El gorrión común va de cráneo. Sus poblaciones han descendido en España casi un 20% desde que SEO/BirdLife comenzó a registrar datos en 1998. En las últimas tres décadas Europa ha perdido el 60% de las poblaciones de gorriones comunes. ¿Por qué se extinguen?
Las causas son variadas y permanecen sin ser identificadas con seguridad, pero se ha constatado que el descenso es más acusado en los medios urbanos que en entornos rurales. En algunas ciudades de Europa, como Londres o Praga prácticamente han desaparecido. ¿Tan mal se vive en la ciudad?
Una reciente investigación española acaba de descubrir una razón desconcertante, el terraceo les sienta fatal a los gorriones. Se ponen morados a restos de patatas fritas, cruasanes, tortilla, queso o pan, pero esta dieta tan artificial a base de comida procesada, en lugar de la habitual en los pueblos a base de insectos y semillas, los enferma. Acaban con anemia, desnutrición y crían peor.
Los gorriones son excelentes bioindicadores. Es de sobra conocido que la “comida basura” tiene consecuencias similares en los seres humanos, por lo que estos resultados son un ejemplo claro del importantísimo papel que tiene el gorrión común como alarma biológica. Al igual que el canario en la mina, lo que le pase al gorrión común debería servir como aviso de lo que le puede pasar a las personas que viven en los entornos urbanos. Moraleja: si a los gorriones la comida basura les sienta mal, a nosotros no nos va a sentar mejor.
Te lo resumo en este nuevo podcast de mi programa en RNE ‘El vuelo de la alondra’. Y te lo cuento con detalle a continuación.