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Un puñado de etimologías de términos relacionados con malhechores (I)

Se conoce como malhechor al que se dedica a cometer delitos de todo tipo, siendo la lista de palabras sinónimas para referirse a este tipo de individuo muy larga. A través de un par de post os traigo un puñado de etimologías de términos relacionados con malhechores.

Un puñado de etimologías de términos relacionados con malhechores (I)

Y empiezo con el propio término ‘malhechor’, un término que llegó al castellano desde el latín ‘malefactor’ (el que hace cosas malas) en la forma ‘malfechor’ (de idéntico significado) y que también dio origen a que la palabra ‘fechoría’ signifique ‘mala acción’.

Originalmente el término asesino hacía referencia a los adictos al hachís, ya que etimológicamente proviene del árabe hashshashin, cuyo significado literal era ese. Se trataba de miembros de una peligrosa secta chií, adictos a la droga y que se dedicaron a matar a numerosos personajes relevantes, políticos, militares y religiosos, entre los siglos VIII y xiv.

 Caco es uno de los muchos sinónimos que se utilizan para hacer referencia a un ladrón. Este término proviene de la mitología griega, en la que aparece Kakos (Cacus en latín), un curioso y habilidoso personaje que robó parte del ganado de Heracles (Hércules para los romanos) de una manera astuta. Se escondió con los animales en una cueva haciéndolos entrar de espaldas, por lo que las huellas parecía que eran de salida y no de entrada hacia el escondite.

Otro término muy común con el que se conoce a los amigos de lo ajeno es con el vocablo chorizo, que, a pesar de escribirse igual, nada tiene que ver con el embutido, sino que proviene del caló (lengua del pueblo gitano), quienes utilizan los verbos chorí y chorar para hacer referencia al acto de robar.

La etimología de ladrón es bastante sorprendente, debido a que, el vocablo con el que conocemos a aquel que se dedica a robar, originalmente significaba ‘soldado’. El término proviene directamente del latín latro y hacía referencia a cierto tipo de soldados contratados para custodiar mercancías o personajes importantes. La remuneración que cobraban por sus servicios era muy escasa, por lo que algunos de esos latronis aprovechaban para hurtar algo de lo que tenían en custodia, de ahí que cogiesen mala fama y se llamara así, desde entonces, a todo aquel que se dedica a robar.

 

 

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¿Cuál es el origen del término ‘cuatrero’?

Quienes crecimos viendo películas del Oeste pudimos observar que en la mayoría de esos filmes aparecía una series de personajes dedicados a delinquir y robar el ganado u otros animales, siendo conocidos como ‘cuatreros’.

¿Cuál es el origen del término ‘cuatrero’?

Y precisamente ese acto de robar cierto tipo de animales  (cuadrúpedos) es lo que dio origen al término ‘cuatrero’, como referencia al ladrón de reses o ganado, especialmente de caballos, tal y como define la palabra el diccionario de la RAE y que en una definición más concreta del vocablo vendría a ser ‘ladrón de animales de cuatro patas’.

Durante gran parte de la historia a ese tipo de animales se les denominó como cuadrúpedos, proveniente del latín tardío ‘quadrupĕdus’ y que significaba literalmente ‘de cuatro patas’.

La primera aparición, en un diccionario español, del término ‘cuadrúpedo’ fue en el Diccionario Academia Usual de la RAE (en su edición de 1817) con el significado de ‘Adjetivo que se aplica al animal de cuatro pies’ y el de ‘cuatrero’ fue en 1786 en el ‘Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes y sus correspondientes en las tres lenguas francesa, latina e italiana’ de Esteban Terreros y Pando con la acepción: ‘ladrón de bestias’.

 

 

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¿De dónde proviene la expresión ‘Quien roba a un ladrón, tiene cien años de perdón’?

¿De dónde proviene la expresión ‘Quien roba a un ladrón, tiene cien años de perdón’?

A través de la página en Facebook de este blog, Marian GF me consulta de dónde proviene la expresión Quien roba a un ladrón, tiene cien años de perdón’.

Este es uno más de las innumerables sentencias que el refranero español ha proporcionado. Se utiliza para disculpar una mala acción, la cual queda justificada al ser comparada con otra mucho más grave, de ahí que se haga la analogía entre ladrones.

No se sabe a ciencia cierta en qué momento se originó la expresión tal y como la conocemos hoy en día, aunque sí que hay constancia de que ésta fue evolucionando y cambiando a lo largo de los siglos.

Por ejemplo, una de las formas en que podemos encontrarlo es la de ‘Quien engaña al engañador cien años de perdón’ que aparece en parte (Quien engaña al engañador…) en la obra del siglo XV ‘Tragicomedia de Calisto y Melibea’ (popularmente conocida como ‘La Celestina’) de Fernando de Rojas. El famoso lexicógrafo español Sebastián de Covarrubias, en su libro sobre etimologías ‘Tesoro de la lengua castellana o español’ (1611) hace mención a esa misma forma de expresión.

Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana (sXV) la utilizó de este modo: ‘Quien burla al burlador cien días gana de perdón’.

A inicios del siglo XVII, en la novela ‘La pícara Justina’ (atribuida a Francisco López de Úbeda) aparece una variante de la expresión en la forma ‘Quien hurta alladró gana cien días de perdón’ que, según un gran número de etimólogos, podría ser el origen de la forma actual.

Actualmente, la manera más común de encontrar o pronunciar la expresión es: ‘El que roba a un ladrón, tiene cien años de perdón’.

 

 

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¿De dónde proviene decir que algo se hace ‘a hurtadillas’ cuando se realiza a escondidas?

¿De dónde proviene decir que algo se hace ‘a hurtadillas’ cuando se realiza a escondidas?

Cuando alguien realiza algún acto de modo oculto y con el propósito de que nadie se percate, suele decirse que lo ha hecho ‘a hurtadillas’, un término sobre todo utilizado para dar a ese secretismo una connotación delictiva o ilícita.

Y es que el origen etimológico del vocablo ‘hurtadillas’ ya nos da una pista, debido a que proviene del término ‘hurtar’ (sustraer algo si uso de la violencia, la mayoría de veces sin ser visto o sin que la víctima lo note o se percate) y que derivó en el castellano antiguo ‘hurtada’ (de ahí hurtadillas).

Cabe destacar que el vocablo ‘hurto’ proviene del latín ‘furtum’ (de ‘fur’, ladrón/el que roba) y que dio también origen al término ‘furtivo’ (persona que se esconde o hace algo a escondidas).

 

 

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¿De dónde viene llamar ‘pasma’ a la policía?

¿De dónde viene llamar ‘pasma’ a la policía?

Muchas son las palabras que hemos heredado de la lengua de la germanía (argot usado comúnmente por ladrones, rufianes y gente de mala vida), y el término ‘pasma’ con el que se nombra a la ‘policía’ es uno de ellos, aunque llegó a nosotros, al igual que otros muchos vocablos, a través del caló (lengua de la etnia gitana).

Hoy en día se utiliza pasma para referirse, de modo coloquial o despectivo, a cualquier miembro del cuerpo policial, pero en sus orígenes el término tan sólo se utilizaba para hablar de la policía secreta o los agentes que iban de paisano.

 

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¿De dónde surgió llamar ‘malandrín’ a cierto tipo de delincuente?

¿De dónde surgió llamar ‘malandrín’ a cierto tipo de delincuente?Hoy en día está prácticamente en desuso pero durante gran parte de los últimos siglos (sobre todo desde la Edad Media hacia finales del siglo XIX) el término ‘malandrín’ era comúnmente utilizado para referirse a cierto tipo de delincuente que destacaba por realizar sus fechorías de una manera malvada y perversa.

Sin embargo la mayoría de las pocas personas que usan hoy en día este vocablo lo hacen de una manera poco despectiva, como quitándole importancia al delito que ha cometido el malhechor, en parte porque su sonoridad parece referirse a un diminutivo (cuando no es así) y no invita a hacerlo como si se tratara de una persona que ha cometido una fechoría considerable, de ahí que actualmente se relacione más el término malandrín con rateros o ladrones de poca monta.

Tal y como apunto en el párrafo anterior, el uso del vocablo malandrín se extendió a partir de la Edad Media, aunque el término existe desde la antigüedad. Al castellano llegó a través del italiano ‘malandrino’, cuyo significado era ‘salteador’, en referencia a aquellos criminales que se dedicaban a asaltar y robar en los caminos o lugares despoblados.

Para encontrar la etimología de malandrín, a partir del vocablo italiano malandrino, debemos acudir al latín ‘malandria’, término con el que en la antigüedad se describía a cierto tipo de enfermedad similar a la lepra. Aquellos que la padecían eran apartados en las poblaciones, teniendo que subsistir realizando actos delictivos (como asaltar y robar), de ahí que acabase derivando en la acepción actual.

 

 

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El curioso origen del término ‘ladrón’

El curioso origen del término ‘ladrón’

Para encontrar el origen etimológico del término ladrón hemos de viajar hasta la Antigua Roma en la que se usaba la palabra en latín latro para señalar a los soldados que realizaban labores de escolta del Emperador o se les había encomendado custodiar alguna mercancía de valor (estos últimos también llamados mercenarios).

El verbo latrocinare significaba «servir en el ejército», pero algunos de esos servidores del ejército solían tener la mano larga, por lo que de vez en cuando robaban alguna de las mercancías que vigilaban, cogiendo tan mala fama que con el tiempo a aquel que robaba se le comenzó a llamar latro o latronis que terminó en el vocablo ladrón que hoy en día conocemos.

 

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¿Por qué el término ‘botín’, además de un apellido y un calzado, también son las ganancias de un robo?

¿Por qué el término ‘botín’ además de un apellido y un calzado también son las ganancias de un robo?El botín del que hoy quiero hablaros en el blog no se trata del apellido de una famosa familia de banqueros ni del tipo de calzado (bota) que solo cubre hasta el tobillo, sino del término con el que se conoce a aquellas ganancias obtenidas a través de un robo, atraco, estafa o extorsión y que es repartido entre los criminales que los cometen.

Estamos habituados a escuchar el término sobre todo en películas de forajidos o piratas, pero en realidad el origen de la palabra botín no proviene del pillaje o la delincuencia, sino del mundo militar.

Se conocía como botín a aquel conjunto de armas, enseres o provisiones que pertenecían a un ejército vencido tras una batalla y que posteriormente era repartido entre los soldados del bando ganador. Era mucho más que unas simples ganancias, ya que en realidad se consideraba el repartirse esas pertenencias como un trofeo de guerra (botín de guerra).

El origen etimológico de la palabra lo encontramos en el germánicobytin’ cuyo significado era ‘presa’, de ahí pasó a las diferentes lenguas, llegando al castellano a través del provenzal (lengua medieval que se hablaba en el sur de Francia).

 

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¿Cuál es el origen del término ‘mangante’?

¿Cuál es el origen del término ‘mangante’?La palabra ladrón es uno de esos términos que tiene un buen número de sinónimos que se pueden utilizar para referirse al que hurta o roba. Entre las muchas palabras que nos encontramos para señalar a este tipo de personas están caco y chorizo (las cuales ya os expliqué el origen etimológico de cada una de ellas en anteriores posts), pero también otras como ‘mangante’ y su derivado ‘mangui’, de las que explicaré de dónde proceden a través de esta entrada.

Ambas palabras (mangante y mangui) nacen de la acción de ‘mangar’, que en el vocabulario popular es la forma vulgar para referirse al acto de robar, hurtar e incluso timar. Pero estos no eran en su origen el significado real de este término el cual proviene de la lengua caló, como otras muchísimas palabras que en la actualidad son de uso común en nuestro lenguaje cotidiano.

Muchos son los que atribuyen al  término ‘mangar’ un origen etimológico equivocado, debido la similitud que existe entre éste y la palabra manga (parte de la camisa/vestido que cubre el brazo) y relacionando erróneamente el acto de mangar con robar/hurtar algo y escondérselo en la manga, algo totalmente equivocado, pues entre ambas cosas/palabras no existe vínculo alguno.

En realidad ‘mangar’, en su origen en la lengua caló, significaba (y todavía sigue siendo así) el acto de ‘pedir’, ‘rogar’ o ‘mendigar’ y, por lo tanto, un mangante (y su evolución a mangui) era aquel personaje pedigüeño que se dedicaba a pedir limosna y/o dinero prestado.

Al proceder de los ambientes gitanos, los prejuicios raciales de la sociedad hizo evolucionar todos estos términos hacia algo despectivo, convirtiendo a ese mangante (persona que pedía y/o mendigaba) en  un ‘sinvergüenza, alguien despreciable sin oficio ni beneficio’ tal y como lo contempla hoy en día el diccionario de la RAE y de ahí se convirtiese en el leguaje de uso coloquial en sinónimo de ladrón, timador y pillo que vive aprovechándose de la buena fe de los demás y/o se dedica al trapicheo.

 

 

Fuentes de consulta: Diccionario Caló-Castellano / RAE 1 / RAE 2 / Tratamiento lexcográfico y sociolingüístico de los gitanismos (Google books)
Fuente de la imagen: cruisecritic

¿Cuál es el origen de la expresión ‘aquí hay gato encerrado’?

¿Cuál es el origen de la expresión ‘aquí hay gato encerrado’?
La expresión ‘aquí hay gato encerrado’ suele utilizarse cuando desconfiamos de alguna cosa o nos da en la nariz que hay algo turbio en algún asunto.

Para encontrar el origen de esta expresión debemos trasladarnos hasta los siglos XVI y XVII (también conocida esa época como Siglo de Oro) en el que se puso de moda llamar gato a la bolsa o talego en el que se guardaba el dinero.

Era habitual llevar alguno de estos ‘gatos’ con sus respetivas monedas escondido entre las ropas  o guardado a buen recaudo en algún lugar de la casa, como remedio a los posibles hurtos.

¿Cuál es el origen de la expresión ‘aquí hay gato encerrado’?La víctima que estaba en el punto de mira de los rateros era observado para ver si tenía dinero y donde lo llevaba, por lo que la consigna que se daban entre sí, los amigos de lo ajeno, era diciendo que había allí había ‘gato encerrado’ o, lo que es lo mismo, una bolsa con dinero guardado y/o escondido.

Lo que no se sabe con total seguridad es el porqué a este tipo de monederos se les dio el nombre de gato, habiendo quien indica que la razón era porque, originariamente, se confeccionaban con la piel de estos felinos y otros señalan que era el nombre coloquial utilizado en aquella época para llamar a los rateros que hurtaban con astucia y engaño (la RAE así lo recoge), puesto que estos ladrones tenían una habilidad que recordaba al comportamiento de los felinos.

 

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