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¿De dónde proviene el refrán ‘Quien mucho abarca poco aprieta’?

Miles son los refranes que existen y que a lo largo de la historia se han ido trasmitiendo de una generación a otra de manera oral, sirviendo esas sentencias como consejo y llevando en el mismo algún tipo de moraleja (lección, enseñanza). En la mayoría de las ocasiones, los refranes han sido creados por el propio pueblo, no existiendo una anécdota concreta o episodio histórico que pueda datar y dar testimonio de su origen.

¿De dónde proviene el refrán ‘Quien mucho abarca poco aprieta’?

Uno de los refranes más populares es el que dice ‘Quien mucho abarca poco aprieta’, el cual aparece recogido en numerosas obras de varios siglos atrás (entre ellas en el acto duodécimo de ‘La Celestina’ (publicada en 1499 y atribuida a Fernando de Rojas) en el que Sempronio dice a Celestina […] Contentémonos con lo razonable, no lo perdamos todo por querer más de la razón, que quien mucho abarca poco suele apretar […].

Esta locución suele ser utilizada para indicar la necesidad de realizar las cosas individualmente y no varias a la vez, debido a que el resultado final suele ser malo o desastroso.

No se sabe a ciencia cierta el origen de este refrán, aunque se ha encontrado que existen de muy similares en otras lenguas y países y muchos son los expertos que indican que, muy probablemente, sea una transformación de una antiquísima máxima en latín que decía ‘Duos insequens lepores neutrum capit’ (El que persigue a dos liebres no coge a ninguna de las dos) y a su vez esta era una traducción literal del proverbio griego δύο πτκας δικων οδτερον καταλαμβνει’ (El que persigue dos liebres no atrapa ninguna).

Nuestros vecinos portugueses utilizaban antiguamente una variante a nuestro refrán que decía ‘Quem muito abarca pouco abraça’ (Quien mucho abarca, poco abraza) y que apenas es utilizado en la actualidad; los franceses dicen ‘Qui trop embrasse, mal étreint’ (Quien abarca demasiado, poco aprieta); los italiano ‘Chi troppo vuole nulla stringe’ (Quien mucho quiere, nada aprieta); los alemanes dicen ‘Wer zu viel fasst, lässt viel fallen’ (El que coge mucho deja caer mucho); y curiosamente los ingleses utilizan una frase que es la más cercana a las versiones en latín y griego: ‘If you run after two hares you will catch neither’ (Si corres detrás de dos liebres no atraparás ninguna).

 

 

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¿Conoces el refrán ‘Olivo y aceituno, todo es uno’?

‘Olivo y aceituno, todo es uno’ es un antiquísimo refrán que ya aparece recogido en escritos del siglo XVII y que era utilizado para señalar a aquel que malgasta inútilmente el tiempo intentando averiguar cosas de poca importancia, utilidad o valor. También se aplicó para referirse a quien con impertinencia repite algo con insistencia, pero con distinto nombre, cuando en realidad se está refiriendo todo el tiempo a la misma cosa.

¿Conoces el refrán ‘Olivo y aceituno, todo es uno’?

Y es que viene de muy lejos la eterna y repetitiva discusión entre quienes dicen ‘aceituna’ u ‘oliva’ (como ya os expliqué en otro post que publiqué en este mismo blog en 2012).

A lo largo de los siglos han sido tantas los debates y discusiones respecto a ese tema que llegó a acuñarse el mencionado refrán para hacer referencia a la inutilidad de discutir por cosas superfluas y de poca importancia, para estar refiriéndose a lo mismo.

En algunos escritos y diccionarios antiguos ya aparece recogido (como en el diccionario de Autoridades de 1726) en la forma ‘Olivo y azeitúno todo es uno’ e incluso en la obra ‘Aventuras de don Fruela’, de Francisco Bernardo de Quirós (del año 1656), donde aparece de la siguiente manera: […]mas oliva, olivo y aceituno, todo es uno[…]

 

 

 

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El origen de cuatro refranes gatunos

El refranero español está repleto de máximas y aforismos cuyos dichos populares esconde algún consejo o moraleja, existiendo de prácticamente todos los temas. En esta ocasión os traigo cuatro relacionados con el mundo gatuno.

El origen de cuatro refranes gatunos

La curiosidad mató al gato:

Se trata de una de las expresiones más conocidas y se usa para decirle a alguien que no hay que saber más de lo que se debe y que no se deben traspasar ciertos límites mediante una analogía entre el  peligro y un gato, por tratarse de un animal que suele meterse en cualquier rincón, por lo que y se considera un felino que se expone a numerosos peligros y riesgos por su carácter curioso y explorador. No es una expresión surgida del rico refranero español, sino que llegó al castellano, a finales del siglo xix, desde el inglés curiosity killed the cat, de idéntico significado, que, a su vez, era la transformación de otro mucho más antiguo, del siglo xvi, que decía care killed the cat, cuyo significado era ‘el cuidado mató al gato’ como referencia a que una excesiva precaución o cuidado por la salud termina siendo perjudicial para esta.

De noche, todos los gatos son pardos:

Refrán que trata de advertirnos de la facilidad que hay, en algunas ocasiones, de ser engañados por un impostor a quien podemos tomar por otra persona y no percatarnos de sus malas intenciones. Aparece mencionado en la segunda parte del Quijote (1615) y, según señalan la mayoría de los expertos, la expresión no hacía referencia a los felinos sino a los  madrileños, que son conocidos, desde antiguo, como gastos. Todo indica que se originó el refrán poco después de trasladar la capitalidad del reino a Madrid, que se convirtió en corte y villa, lo que dio lugar a numerosos rufianes y malhechores nocturnos que transitaban a la espera de alguna víctima.

Ponerle el cascabel al gato:

Frase proverbial que se pronuncia ante una dificultad y la imposibilidad de llevar a cabo alguna tarea potencialmente peligrosa, en alusión al acto de coordinarse y ponerse de acuerdo un grupo para ver quién lleva a cabo dicho cometido. La primera referencia que existe sobre la expresión data del siglo VI a. C., cuando aparece en la famosa fábula El gato y los ratones, del autor griego Esopo. Posteriormente, otros muchos autores utilizaron dicha locución en sus obras, de las que una de las más famosas es la comedia La esclava de su galán, de Félix Lope de Vega, uno de los grandes dramaturgos del Siglo de Oro español. (te puede interesar leer el post ‘¿Por qué NO es una buena idea poner un cascabel a un gato?)

Buscarle tres pies al gato:

Expresión  con la que se aconseja no complicar un asunto, originalmente era buscarle cinco pies al gato. Según señalan la mayoría de los expertos, la frase no hablaba de tres pies, sino de cinco y se achaca a Miguel de Cervantes que la cambiara al ponerla en la forma de tres pies en boca del protagonista del Quijote. También hay quien indica que la locución es una deformación de buscarle el traspiés al gato, aunque esta versión parece no convencer a la mayoría de los etimólogos.

 

 

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¿Cuál es el significado del refrán ‘Guerra avisada no mata soldado’?

A través de mi cuenta @curiosisimo en la red social TikTok me preguntan sobre el significado del refrán ‘Guerra avisada no mata moros’

¿Cuál es el significado del refrán ‘Guerra avisada no mata soldado’?

Según consta, el modo original de esta sentencia era ‘En guerra avisada no muere soldado’ y con el tiempo pasó a transformarse en la forma ‘Guerra avisada no mata soldado’ y derivando en otras como ‘Guerra avisada no mata moros’ y ‘Guerra avisada no mata gente’, que podemos encontrar mencionadas en diferentes lugares (dependiendo del país o región se dice de un modo u otro).

No se conoce el origen de la locución, pero, como la inmensa mayoría de refranes, surgió del habla popular. Tampoco se sabe el momento en el que se originó, aunque se tiene constancia de su uso hace ya un par de siglos.

Este refrán viene a significar que cuando estamos advertidos de algún peligro que puede suceder podemos tomar precauciones y, por tanto, ser precavidos para no sufrir ningún daño.

Por ejemplo, si te avisan que va a llover puedes coger un paraguas y no te mojaras. También sirve para indicar que no se transite por determinado lugar o no se tenga contacto con alguien que podría causarnos algún daño.

Como advertencia es muy versátil y puede ayudarnos a prevenir innumerables peligros; en el caso de este refrán, nos indica que si tenemos conocimiento de una guerra, el ataque no nos pillará por sorpresa y tendremos que lamentar pérdidas.

 

 

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El origen y significado del refrán ‘Año de nieves, año de bienes’

A través de mi cuenta @curiosisimo en la red social TikTok me preguntan sobre el origen y significado del refrán ‘Año de nieves, año de bienes’.

El origen y significado del refrán ‘Año de nieves, año de bienes’

Nuestros antepasados vivieron mayoritariamente de la agricultura y, a falta de muchos de los conocimientos y técnicas que tenemos actualmente, solían guiarse o predecir cómo iba a ser los siguientes meses mediante la meteorología y cómo se comportaba esta.

Dependiendo de si hacía frío o calor, llovía, nevaba o lucía el sol en determinado día o momento del año, les servía como eficaz pronosticador. Conocedores de que todo era cíclico, empezaron a crear pequeñas sentencias (refranes) con las que hacer referencia a cada época y situación.

El hecho de iniciarse el año en época invernal (en el hemisferio norte) provoca que durante las primeras semanas caigan algunas nevadas en diversos lugares y eso (dependiendo de la cantidad de nieve caída) les servía de indicador para predecir cómo serían las siguientes cosechas.

Un año que empezaba nevando, en el mundo rural, era sinónimo de excelentes cosechas (sobre todo de cereales) debido a que gracias a la nieve caída la tierra se mantendría húmeda, hidratada y esponjosa, las malas hierbas morirían y, además, proveería de agua el caudal de los ríos una vez derretida.

De ahí que surgiera entre los campesinos el famoso refrán ‘Año de nieves, año de bienes’.

No se sabe con exactitud el momento en el que surgió (algo muy común con la inmensa mayoría de refranes, ya que se originaban directamente entre el pueblo y no como un hecho histórico concreto) pero sí que se tiene conocimiento de su uso y existencia en el siglo XVII.

Incluso existe una variante de este refrán, que ya aparece recogida en el ‘Vocabulario de refranes y frases proverbiales’ de Gonzalo Correas (publicado en 1627) que decía ‘Año de nieves, años de mieses’. Las ‘mieses’ a las que hace referencia es el nombre que reciben los terrenos en los que se cultivan cereales y también el tiempo de la siega y cosecha de granos (mies).

También cabe destacar que ese tipo de refranes (y en concreto éste) no es exclusivo del castellano, pudiéndonos encontrar que en otros idiomas tiene sus correspondientes variantes: ‘Any de neu, any de Déu’ (Año de nieve, año de Dios; catalán), ‘Hiver froid, bonne moisson’ (Invierno frío, buena cosecha; francés), ‘Ano de nevadas, ano de fornadas’ (Año de nevadas, año de hornadas; gallego), ‘Ano de nevão, ano de pão’ (Año de nevadas, año de pan; portugués) o ‘A snow year, a rich year’ (Un año de nieves, un año rico; inglés), entre otros ejemplos.

 

 

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¿Cuál es el origen de la famosa expresión ‘Lo prometido es deuda’?

La expresión Lo prometido es deuda’ es una locución ampliamente utilizada y una antigüedad de varios siglos.

¿Cuál es el origen de la famosa expresión ‘Lo prometido es deuda’?

Es utilizada para señalar el cumplimiento de alguna promesa o compromiso adquirido y se dice tanto para recordar a un deudor que debe cumplir con algo prometido como cuando ya se ha satisfecho dicho compromiso, como señal de que ha cumplido con su palabra. No solo hace referencia a una posible deuda económica sino que se utiliza dicho término como ‘obligación moral contraída con alguien’, tal y como recoge el Diccionario de la RAE.

La expresión fue ampliamente popularizada a través de diversas obras literarias de autores españoles del último tramo de periodo conocido como ‘Siglo de Oro’ (primera mitad del siglo XVII), entre ellos Francisco de Quevedo.

Podemos encontrarla en la forma ‘El que promete, en deuda se mete’ y recogida en el Diccionario de Autoridades de 1732 como ‘Quien fía o promete, en deuda se mete’.

Pero cabe destacar que no se trata una frase proverbial originaria del castellano, ya que nos llegó desde la forma italiana ‘Ogni promessa è debito’, de igual significado y de la que hay referencias en obras anteriores al siglo XVII (por ejemplo ‘Eptamerone ouero eptalogi della nobiltà mondana’ de Paolo Luchini publicada en el año 1599).

 

 

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¿De dónde proviene el famoso refrán ‘Dime con quién andas, y te diré quién eres’?

A través del perfil en Instagram de este blog (@yaestaellistoquetodolosabe2) recibo un mensaje en el que me consultan de dónde proviene el famoso refrán ‘Dime con quién andas, y te diré quién eres’.

¿De dónde proviene el famoso refrán ‘Dime con quién andas, y te diré quién eres’?

Posiblemente el refrán ‘Dime con quién andas, y te diré quién eres’ es uno de los más conocidos y repetidos del idioma español. Se trata de un dicho, en forma de advertencia, con el que se indica al interlocutor que todas las personas somos predecibles hasta el punto de que a través de nuestra compañía, vestimenta, lugares que frecuentamos o cómo nos desenvolvemos se puede averiguar la personalidad de alguien y su forma de pensar y proceder.

No se conoce con exactitud el momento ni lugar en el que se originó dicho refrán pero sí que hay constancia de su popularidad por la transmisión oral entre el vulgo durante la segunda mitad del siglo XVI. De hecho, varias son las obras literarias, de gran relevancia, publicadas en el siglo XVII, en las que aparece citado. Algunos ejemplos son:

En la forma «Dime con quién andas, decirte he quién eres» aparece en la ‘Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha’ de Miguel de Cervantes (1615) y  ‘Cartas en refranes’ de Blasco de Garay (1632). Como «Dime con quién andas, hijo, y diréte quién eres» en la obra ‘La vida del Buscón llamado don Pablos’ de Francisco de Quevedo (1622).

 

 

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¿De dónde surge el refrán ‘Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo’?

A través de mi cuenta de Twitter, @jmcruz40 me pregunta sobre el origen del refrán ‘Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo’ y en qué día cae (9 o 10 de junio).

¿De dónde surge el refrán ‘Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo’?

Se trata de uno de los dichos populares que, posiblemente más pronunciados y repetidos son durante el mes de mayo, sobre todo por las generaciones más mayores. Con él se quiere advertir que el tiempo frío y las temperaturas inestables de la primavera se alarga hasta pasada la primera semana de junio, aconsejando no desprenderse ni guardar todavía las ropas de abrigo (lo que comúnmente se llama ‘cambio de armario’) debido a que, a pesar de que parezca que ya ha llegado el buen tiempo y los días de calor, todavía tienen que venir jornadas en las que refrescará (sobre todo por la noche y primera horas del día).

El cuarenta de mayo cae en el 9 de junio (teniendo en cuenta que el mes de mayo tiene 31 días). Pero, evidentemente, esa advertencia meteorológica no es exacta y no quiere decir que a partir del día 10 de junio entre el calor y ya se pueda ir desabrigado. Hay que tomarlo como un consejo el cual, dependiendo de muchos factores, puede no acertar y más en los últimos años en los que el cambio climático ha provocado que hayan aumentado varios grados las temperaturas y se produzcan ‘olas de calor’ en épocas del año en las que no les corresponde.

Sobre el origen del refrán, cabe destacar que éste ya se pronunciaba oralmente hace varios siglos atrás. La primera referencia escrita aparece en 1896 en el libro «Los refranes del almanaque» (página 108) del folclorista sevillano Francisco Rodríguez Marín, en la siguiente forma:

“Hasta el cuarenta de mayo
no te quites el sayo;
Y si vuelve a llover,
vuélvetelo a poner”

 

 

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¿Cuál es el origen de la expresión ‘De noche, todos los gatos son pardos’?

El refrán ‘De noche, todos los gatos son pardos’ se trata de advertir de la facilidad que hay, en algunas ocasiones, de ser engañados por un impostor a quien podemos toma por otra persona y no percatarnos de sus malas intenciones.

¿Cuál es el origen de la expresión ‘De noche, todos los gatos son pardos’?

La clara referencia a la noche, de esta locución  venía a decir que, con el oscurecer de la noche, es difícil distinguir a unas personas de otras, a los que van con malas intenciones de los vienen con buenos propósitos.

La mayoría de historiadores apuntan que la mención que se hace al gato no es por referencia el animal felino, sino a los madrileños, debido a que los oriundos de esta ciudad son conocidos con dicho apelativo. Todo indica que se originó el refrán poco después de trasladarse a Madrid la capitalidad del Reino, convirtiéndola en Corte y Villa. Esto originó que fuesen numerosos los rufianes y malhechores nocturnos que por allí aparecieron.

Hay constancia de que la expresión era ampliamente conocida y utilizada hacia mediados del siglo XVI e incluso Miguel de Cervantes la utilizó para incorporarla en la ‘Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha’ publicada en el año 1615 (capítulo XXXIII):

[…]Tan buen pan hacen aquí como en Francia, y de noche todos los gatos son pardos, y asaz de desdichada es la persona que a las dos de la tarde no se ha desayunado, y no hay estómago que sea un palmo mayor que otro, el cual se puede llenar, como suele decirse, de paja y de heno[…]

También cabe destacar que existen referencias y citas al mencionado refrán (en sus diferentes variantes) varias décadas antes de aparecer en el Quijote. Esas otras formas de encontrar la expresión son, por ejemplo: ‘De noche los gatos, todos son pardos’, ‘Por la noche todos los gatos son pardos’, ‘Cuando oscurece, todos los gatos son pardos’, ‘En la noche todos los gatos pardos son’ o ‘De noche, a la vela, la burra parece doncella’.

 

 

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¿Qué es la ‘tiña’ del famoso refrán ‘Si la envidia fuera tiña, ¡cuántos tiñosos habría!’?

El antiquísimo refrán ‘Si la envidia fuera tiña, ¡cuántos tiñosos habría!’ ha sido ampliamente utilizado a lo largo de varios siglos para indicarnos que el sentimiento de envidia en los seres humanos (deseo de algo que otra persona posee) está muy extendido entre la sociedad y, en caso de ser un trastorno, el planeta estaría repleto de enfermos por esa dolencia.

¿Qué es la ‘tiña’ del famoso refrán ‘Si la envidia fuera tiña, ¡cuántos tiñosos habría!’?

Y como ejemplo en el refrán se menciona la tiña, la cual es realmente una afección que consiste en una infección de la piel producida por ciertos parásitos que causa la aparición de unas erupciones cutáneas que llegan a ser altamente molestas (por el picor y escozor que produce) y que al rascarse provoca que queden ulceraciones y costras. También se la considera como altamente contagiosa a través del contacto directo, ya sea entre personas, animales de compañía (que también pueden padecerla) u objetos que hayan estado en contacto con alguien infectado (toallas, sabanas, ropa, peines, brochas de maquillaje…).

Al tratarse la tiña de una enfermedad que era muy común que fuese padecida por las clases más bajas y ante el prejuicio y convicción que existía, de que éstos eran por naturaleza envidiosos de lo que poseían los demás, surgió la analogía entre la enfermedad infecciosa (tiña) y el sentimiento de desear lo del prójimo (envidia).

Cabe señalar que el término tiña también existe como sinónimo de mugre o suciedad (se supone que proviene de quienes parecían la enfermedad, pues iban sucios y desaliñados) e incluso se utiliza como un equivalente a tinte o a algo que está teñido, por lo que son bastantes las personas que emplean el mencionado ‘tiñosos’ del refrán no para referirse a la infección sino al hecho de tener la piel teñida. Otras variantes del refrán son: ‘Si la envidia fuese tiña, ¡cuántos tiñosos habría!’‘Si la envidia tiña fuera, ¡qué de tiñosos hubiera!’.

 

 

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Fuente de la imagen: robbertholf (Flickr)