Cuando Balmain me comió el cerebro

Me han roto el corazón solo una vez en mi vida. Os puedo asegurar que lo pase casi tan mal como esperando a que Balmain sacara su colección exclusiva para H&M.

Durante dos noches, me acosaban sueños en los que la temática era la misma. No llegaba a tiempo a comprar nada, todo se agotaba. La segunda noche me desperté a las cuatro y lo primero que hice fue meterme en la web de la tienda para ver si la colección seguía ahí. Cuando vi que en la versión del móvil no la tenían era como si no hubiera salido de la pesadilla.

«Me han comido el cerebro» le dije a mi madre cuando se levantó. Ansiedad, estrés y náuseas constantes por los nervios. Lo único que podía pensar era en las ganas que tenía de que todo acabara, de que pasara de una vez el día de compra para recuperar mi vida y, sobre todo, mi sueño.

¿Cómo era posible que una marca de lujo se hubiera metido tanto en mi cabeza hasta el punto de ser lo único en lo que podía pensar? Porque si aún tuviera los medios para permitirme sus prendas, podría darse el caso, ¿no?

Marketing. Puro marketing. El lujo, a fin de cuentas, es otro negocio. Un negocio que te hace sentir mayor satisfacción que si compras algo que no pertenece a él.

De toda la colección solo había una prenda que me podía permitir, una camiseta blanca de algodón con el logo de la firma. Nada más. Una simple camiseta de algodón que podía equivaler a 10 horas de mi trabajo como becaria. Y no te haces una idea de cómo la quería, de lo desesperante que era pensar que podría no tenerla. Y ESTAMOS HABLANDO DE UNA JODIDA CAMISETA DE ALGODÓN.

Así que empecé a preguntarme qué podía tener que me hacía desearla tanto. Creo que es el hecho de tener algo de lujo en el armario, algo casi exclusivo. Y es que las grandes firmas juegan con el poder trascendental de sus prendas. A tus hijos no vas a poder pasarles orgullosa un jersey de Lefties, porque posiblemente, a los dos años de comprarlo, esté lleno de pelotillas. Pero ¿una camiseta de Balmain? Una camiseta de Balmain es atemporal. Es algo que si hoy en día tiene valor, en veinte años puede ser un clásico, un peso pesado de las prendas vintage. Ahí reside el juego de las firmas. No compras una camiseta de algodón, compras un billete exclusivo sin fecha de caducidad. Y, para ello, para sentirte exclusiva, tienes que pasar por el trámite de ser tratada como parte del rebaño más dócil.

Democratización del lujo que lo llaman, a mí me parece lo de siempre. Una excusa más para ponernos en nuestro sitio. Parte de una masa que va como borregos a hacer cola a los pocos templos elegidos, y, sino, que está dispuesta a pasarse horas actualizando un servidor. Desde personas haciendo noche dos días antes de que saliera a la venta, a gente perdiendo horas de clase por estar actualizando la página de la tienda para entrar.

Y qué colas…Ni los famosos en la fiesta de preventa pudieron escapar de ellas. Si me hubieran dicho que vería a Mario Vaquerizo cargado de prendas esperando más de 20 minutos para pagar en una tienda no me lo habría creído. Aquí toca hacer cola, nos da igual si estuviste en Eurovisión, si te han dado un Goya a mejor actriz revelación, si hiciste de malo en Pasión de Gavilanes o si eres el hermano de Aída que acabó casándose con Paz en Esperanza Sur.

La actriz Juana Acosta y Carmen Lomana como marujas en rebajas. GTRES

Cuando la cuenta atrás terminó y el primer grupo de famosos se abalanzó sobre las perchas, O Fortuna de Carmina Burana empezó a sonar en mi cabeza mientras me imaginaba a Carmen Lomana sacándole los dientes a Rossy de Palma mientras forcejeaban por un top de la firma francesa. Ni uñas, ni tirones, ni enfados. Eso sí, todos como marujas en rebajas. Y es que el aura de celebrity te dura hasta que ves prendas que podrían costar 3000 euros por 300.

 

Pero somos muchos, demasiados. Cuando solo hay una puerta y quinientas personas tratan de pasar al mismo tiempo por ella, la gente se atora. Así nos sentíamos todos. Atorados, angustiados, pensando que estábamos a una pantalla de la prenda de nuestros sueños sin poder acceder a ella.

¿Es necesaria tanta ansiedad? ¿Tanta presión? Porque, honestamente, una tienda multinacional que no se encuentra preparada para albergar semejante tráfico me huele raro. ¿Y si fuera parte del gran truco de magia, de la estrategia de venta, de generarte más ganas?

Soy consciente. No os penséis que no. Yo, que me considero crítica y sensata, me he dejado arrastrar por esto. De hecho quería dejarme arrastrar. Con esto, trato de redimirme ante mí misma pensando que, al igual que para una prenda, hay gente que hace cola para ver a un grupo mítico de los 70 o para tener el último modelo de iPhone. Porque a fin de cuentas, aunque sigamos siendo rebaño, podemos elegir para qué hacemos cola. Y, por triste que suene, ahí se encuentra nuestra pequeña libertad.

17 comentarios

  1. Dice ser Vanessa

    Es la primera vez que escribo algo en 20 minutos, y lo hago porque en años esto es lo que mas pena me ha dado leer en años. Solo puedo describirlo así , PENA.

    Ansiedad por no poder tener algo de Balmain que, ademas, es para H&M? Tu no sabes lo que es la ansiedad. Todas las que vais de «soy una blogger moderna»… en fin. A mi también me gusta la moda, vestir bien, pero no estoy tan loca como para hacer cola lloviendo en la puerta de un h&m un día antes de la salida de una colección para la que encima después voy a arruinarme…..

    Si no puedes tener algo de Balmain, pues no puedes, y tampoco se acaba el mundo.

    Por cierto, la comparación entre hacer cola para esto o para un concierto…. no me compares estupidez con cultura, por favor.

    06 noviembre 2015 | 11:39

  2. Dice ser TRULI

    Lo siento, pero me parece patética esa obsesión desmedida por comprar Balmain.
    Qué superficialidad más absoluta.

    06 noviembre 2015 | 12:24

  3. Dice ser preciosa naturaleza humana

    Mira a Kendall Jenner enseñando la teta y lo recuperas enseguida para admirarla más ymejor.
    http://www.taxidrivermovie.com/pictures/kendall-jenner-110515.jpg

    06 noviembre 2015 | 12:47

  4. Dice ser Anonadada me hallo :O

    ¿De verdad hay gente así que se desespera por no poder comprar un trapo?. No me quiero imaginar como afrontareis la cantidad de palos que la vida os va a dar. O sea, que no sois Carmen Lomana, en los últimos años de su vida ( resuelta por cierto) y con el único aliciente de salir de compras para matar el aburrimiento.

    06 noviembre 2015 | 12:53

  5. Dice ser Milano

    Creo que la palabra superficial te queda pequeña. Suerte en la vida, amiga. La necesitaras, leyendo lo que leo.

    06 noviembre 2015 | 13:51

  6. Dice ser Rbk

    No he podido pasar del primer parrafo. Pena y asco infinitos.

    06 noviembre 2015 | 13:56

  7. Dice ser Pericodelospalotes

    Estaba leyendo el artículo y de verdad no me podía creer lo que leía. ¡Qué absurdo! ¡Qué forma de perder la cabeza por cuatro trapos «atemporales»! Y en seguida me ha venido a la cabeza: ¿de verdad está la sociedad así? Menos mal que he leído los comentarios, todos con mucha más sensatez que la autora 🙂

    06 noviembre 2015 | 14:02

  8. Dice ser Lolailós

    ¿Quién dice o define que es atemporal? ¿Porque habrá pocas camisetas de algodón que tengan esa etiqueta? ¿Porque vale 10 horas de tu trabajo?

    Cada vez que leo cosas como las de este artículo, pienso que vuestras vidas deben de estar pero que muy vacías, para obsesionaros de tal forma con algo tan superficial y banal.

    P.D.: El hecho de compararlo con la gente que hacemos colas para ir a un concierto no es más que un patético intento de justificarte.

    P.D.2.: Seguramente esa camiseta que tú crees tan exclusiva por llevar la pegatinita de marras, haya sido fabricada en la misma que otra de lefties, H&M o Zara; o, en su defecto, por pobres chino esclavizados (sí, como los «esclusivos y geniales» iPhones).

    06 noviembre 2015 | 14:19

  9. Dice ser From Prada to Zara

    Como bien dice en el post, es una estrategia brutal de marketing, te hace tener necesidades que nunca pensaste, y cada uno es libre de gastarse el dinero donde le de la gana. La colección es algo exclusivo y que da a la persona que la compra un toque de exclusividad solo por tener esa prenda, como tener un iPhone, o estar en la primera fila viendo a los Rolling, es un sentimiento atemporal que nadie te puede quitar, por eso la gente se pone a hacer cola días antes.
    Y esta claro que siempre vamos a tener gente en contra y a favor, #hatersgonnahate

    06 noviembre 2015 | 14:42

  10. Dice ser Murphy

    Sin comentarios. Espero que la vida le dé de ostias a la consumista radical esta, si tuviera que pagar alquiler, suministros, comida, etc, se pasa una vez al año a comprar el trapo más simple, roto y barato que haya en las tiendas de segunda mano.

    Este nivel tan deprimente de expresión del «quiero y no puedo» al estilo más pijo y consumista posible, es esperpéntico y me da asco.

    Cualquier cosa que valga una sola hora de mi trabajo debe ser analizada para ver si me conviene, y mucho más si se trata de ropa de las grandes marcas (mafias), las cuales evaden casi todos los impuestos mientras que los autónomos estamos atrapados en el infierno fiscal, pero eso es otro tema.

    Esta generación consumista, pusilánime y débil no resistirá la siguiente crisis, la cual están agravando al consumir con vehemencia estos trapos de mierda que cuestan 0.30€ y se venden por 100€, enriqueciendo a los de siempre y ahondando en la desigualdad. Esta gente merecen ser becarios precarios por siempre.

    06 noviembre 2015 | 14:52

  11. Dice ser loca mania

    » si eres el hijo de Aída que acabó casándose con Paz en Esperanza Sur.» Creo que te confundes de personaje, si te refieres a Luisma, era HERMANO de Aida. Considero que tu artículo es una crítica a toda esa gente que estuvo allí madrugando, pero a esos Balmain no les comió el cerebro, directamente ya lo traían comido.

    06 noviembre 2015 | 16:14

  12. Dice ser Laia

    Estuve dudando entre darme un madrugón para hacer la cola o no hacerla. Al final decidí: Qué no quería pasar frío, qué no podía disponer de todo el tiempo necesario para poder entrar y comprar, darme cuenta de las pocas posibilidades de encontrar como tú dices una jodida camiseta de algodón, asequible a mi presupuesto, hecha por manos esclavas porque esclavitud es el régimen en el que trabajan para las marcas de lujo o de low cost tipo Lefties, Primor, o del mercadillo. Pero sobre todo pensé: si, soy una oveja, soy masa como la mayoría que no formamos parte de la élite, pero somos consumidores de lo que sea, -incluyo el supermercado-. Pero como tú bien apuntas decidí que al menos no quería apacentar delante de la tienda porque soy libre para elegir. OLE por tu post!

    06 noviembre 2015 | 16:38

  13. Dice ser Ana

    Pues ni me había enterado de lo del balmáin ése…..¿hacer cola para que te saquen los cuartos?¿dormir en la calle como una persona que lamentablemente no tiene casa o como una loca quinceañera?¿comparar la tontería esa con los recuerdos que tengo yo de los conciertos a los que he ido con mis amigos, a los que no les salen bolitas ni pasan de moda?? aaamos, anda yaaaa…

    06 noviembre 2015 | 17:24

  14. Dice ser Mark Ma

    Que valientes vais todos en los comentarios poniendo a parir a alguien que no conocéis, ESO SI ES DAR PENA, os ensañais con alguien que solo intenta haceros reír y pasar un mínimo rato bien, ¿de verdad tanto troll en Internet se ha juntado aquí?
    ¿Pues sabéis qué? Que sois todos unos cobardes y si os pasáis de esa manera es porque no queréis reconocer que EN LA VIDA DIARIA SOIS ASÍ, por eso me dais más asco que balmain jugando con sus consumidores/-as.
    ¿Sabes qué te digo Mara? Que estoy aprendiendo muchísimas cosas que desconocía por completo y no me paso contigo cuando hay algo que no me gusta leer, porque si lo hubiera te lo diría de manera CONSTRUCTIVA, que es lo que veo que aquí más falta hace porque insultar es muy fácil, pero argumentar? Argumentar os trae por culo a todos…

    06 noviembre 2015 | 21:15

  15. Dice ser Laia

    Alguno de los que estáis tan indignados, ¿pensasteis lo mismo cuando se inauguró la tienda Primark de Gran Vía? porque en la Facultad los comentarios eran que había más gente en la cola que allí, y ¡no eran quinceañeros precisamente! Creo que el sentido del texto no lo habéis entendido, sobre todo el comentario final. Cada uno es libre de elegir hacer una cola para lo que quiera, un partido de fútbol, un concierto, inscribirse en alguno de los polideportivos municipales o en un reparto contestatario de frutas, o en uno de un nuevo refresco al salir del metro. En fin placer, pacemos todos porque alguien nos va a apacentar (cebar nuestros deseos).

    06 noviembre 2015 | 22:22

  16. Dice ser bolas chinas

    Buenos puede ser divertido mientras no sea una obsesión

    07 noviembre 2015 | 09:28

  17. Dice ser cadacual

    No creo que haya que criticar a nadie por alimentar su ego o simplemente tener una gran ilusión por lo que más le gusta. No daña a nadie. Seguramente mas de uno se ha obsesionado por algo en alguna ocasión, ver una película en concreto, un partido de fútbol, adelgazar, un chico/a… En fin Mara, que me alegro por tí si has conseguido tu camiseta.

    08 noviembre 2015 | 22:33

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