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Tamara Falcó perdona a Onieva: ¿Acierta al volver con su ex? La psicología responde

Tras descubrir la infidelidad (públicamente) de Íñigo Onieva, Tamara Falcó fue tajante al negar una posible reconciliación, sin embargo parece que meses después ha decidido perdonar la traición y retomar su relación sentimental.

Tamara Falcó e Íñigo Onieva posan en su viaje a Finlandia. (EUROPA PRESS)

Pero, ¿se trata de una decisión adecuada? ¿Puede funcionar volver con tu ex? ¿Es una opción emocionalmente sana?

El Dr. John Gottman destaca en sus libros sobre el amor y el desamor que el 69% de los problemas en una relación no tienen solución. Empezamos bien.

¿Por qué? Pues porque suelen relacionarse con factores estables de cada uno, como por ejemplo, los rasgos de personalidad, pequeñas (o grandes) cositas de la forma de ser del otro que te acaban irritando en el día a día, o problemas con la gestión de la economía familiar o con la crianza de los hijos. Y nada de esto cambiará.

Sin embargo, dar el paso para iniciar una separación cuesta mucho. Transitar por el desamor es una de las etapas más duras con las que tenemos que lidiar a lo largo de nuestra vida.

Una ruptura sentimental desencadena emociones y reacciones similares a las de un duelo, por esto es tan difícil rendirnos al ‘adiós’ definitivo.

El estudio de las relaciones intermitentes es relativamente nuevo, pero parece que sí que hay un consenso en determinar que alrededor del 30-50 % de los adultos jóvenes han experimentado al menos una ruptura y posterior reconciliación con su pareja actual.

Entre los más mayores, esta situación se da en más de un tercio de los convivientes y en una quinta parte de los matrimonios.

Desafortunadamente, los resultados de las investigaciones en este sentido no son muy halagüeñas, ya que los datos predominantes determinan que las parejas inmersas en relaciones cíclicas corren un mayor riesgo de sufrir problemas presentes y futuros en la relación.

Y en comparación con las relaciones estables (relaciones que se han mantenido continuamente), el ciclo intermitente de relaciones se asocia con un menor compromiso y satisfacción, una comunicación más deficiente, una mayor incertidumbre y niveles más altos de abuso verbal y posible violencia.

Perdonar es sano (por supuesto, se excluyen las separaciones con abuso y violencia mediante) pero hay muchos condicionantes que pueden teñir una reconciliación real.

Uno de los problemas que surgen es pensar que al volver con tu ex todo volverá a ser igual y esto es muy difícil de conseguir. Los acontecimientos importantes (y según el deterioro) marcarán siempre un ‘antes y un después’ que hay que asumir y gestionar para que aunque la relación de segundas sea buena, siempre será diferente.

Se debe pensar mucho el porqué quieres volver con tu ex y realizarte algunas preguntas importantes: ¿estás enamorado/a del él/ella o del recuerdo de lo que eráis, de las emociones que te enganchan, del sexo, de lo que crees que es pero nunca fue?

Hay que identificar si lo que realmente sientes es amor, le echas de menos, o sientes que no tienes el valor para dejarlo, o quizás hayas desarrollado demasiada dependencia o a lo mejor te mueve el miedo, miedo a la soledad, al fracaso, a la incertidumbre, a salir de tu zona de confort, a perder la que crees que es tu ‘última oportunidad’ para crear una familia.

Sobre esta cuestión, es muy interesante el estudio del prestigioso Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana, que publicó que una de cada cinco personas se comunicaron con sus exparejas mientras estaban confinadas en la pandemia por Covid-19.

Justo en las circunstancias nombradas (soledad, miedo, incertidumbre) la acción de escribir a nuestro ex será más para calmar nuestra ansiedad que por convicción.

En resumen, volver con un ex no es un acierto o un error de por sí, en segundas oportunidades puede reavivarse la conexión y la ilusión, puede funcionar, pero hay que analizar muy bien las causas, establecer límites y nuevas condiciones consensuadas y ser realistas con las decisiones y motivaciones para ello.

Como dato esperanzador parece que la vuelta de Jennifer López con Ben Affleck diecisiete años después de su ruptura sí es un buen ejemplo de que algunas segundas partes sí que son buenas.

Pero cada pareja es un mundo…

¡¿Os imagináis una reconciliación entre Shakira y Piqué?! 🤣

¿Comenzar el año con buen pie? Decir ‘gracias’ podría ser la clave

Iniciamos nuevo año y en estas fechas nos asalta una inevitable reflexión, el balance del pasado y los deseos para el futuro próximo. La ciencia nos confirma que una de las emociones más beneficiosas para comenzar una nueva etapa es la gratitud.

Fotografia CCO

La gratitud puede ser una cualidad de nuestra personalidad, también una emoción momentánea o un estado de ánimo ante una situación concreta.

Consiste en saber (o aprender) a apreciar diferentes aspectos de la vida y de tener la voluntad de reconocer que algunas personas de nuestro entorno desempeñan un papel muy importante en nuestro propio bienestar emocional.

Es un sentimiento muy poderoso que psicológicamente nos aporta muchísimos beneficios.

Los estudios demuestran que la gratitud puede aumentar nuestra propia felicidad hasta en un 25%

Las personas agradecidas también resultaron más optimistas y esperanzados sobre el futuro, se sentían mejor y más satisfechos con sus vidas, mostraban mayor autoestima.

Además, las personas que expresaban su gratitud dormían mejor, e incluso hacían casi 1,5 horas más de ejercicio a la semana que el resto de personas de la muestra experimental, esta habilidad también refuerza nuestro sistema inmune y combate los síntomas depresivos. Ahí es nada…

Fácil y rápido. Comienza el año con buen pie mostrando tu agradecimiento mediante el envío de un correo electrónico, whatsapp o carta a alguien que te ha ayudado de alguna forma.

¡Di gracias por ti mismo y por los demás!

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Psicología positiva: la clave para terminar bien este año 2021

¿Tus redes sociales están repletas de fotos en pareja? Un estudio revela la causa más probable

Todos conocemos a la típica pareja que no paaaaara de publicar su vida juntos, aparentemente siempre feliz, idílica, repleta de amor y constantemente expuesta en diferentes redes sociales. Bueno, quizás esto sea así en algunos casos pero, ¿realmente indica que una relación es perfecta?

Pixabay License

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Un estudio liderado por la psicóloga Lidia F. Emery, de la Universidad de Northwestern, concluye que este tipo de relaciones que tienen la necesidad de exhibirse, felices y de forma continuada al mundo, no tendrían un buen pronóstico como pareja.

Los motivos detrás de esta conducta parece que tienen que ver con la necesidad de aprobación social y enmascara la inseguridad que sienten realmente por su relación de pareja.

Según la investigación, estas personas establecían un vínculo con el otro de apego ansioso y, por tanto, se incrementaba exponencialmente el deseo por evidenciar su relación y validar una supuesta estabilidad a través de los comentarios y de los likes en sus publicaciones juntos.

«Diariamente, cuando las personas se sienten más inseguras sobre los sentimientos de su pareja, tienden a hacer visibles sus relaciones”.

De este modo, ellos moldean las percepciones que los demás tienen sobre ellos en un intento de mejorar la auto-imagen de la relación, porque así lo necesitan.

¿Te sientes identificado?

 

 

 

 

¿Qué ocurre en nuestro cerebro cuando halagamos a los demás?

Está claro que a todos nos gusta recibir piropos (respetuosos) y que nos hablen bonito pero, ¿qué ocurre en nuestro cerebro cuando nosotros somos quien halagamos a los demás?

Fotografía Pxhere. CC0 Dominio publico

Fotografía Pxhere. CC0 Dominio publico

Es importante aclarar que los cumplidos que emitimos deben ser honestos, no decirlos por decir o por quedar bien, sino porque realmente pensamos bien de la otra persona y nos sale de dentro transmitirlo, es entonces cuando nuestro cerebro se activa en áreas muy similares a cuando recibimos halagos.

Así lo demuestra un reciente estudio de la Universidad alemana de Heidelberg. Dedicados a estudiar el fascinante sentimiento del amor y sus implicaciones cerebrales, recopilaron las interacciones románticas de parejas consolidadas mientras enviaban y recibían cumplidos.

Mediante resonancia magnética funcional, los expertos registraron que los patrones de activación cerebral durante el intercambio de cumplidos se correspondían con áreas relacionadas con la empatía y el procesamiento de la recompensa, particularmente al seleccionar y enviar mensajes positivos a su pareja.

Esto indica que la anticipación de la reacción positiva de su persona amada (al recibir ese halago) ya era altamente gratificante.

Por lo tanto, estos resultados pueden tener implicaciones importantes para explicar los mecanismos neurobiológicos que protegen y estabilizan las relaciones amorosas,  y que construyen un aspecto tan relevante de la vida y de la salud humana.

La felicidad que sentimos al hacer sentir bien a los demás con nuestras palabras no es una cuestión subjetiva, estos resultados nos muestran que nuestro cerebro nos proporciona una gratificación real.

 

Love bombing, la técnica que utiliza «El estafador de Tinder»

El estafador de Tinder es un documental de Netflix que relata el caso real de Shimon Hayut, quien robó alrededor de 10 millones de dólares a diferentes mujeres utilizando la popular aplicación de citas.

Licencia CCO

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La estrategia de manipulación que utilizaba está bien clara, el love bombing. Pero este concepto no es nada novedoso, se acuñó por diferentes psicólogos y antropólogos en los años 70 para describir cómo los líderes de una secta enganchaban a sus seguidores a través de bombas de amor o sobredosis de afecto.

Así, se captan nuevos adeptos a través de la parte más débil de una persona, por ejemplo, alimentando su baja autoestima o autoconcepto con continuos halagos y bonitas palabras, de esta forma les hacen dependientes, agradecidos de forma infinita y se sentirán mal y culpables si abandonan el culto.

Años después se ha aplicado el love bombing al ámbito de las relaciones de pareja, esta técnica es aplicada normalmente por perfiles de personalidad muy inseguros, hombres o mujeres tóxicos, narcisistas, dependientes, celosos, o que no saben amar de forma libre y necesitan ‘enganchar’ a otros para engordar su propia valía personal y sentirse alguien.

Estas personas te lo dan todo para simplemente ‘tenerte ahí’. Al principio todo parece idílico, te bombardean de ‘amor’, de halagos, de interés, de cariño, de regalos, de afecto desmedido, e incluso de relaciones sexuales constantes, pero con una clara intención: generar en la otra persona un enganche emocional (tenerla ‘comiendo de la palma de su mano’).

Y lo peor es que con el tiempo se cansan y desaparecen de repente, lo que genera en su víctima una sensación horrible de culpabilidad, confusión y tristeza, pensando que ha hecho algo mal, cuando nada tiene que ver su comportamiento.

Puede pasar de pedirte matrimonio, vivir juntos, tener hijos, etc, a desaparecer directamente, o a ponerte excusas absurdas para ya no hacerlo, o decirte por un simple mensaje que ya no siente nada por ti, todo ello en muy poco tiempo.

Simplemente el ‘abusón emocional’ se cansa y encuentra a otra víctima, probablemente porque es adicto a la sensación del enamoramiento inicial y cuando este ‘subidón’ pasa en unas semanas o meses, en lugar de establecer una relación duradera y responsable, vuelve a querer la novedad de la fase inicial.

No desean ninguna responsabilidad o compromiso afectivo a largo plazo, solo sienten la necesidad de sentirse deseados y adorados, pero ellos sí que controlan de forma insana la relación.

Suelen ser excesivamente exigentes en el tiempo de dedicación hacia ellos e intentarán apartar al otro del resto de relaciones, familia, amigos, salidas nocturnas, aficiones individuales, y todo ello lo enmascaran a través del romanticismo (es que te quiero todo para mí, no me gusta compartirte con nadie, te necesito siempre conmigo, nadie te cuida como yo… y un largo etc).

Es muy difícil identificar el love bombing porque al inicio de una relación amorosa es verdad que todo es muy intenso y pasional, pero el perpetrador realmente no lo vive desde el vínculo afectivo, sino desde la necesidad. Ahí está el problema. Juegan con las emociones de los demás para conseguir un beneficio propio.

Al final, solo nos queda estar alerta con ciertas ‘banderas rojas’.

Debemos analizar la coherencia (sus palabras, actitud, opiniones, valores, intenciones, comportamientos, coinciden), las sensaciones sanas que nos proporciona (calma, tranquilidad, estabilidad, libertad, generosidad, comprensión, respeto), desconfiar de conductas fuera de contexto, tiempos demasiado acelerados a pesar de nuestra necesidad de prudencia y motivos por los que discutís y cómo gestionáis esas diferencias.

 

*Fuentes:

@María_Esclapez

Psicología y Mente

La mente es maravillosa

 

Amor en tiempos de covid: la clave para la salud mental #SanValentin

Love in the Time of Covid (amor en tiempos de covid), así se llama un reciente estudio internacional en el que ha colaborado España mediante un equipo de investigadores de la Universidad de Granada.

Los resultados son reveladores: «Aquellas personas que se han sentido apoyadas por sus parejas han tenido una mejor salud mental y mayor calidad de vida desde que comenzó la pandemia«.

El sentido del tacto es el primero que se desarrolla en el ser humano.

Esto es así porque ese apoyo funciona como un ‘escudo protector’ frente al estrés, los problemas económicos y la soledad que ha provocado el confinamiento y los cambios sociales derivados del coronavirus.

Este proyecto se considera el primero de este tipo que se lleva a cabo en el mundo, cuenta con una muestra de 3.593 personas de entre 18 y 65 años y, lo más interesante: procedentes de 57 países de todos los continentes del mundo.

Como explica María Alonso-Ferres, investigadora postdoctoral de la UGR: “En este proyecto también analizamos las diferentes maneras en las que la COVID-19 ha afectado a las relaciones de pareja.

Así, muchas personas manifiestan que sintieron una menor satisfacción en la relación, una reducción de los sentimientos de compromiso, un mayor conflicto y un menor bienestar cuando comenzó la pandemia en marzo de 2020 y durante los meses siguientes, cuando en España estuvimos confinados en nuestros domicilios”.

Sin embargo, esto dependía de un factor muy importante: la respuesta percibida en la pareja: “En concreto, vimos que las personas que calificaron a sus parejas como muy receptivas a sus necesidades y sentimientos, aunque seguían sintiendo este estrés, parecían estar mejor protegidos de los efectos negativos anteriormente mencionados.

Por tanto, aunque el estrés provocado por la pandemia (un factor externo a la pareja) podía «desbordar» la relación, tener una persona a tu lado que se perciba como receptiva a las necesidades, es decir, alguien que realmente te entienda a ti y a tu forma de pensar y actuar, podía facilitar la comunicación, ayudar a sobrellevar la ansiedad y reforzar los sentimientos de seguridad en la relación”.

Pero no todo el apoyo que se necesita va a ser en los malos momentos. Los problemas cotidianos crean oportunidades para que la pareja responda, pero también lo hacen los acontecimientos positivos.

Y esto me parece muy importante: «Compartir nuestros éxitos diarios con nuestras parejas fomenta la intimidad y la confianza en nuestras relaciones, siempre que nuestras parejas respondan con entusiasmo a esos éxitos”.

Feliz San Valentín, aunque recordemos que el amor se debe trabajar, demostrar y cuidar los 365 días del año, en lo bueno y en lo malo. 🙂

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La sensación de saber que vas a enamorarte de un desconocido

En el mundo de las emociones, encontramos sentimientos sin nombre, al menos en la propia lengua, sin embargo existen, las sentimos perfectamente aunque no sepamos bien cómo describirlos.

Fotografía Pxhere. CC0 Dominio publico

Fotografía Pxhere. CC0 Dominio publico

Reconozco que para mí ha sido todo un descubrimiento el término japonés: ‘Koi No Yokan‘, ya que este concepto recoge una sensación que yo misma había experimentado en muchas ocasiones, y es la de conocer a alguien con el que sabes que vas a conectar, que ese todavía desconocido va a estar en tu vida de una forma intensa.

Intuyes que esa persona extraña se va a convertir en uno de tus mejores amigos, que va a marcar tu vida, que vas a enamorarte de ella.

Koi No Yokan‘ no es exactamente un flechazo, es más bien una intuición, un vaticinio. Se define como el presentimiento al conocer a alguien de que inevitablemente, tarde o temprano, te enamorarás de él o ella.

Una fuerte premonición del amor o la amistad. Simplemente sientes que ya no hay vuelta atrás. Solo te queda esperar ser correspondido (importante).

Los japoneses se sorprenden y lamentan de que esta expresión no exista en ninguna otra lengua. Para ellos es tremendamente importante y su uso está muy presente y extendido en el lenguaje diario.

A nuestro rico idioma todavía le faltan expresiones para designar emociones que identifiquen situaciones que vivimos a menudo. Necesitamos urgentemente una palabra que describa esta sensación en castellano. ¿La habéis sentido?

 

La soledad no depende de la compañía

Por necesidad, deseada, impuesta, provocada, terrorífica, odiada, existencial… La soledad puede ser muchas cosas, una muy buena o muy mala compañera y lo importante no es si estás solo, sino si te sientes solo.

Los humanos somos seres sociales por naturaleza.

Fotografía con licencia Pixabay para uso libre

Fotografía con licencia Pixabay de uso libre

Nuestros antepasados cavernícolas pronto aprendieron que si convivían en grupos todo era más fácil, y sobre todo, aseguraban su supervivencia ante las amenazas externas. En grupo se hacían más fuertes, surgían mejores ideas entre todos, colaboraban y repartían las tareas más tediosas y se sentían mejor y más seguros.

Esa carga informativa se grabó en nuestro cerebro más primitivo y, aunque ahora el contexto sea muy diferente al de entonces, nos cuesta deshacernos de esa idea. Es difícil desmontar la creencia sobre que la soledad o sentirse solo es algo muy dramático.

Para muchos, la soledad es una elección personal, un estado donde nace la libertad real, la creatividad, la concentración y el bienestar.

Realmente la soledad no es sinónimo de problema, la clave está en lo que para ti signifique y cómo la afrontes, los pensamientos y mensajes que te diriges a ti mismo al verte en ese estado (que puede ser real o una percepción subjetiva).

Cuida el diálogo contigo mismo/a

Lo que genera miedo, ansiedad o tristeza es decirte a ti mismo: «Voy a estar toda la vida soltero», «me voy a morir sola», «nadie me quiere», «mis amigos no están cuando los necesito», etc. La ‘culpa’ no será de la soledad sino de esas ideas que te repites en bucle y que además son irreales.

Tu felicidad no puede depender de la compañía.

En modo alguno, no te lo permitas, primero porque la relación con tu compañero/a será dependiente y tóxica, ya pasas a necesitarlo no a elegirlo y a disfrutarlo, segundo porque si perdemos a esa persona perdemos el autoestima, nuestra seguridad, nuestra autonomía, nuestra felicidad en definitiva. Y todo ello no puede depender de algo o alguien externo a ti, a tu control.

Aprender a estar solo es sumamente necesario para poder crecer y madurar psicológicamente. Trata de reevaluar esta cuarentena, y ver el confinamiento impuesto como un buen momento para ello, como una oportunidad para reconducir nuestro diálogo interno.

Recibo muchos mensajes en los que me reconocen que ‘por fin estoy aprendiendo a estar solo‘. Todos podemos hacerlo, hazte consciente y toma medidas.

Eso no pasa por un total aislamiento del mundo, que tampoco es saludable, sino por encontrar el placer de estar con nosotros mismos, sin juzgarnos, cuidándonos como no lo haría nadie.

 

El lado oscuro de la comunicación no verbal

Comprender las emociones de los demás es fundamental para la vida social. Pero, ¿siempre es beneficioso?, ¿cuanta más habilidad tengamos será mejor para conectar con los demás?, ¿desarrollar en exceso esta destreza nos perjudicará de alguna manera?

El psicólogo Alan Crawley, experto en comunicación no verbal y autor del canal ‘Sin Verba’, da respuesta en exclusiva para este blog:

Si apelamos a un ejemplo, es bien sabido que el rostro es el canal principal de la expresión de los afectos, por lo que la capacidad de identificar las emociones ajenas a partir de los movimientos de la cara ha sido siempre una habilidad indispensable para nuestra especie.

A esta última se la conoce como la “habilidad de reconocer emociones” (HRE) y los expertos la han evaluado considerablemente. Dado que la HRE es una destreza, el sentido común nos dice que sería mejor tener más de ella, es decir, a mayor habilidad mejor se reconocerían las expresiones faciales de las emociones en los demás.

Concluyendo así que cuánto más se tiene, más redundaría en un beneficio para la persona. Tener más de una habilidad podría ser siempre positivo para un jugador de fútbol, un mago, un bailarín o un acróbata, sin embargo, algunos expertos en el tema señalan que existe un efecto adverso para la HRE.

Tener más no siempre es mejor. Recientemente, el Dr. Paul Ekman, máxima autoridad en Comunicación No Verbal, fue consultado sobre si alguna vez deseó no poder leer los sutiles mensajes emocionales que otras personas transmiten con su rostro y su respuesta fue: “Ciertamente hay veces que desearía no haberlo sabido”.

Los estudios insinúan que en general los seres humanos con alta HRE están vinculados con actitudes más prosociales, benevolentes y cooperativas. De igual forma, estas personas cuentan con más recursos para generar empatía, algo que les resulta más fácil y menos costoso porque están inclinados a observar los sentimientos de los demás.

A priori, parece mejor tener una alta HRE, pero según nos cuenta la experta Katja Schlegel en su más reciente publicación la HRE también se asocia con efectos contraproducentes.

Las investigaciones científicas actuales según Katja respaldan la afirmación de Paul Ekman. Lo que se ha encontrado puede ser realmente sorprendente y contraintuitivo. La HRE tiene un lado sombrío, que, así como la luna tiene una cara oscura que jamás es visible desde la tierra, la Comunicación No Verbal parece tener la propia

Los beneficios anteriormente nombrados podrían venir con efectos adversos en dos áreas: calidad de las relaciones y bienestar psicológico.

En primer lugar, al ser más hábil para reconocer las emociones en los demás puede que se esté recibiendo información que nuestros compañeros preferirían mantener oculta.

Los congéneres pueden sentirse incómodos y observados en nuestra presencia, por lo que se puede disminuir el rapport, perjudicar nuestra primera impresión e incluso deteriorar los vínculos. Sumado a esto, los individuos más competentes podrían percibir señales emocionales de sus amigos o familiares que preferirían desconocer.

En segundo lugar, a mayor HRE se está más consciente de las propias emociones, especialmente de las negativas, estando así más expuesto a los pensamientos dañinos. Es decir, pueden percibir en sí mismos con mejor claridad lo mal que se sienten, pensar en ello con frecuencia y esto sería peor si se exponen a situaciones estresantes.

Se deduce entonces que la HRE es una espada de doble filo: que a veces no saber mucho es mejor. Se considera que existe un nivel óptimo a nivel teórico que dice que llegado cierto nivel de pericia ya sería suficiente, y que superarlo sería poco funcional o incluso se transformaría en una desventaja.

Las consecuencias negativas por una alta HRE dependerían en gran medida de la personalidad y de la competencia para regular eficazmente las emociones de cada persona. Por tal motivo antes de entrenarse en esta habilidad se debería considerar si este conocimiento es conveniente, y también sus posibles consecuencias negativas.  

¿Alguna vez viste algún gesto o comportamiento no verbal que preferirías no haber identificado? ¿Qué opinas?

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*Referencia: Shclegel, K. (2020). Inter-and Intrapersonal Downsides of Accurately Perceiving Others’ Emotions. In: Stenberg, R. J. & Kostić, A., 1st ed. Switzerland: Palgrave Macmillan, pp. (359-395).

Las señales de que tu pareja te será infiel #EstudioCientífico

Intentar leer los indicadores no verbales en el comportamiento de los demás es de las acciones más primitivas y útiles para nuestra supervivencia. Detectar el engaño, la traición, las intenciones ocultas… es la nueva inquietud del Siglo XXI y si tiene que ver con las relaciones de pareja, aún más.

Un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista científica Journal of Personality and Social Psychology revela los factores que conducen a la infidelidad e incluso las claves para prevenirla. La investigación liderada por Jim McNulty de la Universidad Estatal de Florida es la primera en identificar predictores claros de conducta para la infidelidad.

El equipo de científicos se basaron en dos procesos psicológicos que todos comparten en diferentes grados: Desvinculación de la atención y Devaluación evaluativa de posibles parejas románticas. Esto es: la primera es la capacidad de dirigir la atención de una persona atractiva que podría considerarse una opción romántica; la segunda es una tendencia a degradar mentalmente el atractivo de otra persona, incluso si es especialmente atractiva.

En el experimento, con una muestra de 233 parejas, los investigadores descubrieron que los participantes que rápidamente desconectaban su atención de una persona atractiva tenían menos probabilidades de participar en la infidelidad: aquellos que miraron hacia otro lado en tan solo unos cientos de milisegundos tenían casi un 50% menos de probabilidades de tener relaciones con terceros o terceras.

Y al contrario, quienes pasaban más tiempo mirando las imágenes, tenían un mayor riesgo de infidelidad y era más probable que sus matrimonios fracasaran. La tendencia a devaluar el atractivo de otros fuera de la pareja, también reducía el riesgo de infidelidad y aumentaba la posibilidad de una relación duradera. Ambas reacciones, la desconexión y la devaluación, minimizaron el riesgo de infidelidad y, en consecuencia, fueron factores predictivos de las relaciones con mayor probabilidad de éxito.