El verano de las seis maletas

Desde el 26 de julio he hecho y deshecho seis veces la maleta.

He pasado de una de las capitales de la moda, en la que aprovechaba para combinar una pamela con una camisa a modo de crop top, a las fiestas del pueblo de mi pareja, donde la garrafa de sangría y el chaleco de su peña eran mis accesorios imprescindibles (y alguna que otra mancha por encima cuando ya el sol empezaba a despuntar).

De cuarenta grados de la zona toledana a quince en Asturias. De la sandalia al paraguas sin vaselina ni nada. Y de ahí al forro polar y a las deportivas para hacer barranquismo, o, si la ocasión lo requería, incluso descalza, agarrándome como podía a las rocas para bajar a una cueva aprovechando la marea baja. Los estilismos de chaleco salvavidas con olor a rancio, de haber sido mil veces usado, para hacer remando el descenso del Sella, pasarán a la historia de mis conjuntos del verano.

Portugal y Lisboa me hicieron recobrar el sentido estilístico incluso con la curva ‘cachopera‘ que desarrolló mi tripa a raíz de la sidra y el arroz con leche asturiano.

Desde el 26 de julio he hecho y deshecho seis veces la maleta y, cada una de esas veces, me he dado cuenta de que no he llegado a usar ni la mitad de ella. Bragas, dos bikinis, chanclas, un pantalón corto, unas pocas camisetas y el forro polar han sido mis básicos la mayor parte del tiempo.

Al final, este verano, la moda ha sido lo de menos.

9 comentarios

  1. Dice ser Arte, avanza hacia adelante

    ¿Ves?
    Ponen la Caredral de fondo y apenas se ve con la belleza monumental que se pone delante.
    Ese amorcito al ser humano libre del presente hay que reverenciarlo, más libertad en tu falda que en toda las piedras juntas que otro monumento levantaran antaño. Una mujer de hoy brillando libre por encima de otros tiempos e idearios menos generosos para con el sentido libre de la existencia. Amo más ver jugar la brisa en tu falda ondeando libre bandera que toda la genial idea que bellamente amontonó las piedras pero que poco hacían por pensar de modo menos pétreo en relación a los humanos. Auqnue tampoco se podía hacer mucho, eso es verdad. Oh,bendita evolución.

    21 agosto 2017 | 10:16

  2. Dice ser Lola

    Es lo que pasa casi siempre, llevamos más cosas de las que realmente necesitamos, y eso también se puede aplicar a la vida en general.

    21 agosto 2017 | 12:19

  3. Dice ser no me digas que aún usas bragas

    ¿Bragas? ¿No prefieres tanga? Cuanto menos tela, mejor, y el culo guapo que tienes, mejor deja espacio para alguna otra cosita en maleta. Tanta braga, que va, que va. Con lo minimísimo.
    El comentario 2 tiene razón. Hacemos posesión de muchas cosas que a la hora de la verdad son totalmente prescindibles en esta vida loca.

    21 agosto 2017 | 12:24

  4. Dice ser El cuerpo natural, lo más lindo

    Mira a Adriana Abenia.
    Otra musa preciosa para normalizar le desnudo e ir eliminando muros contra el cuerpo y aceptar la visión positiva de la desnudez humana y unir un poco má sd ebuen rollito la mente que anda tan alejada del body casi siempre. Si el cuerpo se aceptara de buen grado tal vez no habría tanta aberración artificiosa fotochopiana ni tanto desastre alimenticio siguiendo quimeras ridículas e irreales. Pena que se tape tanto, pero cualquier pasito vale.

    https://www.instagram.com/p/BYDKD5wHQNd/?hl=es&taken-by=adrianaabenia

    21 agosto 2017 | 14:33

  5. Dice ser derrotando muros de sombras con luces maravilla

    Alba Carrillo también con granito de arena superando tabú contra el desnudo. Instagram pone límites, pero ese límite puede también amplificar las posibilidades de expresión artística o vital para superar censura con muy buenas vibras.
    El mundo de la estética no puede entenderse sin el cuerpo, el de la Moda tampoco. Si la Moda ha de evolucionar no puede poner freno a las posibilidades que pueden manejarse con la sherramientas d epresente. Es la vibra pura evolutiva. Superar tabúes, superar miedos, y allí donde se obligó a pensar que era sombra hacer nacer un mayor lucero.
    El compeljo, la talla, la envidia al cuepro ajeno, la falta de cuidar el propio un poco, las distorsiones visuales y alimentarias, las faltas de respeto al sexo contrario, a su sentido de placer y derecho de goce, … todo obedece a una primera cadena que no termina de abrirse, pero cederá a guapas fuerzas.

    https://www.instagram.com/p/BX_FVXlAopg/?taken-by=albacarrillooficial

    21 agosto 2017 | 16:27

  6. Dice ser expresión libre y en medios censurada

    La censura contra el cuerpo, la censura contra la mujer, contra modos de pensar difernetes, que debieran apoyarse en libertad, porqeu las libertades se tienen gracias a aquellas luchas añejas por derechos que hoy disfrutamos..
    Aún así existen medios de comunicación que continúan ensuciando la idea libre, el cuerpo en su grito, colocando cuadraditos negros para limpiar sus conciencias y no ensuciarlas… cuando poco hacen por remediar la razón del grito. Debe ser cosa de lso medios de comunicación dignos…

    https://www.youtube.com/watch?v=ac2TmnzR6Y4

    21 agosto 2017 | 18:02

  7. Dice ser Julio Alcazar Medina

    El espacio no representa ninguna propiedad de cosas en sí, ni en su relación recíproca, es decir, ninguna determinación que esté y permanezca en los objetos mismos aún haciendo abstracción de todas la condiciones subjetivas de la intuición. Pues ni las determinaciones absolutas ni las relativas pueden ser intuidas antes de la existencia de las cosas a quienes corresponden; por tanto, no pueden ser intuidas a priori.

    El espacio no es otra cosa que la forma de todos los fenómenos del sentido externo, es decir, la condición subjetiva de la sensibilidad, bajo la cual tan sólo es posible para nosotros intuición externa. Mas como la receptividad del sujeto para ser afectado por objetos, precede necesariamente a todas las intuiciones de esos objetos, se puede comprender cómo la forma de todos los fenómenos puede ser dada en el espíritu antes que las percepciones reales y, por tanto, a priori y cómo ella, siendo una intuición pura en la que todos los objetos tienen que ser determinados, puede contener principios de las relaciones de los mismos, antes de toda experiencia.

    No podemos, por consiguiente, hablar de espacio, de seres extensos, etc., más que desde el punto de vista de un hombre. Si prescindimos de la condición subjetiva, bajo la cual tan sólo podemos recibir intuición externa, a saber, en cuanto podemos ser afectados por los objetos, entonces la representación del espacio no significa nada. Este predicado no es atribuido a las cosas más que en cuanto nos aparecen, es decir, en cuanto son objetos de la sensibilidad. La forma constante de esa receptividad que llamamos sensibilidad, es una condición necesaria de todas las relaciones en donde los objetos pueden ser intuidos como fuera de nosotros, y, si se hace abstracción de esos objetos, es una intuición pura que lleva el nombre de espacio. Como no podemos hacer de las condiciones particulares de la sensibilidad condiciones de la posibilidad de las cosas, sino sólo de sus fenómenos, podemos decir que el espacio comprende todas las cosas que pueden aparecernos exteriormente, pero no todas las cosas en sí mismas, sean o no intuidas, o séanlo por un sujeto cualquiera. Pues no podemos juzgar de las intuiciones de otros seres pensantes; no podemos saber si están sujetas a las mismas condiciones, que limitan nuestras intuiciones y son para nosotros de validez universal. Si nosotros añadimos la limitación de un juicio al concepto del sujeto, vale el juicio entonces, incondicionalmente. La proposición: «todas las cosas están unas junto a otras en el espacio», vale con la limitación siguiente: cuando esas cosas son tomadas como objetos de nuestra intuición sensible. Si añado aquí la condición al concepto y digo: «todas las cosas, como fenómenos externos, están en el espacio unas al lado de otras», entonces vale esta regla universalmente y sin limitación. Nuestras exposiciones enseñan, por consiguiente, la realidad (es decir, validez objetiva) del espacio en lo que se refiere a todo aquello que puede presentársenos exteriormente como objeto; enseñan, empero, también la idealidad del espacio, en lo que se refiere a las cosas, cuando la razón las considera en sí mismas, es decir, sin referencia a la constitución de nuestra sensibilidad. Afirmamos, por tanto, la realidad empírica del espacio (en lo que se refiere a toda experiencia exterior posible), aunque admitimos la idealidad transcendental del mismo, es decir, que no es nada, si abandonamos la condición de la posibilidad de toda experiencia y lo consideramos como algo que está a la base de las cosas en sí mismas.

    Pero fuera del espacio no hay ninguna otra representación subjetiva y referida a algo exterior, que pueda llamarse objetiva a priori. Pues de ninguna de ellas pueden deducirse, como de la intuición en el espacio, proposiciones sintéticas a priori. (§ 3.) Por eso, hablando con exactitud, no les corresponde idealidad alguna, aunque coinciden con la representación del espacio en que sólo pertenecen a la constitución objetiva del modo de sentir, v. g. de la vista, del oído, del tacto mediante las sensaciones de color, sonido, temperatura, las cuales, siendo sólo sensaciones y no intuiciones, no dan a conocer en sí objeto alguno y menos aún a priori.

    El propósito de esta observación es sólo impedir que se le ocurra a nadie explicar la afirmada idealidad del espacio con ejemplos del todo insuficientes, pues v. g. los colores, el sabor, etc… son considerados con razón no como propiedades de las cosas, sino sólo como modificaciones de nuestro sujeto, que incluso pueden ser diferentes en diferentes hombres. En efecto en este caso, lo que originariamente no es más que fenómeno, v. g. una rosa, vale como cosa en sí misma en el entendimiento empírico, pudiendo sin embargo aparecer, en lo que toca al color, distinta a distintos ojos. En cambio, el concepto transcendental de los fenómenos, en el espacio, es un recuerdo crítico de que nada en general de lo intuido en el espacio es cosa en sí, y de que el espacio no es forma de las cosas en sí mismas, sino que los objetos en sí no nos son conocidos y lo que llamamos objetos exteriores no son otra cosa que meras representaciones de nuestra sensibilidad, cuya forma es el espacio, pero cuyo verdadero correlativo, es decir la cosa en sí misma, no es conocida ni puede serlo. Mas en la experiencia no se pregunta nunca por ella.

    22 agosto 2017 | 01:47

  8. Dice ser el eclipse solar mejor visto nunca antes

    Hablando de todo lo interesante que sucede, he encontrado la visión del eclipse más cercana vista por ahí, zoom de telescopio a tope, increíble la cercanía y el detalle que muestra dle eclipse. A disfrutarlo y felicidades.

    https://www.liveleak.com/view?i=da2_1503364412

    22 agosto 2017 | 13:18

  9. Dice ser nadie puede ser dueño de lo que no nace para ser esclavo

    Espacio-tiempo, quietud en un por siempre sin futuro, quietud inmensa el resto fuera de nuestro pensamiento, de nuestros sentidos y capacidad de comprensión, y de pronto tempestad en un segundo que desata nuevas vibras y hace temblar toda cuerda atada al sistema de lo correcto, ridíco concepto en un Universo siempre cambiante. Y entonces todo cobra nuevo sentido, nace flor tras sombra de muro añejo, sin temor, a plenitud de color, lanzando esporas adelante.

    https://www.youtube.com/watch?v=6g21IMC4ivk

    22 agosto 2017 | 22:47

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