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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Entradas etiquetadas como ‘polinizacion’

Einstein nunca dijo que sin abejas no hay paraíso

Aseguran que una vez dijo Albert Einstein:

Si las abejas desaparecieran del planeta, al hombre solo le quedarían cuatro años de vida.

¿Cuatro años tan solo? Está claro que si lo dijo un intelectual de la talla de Einstein será verdad. Pero no lo es.

En realidad esta frase tan difundida por las redes sociales no la pronunció nunca el sabio alemán. Fue inventada por beligerantes apicultores belgas en 1994, 39 años después de su muerte, como original lema de una manifestación. A pesar de utilizar métodos torticeros, trataron así de convencer a los ciudadanos de que sin abejas no hay paraíso ni futuro. Porque al ser ellas las principales polinizadoras de las plantas en las que basamos buena parte de nuestra producción de alimentos, sin polinización no habría una amplia reproducción en las plantas, y sin plantas no podríamos alimentar a los animales que luego nosotros nos comemos. Lee el resto de la entrada »

La posible extinción de las abejas ya tiene novela y es sensacional

Hace ahora 55 años Rachel Carson horrorizó al mundo al explicar en un libro cómo la generalización en el uso del DDT, un peligroso y cancerígeno insecticida, llevaría al mundo hacia una Primavera Silenciosa. Un planeta sin aves canoras. Bosques y campos sin otros sonidos que el viento y nuestros coches. Una década después de publicado su trabajo se prohibía la producción y uso del DDT. Pero no hemos aprendido nada.

Ahora el uso masivo de los plaguicidas sistémicos o neonicotinoides es un factor clave en el declive de las abejas. Se une a otros factores graves como el cambio climático, la contaminación de aire, suelos, agua y hasta sonora, la homogeneización del paisaje, la agricultura industrial, nuevas enfermedades e incluso la llegada de terribles invasores como la asesina avispa asiática. Tantos males unidos están poniendo contra la espada y la pared a las abejas del planeta. Lee el resto de la entrada »

Siéntete como un insecto… polinizador

Poliniza

¿Tus hijos se pasan el día pegados a la maquinita matando marcianitos y otros bichos siderales? Pues si no puedes luchar contra ellos conviértelos en insectos. Polinizadores, claro. Que hagan algo útil y nos ayuden a tener más alimentos, flores y árboles en el planeta. En sentido figurado, claro está, pero menos da una piedra o un teléfono móvil.

Convertirse en un insecto polinizador para facilitar la reproducción de las plantas en cuatro espacios distintos de la naturaleza es desde hoy más sencillo y divertido gracias a PolinizAPP, un juego educativo de simulación en formato aplicación que han desarrollado los centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Real Jardín Botánico de Madrid y el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA) de las Islas Baleares, gracias a la financiación de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT). Lee el resto de la entrada »

La avispa asesina se extiende imparable por España

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Otra plaga más. La avispa asiática (Vespa velutina) se ha adueñado del norte peninsular, de Galicia a Cataluña pasando por Aragón e incluso Burgos, y en pocos años estará por toda España. Su avance es imparable.

La vi por vez primera el pasado fin de semana en el norte de Navarra. Es un insecto impresionante, feroz.

Todas las avispas son carnívoras, pero esta especie es, además de gigantesca, condenadamente asesina. Sus presas favoritas son las abejas. Las espera a la entrada de las colmenas, atrapa en el aire y arranca la cabeza de un certero bocado, para luego llevarse el tórax como alimento para sus hambrientas larvas, agrupadas en colonias con hasta 15.000 bichos por nido. Una decena de avispas asiáticas pueden matar 30.000 abejas en una semana. Lee el resto de la entrada »

Apadrina una colmena, promueve dulce naturaleza

Apicultores

Apadrina un lince, un alimoche, un mochuelo, un árbol. Cada vez surgen más iniciativas ofreciéndonos la posibilidad de apoyar programas de mejora de la naturaleza aportando una pequeña cantidad de dinero. Aves, mamíferos, plantas, pero ¿es posible apadrinar una abeja?

Una solo no, no tendría sentido pues estos laboriosos insectos apenas viven tres meses, pero sí una colmena completa.

Decía el zoólogo Karl von Frisch (Premio Nobel de Medicina en 1973) en su famoso libro La vida de las abejas:

El labrador puede poseer una sola vaca, un solo perro e incluso una sola gallina, pero jamás podrá tener una sola abeja, porque si esto ocurriera no tardaría en quedarse sin ella.

Desgraciadamente, en estos momentos, y por causas poco claras, “los pueblos de las abejas”, como también llamaba Von Frisch a las colmenas, se están quedando desiertos.

Apadrina una colmena, disfruta de sus dulces productos y ayuda a crear dulce naturaleza. Es la iniciativa de proyectos como Ecocolmena. O de Miel Ecológica Urzapa. Esta última acaba de firmar un convenio de colaboración con la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente por el que, si te conviertes en padrino de alguna de sus colmenas, además de recibir una parte de esa aportación anual en forma de miel y otros productos derivados de la apicultura, ayudarás a mantener el legado y el mensaje proteccionista de Félix Rodríguez de la Fuente.

Ya os lo he contado en otras ocasiones. Sin abejas no hay paraíso. Ni bosques ni agricultura. Pero las enfermedades, contaminación e incendios las tienen contra las cuerdas, pues sus poblaciones mundiales han descendido de forma alarmante en los últimos años. Tanto que en algunas ciudades como Viena se están desarrollando experiencias para instalar colmenas en sus más famosos monumentos públicos. En esa ciudad, 16 apicultores asociados se encargan del cuidado de 80 colmenas repartidas por el casco histórico, algunas emplazados en enclaves tan turísticos como los palacios de Schönbrunn y Belvedere.

En España no hemos llegado aún a tales emergencias, de momento. Pero es importante seguir apoyando con nuestro consumo solidario a estos heroicos ganaderos de insectos que tanto bien hacen a la naturaleza.

Foto: Apicultores recogen miel de abejas en una colmena. © CRIC / 20 Minutos

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Los plaguicidas ponen en peligro a las abejas y a toda la agricultura

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En 1962 Rachel Carson nos habló de esa Primavera Silenciosa, un planeta sin aves canoras al que estábamos condenados si seguíamos utilizando el DDT, peligroso y cancerígeno insecticida. 10 años después se prohibía su producción y uso, aunque todavía hoy la leche materna presenta altas concentraciones de este tóxico; las mujeres españolas el doble que la media europea.

En la India un antiinflamatorio, el diclofenaco (Voltarén), utilizado tanto para la artritis en humanos como para tratar afecciones del ganado, provocó en una década el exterminio del 95% de los buitres, decenas de millones de ejemplares. Los medicados cadáveres reventaban los riñones de las carroñeras, al provocarles una mortal insuficiencia renal. Su uso veterinario está ahora prohibido.

Como con los buitres, algo muy parecido está ocurriendo con las abejas. Desaparecían por millones y nadie sabía la razón. El misterio de las colmenas vacías ha sido finalmente desvelado. La culpa la tienen los plaguicidas neurotóxicos. Ante las muchas evidencias científicas, la Comisión Europea propuso en enero pasado prohibir tres de estos insecticidas (imidacloprid, tiametoxam y clotianidina). Pero es una solución parcial. En realidad se deberían prohibir todos. Urgentemente.

Un mundo sin abejas es mucho peor que un mundo sin pájaros. Por cada euro que estos insectos producen en forma de miel, polen, cera, jalea real o propóleo, revierten 20 euros en forma de polinización. Sólo para Europa este desinteresado trabajo vale 22.000 millones de euros, pues de él depende la germinación del 84 % de los 264 principales cultivos agrícolas. Lo mismo ocurre con las plantas silvestres.

Empeñados en convertir la producción mundial de alimentos en una beneficiosa factoría de enormidades enlatadas no nos damos cuenta de lo evidente: sin abejas no hay paraíso. Ni futuro.

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La naturaleza nos desea un feliz año lleno de belleza

Un nuevo año debe ser ante todo un nuevo periodo de paz y esperanza para todos nosotros. También de belleza. La que nos muestra un vídeo que hoy os regalo y, debo confesaros, me ha llenado de emoción y admiración.

El milagro de la polinización es el milagro de la vida, ese misterioso proceso evolutivo capaz de replicar millones de seres vivos para la eternidad, tan diferentes y tan bellos, a mayor gloria de la naturaleza. A pesar de su importancia, este proceso es en gran parte invisible para el ojo humano. En el extracto que ha continuación os dejo, el cineasta Louie Schwartzberg nos muestra el intrincado mundo del polen y los polinizadores con magníficas imágenes rodadas en alta velocidad de su documental «Hidden Beauty: A Love Story That Feeds the Earth«. Esta extraordinaria película está inspirada en la preocupante desaparición global de uno de los polinizadores primarios más importantes del planeta, la abeja melífera.

Unas imágenes perfectas para felicitarnos el año nuevo ¿no os parece? Feliz Año 2012. Y que todos nuestros buenos deseos se extiendan por el mundo como fructífero polen a lomos de un mundo mejor.

Gracias a Ángel Sáchez por pasarme el enlace de este maravilloso vídeo.

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Sin abejas no hay paraíso

¿Has desayunado ya? Si en las tostadas tuviste la sana idea de endulzarlas con miel, relámete ahora de nuevo buscando ese único dulzor floral en los labios. Porque entre el cambio climático, la contaminación, el uso-abuso disparatado de insecticidas en el campo y las enfermedades misteriosas nos estamos quedando sin abejas en el mundo. Y además de su almibarado néctar, sano, sanísimo, corremos el riesgo de perder un tercio de la producción agrícola mundial, directamente dependiente de la polinización de tan trabajadores insectos. Sin ellas no hay paraíso.

El problema es el mismo en la mayoría de los países mediterráneos y también en Estados Unidos, donde el año pasado desapareció misteriosamente entre el 60% y el 70% de las abejas.

Decía el zoólogo Karl von Frisch (Premio Nobel de Medicina en 1973) en su famoso libro La vida de las abejas:

El labrador puede poseer una sola vaca, un solo perro e incluso una sola gallina, pero jamás podrá tener una sola abeja, porque si esto ocurriera no tardaría en quedarse sin ella.

Desgraciadamente, en estos momentos, y por causas poco claras, «los pueblos de las abejas», como llamaba Von Frisch a las colmenas, se están quedando desiertos.