La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Cuando el feísmo de los desastres rurales se hace arte

Una de las primeras lecciones prácticas que me dio el ya fallecido catedrático de Historia del Arte Alberto C. Ibáñez fue la de descubrir con estupor cómo bellísimos edificios históricos de los pueblos estaban siendo destruidos sistemáticamente por el feísmo de los cada vez más numerosos analfabetos del buen gusto. Propietarios de viviendas añejas, cargadas de belleza, afanados en destruir con uralitas, balaustradas, marcos de aluminio, cemento y hormigón auténticas joyas de la arquitectura tradicional y nobiliaria.

Me los señalaba Ibáñez con tristeza en nuestros viajes de catalogación del patrimonio histórico-artístico burgalés. Hombre sensible, los fotografiaba todos con pena infinita en lo que él llamaba su particular Galería de los Horrores.

Hoy he vuelto a acordarme de mi querido profesor de la mano de unos buenos amigos de El Bierzo. Igualmente sensibles hacia el patrimonio cultural y natural, han tenido la genial idea de organizar DesARTES RURALES. Se trata de la Primera Bienal Internacional sobre arte moderno y experimental de las sociedades rurales. Una reflexión sobre el feísmo y  lo sencillo. Sobre las intervenciones desafortunadas, pero también sobre artistas anónimos que hacen maravillas estéticas con su quehacer cotidiano. Sustos y disgustos, alegrías y sonrisas, nos arrancan esas intervenciones en el mundo rural que a poco que vayamos con los ojos abiertos nos encontraremos por doquier.

La idea va más allá de una exposición. Han abierto un blog donde nos proponen hacer entre todos una macroexposición colectiva virtual con todas las fotos de estos desartes/desastres rurales. Material, por desgracia, no les va a faltar.

Foto: Casa-Castaño o «Bioconstrucción», una de las imágenes que forman parte de la I Bienal Internacional DesARTES RURALES.

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8 comentarios

  1. Dice ser Carla

    Muchas fotos solo reflejan el ingenio por sobrevivir en un mundo en el que no hay recursos para ir al IKEA o al Leroy Merlin. De todas formas lo prefiero a los desastres urbanos a pesar de las millonadas que se invierten.

    Carla
    http://www.lasbolaschinas.com

    26 abril 2011 | 09:37

  2. Dice ser antimoñas

    La belleza ha muerto.La ostentación y lo hortera (pero caro), lo que para muchos es un error estético, para otros muchos es el sumum del glamour.Gentes sin sentido artístico que llenan nuestras calles de monstruos urbanísticos de ladrillo en una plaza histórica (ejemplo, una plaza de la ciudad monumental de Segovia). Horrendo. Patada al gusto y a la clase. Tenemos lo que nos merecemos. La construcción devora a grandes bocados. Qué pena.

    26 abril 2011 | 09:45

  3. A veces lo feo esta oculto bajo una bella capa, o una linda cara.

    26 abril 2011 | 09:56

  4. Dice ser Carlos

    En el periódico La Voz de Galicia hay una sección llamada chapuzas gallegas en las que la gente cuelga fotos sobre este tema y que dan ganas de llorar.

    26 abril 2011 | 11:24

  5. Dice ser la voz de viariz

    La foto de este articulo es de un castaño que está situado en Viariz, ayuntamiento de Corullon, El Bierzo, no entiendo porque se trata de feo, es una casita en los cuales juegan unos niños cuando vienen pasar las vacaciones en el pueblo, tal vez sería mejor que estén delante del televisor mirando a la Esteban, no te jode. Cada uno hace como puede las cosas y con los recursos que tienen, o tal vez la gente que piensa en los DESARTE pueda financiar las obras de los que las tienen que hacer como pueden.

    26 abril 2011 | 11:41

  6. La gente por lo general tiene muy poquito gusto.

    http://corruppto.elbruto.es

    26 abril 2011 | 12:43

  7. Dice ser desartesRurales

    Viariz,
    yo pertenezco al colectivo que organizó la exposición en la que aparece la foto del castaño que mencionas. Yo hice la foto y no he citado su localización para evitar ofender a nadie.
    Estoy totalmente de acuerdo en lo que dices. La casita del castaño nos sorprendió por lo bonita, equilibrada y respetuosa con el árbol. ¿Quién no penso de niño en tener una cabaña en un árbol?
    Nuestra exposición no habla solo de feismos, sino de arte anónimo, a veces involuntario, de ingenio, de reutilización con los materiales disponibles en un mundo rural siempre olvidado y abandonado. Los urbanitas exigen belleza en el entorno, pero, ¿cuantos están dispuestos a financiar con sus impuestos la conservación de este importante patrimonio etnográfico, arquitectónico, natural y cultural.
    Nosotros hemos aprendido a mirar de otra forma, cuando vemos una palloza cubierta con uralitas o chapas recicladas somos capaces de ver cierta belleza y desde luego la voluntad y el deseo de sus propietarios de conservarla a toda costa con los escasos medios disponibles, ya que si hubieran esperado la ayuda de la Administracción ya estaría en el suelo, como ha pasado en tantos sitios.
    Esta exposición es una reflexión colectiva sobre todas estas cosas y algunas mas que sin duda iran surgiendo.

    26 abril 2011 | 20:22

Los comentarios están cerrados.