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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Terrorífico salto de un pollito para sobrevivir… o morir

Branta_Leucopsis_Juvenile

No hay mejores documentales de naturaleza que los de la BBC. Y no hay mejor presentador de ellos que David Attenborough. La última serie rodada es Life Story, donde se revelan los extraordinarios desafíos individuales a los que se enfrentan los animales salvajes en diferentes etapas de sus vidas.

El más asombroso (y aterrador) de todos ellos es el protagonizado por los pollos de barnacla cariblanca (Branta leucopsis) en el este de Groenlandia. Se trata de un bello ganso nórdico del que todos los años llegan algunos ejemplares, precisamente groenlandeses, a la Península Ibérica mezclados con los bandos de ánsares. Le tengo especial cariño a la especie pues fue el primer pájaro raro que vi cuando empezaba con esto de la ornitología; una rara cita por el Pisuerga palentino. Luego otras más en mis queridas lagunas zamoranas de Villafáfila. Pero reconozco que no tenía ni idea de la aventura que algunas de estas aves a las que vemos por aquí se enfrentan apenas recién nacidas. Lee el resto de la entrada »

Los documentales de naturaleza siguen estando de moda

Sierra Morena

El espíritu de Félix Rodríguez de la Fuente sigue vivo. El gusto de los españoles por los grandes documentales de naturaleza no cambia. La novedad es que, seguramente por influencia del genial divulgador, en nuestro país contamos ahora mismo con grandísimos profesionales en tan difícil especialidad audiovisual. Con muchos sacrificios económicos, es verdad, pero con unos resultados que para sí los quisieran en la BBC o National Geographic.

Personas como Arturo Menor, investigador, biólogo, productor y director de documentales de naturaleza que acaba de lograr algo sorprendente. «Wildmed«, su gran producción sobre Sierra Morena, se concluirá después de tres años de duro trabajo gracias al crowdfunding. Una campaña de micromecenazgo le ha permitido recaudar 9.600 euros, un 60% más de lo previsto, que se dedicarán a la postproducción. Y no sólo hay imágenes bonitas. En el documental, además de describirse cinematográficamente la región, se hace una llamada de atención sobre los muchos peligros que lo acechan.

El trailer es impresionante.

Impresionante y el resto de los adjetivos admirativos que se te ocurran se merece «Guadalquivir«, el último trabajo de Joaquín Gutiérrez Acha. Producido por Wanda Natura, es el primer largometraje español de naturaleza que cuenta con los últimos avances tecnológicos de imagen y sonido (timelapses, filmación en alta velocidad o cineflex para planos aéreos).

Pero ojo. No es un documental. Es una maravillosa película llena de lirismo donde se glosa el viaje del gran río andaluz desde su nacimiento en la Sierra de Cazorla, cruzando Sierra Morena y llegando hasta la desembocadura en Doñana. Con Estrella Morente como sentida narradora y los animales como principales actores de la vida en unos paisajes grandiosos.

Por si fuera poco, el Laboratorio de RTVE.es ha elaborado un webdoc que complementa la película (www.rtve.es/guadalquivir). En él es posible sumergirse en la biodiversidad de cada tramo del Guadalquivir a través de vídeos panorámicos de 360 grados y clips exclusivos. Que además incluye una selección de los sonidos más representativos de cada estación del río (extraordinario trabajo de Carlos de Hita), completada con información detallada de sus especies.

Esta semana «Guadalquivir» se ha estrenado en 18 salas de cine de España. Si te gusta la naturaleza ibérica no te lo puedes perder.

Imagen superior: Águila imperial y urracas en el bosque mediterráneo de Sierra Morena. © Arturo Menor / Wildmed

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Los niños conocen más especies exóticas que locales

Ya se ve el final. O el principio, según se mire. Los niños están a punto de concluir el curso escolar, de terminar los últimos exámenes, de entregarse a las siempre ilusionantes vacaciones estivales. Con los viajes, aunque sea al pueblo del abuelo, tendrán la oportunidad de poner en práctica lo mucho que han aprendido a lo largo del año en, pongamos por caso, geografía y ciencias naturales.

Desgraciadamente serán los menos. Ya casi nadie se sabe los afluentes del Ebro ni las capitales de Europa. Y de plantas y animales mejor no hablemos. Apenas reconocen las especies más famosas que, paradojas de la globalización, no son las ibéricas sino una extraña mezcla entre las propias de la sabana africana y el Amazonas. Ya saben, tigre, león, elefante, tucán, guacamayo. Como toque ibérico no pasan de los famosos oso, lince y buitre. De árboles nada. Y de cultivares, el truco para distinguir cebolletas de puerros está en mirar de reojo el cartel del supermercado.

Pero no se piensen que critico nuestro sistema educativo, Rajoy y su ministro Wert nos libre. El mal, como la crisis, es global. El problema lo tienen hasta en Argentina, donde un reciente estudio ha demostrado que los alumnos de entre 7 y 18 años conocen más especies de plantas y animales exóticos que nativos.

La culpa la tenemos todos. Demasiados documentales extranjeros y ninguno local. ¿Se acuerdan de Félix Rodríguez de la Fuente? Con él logramos convertir en mascota infantil al lirón careto. Hicimos bueno al lobo, divertido al zorro, inteligente al alimoche, imprescindible al encinar. Los héroes de nuestros hijos son ahora el móvil y la tablet. Pero tiene remedio. A falta de Félix, aprovechemos el verano para salir al campo y descubrirles esa fauna y esa flora única, la nuestra. Y dejemos los leones para la BBC.

Muchas gracias a la profesora Victoria Eugenia Martín Osorio, en cuyo blog sobre invasiones biológicas publicó la referencia al estudio argentino.

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Indulta a un cocodrilo que se ha comido a más de 300 personas

Gustavo es el cocodrilo más famoso del mundo. Tanto que tiene una entrada propia en la universal Wikipedia en ocho idiomas diferentes e incluso se ha hecho una película sobre él. No es para menos, pues es el más grande, el más viejo y el más sanguinario de todos ellos. Tiene unos 65 años, pero sólo en los últimos 20 se calcula que puede haber matado en Burundi, entre el río Ruzizi y la ribera norte del Lago Tanganica, a más de 300 personas. 17 en apenas tres meses.

Patrice Faye, un naturalista autodidacta, es el único problema del gigantesco saurio de seis metros de longitud y más de una tonelada de peso. Desde hace once años este francés vive obsesionado con cazarlo. Lo ha intentado de todas las maneras posibles, pero el animal, por poderoso y por inteligente, ha logrado siempre escapar de él. También de los numerosos disparos recibidos a lo largo de su mortífera existencia, apenas unas cicatrices en su acorazada piel.

Pero contra todo pronóstico, el cazador se ha vuelto ecologista, se ha enamorado de su víctima. Y Patrice Faye acaba de indultar a su enemigo. Ya no lo quiere matar. Según ha anunciado en la BBC, su principal objetivo es ahora capturarlo vivo y colocarle un dispositivo rastreador que permita conocer sus andanzas y avisar a la población del peligro.

¿Hace bien en perdonarle la vida? Sin duda ese animal debe ser formidable, de una importancia natural y genética única. Desde mi confortable casa en Europa me parece justo que no se lo mate, aunque si yo viviera en una frágil cabaña junto al río en Burundi quizá no pensaría igual.

¿Capturarlo y llevarlo a un zoo? Imposible, pesa una tonelada y sus fauces pueden partir por la mitad a un hombre de un solo bocado.

El naturalista francés, obsesionado, ha repartido una docena de teléfonos celulares entre la población local para que si lo ven pueda acudir allí antes que nadie. Lo quiere sólo para él. La posibilidad de que alguien lo capture antes no la acepta, pues como ha explicado a la BBC, lo consideraría una traición del animal a su devoto perseguidor.

«Me sentiría como si me robaran algo. Voy a permanecer fiel a él y espero que él haga lo mismo».

Sin caer en sentimentalismos, reconozco mi corazón dividido ante el dilema de qué hacer con Gustavo. ¿Lo matamos o dejamos que siga matando?

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Homeopatía: ¿engaño o revolución?

Parlamentarios británicos han llegado estos días a la conclusión de que la homeopatía no tiene base científica, apenas unas bolitas de azúcar que sólo curan por la fe que tienen en ellas los enfermos. Según resume la página BBC Mundo:

Un informe del Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes concluye que los medicamentos homeopáticos no funcionan mejor que los placebos. Cualquier efecto que tengan, señaló el comité, se debe a la fe del paciente en tales remedios.

Sin embargo, el propio informe reconoce que entre quienes acuden a esta medicina alternativa existe un nivel de satisfacción por encima del 70%.

Y sus partidarios recuerdan los beneficios que la homeopatía tiene con los bebés y los animales, ajenos a cualquier efecto placebo. ¿Quien tiene razón, los científicos o los enfermos?

Como probablemente la mayoría ya sepáis, la homeopatía es una medicina alternativa que considera que la raíz de la enfermedad es espiritual en vez de física, y que se puede curar con sustancias naturales sometidas a una fuerte dilución y tomadas en pequeñas dosis. Esas medicinas tan especiales sólo se venden en farmacias.

En mi caso particular os puedo decir que estos medicamentos han tenido efectos nulos en mí pero gratamente sorprendentes en mis hijos. Con la ventaja añadida de haber evitado tratamientos convencionales donde nos habrían inflado a peligrosos productos químicamente activos de toda índole. Y siempre han sido administrados por médicos licenciados bien formados en ambos sistemas, a los que no les ha temblado nunca la conciencia cuando nos han tenido que recetar antibióticos u otros remedios convencionales a los que la homeopatía, reconocían, no llegaba.

El tema es muy complejo. No es lo mismo tratar de curar una alergia que un cáncer, eso es evidente. Pero si para esas pequeñas dolencias del día día la homeopatía funciona en un alto porcentaje, mi opinión particular es que bienvenida sea esta medicina. También para esas enfermedades extrañas, poco habituales, a las que la medicina convencional aún no ha encontrado una solución satisfactoria.

¿Y vosotros qué pensáis? ¿La homeopatía funciona o es un engaño? ¿Debería estar subvencionada al menos en parte por el sistema nacional de salud, como ocurre en el Reino Unido o Francia?

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El loro más pequeño del mundo

Una buena noticia al fin, sin polémicas ni lágrimas, difundida por BBC Mundo en su siempre interesante sección de Ciencia y Tecnología. Un equipo de filmación que trabajaba en Papúa Nueva Guinea para el programa de la BBC Lost Land of the Volcano (La Tierra Perdida del Volcán) ha logrado captar las imágenes de dos microloros de cabeza azul (Micropsitta pusio), además de lograr capturar uno de ellos para su anillamiento.

Por suerte, este lorito enano no está aparentemente amenazado, según se recoge en el Libro Rojo de la UICN, que le incluye en la categoría de «preocupación menor». Tan sólo vive en unas selvas tan apartadas de Nueva Guinea y el Archipiélago Bismarck, recónditas y salvajes, que no se sabe a ciencia cierta casi nada de él.

El pájaro resulta increíble, apenas algo más grande que el pulgar de una persona adulta (mide unos 8 centímetros de alto y pesa 11,5 gramos), más pequeño que algunos de los grandes insectos con quienes comparte el bosque. Su dieta es igualmente sorprendente, pues básicamente come musgos y líquenes en lugar de fruta como la mayoría de los loros.

Os aconsejo que echéis un vistazo a los dos vídeos que sobre esta noticia la BBC ha colgado en su página.

El primero recrea el momento de la filmación del primer nido descubierto de la especie. Lo podéis ver pinchando en este enlace.

El segundo recoge la escena de su captura, accesible en este otro enlace.

Por cierto, me encanta la teatralidad natural de los anglosajones, son siempre únicos ante las cámaras, como demuestran en ambas filmaciones el ornitólogo Jack Dumbacher, de la Academia de Ciencias de California, y el camarógrafo de la BBC Gordon Buchanan, autores de la filmación. Te hacen vivir el descubrimiento como si estuvieses con ellos en ese momento.

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Foto: BBC, Earth News.

Berlín autoriza la caza de sus 10.000 jabalíes urbanos

La ciudad, el mejor coto de caza. Así lo piensan en Berlín, donde el Ayuntamiento ha autorizado la muerte a tiro limpio de los 10.000 jabalíes salvajes que viven en los parques y jardines de esa ciudad alemana. Dicen que hay muchos, cada vez más, que son peligrosos pues provocan accidentes de tráfico y pueden atacar a las personas, y por eso piden ayuda a los cazadores para erradicarlos.

De acuerdo con BBC Mundo, el año pasado se cazaron unos 3.000 jabalíes en toda la ciudad, de los cuales más de 500 fueron muertos en pleno centro, lo que ya entonces supuso un aumento del 60% respecto al año 2007.

La medida está enfrentando a los berlineses. Unos disfrutan ¿? de la oportunidad de poder hacer batidas de caza enfrente de su casa, e incluso algunos obtienen así un ingreso extra vendiendo su carne a 15 euros el kilo, todos ellos bajo la excusa de estar haciendo un favor a la capital y su medio ambiente.

Pero otro importante sector está radicalmente en contra de esta matanza, horrorizados por la muerte masiva de unos inocentes animales que, como podéis ver en el siguiente vídeo, son dóciles y urbanos, adaptados a alimentarse de nuestras basuras.

A mí personalmente me parece una salvajada. ¿No hay otros métodos para controlar el número de estos suidos? Limitándoles el acceso a la basura o esterilizándoles como a los gatos para reducir su población, por poner dos ejemplos. Pero siempre parece más fácil el tiro en la cabeza. Y sin embargo ésa tampoco es la solución. No hay más que verlo. El año pasado mataron 3.000 y hoy ya tienen más de 10.000.

Aunque no hace falta mirar a Berlín. En España ya empezamos a tener problemas con los jabalíes y los zorros urbanos. Todavía no es preocupante, pero es el principio. Aún estamos a tiempo de poner en marcha métodos de control civilizados antes de que empecemos a cazarlos a tiro limpio por los parques ¿no os parece?