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Un «like» a la celulitis de Demi Lovato

Si nosotras tenemos al típico seguidor de turno que hace un comentario hiriente de «en esa foto se te ve la celulitis/se te marca un pezón/has cogido peso», imaginad si multiplicáramos a esa persona por mil.

INSTAGRAM DEMI LOVATO

Las celebrities, esas con las que tanto nos gusta sentirnos identificadas en nuestras vidas, también se enfrentan a estos comentarios.

No hace falta cruzar el charco y llegar a Anne Hathaway y su publicación, cubriéndose las espaldas de los haters, de este viernes declarando que estaba ganando peso para un papel.

«A toda esa gente que va a intentar avergonzarme por mi peso en los próximos meses, no soy yo, sois vosotros».

Dulceida, Tania Llasera, Alexandra Pereira de Lovely Pepa o Laura Escanes son otras mujeres que han alzado la voz (vía internet, ya que es la que más parecemos atender ahora) para decir «¿Perdona? ¿Que vas a venir tú a hablar de mi cuerpo con esa cara cemento que me llevas?»

No así, obviamente (el contraataque es de mi cosecha) pero sí dejando claro que nadie está en la posición de juzgar el físico de otra persona porque una persona no debe ser valorada por su cuerpo (y porque no deberíamos sentirnos tan poco humildes como para hacerlo).

Este jueves (¿o miércoles? Me pierdo con las diferencias horarias) Demi Lovato hizo una poderosa declaración a través de sus historias de Instagram (la foto que os he puesto arriba):

«Estrías y grasa extra… Y aun así me quiero. Celulitis y aun así me quiero. No tengo thigh gap y aun así me quiero».

No ya solo que se animara a compartir públicamente con sus casi 67.000 seguidores lo que la sociedad le dice que es «incorrecto» en el cuerpo de una mujer desde que se levanta hasta que se acuesta, sino que terminó con este mensaje contundente que, si ya me caía bien, hace que quiera invitarla a mi casa a ponernos mascarillas mientras vemos una película de Marvel:

INSTAGRAM DEMI LOVATO

«El boomerang suavizó mis piernas. El caso es que tengo celulitis, justo como el otro 93% de mujeres. Lo que veis en Instagram no es siempre lo que parece. Aceptémonos a nosotros mismos. #Mequiero».

Querernos, aceptarnos, entender que el cuerpo es algo que cambia y respetarnos unos a otros en lugar de fomentar el odio y el sentirnos avergonzados parece algo tan poderoso como suena. Solo queda que los críticos capten el mensaje. Y, si no lo captan, que no cambie que nos queramos igualmente.

Tenemos que hablar de la confesión de Laura Escanes

Madre mía el revuelo que se ha organizado con los stories de Laura Escanes en los que habla de su tratamiento labial con ácido hialurónico. Vamos, que la echas en el siglo XVII en las Tierras Altas de Escocia, declarando que es jacobita en medio de un batallón inglés y no se lía tan parda.

Laura Escanes (no sé si simpatizaba con la causa jacobita) en su último vídeo. YOUTUBE

La cosa es que la modelo/creadora de contenido/escritora/etc (en serio Laura, tienes más trabajos que una mujer renacentista) subió unos stories, que para los que no entendáis el término, y para mi madre, que la buena mujer lee muchas veces mis artículos sin saber de qué diantres hablo, son fotos o vídeos con una duración de 24 horas que luego desaparecen.

En esos stories Laura hablaba de sus labios, sobre todo del de arriba, que es el que ha recibido un repaso de ácido hialurónico, algo que deben de regalar con los cereales, ya que últimamente parece que no hay una mujer con labios naturales.

Estoy empezando a asumir que llegará un día en el que iré yo sola por la calle de Milán, como Will Smith en Soy Leyenda, rodeada de cientos de mujeres con la boca voluptuosa que se girarán al ver mis labios finos como el papel.

Los stories de la discordia. INSTAGRAM

Antes que nada, Escanes empieza diciendo que es su caso, que no recomienda que la imitemos ya que cada persona es un mundo. Esto se agradece, porque aunque se debería dar por sentado, puede haber alguien que lea esto y ya dé por hecho que nos está animando a que nos unamos al club del ácido hialurónico (por mucho que le gustaría a las clínicas de estética).

«Siempre he tenido el labio de abajo muy gordito en comparación con el labio superior y no es que tuviera complejo… Ahora los tengo igualados y en mi opinión muy naturales» dice Escanes.

Aunque a mi parecer, que se ponga, se rellene o se quite la ropa para una foto es lo de menos, me quedo con el final de su mensaje: «Os lo he contado porque creo que escondiéndolo hago que sea un tema tabú cuando no debería serlo… Me lo preguntabais pero yo me quedaba callada e intentaba no contestar. Pero ya está, sin miedo».

Esta reflexión es la que realmente agradezco de todo este asunto. Sabemos que las famosas se hacen retoques continuamente (Nicole Kidman no ha obtenido esa cara por arte de magia) pero creo que es importante que lo admitan sin ningún tipo de reparo.

En primer lugar porque no es nada de lo que deban avergonzarse. Yo misma me pongo el esmalte de las uñas dejando los laterales sin pintar para que parezcan más largas. Todas podemos hacer lo que nos dé la real gana sobre nuestros cuerpos, que para eso los tenemos.

Pero, el hecho de poder decirlo hace que podamos tratar del tema con normalidad y abandonemos el secretismo alrededor de los temas de jeringuilla y quirófano. Así somos conscientes de lo que hay detrás, (aunque lo que haya detrás sea artificial, claro).