La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Un toro la lía parda en el Museo del Prado

Prado Sólo hay algo más imposible que meter un elefante en una cacharrería sin romper una taza. Meter un toro bravo en el Museo del Prado y ponerlo a dialogar con Rubens y su rapto de Europa. Posar un gorrión albino junto a las Meninas de Velázquez, enfrentar un águila real a la escultura broncínea del emperador Carlos V, colar una serpiente entre el Adán y Eva de Durero, plantar dos sapos bajo el aquelarre de Goya, sobrevolar el esqueleto de un delfín entre marmóreas divinidades griegas.

El artista Miguel Ángel Blanco ha sido capaz de eso y de mucho más con sus increíbles Historias Naturales, que hasta el 27 de abril pueden disfrutarse en nuestra más importante pinacoteca nacional.

He tenido la oportunidad de visitar la muestra de la mano de su autor, un «hombre-bosque» con quien me une una estrecha amistad. A su lado, lo que para mi formación como historiador del Arte se me presentaba una herejía, como naturalista he quedado fascinado pues la naturaleza salta de los lienzos y grita.

Sus 22 intervenciones junto algunas de las pinturas señeras de la Humanidad no sólo no las distorsionan, sino que funcionan como excepcionales herramientas educativas. Por ejemplo, ¿qué pinta ese gorrión blanco junto a la obra cumbre de la pintura? Blanco lo justifica así:

«Una rara avis, el pájaro, dialoga con otra rara avis, Velázquez, y ambas sacan pecho ante la atenta mirada de los galgos del cercano cuadro del Príncipe Baltasar».

Y vaya si se miran. Ambos espíritus se han cruzado.

La exposición recuerda que el primer destino del hoy Museo del Prado fue Real Gabinete de Historia Natural, algo que nunca llegó a ser. Y recupera el espíritu de los antiguos Gabinetes de Maravillas. Pero sobre todo nos enseña a descubrir la naturaleza en el arte y el arte en la naturaleza.

No se la pierdan. Incluso podrán escuchar los cantos de las aves escapadas de las pinturas.

En la foto superior, el artista Miguel Ángel Blanco (MAB) contempla el toro disecado de Veragua, una de las cinco únicas castas fundacionales de la ganadería de lidia, y al que ha puesto en brutal diálogo con El rapto de Europa, obra maestra de Rubens. El animal es también una obra maestra de la taxidermia (dermoplastia) y procede del Museo Nacional de Ciencias Naturales.

En este enlace del Museo del Prado puedes ver todas las piezas de MAB perfectamente contextualizadas y explicadas. También existe un precioso material didáctico editado para los niños que visiten la exposición.

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La vergüenza torera de Tordesillas

Siento vergüenza por Tordesillas. Vergüenza torera, aquella que dicen que les entra a los matadores de toros cuando el miedo a ponerse frente a un morlaco se apodera de ellos; cuando no se atreven a dar la cara y salen huyendo.

En Tordesillas no se atreven a dar la cara y aceptar que el Toro de la Vega no es una tradición, es una salvajada propia de esa España Negra que hace 200 años ya criticara Goya, nuestro más célebre antitaurino.

Hoy martes 14 de septiembre, al mediodía, morirá otro pobre toro en la vega de Tordesillas. Un supuesto «evento taurino» declarado de Interés Turístico Nacional para vergüenza de España.

La víctima se llama esta vez Platanito. Vaya nombre para un formidable animal perteneciente a la ganadería abulense de Valdeolivas. Cinco años, 580 kilos de peso, pelo negro bragado y grandes cuernos afilados como estiletes. Su perfección física no le valdrá para nada. Está condenado a morir vilmente.

Un sinvergüenza, el más bestia de 300 caballistas, la mitad armados con largas lanzas, acabará con la vida del astado para vergüenza de Tordesillas, de Valladolid y de España.

No puede ser cultura la humillación y tortura de un ser vivo. Me avergüenzo de ello. Por suerte no soy el único. Cada vez somos más. Y cada vez son menos los sinvergüenzas que disfrutan con estas muestras públicas de sadismo y tortura a los animales.

En este vídeo grabado por Igualdad Animal puedes ver (si tienes estómago) cómo mataron el año pasado al toro de la Vega los que dicen que el animal no sufre.

En este otro vídeo, más de 400 intelectuales y artistas firman un manifiesto contra la celebración del Toro de la Vega.


Foto: Igualdad Animal

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Goya fue el primer antitaurino

Celebro con júbilo la decisión del Parlament catalán de prohibir las corridas de toros. Siguen así el ejemplo de Canarias, primera comunidad autónoma que en una fecha tan lejana como 1991 decidió abolir esta irracional tortura pública de los astados. Me alegro y en estos momentos tan especiales recuerdo con especial cariño a Goya, uno de los primeros antitaurinos españoles.

¿Goya antitaurino? Quizá os sorprenda, después de que tantos hayan colocado injustamente al genial sordo aragonés precisamente en el bando contrario, en la lista de los artistas españoles que ensalzaron la mal llamada fiesta nacional. Sin embargo, cualquiera que conozca su famosa Tauromaquia estará de acuerdo conmigo, don Francisco de Goya y Lucientes consideraba los toros una salvajada propia del pueblo inculto, violento y visceral, ejemplo preclaro de la brutalización colectiva de la masa. Tan bestial como la guerra de sus Desastres y tan irracional como la superstición enfermiza de sus Disparates. La España negra.

Hasta Goya, los toros habían sido un tema amable y costumbrista en el arte español. Pero él, cansado de una España embrutecida, buscó el dramatismo, la violencia y el salvajismo de lo que, en el fondo, veía como manifestación pública de la incultura del pueblo español. No por casualidad, al mismo tiempo que dibujaba la Tauromaquia hacía otra terrible serie de grabados, Los desastres de la Guerra, donde se muestra antibelicista al plasmar con toda crudeza el drama de la guerra.

Los grabados de Goya fueron entonces un fracaso. Publicados en 1816, no se los compró nadie. Tampoco su serie de Los toros de Burdeos, aún más antitaurina. Su mensaje era demasiado moderno para la época. Doscientos años después vuelven a estar de actualidad y esta vez los entendemos. Las corridas de toros son tortura y vamos a acabar con ellas. Muchas gracias don Francisco, tenía usted razón.

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Buscan al mejor trepa de España

Ni del PSOE, ni del PP, ni de la Diputación, ni siquiera de una de tantas oficinas siniestras.

Los mejores trepas de España son expertos podadores de árboles y tienen su cita anual este viernes en Terrassa (Barcelona). Es el Campeonato Nacional de Trepa, el acto más espectacular de la Feria de Arboricultura y Materiales afines. Entre ellos sin duda participarán algunos de mis amigos de TREPA (Trabajadores Especializados en Poda y Arboricultura), apasionados amantes de los árboles donde los haya.

¿En qué consiste el concurso?

Pues se trata de demostrar la habilidad de los podadores, en primer lugar en cuanto a su pericia como trepadores frente a cinco pruebas realmente complicadas: lanzamiento de hondilla, trepa libre, presa de pie, rescate aéreo y prueba de trabajo en árbol.

Concluida esta primera fase, los cuatro mejor clasificados pasarán a la “Prueba de maestros”. Una reñida final en un árbol emblemático del lugar, seguramente tan bello como complicado.

Esto de podar árboles no es algo fácil. En absoluto. Desgraciadamente, las podas mal hechas provocan a menudo la muerte de muchos árboles. La mayoría de las veces, porque eran inútiles, innecesarias. Otras veces, porque quienes las hacen no tienen ni idea.

Respeto al árbol. Conocimiento. E intervención sólo cuando es estrictamente necesario, cuando se trata de atajar una enfermedad, de evitar accidentes. Parece fácil, pero es complicadísimo. Así que cuantos más trepas de estos haya en nuestro país, de los buenos, será mejor para nuestros árboles y para nosotros.

De los otros, de los que trepan por encima de sus compañeros para lograr un trabajo mejor, que se extingan.

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Foto: Muchachos trepando a un árbol, por Francisco de Goya (1791). Serie Cartones para tapices. Madrid, Museo del Prado.