En China hemos vivido este domingo una carrera espectacular y, lo que es más importante, con un desenlace incierto hasta las últimas vueltas. Como deberían de ser todas las carreras.
El adelantamiento de Fernando Alonso a Sebastian Vettel ha sido, sin duda, uno de los momentos cumbre de este Gran Premio.
El asturiano ha vuelto a demostrar su clase cocinando a fuego lento el ataque al tetracampeón del mundo, que, con su Ferrari dañado en el fondo plano, nada ha podido hacer para evitar el adelantamiento. Y no será porque no lo ha intentado.
Ser superado en pista por Alonso es, seguramente, una de las cosas que más le pueden escocer a Vettel y ha intentado evitarlo a toda costa cerrándole todas las puertas a Fernando, pero solo ha conseguido con ello terminar pisando la hierba. Un pulso con Alonso no es un pulso con un cualquiera:
Vettel se queda sin pista en su defensa ante Alonso.
Hay que reconocer que Vettel ha tenido mala fortuna porque ha sido perjudicado por el kamikaze Max Verstappen, pero también tengo que decir que Sebastian fue excesivamente agresivo con su compañero Kimi Raikkonen en la salida.
Vettel se echó descaradamente encima de Raikkonen y el finlandés tuvo que soltar el pie para evitar un accidente. Quiero decir con esto que Sebastian tiene razón al quejarse del exceso de fogosidad de Verstappen, pero también debería controlar sus excesos. Más aun con un compañero de equipo. Este es el momento en el que Vettel acorrala a Raikkonen en la salida:
El propio Kimi se ha quejado después de la carrera cuando le han preguntado por la salida en Motorsport Italia:
«Somos compañero de equipo. Si yo no hubiera levantado el pie, habríamos chocado. Me encontré en una situación que me hizo perder algunas posiciones»
Quizás el karma se la devolvió a Vettel y al final Raikkonen terminó por delante de él en China.
Aunque si hablamos de karma, no podemos olvidarnos de Pierre Gasly.
Después de parodiar la celebración de Alonso con el famoso «podemos luchar, podemos luchar» tras acabar cuarto en Bahréin, este domingo en China ha completado una carrera gris en la que ha terminado antepenúltimo y se ha tocado con su compañero de equipo, Brendon Hartley. Eso sí, los motores Honda, aunque siguen sin correr, al menos llegan este año a la meta.
Tampoco quiero olvidarme, por supuesto, de la victoria de Daniel Ricciardo. El australiano es el auténtico líder de Red Bull por mucho que en el equipo energético se empeñen en promocionar la imagen de Verstappen. Y lo más importante: primera victoria de un motor Renault en 2018.
PD. Alonso sigue manteniendo a flote a McLaren en este arranque de temporada a la espera de que lleguen importantes mejoras para el MCL33.
