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¿Cuál es el origen del término ‘ungüento’?

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan cuál es el origen del término ‘ungüento’.

¿Cuál es el origen del término ‘ungüento’?

El término ‘ungüento’ hace referencia a cierto medicamento, en forma de aceite o crema, que se aplica sobre la piel o una parte concreta del cuerpo y que se suele elaborar con productos naturales.

El término proviene del latín unguentum y su significado literal es ‘lo que se unge’ (unta, aplica).

El uso del término es antiquísimo y podemos comprobar cómo se hacía referencia al mismo en escritos de hace más de dos mil años.

La palabra ‘ungüento’ ya aparece recogida en la obra ‘Gramática de la Lengua Castellana’, escrita por Antonio de Nebrija (publicada el 18 agosto de 1492) y que se trataba el primer libro que se publicó sobre gramática en nuestra lengua. Posteriormente fue incorporada a otras obras enciclopédicas de diversos autores en los siguientes siglos y en 1739 en el Diccionario de Autoridades (el primer gran diccionario oficial realizado por la RAE) en el que se le dio las siguientes cuatro acepciones al término (respeto el castellano antiguo en el que se publicó):

  • ‘Todo aquello, que sirve para ungir, ò untar’
  • ‘Particularmente se toma por la confección crassa, y blanda, compuesta de varios simples medicinales, tomando el nombre del simple mas especial, ù del inventor. Lat. Unguentum’
  • ‘Significa tambien una confección de simples olorosos, y fragantes, que usaban mucho los antiguos, y oy se usa para embalsamar los cadaveres’
  • ‘Metaphoricamente se toma por qualquier cosa, que suaviza, y ablanda el ánimo, ù la voluntad, y la atrahe à lo que se desea conseguir. Dicese freqüentemente del dinero, que en estilo festivo le llaman ungüento de México, y tambien à la plata ungüento Blanco, y al oro ungüento Amarillo. Lat. Unguentum. Linimentum’.

 

 

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El curioso origen del término ‘tirabuzón’

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan sobre el origen del término ‘tirabuzón’.

El curioso origen del término ‘tirabuzón’

Conocemos como ‘tirabuzón’ al rizo de cabello, largo y pendiente que cae en forma de espiral.

Originalmente este término no hacía referencia al pelo en forma de bucle sino que fue creado para denominar al ‘sacacorchos’ y, de hecho, esa otra acepción aparece recogida en el diccionario de la RAE.

Etimológicamente proviene del francés ‘tire-bouchon’ el cual significaba literalmente ‘sacacorchos’ (tire: tirar, sacar; bouchon: corcho, tapón).

En el Diccionario de Autoridades, en su edición de 1739 (la primera publicación académica de la Real Academia de la Lengua), la entrada correspondiente a ‘tirabuzón’ daba la siguiente explicación (literalmente): ‘Una especie de sacatrapos, que sirve para quitar los tapones á los frascos, ó botellas’, no habiendo mención alguna al rizo de cabello largo.

No fue hasta un siglo y medio después cuando el diccionario (en su edición de 1884) incorporó una segunda acepción para el término ‘tirabuzón’: ‘Rizo del cabello en forma espiral’.

El hecho de que los rizos del cabello tuviesen esa forma tan característica y que recordaba al descorchador hizo que se popularizara la denominación francesa de dicho artilugio para denominar todo aquello que tenía forma de bucle o espiral.

Pero, curiosamente, en francés no se utiliza tal denominación para el bucle del pelo, sino ‘boucle de cheveux’ (rizo de cabello).

El término francés ‘tire-bouchon’ apareció recogido por primera vez en un diccionario del idioma galo en 1718 con la acepción: ‘vis employée pour tirer les bouchons des bouteilles’ (tornillo empleado para sacar los corchos de las botellas).

 

 

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¿Sabías que originalmente el término ‘satélite’ hacía referencia a la guardia personal de un rey?

Hoy en día utilizamos el término satélite para hacer referencia a los cuerpos celestes que orbita alrededor de un planeta, también a los vehículos espaciales enviados para que recojan y/o transmitan información (satélite artificial), para emitir señales de radio, televisión o telecomunicaciones (satélites de comunicaciones)  e incluso a aquellas naciones dominadas política y económicamente por un país vecino más potente (Estado satélite).

¿Sabías que originalmente el término ‘satélite’ hacía referencia a la guardia personal de un rey?

Pero en su origen, ninguna de estas acepciones correspondía al término ‘satélite’, el cual proviene del vocablo latino ‘satelles’ y su significado era ‘corte, acompañante’ y hacía referencia al séquito de guardias personales que llevaba un rey para su protección. Al latín llegó desde el etrusco satnal’.

El primer uso del vocablo para hacer referencia a esta guardia personal de un monarca la encontramos en el siglo VI a.C., cuando Lucio Tarquinio el Soberbio (séptimo y último rey de Roma) creó un cuerpo de escolta que debían de protegerlo mientras iban alrededor de éste.

El hecho de que esa guardia personal rodeara en todo momento al monarca fue lo que hizo que, varios siglos después, el término ‘satelles’ también fuese utilizado para hacer referencia a los cuerpos celestes y, según apuntan algunos expertos, es muy probable que fuese el filósofo, escritor y pensador romano, Marco Tulio Cicerón, quien utilizó por primera vez ese término para referirse a Venus y denominarlo como ‘satelles nocti’ (acompañante nocturno).

El término ‘satélite’ apareció recogida por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1739, con la acepción ‘Lo mismo que Alguacil o Corchete’ y en otra entrada del diccionario aparecía en la forma ‘satélites’ (en plural) significando ‘Cuatro estrellas pequeñas, que siempre acompañan al planeta Júpiter y otras cinco que andan alrededor de Saturno’. En la siguiente edición (de 1780) ambas definiciones iban juntas en una misma entrada. No fue hasta la edición de 1992 del Diccionario de la RAE cuando se hace referencia por primera vez al ‘satélite artificial’ como vehículo espacial tripulado.

 

 

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Fuentes de consulta: etymonline / etimologias.dechile / Diccionario de Autoridades / RAE / etymologeek
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¿Cuál es el origen del término ‘escaparate’?

Conocemos como ‘escaparate’ al lugar destinado para exhibir algún tipo de mercancía. Normalmente asociamos la palabra con el espacio exterior de algunos comercios donde se exponen los productos que están a la venta.

¿Cuál es el origen del término ‘escaparate’?

Originalmente el término escaparate hacía referencia a un armario (que solía estar en la cocina, alacena o sala) en el que se guardaban las cosas delicadas o de cierto valor.

Etimológicamente proviene del neerlandés ‘schaprade’, cuyo significado literal era ‘armario’.

La primera constancia de su uso por escrito en castellano la encontramos en la obra póstuma de Miguel de Cervantes ‘Los trabajos de Persiles y Sigismunda, historia setentrional’ (libro IV capítulo 9), publicada en 1617, donde dice: […] la buena suerte y la buena dicha, que todo es uno, también puede llegar a la puerta del miserable en un saco de sayal como en un escaparate de plata. […]

El vocablo escaparate fue recogido por primera vez en el Diccionario de Autoridades, en su edición de 1732, con la siguiente acepción: […]Alhaja hecha a manera de alhacena o almário, con sus puertas y andenes dentro, para guardar buxerías, barros finos y otras cosas delicadas, de que usan mucho las mugeres en sus salas de estrado para guardar sus dixes. […]

 

 

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¿Cuál es el origen del término ‘carcajada’?

El término ‘carcajada’ hace referencia a la risa ruidosa e impetuosa y también puede ser conocida como risotada.

¿Cuál es el origen del término ‘carcajada’?

Antiguamente se tenía el convencimiento de que reírse a carcajadas se trataba de algo que era hecho especialmente más por individuos trúhanes que por filósofos y así se recoge en el Diccionario de Autoridades de 1729.

En esa misma obra se le daba un par de posibles orígenes etimológicos: por una parte, dice que provenía del latín cachinnus (rugido, risa fuerte) y, por otra, del griego charchero (estruendo).

El diccionario de la RAE indica que procede de una onomatopeya y algunos etimólogos señalan que proviene del portugués gargalhada y este del vasco karkailla, ambos vocablos referidos al acto de reírse ruidosamente.

 

 

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¿Sabes a qué hacía referencia antiguamente el término ‘desantañarse’?

Quienes sois lectores habituales de este blog y de mis libros, sabéis que una de mis aficiones es la de buscar y rebuscar en los diccionarios todo tipo de palabras y palabros que me llamen la atención por lo curiosas que son, compartiendo a menudo a través de un post algunas de ellas.

¿Sabes a qué hacía referencia antiguamente el término ‘desantañarse’?

En esta ocasión os traigo el término ‘desantañarse’, un vocablo que no aparece recogido en el diccionario de la RAE desde hace más de dos siglos (la última vez que lo hizo fue en la edición publicada en 1783).

A pesar de llevar tanto tiempo desaparecida del diccionario, no deja de ser una palabra la mar de curiosa y cuyo significado literal era ‘Quitarse los años disimulándolos y ocultarlos’.

Y es que siempre ha habido personas que han querido presumir de ser más jóvenes de lo que realmente eran y que se han quitado años.

Aunque el término fue retirado de diccionario de la RAE, a finales del siglo XVIII (fue recogido por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1732), siguió apareciendo en otras obras de consulta y libros enciclopédicos hasta bien entrado el siglo XX, pudiéndolo encontrar en el Diccionario de la Lengua Española realizado por el académico José Alemany Bolufer y publicado por la editorial Sopena en 1917.

¿Soy el único que piensa que ya va siendo hora de recuperar la palabra ‘desantañarse’?

 

 

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¿Sabes en qué consiste el ‘ramoneo’?

Se conoce como ‘ramoneo’ a la acción de ‘ramonear’ y a su vez este término hace referencia al hecho de cortar las puntas de las ramas de los árboles y, también, al acto de pacer (comer) algunos animales las hojas y puntas de las ramas de las plantas o árboles.

¿Sabes en qué consiste el ‘ramoneo’?

Curiosamente, el diccionario académico dice que este vocablo está formado por el nombre propio Ramón unido al sufijo -ear, pero son numerosos los etimólogos que indican que procede de ‘rama’ (cada una de las partes que nacen del tronco o tallo principal de una planta).

Además, en su primera aparición en el Diccionario de Autoridades de 1737, ya se indicaba que provenía de rama (tal y como apuntaba el célebre lexicógrafo Sebastián de Covarrubias en su obra ‘Tesoro de la lengua castellana o española’ publicada en 1611).

 

 

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Media docena de términos relacionados con el cabello y que quizás no conocías

El diccionario de la RAE recoge infinidad de términos que están relacionados con el cabello, muchos de ellos prácticamente desconocidos e incluso en desuso. En este post os traigo media docena:

Media docena de términos relacionados con el cabello y que quizás no conocías

Tufo: Tenemos asociado este vocablo con el hedor o peste que desprende alguna cosa o alguien, pero también hace referencia a cada una de las dos porciones de pelo, por lo común peinado o rizado, que caen por delante de las orejas. Etimológicamente proviene del francés ‘touffe’, que significa literalmente ‘mechón’.

Aladar: Es el mechón de pelo que cae sobre la sien. Etimológicamente proviene del árabe hispánico ‘al‘aḏár’ y su significado es ‘el mechón’.

Chingua: Forma coloquial para referirse a la trenza de pelo, cuyo origen etimológico proviene del quechua ‘chihua’, con idéntico significado.

Rufo: Forma en la que antiguamente se denominaba a la persona que tenía el cabello pelirrojo. Apareció recogido por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1737, donde también se le daba la acepción de ‘el que tiene el pelo ensortijado’ (rizado). El término proviene del latín ‘rufus’, con el mismo significado y que además también dio origen al vocablo ‘rufián’, ya que antiguamente se tenía el convencimiento de que las personas de ‘mal vivir’ tenían el cabello de color encarnado (o usaban pelucas de ese color).

Hirsuto: Cabello áspero, disperso y duro. Proviene del latín ‘hirsūtus’ de exacto significado. Aparece por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1734 con la acepción ‘Velloso, áspero y duro, como es la piel del macho cabrío’.

Chicho: Rizo pequeño de cabello que cae sobre la frente y es propio del peinado de mujeres y niños. Fue recogido por primera vez en el diccionario de la RAE en su edición de 1954 con la misma definición que se le da actualmente y sin indicar cuál es su posible etimología (la cual dan como desconocida).

 

 

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¿De dónde surge utilizar el término ‘bodrio’ para referirse a algo mal hecho?

El término ‘bodrio’ ha sido utilizado durante mucho tiempo para señalar aquello que no nos gusta, es una chapuza, encontramos que es malo o que está mal hecho (por ejemplo, decir que una película aburrida es un bodrio).

¿De dónde surge utilizar el término ‘bodrio’ para referirse a algo mal hecho?

Aunque originalmente este vocablo no tenía un carácter negativo o despectivo, ya hace varios siglos que se utiliza para hacer referencia a lo que no es de nuestro agrado.

Etimológicamente llegó al castellano desde el italiano ‘brodo’ y en un principio (y así consta en el Diccionario de Autoridades de 1726) este término se pronunciaba como ‘bródio’. El significado de dichos vocablos era el de ‘caldo’ y hacía referencia a una sopa que antiguamente se realizaba con las sobras (mendrugos de pan, verduras y/o legumbres) y que se cocinaba, sobre todo, en los conventos para servirla a los menesterosos. El término italiano brodo provenía del germano ‘brod’, de idéntico significado.

El hecho de que aquel caldo servido en los conventos estuviese aguado, con poco sabor y realizado con productos de deshecho es lo que originó que se le diera la connotación negativa al término, llegando has nuestros días sin apenas tener referencia alguna a la sopa original y sí a aquello que no es de nuestro agrado.

 

 

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¿Cuál es el origen de la famosa expresión ‘Lo prometido es deuda’?

La expresión Lo prometido es deuda’ es una locución ampliamente utilizada y una antigüedad de varios siglos.

¿Cuál es el origen de la famosa expresión ‘Lo prometido es deuda’?

Es utilizada para señalar el cumplimiento de alguna promesa o compromiso adquirido y se dice tanto para recordar a un deudor que debe cumplir con algo prometido como cuando ya se ha satisfecho dicho compromiso, como señal de que ha cumplido con su palabra. No solo hace referencia a una posible deuda económica sino que se utiliza dicho término como ‘obligación moral contraída con alguien’, tal y como recoge el Diccionario de la RAE.

La expresión fue ampliamente popularizada a través de diversas obras literarias de autores españoles del último tramo de periodo conocido como ‘Siglo de Oro’ (primera mitad del siglo XVII), entre ellos Francisco de Quevedo.

Podemos encontrarla en la forma ‘El que promete, en deuda se mete’ y recogida en el Diccionario de Autoridades de 1732 como ‘Quien fía o promete, en deuda se mete’.

Pero cabe destacar que no se trata una frase proverbial originaria del castellano, ya que nos llegó desde la forma italiana ‘Ogni promessa è debito’, de igual significado y de la que hay referencias en obras anteriores al siglo XVII (por ejemplo ‘Eptamerone ouero eptalogi della nobiltà mondana’ de Paolo Luchini publicada en el año 1599).

 

 

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