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¿Cuál es el origen del término ‘alcahueta’?

¿Cuál es el origen del término ‘alcahueta’?

Conocemos como alcahueta (o alcahuete) a la persona que se dedica a facilitar que otros individuos puedan conocerse o mantener algún tipo de relación amorosa e incluso sexual, normalmente encubierta o ilícita.

El término alcahuete nos llegó al castellano a través del árabe hispánico ‘alqawwád’, compuesto por el prefijo ‘al’ -equivalente al artículo ‘el’- y el vocablo ‘qawwád’ –mensajero- y cuyo significado literal era ‘el mensajero’ o ‘el que transmite un mensaje’.

El trabajo de un alqawwád era el de transmitir un mensaje a una mujer casada por parte de un hombre que la pretendía y al mismo tiempo el hacer llegar al marido de ésta algunos presentes (como por ejemplo un caballo) con el fin de ganarse la confianza y simpatías y allanar el camino de la pareja adúltera.

El término tomó un gran relieve durante la Edad Media en la que muchas fueron las mujeres (sobre todo de edad madura) que se dedicaron a realizar tareas de intermediación y entablar relaciones entre diferentes personas con el fin de que éstas acabaran contrayendo matrimonio.

Otro de los cometidos de la alcahueta era el de (una vez formalizado el enlace matrimonial) procurar que la novia se presentase en la iglesia el día de la boda, por lo que iba a recogerla a su casa y la acompañaba hasta el altar. Esto se debe a que muchos de esos enlaces ‘acordados’ no contaba con el beneplácito de la contrayente, sino que era un acuerdo entre el pretendiente y el padre de la novia. De ahí que algunas se opusieran a dicho casamiento, siendo normalmente el interesado en la muchacha quien había contratado los servicios de la alcahueta y si la pretendida no se presentaba no abonaba el dinero por sus servicios.

Pero, tal y como indico al inicio del post, otra de las atribuciones de los alcahuetes era el de facilitar la relaciones sentimentales no permitidas o sexuales ilícitas.

Una de las alcahuetas más famosas de la literatura es la vieja Celestina de la obra ‘Tragicomedia de Calisto y Melibea’ de Fernando de Rojas (sXV), que con los años acabó siendo este nombre propio un sinónimo del oficio de alcahuete.

 

 

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Fuente de la imagen: Wikimedia commons

¿De dónde proviene la expresión ‘Quien roba a un ladrón, tiene cien años de perdón’?

¿De dónde proviene la expresión ‘Quien roba a un ladrón, tiene cien años de perdón’?

A través de la página en Facebook de este blog, Marian GF me consulta de dónde proviene la expresión Quien roba a un ladrón, tiene cien años de perdón’.

Este es uno más de las innumerables sentencias que el refranero español ha proporcionado. Se utiliza para disculpar una mala acción, la cual queda justificada al ser comparada con otra mucho más grave, de ahí que se haga la analogía entre ladrones.

No se sabe a ciencia cierta en qué momento se originó la expresión tal y como la conocemos hoy en día, aunque sí que hay constancia de que ésta fue evolucionando y cambiando a lo largo de los siglos.

Por ejemplo, una de las formas en que podemos encontrarlo es la de ‘Quien engaña al engañador cien años de perdón’ que aparece en parte (Quien engaña al engañador…) en la obra del siglo XV ‘Tragicomedia de Calisto y Melibea’ (popularmente conocida como ‘La Celestina’) de Fernando de Rojas. El famoso lexicógrafo español Sebastián de Covarrubias, en su libro sobre etimologías ‘Tesoro de la lengua castellana o español’ (1611) hace mención a esa misma forma de expresión.

Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana (sXV) la utilizó de este modo: ‘Quien burla al burlador cien días gana de perdón’.

A inicios del siglo XVII, en la novela ‘La pícara Justina’ (atribuida a Francisco López de Úbeda) aparece una variante de la expresión en la forma ‘Quien hurta alladró gana cien días de perdón’ que, según un gran número de etimólogos, podría ser el origen de la forma actual.

Actualmente, la manera más común de encontrar o pronunciar la expresión es: ‘El que roba a un ladrón, tiene cien años de perdón’.

 

 

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