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¿Sabías que en la investigación de un crimen la expresión ‘cuerpo del delito’ no hace referencia al cadáver?

Es muy habitual ver en películas y series de televisión o leer en novelas negras, a la hora de investigar un crimen que se ha cometido, pronunciar la expresión ‘cuerpo del delito’,  siendo también ampliamente utilizada por un gran número de medios de comunicación y noticieros.

¿Sabías que en la investigación de un crimen la expresión ‘cuerpo del delito’ no hace referencia al cadáver?

Muchas son las personas que creen, erróneamente, que dicha alusión se hace como referencia al cadáver pero realmente no es así.

En realidad esa locución es la traducción literal de la antiquísima fórmula latina ‘corpus delicti’ utilizada ya por los juristas del Imperio Romano y que se usaba para referirse a todas aquellas pistas y elementos que existen alrededor de un crimen y que pueden determinar cómo se produjo y quién es el responsable.

Por poner un ejemplo, todos aquellos elementos probatorios que relacionan dicho delito con el principal sospechoso del mismo: objetos e instrumentos que podrían haberse utilizado, todo aquellos rastros dejados en la escena del crimen (huellas, pisadas, rastros biológicos…), además de testimonios e indicios que echan por tierra una posible coartada.

Incluso en un caso de desaparición y en el que no se ha podido hallar un cadáver, el ‘cuerpo del delito de una investigación‘ hace referencia a todas aquellas pruebas circunstanciales que son más que suficientes para demostrar que se ha cometido un crimen y señalar al posible culpable (que posteriormente sería juzgado).

Todo ello en su conjunto es lo que se conoce como ‘cuerpo del delito’, haciendo referencia el término cuerpo no a un ser humano sino a la suma de informaciones y evidencias que existen alrededor de un supuesto crimen.

Evidentemente también sirve para todo lo contrario… demostrar la inocencia o no culpabilidad de alguien en un delito del que se le acusa. Sin las suficientes pruebas e indicios recogidos por el ‘corpus delicti’ no puede ser acusado y, por tanto, sería declarado  como ‘no culpable’ (ojo, hay que diferenciar que no es lo mismo ser declarado ‘inocente’ que ‘no culpable’).

 

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¿De dónde viene llamar ‘pasma’ a la policía?

¿De dónde viene llamar ‘pasma’ a la policía?

Muchas son las palabras que hemos heredado de la lengua de la germanía (argot usado comúnmente por ladrones, rufianes y gente de mala vida), y el término ‘pasma’ con el que se nombra a la ‘policía’ es uno de ellos, aunque llegó a nosotros, al igual que otros muchos vocablos, a través del caló (lengua de la etnia gitana).

Hoy en día se utiliza pasma para referirse, de modo coloquial o despectivo, a cualquier miembro del cuerpo policial, pero en sus orígenes el término tan sólo se utilizaba para hablar de la policía secreta o los agentes que iban de paisano.

 

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¿De dónde surgió llamar ‘malandrín’ a cierto tipo de delincuente?

¿De dónde surgió llamar ‘malandrín’ a cierto tipo de delincuente?Hoy en día está prácticamente en desuso pero durante gran parte de los últimos siglos (sobre todo desde la Edad Media hacia finales del siglo XIX) el término ‘malandrín’ era comúnmente utilizado para referirse a cierto tipo de delincuente que destacaba por realizar sus fechorías de una manera malvada y perversa.

Sin embargo la mayoría de las pocas personas que usan hoy en día este vocablo lo hacen de una manera poco despectiva, como quitándole importancia al delito que ha cometido el malhechor, en parte porque su sonoridad parece referirse a un diminutivo (cuando no es así) y no invita a hacerlo como si se tratara de una persona que ha cometido una fechoría considerable, de ahí que actualmente se relacione más el término malandrín con rateros o ladrones de poca monta.

Tal y como apunto en el párrafo anterior, el uso del vocablo malandrín se extendió a partir de la Edad Media, aunque el término existe desde la antigüedad. Al castellano llegó a través del italiano ‘malandrino’, cuyo significado era ‘salteador’, en referencia a aquellos criminales que se dedicaban a asaltar y robar en los caminos o lugares despoblados.

Para encontrar la etimología de malandrín, a partir del vocablo italiano malandrino, debemos acudir al latín ‘malandria’, término con el que en la antigüedad se describía a cierto tipo de enfermedad similar a la lepra. Aquellos que la padecían eran apartados en las poblaciones, teniendo que subsistir realizando actos delictivos (como asaltar y robar), de ahí que acabase derivando en la acepción actual.

 

 

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¿Qué diferencia hay entre cometer un asesinato y un homicidio?

¿Qué diferencia hay entre un asesinato y un homicidio?

Estoy seguro que en infinidad de ocasiones habréis escuchado, leído o visto en algún programa de televisión o una película que están juzgando o acusan a alguien de cometer un ‘homicidio’  e incluso en otras ocasiones se utiliza el término ‘asesinato’, pero aunque el resultado final es el mismo (una persona muerta) entre uno y otro término hay diferencias que a la hora de juzgar el caso determinará una pena mayor o menor.

Se considera asesinato cuando una persona causa la muerte de otra y lo lleva a cabo con alguno de los tres supuestos (o los tres juntos) de ‘alevosía’ (se realiza a traición y/o cuando se sabe que la víctima no va a poder defenderse), ‘ensañamiento’ (aumentando deliberada e inhumanamente el sufrimiento de la víctima) o ‘concurrencia de precio’ (cometiendo el crimen a cambio de una retribución económica o material).

Cometer un asesinato está castigado con una pena que va desde los 15 a los 20 años de prisión, elevándose hasta los 25 años si concurren dos o más circunstancias específicas del delito: se cometió con ensañamiento y alevosía, con concurrencia de precio y alevosía, con cualquier combinación de las tres  o con los tres supuestos al mismo tiempo.

Se considera homicidio cuando una persona causa la muerte a otra, pero en el crimen no se contempla ninguno de los tres supuestos citados en el apartado referente al asesinato. Se puede tener la intención de matar a alguien pero no ensañarse, ni realizarlo alevosamente o bajo recompensa, por lo que se diría que se ha cometido un ‘homicidio doloso’, aunque habitualmente no solemos verlo acompañado del término ‘doloso’.

El delito de homicidio también contempla el supuesto en el que alguien mata a otra persona pero ha sido sin intención, conocido como ‘homicidio involuntario’ (accidente de tráfico, atropello, etc…  por poner un par de ejemplos) y/o a causa de un fallo o negligencia ‘homicidio negligente’ (por ejemplo, un fallo por parte del médico durante una operación quirúrgica, muerte por un accidente de trabajo por falta de la seguridad correspondiente por parte del empresario, encargado, etc…).  Estos dos tipos de homicidio también pueden ser llamados ‘homicidio culposo’.

Dentro de la categoría del homicidio podemos encontrar si se ha cometido a causa de una imprudencia, pudiendo calificarse ésta como grave o leve.

El apartado de penas con las que se castiga el homicidio es un abanico muy amplio, encontrándonos que el homicidio imprudente está castigado con penas de entre 1 y 4 años y para cuando es un homicidio doloso, va desde los 10 hasta los 15 años de prisión.

Cabe destacar que en España no se utilizan los términos ‘homicidio en primer grado’ ni ‘homicidio en segundo grado’ que tan habituados estamos en escucharlo en infinidad de películas o series de televisión, sobre todo norteamericanas.

 

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Fuentes de consulta: Consejo General el Poder Judicial (CGPJ) / noticias.juridicas.com
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