Por la tarde me encuentro con Moses, un ex combatiente etíope al que conocí hace un año, y cuya historia me impactó profundamente. Me lleva a un antro perdido en el corazón de Kibera, el “Vision Club”. En la puerta, un hombre tuesta el maíz con el que se hace el alcohol tradicional conocido como buzaá. En el interior, decenas de clientes se suceden en mesas de maderas, bajo una luz mortecina, entre el humo que se cuela por las ventanas.
El buzaá es el refugio de los pobres. En él se sumergen para olvidar sus penurias. Como en Kibera los vasos de cristal son todo un lujo, utilizan latas de conservas. Para que les dure más, lo beben con delgadas mangueras de caucho.
Los domingos, las callejuelas de Kibera están tapizadas de tipos ebrios. Muchos yacen allí desde la noche anterior. El panorama en el interior del Vision Club no es mejor. Intento hablar con Moses pero se me tiran encima hombres borrachos, que me dan la bienvenida sonrientes, que me dicen: “Muzungu (hombre blanco) cómprame buzaá”.
La presión popular me obliga a beber. El buzaá, espeso como sopa, tiene un sabor amargo, suave, pero el estado de mis compañeros me hace vislumbrar que se trata de una bebida bastante contundente en sus resultados.
El buzaá está hecho con maíz que se muele, se deja secar durante tres días y luego se tuesta. Al servirlo, se mezcla con agua hirviendo. Su hermano mayor, el changaá, es una versión más refinada, pues se conjuga con azúcar y su facturación requiere tres días suplementarios de fermentación.
Suelen ser habituales las noticias de personas que se quedan ciegas como consecuencia del changaá. Según Moses, esto es porque en algunas destilerías clandestinas le alegran metanol para hacerlo más fuerte. “El changaá que no está adulterado no te deja ciego, pero te arruina la salud igual”, me dice.
Definitivamente, el buzaá, con su aspecto inocente de sopa en sobre Maggi, se descubre ante mí como una bebida traicionera.
Salgo de Kibera por caminos que no recordaba tan largos, difusos y sinuosos. Tomo una matatu (camioneta) que vuela hacia el hotel, con la música de Mr. Nice, la famosa estrella de hip hop de Tanzania, a todo volumen, reventando los altavoces. Apenas llego, sin sacarme la ropa, me sumerjo en un sueño vívido y profundo. Una buena forma de olvidar que, dentro de unas horas, parto rumbo a Sudán.
Me apasiona tu forma de relatar!! me muestras una realidad que pense que con la evolucion podia haber desaparecido, pero como siempre, en este mundo que vivimos, no vemos mas alla de nuestros ojos!Gracias por llevarnos hasta alli contigo!Seguire tus pasos!
30 noviembre -0001 | 00:00
Quede muy impactada por los relatos de Hernán, es tanta la miseria que esta gente busca tanto el alcohol como el pegamento para evadirse de su terrible realidad .
05 junio 2006 | 19:29
Hernan: tu mision es de valor incalculable para nuestra cultura Sudamericana. Aqui son todos parientes de Pilatos, y lo que a ti te dejo marcas en tus jean , es solo lo que falta agregar a la arremetida que por nuestras calles ,con bolsita en mano o botella, nos espera ante un semaforo tambien, es mas, la crueldad para exigir llega hasta extremos de agresion mortal.Siento que debemos dar mucho mas a nuestra sociedad y asi como existe la Cruz Roja Mundialmente, debemos crear Conciencia General para salvar entre muchos Todo lo bueno que podemos humildemente todavia hacerles ver de la vida a los niños, adolecentes y adultos que viven en este » nuestro mundo «.Quizas mi voluntad de comenzar por charlarle en la calle,demostrarle calidez y contarle que hay otras formas de vida con pequeñisimas cosas, y darles cualquier alimento en vez de una pocas monedas les sirva y lo tuyo se multiplique por cientos llegando a tan lejanos lugares.Mi saludo cariñoso , mi aliento y mi reconocimiento a tu gran tarea van junto a un gran abrazo.PussyBs.As. 6 de Junio de 2006
05 junio 2006 | 20:03
Me encanta lo que leo, es otro mundo, y la realidad. Te deseo lo mejor.
06 junio 2006 | 13:13
kibera ciega de alcohol ………..Europa ciega por completo.Un abrazo
06 junio 2006 | 15:06
Asi es la cruda realidad, se tienen que refugiar en el alcohol, pegamento o la droga que sea para evadirse de la vida que llevan.
06 junio 2006 | 15:56
Lo mas triste es que aqui, en España, con todas las comodidades que tenemos, la cultura, etc, hacemos lo mismo…usamos el alcohoil para evadirnos.
06 junio 2006 | 20:02
Una forma precisa de relatar lo que en muchos lugares tambien se vive : el refugio en el alcohol para olvido de las propias miserias y por que no! de las ajenas…
12 noviembre 2008 | 07:33