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Ni en el gimnasio podemos estar feas

Siempre me ha gustado del gimnasio que es el lugar en el que se me permitía desconectar de todo: de mis problemas, de lo que me rodeaba y de mi cabeza. Lo único importante era la conexión con mi cuerpo. Era el único sitio en el que nadie me iba a señalar por llevar toda la espalda sudada, el pelo sucio u oler a camionero. El paraíso. O al menos hasta hace unos años.

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«Uff…qué cansancio tengo de estar sentada en la pelota». GTRES

Las mujeres y el gimnasio somos negocio. Lo sabe Nike, lo sabe Reebok, lo sabe Decathlon, lo sabe Lots of Colors y lo sabe hasta tu propio gimnasio. Mientras que la mayoría de las fotografías de publicidad muestran a hombres con más músculos que los Action Man que tenía mi hermano, las fotos protagonizadas por mujeres son totalmente opuestas. Aparecen en pilates, estirando con la pelota o haciendo una postura de yoga. Pero ninguna levantando cuarenta kilos en sentadilla.

Gimnasio, tú antes molabas.

Si eres mujer parece que lo tuyo son las clases en las que no tengas que sudar mucho ni levantar peso (¡no vaya a ser que te pongas fuerte o te estropees la manicura levantando una mancuerna!). Hasta los circuitos se encuentran separados. ¿Por qué las máquinas ‘para mujeres’ son de otros colores y con menos peso? Cuando entro en la sala de musculación no me asusto (el olor que desprende más de uno después de usarla sí, pero eso es otro asunto), no me siento amenazada por las máquinas ni me siento menos mujer por entrenar en ellas. Al igual que he visto hombres entrenar en el circuito femenino y no les ha crecido una falda al tocar la máquina.

embarazadas

A la izquierda, una embarazada haciendo deporte según GTRES. A la derecha @Aliona_hilt, deportista alemana.

Soy una adicta al gimnasio, una #gymrat como se dice en las redes sociales. No voy ni una ni dos sino entre cuatro y cinco veces a la semana. Hago spinning, crossfit y un día de musculación. Con semejante asiduidad, mi ropa de deporte empieza a hacerse un hueco considerable en mi armario. Se me empiezan a ir los ojos (y mi sueldo de becaria) a las prendas deportivas sin que pueda evitarlo ya que ahora las tiendas de moda se han apuntado a las colecciones gymwear. Pero si comparas la ropa de deporte masculina y la femenina, son dos mundos. «La ropa de gimnasio para mujeres es ropa para ir de cañas» me dijeron el otro día. Mientras que los hombres pueden ir con ropa suelta, ancha y cómoda para la actividad deportiva, la nuestra es más ajustada que las mallas de un ciclista.

Yo no sé qué para qué clases está pensada, pero os puedo asegurar que los pantalones (que llamar ‘pantalón’ a ese culotte elástico me parece un derroche de imaginación) no están pensados para aguantar un culo mientras haces crossfit (a no ser que quieras practicarlo con media nalga fuera, en ese caso son perfectos). Las camisetas, lejos de ser holgadas, se te pegan a cada pliegue de la tripa dejándote con más anillas que el muñequito Gusiluz. Casi parece que se recrean en las lorzas.

Parece que ni en el gimnasio podemos dejar de ser femeninas, de estar siempre sexys. Pues mira no, por ahí no paso. Si ellos pueden ir con la camiseta de Caja Rural, exijo el mismo derecho.

Encima circulan «Tips de maquillaje para el gimnasio» que no hacen otra cosa que alimentar esta idea tan dañina de que tenemos que estar guapas haciendo deporte. Parece que si no vas bien vestida con tu super conjunto deportivo eres una mujer de Cromagnon que no merece ser considerada persona. Ir al gimnasio sin ser femenina se ha convertido el nuevo delito del siglo XXI.

 

Lo que deberías saquear del armario de tu abuela (o de tu madre)

Estamos acostumbradas a verlas con la bata de franela, algún que otro rulo en el pelo y las zapatillas de borreguito. Pero es la misma mujer que aparece en las fotos de Torrevieja en 1976 con un conjunto playero que no tendría nada que envidiar a Brigitte Bardot en sus años mozos. Tu abuela era ‘fashionista’. Qué digo era…¡es ‘fashionista’! Solo tienes que echarle un vistazo a su colección de lacas de uñas, sus innumerables pañuelos o a cómo le gusta arreglarse el pelo.

Es por eso que en los roperos de nuestras abuelas se encuentran auténticos tesoros. Su fondo de armario vale su peso en foie gras. ¿Recuerdas ese modelito tan mono con el que tu abuela sale en las fotos? Es el momento de preguntarle por él, porque ahora, esa prenda es vintageVINTAGE! Que es casi como decir que algo es tan sagrado como las vacas en la India).

Tumblr Foreverblog

Posando muy casual. Tumblr Foreverblog

Si tienes la suerte de que tu abuela fuera una fashion victim en los 70 hay tres cosas básicas que tuvo que llevar: un mono, unos acampanados y un bolso.

El mono es algo que todas han usado, por lo general sin sujetador, que te permitirá ir felizmente libre sin sentirte oprimida (una filosofía muy setentera). Los pantalones acampanados posiblemente estarán como si hubieran salido de la fábrica ayer, ya que antiguamente la ropa era tan buena que habría resistido radiación nuclear si se hubiera dado el caso. Por último, pídele un bolso, te va a dar igual el estilo o el color, ¡Estamos hablando de un bolso setentero auténtico! Va con cualquier cosa que vayas a ponerte.

Las tres prendas eran un básico de la época y aunque en España no necesitaron un Woodstock para abrazar las tendencias hippies, algunas abuelas conservan estas perlas en sus armarios. Así que corre a su casa, distráela con la telenovela y cuando hayas terminado con el saqueo pregúntale si te da esas prendas que ya no se pone (son abuelas, con un pucherito y besos te van a dar hasta su rosario más preciado).

¡Pero ojo! Que nuestras madres también vivieron una época de la que podemos rascar. De los ochenta podemos rescatar también prendas en previsión de la moda futura. En primer lugar, deberías hacerte con unos buenos pendientes ochenteros, esos tan grandes que te dejaban los lóbulos de las orejas como un Buda. Si tu madre era una ochentera auténtica posiblemente tendrá pendientes de clip. Aunque en un primer momento parecen una buena idea, a la media hora de llevarlos te palpitan las orejas y te provocan una jaqueca con náuseas incluidas (true story).

Otra prenda representativa de la época es un pantalón de cintura alta. Creedme, lo que llamamos ahora ‘cintura alta’ es, en comparación a los ochenta, un pantalón de cadera. Cuanto más sobaqueros y más te marquen el ‘asunto’ más trendy. Y por último, TODAS LAS MADRES QUE VIVIERON LOS OCHENTA CONSERVAN ALGO CON HOMBRERAS, por hortera que sea hoy en día (menos mi madre, que más que ‘algo’ conserva un 80% de las prendas con hombreras que lanzaron al mercado en esa época. Gracias, mamá). Cuánta más hombrera, mejor. Que aunque ya la vimos volver hace un par de años y ahora están de capa caída, como todas las modas, las hombreras regresarán algún día a la pasarela (y por tanto a nuestros armarios).

Abuelas, madres, tías…GRACIAS.

Aunque aún no sepas qué ponerte en Nochevieja, esto es lo que vas a llevar

Nochevieja y las bodas son dos de mis excusas favoritas para comprarme ropa. Me recorro kilómetros y kilómetros dentro de un centro comercial, me pruebo modelos de varios kilos de peso debido a las lentejuelas y me llevo a casa el elegido pensando en la fiesta que me voy a pegar llevándolo.

Cuando llega la gran noche, ceno con otra ropa (no vaya a ser que un manchurrón de mayonesa traicionero aterrice en el vestido) y pasadas las uvas, tiene lugar LA TRANSFORMACIÓN (que ríete tú de Elsa y su vestido de Reina de las Nieves).

Como me retraso maquillándome en el baño, y en la discoteca hay una cola que flipas, acabo luciendo el vestido unas 3 horas, ya que a las 6 acabo hasta el gorro del año nuevo y lo único que quiero es dormir la mona en mi cama hasta el año siguiente.

En definitiva, me gasto un pastizal en un modelito que no volveré a usar. No nos engañemos, todas sabemos que esos vestidos una vez llegan a la percha pasada la noche del 31, se quedan ahí para siempre, pasando a formar parte del permafrost multicolor y multitendencia que es el fondo de tu armario.

Mi reto este año es comprar algo «reciclable» que pueda ponerme también de día y por lo que he visto, de las primeras colecciones de fiesta que han sacado, no debo ser la única que piensa así. Podemos encontrar dos líneas: la línea a la que se te van los ojos conocida como «vas a ir divina pero no te lo vas a volver a poner nunca en tu vida, como el resto de vestidos de Nochevieja que te has comprado! ¡Derrochadora, que eres una derrochadora!» y la línea «Eh, ¡mírame! ¡Soy una opción perfectamente válida a tener en cuenta! Aunque no sea tan atractivo, podrás combinarme cuando quieras el resto del año».

O eres de las primeras o eres de las segundas, o eres #TeamEdward o #TeamJacob, o eres Grease o de Dirty Dancing, o eres de Beatles o de los Rolling. No se puede ser de los dos.

Las opciones de Primark, el pichi elegante, la falda de lúrex y el vestido de terciopelo, pegan perfectamente tanto recibiendo el año como en los pasillos de tu colegio/facultad/oficina:

PRIMARKINF

PRIMARK

Respecto a modelitos que no vas a volver a vestir, tenemos el vestido ‘The Carrie Diaries‘ (muy Carrie Bradshaw en los ochenta), el vestido diva ‘hollywoodiense’ y el mono setentero brillante con un escote más peligroso que un barbero con Parkinson.

PRIMARKFORM

PRIMARK

Bershka apuesta por los tops. Terciopelos, hombros al aire y escotes junto a pantalones negros de cintura alta. Si como yo, cenas como una cerda si no hubiera mañana y quieres ir suelta, el vestido plateado (‘camisetilla larga’ para las madres) de lúrex es la mejor opción para ir cómoda.

BERSHKAINF

BERSHKA

En cambio si eres de las que quiere ir deslumbrante aunque sea vestido de una noche, con estas opciones te vas a sentir comprendida: lentejuelas, terciopelo…Lo importante es cegar a tus amigos cuando el foco de la discoteca tenga la suerte de dar con tu vestido.

BERSHKAFORM

BERSHKA

H&M, también se ha tirado en plancha al verde y a las lentejuelas como en su colección de fiesta del año pasado con prendas que podemos combinar con cualquier básico (camisas blancas, pantalones vaqueros…).

HYMINF

H&M

Y los Nunca Máis son monísimos (¿no os recuerdan misteriosamente a la línea que sacó la firma con Balmain?) pero imponibles durante los restantes 364 días del año.

HYMFORM

H&M