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Alta costura en París (I): los diseñadores británicos e italianos brillan más que las casas francesas

Desde diseños que tiraría a la Fosa de las Marianas a vestidos para ponerles un piso en el Barrio de Salamanca. Así ha sido la primera parte de los desfiles de Alta Costura Primavera-Verano 2016 que empezaron el domingo en París.

Abre Versace. GTRES

Versace, perfecto para amantes de la alta costura o del bondage. GTRES

Versace fue el encargado de romper el hielo…y las costuras. Su colección, deportiva y dejando más carne al aire que el trikini de Borat, estaba compuesta de lo que parecían retales unidos por cuerdas anudadas. Francamente, yo no me gastaría 1.000 euros por un trapo que parece salido de mercadillo, pero vamos, ni 1.000 ni 100 ni 10. Además no veo muy práctico lo de los nudos estratégicamente colocados para no quedarte con un pecho al aire. Me pregunto si el vestido que le regalaron a Rita Ora, asistente del front row, venía con manual de instrucciones para anudar.

Para abrir boca Schiaparelli. GTRES

Para abrir apetito: el marisco de Schiaparelli. GTRES

Schiaparelli por otro lado, no sé si sin querer o a propósito, emuló una especie de banquete al más puro estilo de La Bella y la Bestia en el que platos y bandejas blancas hacían de fondo de la pasarela. La colección, con estampados de rosas, candados y pájaros o de alimentos daban la sensación de que Lumière iba a salir de un momento a otro cantando «Qué festín, qué festín, un banquete de postín…»

Dior sin Simons no es Dior. GTRES

¿Dior o Desigual? GTRES

Dior mío pero qué es esto. Desde la despedida de Raf Simons allá por octubre, Dior tenía la oportunidad perfecta de re-debutar, de decir «No está Simon, pero seguimos siendo Dior, algo casi tan representativo de Francia como la Torre Eiffel o los croissants«. Pero Simons no solo se fue con la música y las flores a otra parte, sino que parece que se ha ido con las telas, dejándoles trozos de estampados que han unido aprisa y corriendo la noche de antes para salir del paso. Donde muchos ven innovación y osadía yo veo que la casa está dando más tumbos que un pollo sin cabeza.

Nubes de tul Giambattista Valli. GTRES

Nubes de tul de Giambattista Valli (me pido el rosa). GTRES

Giambattista Valli y su nueva colección, protagonizada por kilos y kilos de tul, han dejado el pabellón por las nubes. Anda que tiene narices que tenga que ser un italiano el que eclipse la atención en París. Eso tiene que doler. Es como si llega Italia y le mete cuatro goles a Francia en el Parque de los Príncipes.

Texturas y estampados florales de Ralph&Russo. GTRES

Texturas y estampados florales de Ralph&Russo. GTRES

La de Ralph&Russo es otra colección que puedo imaginarme perfectamente en una alfombra roja (no como otras…ejem ejem, Versace y Dior, no quiero mirar a nadie). La primavera de los londinenses se asemeja a una oda a la arquitectura. Las texturas y los cortes junto a los estampados de flores van acompañados del rose quartz y azul serenity, colores del 2016.

Un clásico reconvertido por Lagerfeld. GTRES

Un clásico reconvertido por Lagerfeld en el desfile de Chanel. GTRES

Chanel (y la varita mágica del ‘hado’ Lagerfeld) le ha dado una vuelta de tuerca al tradicional traje de tweed haciéndolo de alta costura con lentejuelas y demás añadidos brillantes. Innovan, sí, pero a medias, pues apenas se atreven a salir del binomio beige-negro de la casa. Y vale, que es icónico de Chanel, lo entiendo, pero me esperaba algo más de caña. No sé, lleváis desde 1910 con el mismo, igual es el momento de cambiarlo un poco. Por otro lado, no sabemos si oportunamente inspirado por el estreno de El despertar de la Fuerza, los diseños más futuristas de la firma se dan un aire al vestuario de la saga, ¿no os parece?

Stéphane Rolland. GTRES

Joyas arquitectónicas de Stéphane Rolland. GTRES

Stéphane Rolland viene a ser a la Semana de la Moda de Alta Costura como un vaso de agua fría en medio del desierto. Cuando mis esperanzas en las grandes maisons estaban perdidas, llega el diseñador con sus faldas de relieves impensables. Cada prenda de la colección tiene detalles que desafían toda lógica y gravedad hasta el punto de que tengo claro que me cortaría un dedo del pie por alguno de sus vestidos (hasta dos si fuera necesario en el caso del rojo). Mientras haya Rolland hay esperanza.

La serenidad de Armani. GTRES

La serenidad de Armani. GTRES

Giorgio Armani Privé y su colección se ha visto muy influenciada por la elección del azul serenity como segundo color del 2016 según Pantone. Y cuando digo «muy influenciada» me refiero a que han arrasado con todas las telas en ese color del mercado. ¿El resultado? Juegos de texturas que, aunque por separado podrían parecernos peor idea que mezclar nocilla con mejillones, dan lugar a combinaciones originales en la línea del chaos magic, otra tendencia de este año. Aunque siendo un poco quisquillosa si que echo en falta alguna pincelada de (cualquier otro) color.

Grandes cagadas y grandes obras de arte. ¿Veremos en los Oscar alguno de estos diseños?