Viaje a la guerra Viaje a la guerra

Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

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Encuentro digital: tres años de Viaje a la guerra

En ocasión de los tres años de VIAJE A LA GUERRA, mañana habrá encuentro digital en 20 Minutos. Una oportunidad para responder preguntas y compartir ideas y reflexiones sobre lo que ha significado esta experiencia hasta el día de hoy, y también sobre los destinos a los que vamos a viajar a lo largo de los próximos doce meses: Irak, Somalia, Sudán, Chad, Congo, Sierra Leona, Liberia…

Os dejo el vídeo que repasa estos tres años:

Tres años de Viaje a la guerra (vídeo)

El vídeo que preparamos como resumen de estos tres años de Viaje a la guerra. Y mi gratitud a todos vosotros por la compañía, el apoyo y la complicidad. Un alto en el camino para mirar atrás, para reflexionar sobre lo vivido y juntar fuerzas, ya que en el horizonte cercano nos esperan Irak, Siria, Yemen, México y Somalia.

Tercer aniversario de Viaje a la guerra

Mañana se cumplen tres años del nacimiento de Viaje a la guerra.

Tres años desde aquel arribo iniciático a Sudán que marcó el comienzo de esta iniciativa que intenta dar a conocer de primera mano la realidad de los conflictos bélicos del siglo XXI, que trata de dar voz a sus víctimas.

Desde aquel 2 de junio de 2006 hemos recorrido más de 200 mil kilómetros por tierra, aire y mar. En ocasiones, usando medios de transporte tan curiosos como pangas en Nicaragua, vetustos aviones Tupolev en Sudán, helicópteros Chinook y vehículos Humvees en Afganistán.

El equivalente a dar cinco veces la vuelta al mundo… Kenia, Sudán, Uganda, Palestina, Israel, Turquía, Líbano, Brasil, Argelia, Etiopía, México, Nicaragua, India, Argentina, Afganistán, RDC Congo y Ruanda.

Dos mil folios de textos, más de cinco mil fotografías, decenas de horas de vídeo y un libro que salió de las páginas de este blog: Llueve sobre Gaza.

Agradecimientos

En lo personal, una experiencia que me ha transformado profundamente. Y la gratitud a todo el equipo de 20 Minutos por el apoyo, por la absoluta libertad a la hora de sentarme a escribir las entradas. Arsenio Escolar, Joan Domene, Virginia Pérez Alonso, Raquel Pérez Ejerique, Maricarmen Caballero, José Antonio Martínez Soler, y buenos amigos que han seguido otros rumbos profesionales como Ricardo Villa, Moeh Atitar y Fran Pomares.

Pero sobre todo a vosotros, los lectores. Las historias son siempre las mismas, pero la forma en que ahora nos comunicamos es distinta. Como consecuencia de Internet vosotros sois mis primeros editores: los que me señaláis fallos, aciertos; los que mostráis entusiasmo o críticas ante este trabajo. Gracias por estar allí, por la compañía, por la complicidad, por la recomendaciones de tantos libros, artículos y documentales. No es poco lo que he aprendido de vosotros.

¡Pero que estas líneas no suenen a despedida! Al contrario. Este alto en el camino para mirar hacia atrás y ver lo ya recorrido, no hace más que darnos fuerzas para avanzar con mayor ímpetu aún. Claro que la crisis nos ha afectado, somos de este mundo. Sin embargo, las voluntades se empiezan a sumar y el mes que viene volvemos a la ruta. En el horizonte: Irak, Siria, Jordania, Yemen, México y Somalia.

Aquí os dejamos el vídeo que hicimos para celebrar el primer aniversario de Viaje a la guerra. Para mañana estamos preparando a contrarreloj un nuevo vídeo que resume lo que han sido estos tres años.

¿Por qué la mujer es la clave?

Los primeros días del 2008 comienzan a sucederse y tomar velocidad. Dentro de nada, cuando queramos acordarnos, nuevamente nos encontraremos levantando las copas, comiendo las uvas y deseando feliz año a quienes nos rodean.

Movido por cierta nostalgia, y quizás por un vano deseo de desacelerar el paso del tiempo, miro hacia atrás y vuelvo a repasar el 2007. Releo algunas entradas de Viaje a la guerra, recupero recuerdos gratos y no tan gratos.

Y encuentro en los testimonios que he recogido en el blog una constante: la gran mayoría de las historias de lucha, de superación, contra la adversidad de la miseria y la exclusión, han tenido como protagonistas a las mujeres.

NEGA GIZZA

Empezamos por Nega Gizza en las favelas de Río de Janeiro y su lucha por sacar a los adolescentes del narcotráfico, los jóvenes soldados, a través del arte y el deporte…

MAIMA MAHAMUD

Seguimos por Maima Mahamud en las haimas del exilio saharaui, con su escuela para jóvenes mujeres en el campamento de Dahia…

AGNES PAREGIO

Después Kenia, con la extraordinaria pugna de Agnes Paregio contra la mutilación genital de las jóvenes masai

MILRED MAHLANGA

Para luego ir a Sudáfrica y conocer a Milred Mahlanga en su esfuerzo por rescatar de las calles de Johannesburgo a las jóvenes víctimas de los abusos y el sida…

Y UNA PREGUNTA…

En el sector de la cooperación internacional se habla mucho de que la mujer es la base en la lucha contra la pobreza. Mohamed Yunus, premio Nobel de la Paz 2006, basó toda su estrategia de microcréditos en ellas.

Y ahora os hago a vosotros la pregunta: ¿pensáis también que la mujer es la clave en la transformación del mundo? ¿Qué talentos, qué valores, podrían hacer que esto fuera así?

Mañana continuaré con el repaso al resto de historias que nos quedan del 2007 de mujeres extraordinarias. Y publicaré las respuestas que muchas de ellas me dieron cuando les hice esta misma pregunta.

Del cambio climático en África al videojuego de Hezbolá: elige una historia

Sigo adelante con este repaso de los destinos que fatigamos a lo largo 2007 en Viaje a la guerra. Tantos encuentros extraordinarios, tantas lecciones aprendidas, tantos lugares diversos. Y una pregunta que os lanzo: ¿cuál ha sido la historia que más os ha impactado? ¿Cuál el testimonio que ha perseverado en vosotros?

De las favelas de Brasil en febrero a los campamentos saharauis en marzo. Siguiente parada: los barrios de chabolas de Kenia. Y luego Addis Abeba, la capital de Etiopía, para emprender un largo recorrido en todoterreno hacia el desierto donde los nómadas afar están padeciendo una crisis sin precedentes como consecuencia del cambio climático.

En junio llegamos la India, mi antiguo hogar durante tres años, donde nos preguntamos si el famoso milagro del que todos hablan ha llegado a afectar a los estratos más pobres de la sociedad. Y allí, un reencuentro muy emotivo para mí: con Ershad, a quien conozco desde que era un niño de la calle y que hoy es un adulto pleno, alejado de la miseria y metido en el mundo laboral.

Más adelante vino Líbano, a un año de la guerra con Israel. La presentación del videojuego de Hezbolá, un largo recorrido por el sur del país y el encuentro con el doctor Ibrahim que pasó los 33 días de conflicto armado encerrado en un hospital.

Entre los recuerdos: la masacre de Marwahin. La visita a la antigua prisión de Jiam, destruida durante la guerra de 2006 por los bombarderos israelíes. Y el coche de la muerte, una historia que me resulta imposible de olvidar.

Después vendría el último destino: regresamos a América Latina en el mes de octubre. Desembarcamos en Nicaragua. Y, tras un alto entre los niños que buscan basura en La Chureca, partimos hacia el norte para adentrarnos en la tierra de los miskitos y transitar las zonas devastadas por el huracán Félix.

Un año, el 2007 que, más allá del blog, me animaría a señalar que será recorrardo en tiempos futuros como el punto de inflexión en relación al cambio climático. Finalmente parece que todos hemos comprendido la importación de establecer un nuevo vínculo con el planeta en que vivimos. Está ahora en nuestras manos, en cada pequeño gesto cotidiano, situarnos a la altura de este desafío en el que tanto nos jugamos.

Continúa…


Un año de viaje a la guerra: ¡dos vueltas al mundo!

Hace un año comenzaba esta fascinante y aleccionadora aventura que es Viaje a la guerra. Lo hacía el 1 de junio de 2006 al coger un vuelo en Barajas que me conduciría a Nairobi. Tras pasar tres días en la capital keniana, donde volvería a visitar a los amigos que tengo en el «barrio de los lavabos voladores», partiría hacia Sudán.

Desde aquella fecha iniciática fatigué nueve países: Kenia, Sudán, Uganda, Israel, Líbano, Turquía, Argentina, Brasil y Argelia. Las diferencias políticas entre algunos de estos estados me obligaron a cambiar de pasaporte en tres ocasiones. Recorrí en avión exactamente 84.608 kms. El equivalente a dar dos vueltas al mundo.

La distancia de la travesía por tierra resulta menos sencilla de estimar. Pero con mis diarios y mapas en la mano la cifra asciende a unos cinco mil kilómetros. Los medios de transporte han sido de lo más variado: taxis, coches de alquiler, camionetas de organizaciones humanitarias, camiones. A lo largo de estos recorridos me acompañaron una serie de conductores-traductores-guías, como Kayed, Fadhi y Cícero, que trascendieron la categoría de colaboradores para convertirse en verdaderos amigos. Pacientes, entusiastas, incondicionales, gracias a los cuales esta labor ha sido posible.

Con respecto al alojamiento, la cuenta final da más de cincuenta hoteles y pensiones. De tres estrellas, de dos estrellas y de noche cerrada sin resplandor alguno. Pero también casas de familia y tiendas de campaña. Desde donde cada tarde, después de una buena ducha, escribía las historias y editaba las fotografías del blog. En muchas ocasiones, como en Sudán, donde me veía obligado a sentarme disimuladamente en la puerta del cuartel de Naciones Unidas para robarles la señal Wi Fi, con no pocas limitaciones a la hora de tratar de conseguir que la información os pudiera llegar.

En total, más de cuarenta cuadernos llenos de conversaciones, impresiones y reflexiones manuscritas. Sumados uno detrás de otro en Word, los textos de este blog alcanzan – dada mi incapacidad congénita para ser breve, ¡con tantas cosas apasionantes que compartir! – los 250 folios. Y, en lo referido a la fotografía, casi mil imágenes, todas de primera mano, sacadas pocas horas antes de haber sido sumadas a la red.

¿El número de entrevistas? Difícil saberlo. Cientos. Desde las más desgarradoras con los niños heridos en los hospitales de Gaza, pasando por los jóvenes narcos de Río de Janeiro, las esclavas sexuales en Sudán y los niños soldados de Uganda, hasta aquella, tan polémica, que compartimos en el chat digital desde Beirut con uno de los fundadores de Hezbolá.

Un viaje a lo más sublime y a lo más abyecto de la condición humana. La violencia, la barbarie, las mentiras y la miseria del poder, del negocio de las armas, de las violaciones a los derechos humanos. De la maldita guerra. Pero también un encuentro con gente que no se rinde, que en la peor de la situaciones posibles tiene la templanza y la grandeza de espíritu para no dejar de creer, para seguir adelante.

Sin dudas, el año más extraordinario y apasionante de mi vida. Si hay alguien allí arriba que mueve los hilos, cosa que dudo, le doy las gracias por haber pasado estos doce meses sin más traspiés que un par de fiebres, un poco de alergia y mucho pero mucho cansancio acumulado. Una experiencia en la que vuestra amistad y compañía ha sido un regalo inesperado y valiosísimo…