanos no ocurre lo mismo».

No hay dos gritos iguales.

El equipo de Gouzoules encontró una gran variación acústica entre los gritos humanos, es decir, no hay dos que suenen igual. Esto plantea la pregunta: ¿Los humanos usan gritos de diferentes sonidos en diferentes situaciones, y podemos discriminar esos gritos e interpretarlos? «En el futuro, planeamos incorporar imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) para examinar los fundamentos neurológicos de las reacciones de las personas a los gritos», dice Gouzoules.

«Los gritos son vocalizaciones intrínsecamente interesantes, pero también hay aplicaciones potenciales de la salud humana en la investigación de gritos, ya que existen múltiples trastornos psiquiátricos que involucran el comportamiento de gritar», concluye Gouzoules.

 

 

*Fuente: Información de Agencia – MADRID, 16 May. 2019 (EUROPA PRES) –