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Semana de la Moda: más moda y menos cuento

Si algo consigue la Semana de la Moda de Madrid es que me vuelva a entrar el sentimiento de melancolía.

GTRES

He venido a trabajar, como tantas otras veces y con tantas o más ganas. Sabría definirte a la perfección el tipo de asistente al pabellón 14 solo con ponerle el ojo encima.

Sigue siendo un evento precioso pero sigue siendo un evento con mucho cuento. «Esas solo vienen a que les hagan fotos» dice una de mis compañeras periodistas de las chicas que pasean delante de la entrada, sin aparente prisa por entrar, y pendientes de los medios en los que van a salir las fotos.

Las hay también a quienes no podría importarles menos porque viven el estilo que llevan puesto, que no se ‘disfrazan’ para acudir a la pasarela, que por mucho que su cita sea un desfile se pondrían lo mismo para un cumpleaños familiar.

La gente ha cambiado, igual que la pasarela. Muchos diseñadores optan por hacer sus presentaciones fuera de los veintiocho metros de longitud del pasillo de Ifema, para que sea «menos frío», buscando el abrigo de otros focos que no sean los del recinto ferial.

Pero no quiero pasarme de dura. En lo que respecta a los invitados, hay que entenderlo. Quizás están en el camino de descubrir su amor por la moda. Incluso recuerdo que yo, cuando era más pequeña aprovechaba la cita para arrasar con todo lo que me ofrecieran por los stands.

Y ahora, años después de ese momento y dedicándome a ello, soy de esas que llega a casa después de doce horas trabajando sin parar delante del ordenador y de la pasarela, y se pone en streaming el último desfile del día porque no se quiere perder ninguna colección.

Me siguen fascinando los que, en lugar de ocupar su asiento en las gradas para ver el desfile, se quedan discretamente tras las bambalinas, sin hacer ruido, observando de cerca las prendas e incluso tocando al vuelo algún tejido para luego escribir una crónica más detallada.

Somos los que nos negamos a sacar el móvil en el carrusel final y aplaudimos con fuerza porque nos negamos a que el reconocimiento que reciban los diseñadores, al final de la exhibición, sean las pantallas iluminadas y el silencio.

La Semana de la Moda de Madrid tiene un precio

Y se sitúa en 250 euros, que es lo que te cuesta pasar la noche en la suite del Hotel Barceló Torre de Madrid.

Esa cantidad, que en función de si eres estudiante, becaria o abogada puede parecerte inalcanzable o irrisoria, incluye, además de la habitación, la entrada a la fiesta de inauguración, pases para un desfile (con Kissing Room incluido) y un paseo guiado por el backstage de la pasarela madrileña.

@MEETINGMARA

Es decir, la mitad de un mes de alquiler en la misma ciudad te permite, según el comunicado de prensa del grupo, «ir a los desfiles sin tener que ser una influencer« (que a ellos les sale gratis, claro, y no tienen que pagar ni una botella de agua).

Como periodista amante de la moda que me considero, no puedo evitar mirar la propuesta con un poco de sorna, porque lo que ofrece el grupo Barceló no es una experiencia de moda, es una experiencia de postureo, y son cosas muy diferentes. Es decir, en vez de fomentar el trabajo de lo que hacen los diseñadores que desfilan en la Mercedes Benz Fashion Week, apoyan en lo que se ha convertido la Semana de la Moda madrileña: una pantomima, una farsa, un globo sonda cuyas fiestas e invitados se llevan el protagonismo de un foco que debería estar sobre las prendas.

Francamente, pagar para compartir una copa con Topacio Fresh o Angy Fernández sin tener la más remota idea, o interés, por lo que ha inspirado a Palomo Spain, por poner un ejemplo, en crear su última colección me parece el colmo. Y, creedme, aún de poder gastármelos libremente, no le dedicaría ni 250 ni 10 euros.

Recuerdo cuando la primera vez que accedí a la MBFWM, como medio acreditado, pude ir al pase de prensa, previo desfile, con algunos diseñadores. Recuerdo a Roberto Torretta enseñándonos su colección y animándonos a acariciar las prendas con ese acento argentino que a pesar de llevar tantos años en España no ha perdido, y con esa mirada de ilusión que solo encuentras en quien realmente vive con pasión su trabajo.

Recuerdo que el diseñador salió al Cibelespacio después del desfile y cómo ninguna de las personas que se encontraban fuera le reconoció, saludó o pidió una foto. Recuerdo la rabia que me dio que uno de los que para mí forma parte de los pesos pesados de la pasarela, no tuviera la misma importancia que los exconcursantes de Operación Triunfo.

El Hotel Barceló tenía la oportunidad de crear una experiencia que sirviera tanto al establecimiento como a la moda nacional creando un meet&greet con el diseñador, un acceso al estudio o incluso entradas para el Museo del Traje. Pero claro… subir fotos del estudio de Teresa Helbig seguramente no de tantos likes como una junto a Mario Vaquerizo.

Carlos Andrade, Mister Internacional Madrid 2017: «La belleza física es algo totalmente efímero»


Desde que el concurso de Mister España cayó en bancarrota, ha sido Mister Internacional Spain el certamen que le ha relevado a nivel nacional.

Según Carlos Andrade, el madrileño que ostenta el título de Mister Internacional Madrid 2017, el concurso está «enfocado a la belleza principalmente, por tanto refleja cuidado corporal, facial y una forma de vestir no solo acorde al gusto de la persona sino que potencie sus cualidades».

CARLOS ANDRADE

CARLOS ANDRADE

Para él supone «una forma de representar a las personas de cada región. Es una forma de representar al mundo exterior los mejores talentos por así decirlo». ¿Y qué hay del punto de vanidad de los que se presentan a este tipo de concursos? Andrade lo tiene claro: «El ser humano tiene el deseo de sentirse deseado. Todos tenemos un ego que debe ser sano, pero que concursar tiene también ese atractivo es algo innegable».

Sin embargo, el entrenador personal de 25 años tiene muy claro que para él la belleza «es la combinación de no solamente el aspecto físico sino la armonía con la personalidad y el espíritu. Vivimos en un mundo en el que la primera impresión es lo que cuenta pero es solo el primer paso. Conociendo a la persona te das cuenta de su belleza interior. Se debe aunar todo, también el estilo de vida que sea mas o menos saludable. A fin de cuentas la belleza física es algo totalmente efímero, yo lo veo como si fueras a enamorar a una persona que es ciega».

CARLOS ANDRADE

CARLOS ANDRADE

Modelos con vitiligo, de tallas grandes… ¿Estamos viviendo un cambio de cánones estéticos que juegan en detrimento de los certámenes de belleza más clásicos? «La sociedad se está abriendo de miras. Estos certámenes ya no son todo. Antes Miss y Mister España eran lo único, ahora hay mas diversidad. Internet ha roto las barreras de todo, somos una sociedad liquida. Es decir hay mas diversidad y más puntos de vista. Antes lo único que percibíamos era la televisión o el periódico ahora una persona puede mirar en Internet hasta donde lleguen los limites de su curiosidad y creatividad. Son cánones igual de válidos y significan que hay menos barreras de entrada. Todo es mucho menos rígido» declara Andrade.

«Ahora esa belleza tiene cabida porque tiene un público y un mercado. Lo que veo insano es que sigan promoviendo modelos muy delgadas. La delgadez extrema no debería consentirse cuando pasa el punto de la salud. Debería controlarse. Veo bien que haya aceptación de tallas lo que veo inaceptable es que se estimule esa delgadez extrema».

Respecto al concurso de Mister Internacional Spain «estar en forma, llevar un estilo de vida saludable, medir más de 1,80, tener buena presencia o ser atractivo» son algunos de los requisitos que según el entrenador personal, les piden para participar.

«Desfilar en traje, en ropa casual que muestre las mejores cualidades, llevar al día las redes sociales subiendo fotos naturales del día a día y fotos profesionales» son algunas de las cosas que tiene en cuenta el jurado, aunque también tendrán que someterse a la prueba de preguntas de cultura general. Según el concursante, esa prueba en concreto «busca que seas una persona completa con armonía entre el interior y el exterior». Cuando le pregunto cómo se va a preparar para esa prueba en concreto me confiesa que de ninguna forma: «He sido una persona que se comía las enciclopedias, no sé qué podría prepararme».

En mi opinión, es quizás la prueba de redes sociales la única que moderniza un poco el certamen ya que bajo mi parecer, sigue promoviendo un tipo de belleza muy concreta basado en un rol masculino muy clásico. Para el participante «no habría ningún problema en que un chico con piercings o tatuajes se presente, pero a lo mejor ese chico tiene que ponerse un traje alguna vez en su vida. No es un filtro de entrada pero sí una forma de exposición».

«Cuando vas a un concurso hay que adaptarse a ciertos patrones» afirma Andrade. Le pregunto si se ha sentido cosificado participando en el concurso: «No me he sentido un objeto en ningún momento. Si a alguien solo le interesa tu físico te va a tratar así, pero si eres capaz de desplegarte, puedes hacer ver cómo eres en realidad».

Respecto al resto de sus compañeros y rivales, «hay muy buena onda. Hablamos a veces por Facebook o Whatapp y hay espíritu de competición sana». Para Carlos Andrade «sería un orgullo poder representar Mister Internacional Spain e ir al certamen internacional y dejar a España en lo mas alto». Solo me queda desearle suerte.

Madrid Beauty Days: la feria de la belleza antinatural

Este fin de semana tuvo lugar en el Centro de Convenciones Norte de Ifema los Madrid Beauty Days, una feria definida por el propio Ifema como «el parque temático de la belleza». Más de setenta firmas de cosmética dedicadas al cuidado y a la imagen personal.

Cirugía Plástica. DRSAADARTI.COM

Cirugía Plástica. DRSAADARTI.COM

Dicho así puede resultar hasta agobiante para personas que, como yo, le dedican a la imagen el tiempo mínimo imprescindible.

Más que una feria, Madrid Beauty Days parecía un centro estético gigante. En cualquier sitio y separadas por unos metros encontrabas mujeres haciéndose la manicura, poniéndose cejas, bronceándose…y todo en tiempo récord.

Con deciros que al poco de llegar ya me había tocado una sesión gratis de depilación láser de ingles o medias piernas en un sorteo, os lo digo todo.
«Si pasas a dónde está mi compañera, te damos cita» me dijo una de las azafatas de Pelostop. Aquello iba con una rapidez que no me habría sorprendido que se hubiera sacado una máquina de debajo del mostrador y me depilara ahí mismo.

En el siguiente puesto, de una clínica estética, podías entrar en un sorteo de aumento de labios, tratamiento de botox, de eliminación de manchas, cicatrices o estrías. La chica me preguntó cuál de aquellos maravillosos tratamientos quería ganar.

«¿Sinceramente? Ninguno» pensé en mis estrías, que no solo me gustan, sino que me encantan esas líneas de tigre que me surcan las caderas. Pensé en mis cicatrices de la pierna, fruto de intervenciones que me recordaban lo fuerte que me había sentido por pasar dos veces por quirófano con apenas 18 años. Y como no me interesaba ninguno de ellos marqué «manchas» por inercia, por si podía apañarle a alguna mujer de mi familia que ya había oído quejándose del tema.

El parque temático de la belleza no tenía montañas rusas, pero, si querías, podías ponerte cejas o doblar el tamaño de tus pestañas hasta convertirlas en algo más frondoso que una selva tropical. Además de tratamientos podías adquirir todo tipo de productos: desde un ‘cubrecanas’ que tenía la forma de una maquinilla de afeitar hasta un guante depilador con cristales de silicio.

Y si no comprabas, había cosas que podías llevarte puestas. Tras dos horas recorriendo el Centro de Convenciones Norte sin más luz que la de los halógenos, me fui con un tono más de moreno después de probar un autobronceador orgánico que me aplicaron en la cara y el cuello con un spray.

Al salir, mi acompañante, con los brazos depilados y yo, con la cara de un moreno que habría pasado por playero, comentó acertadamente: “¿Te das cuenta que lo llaman la feria de la belleza y todo lo que hacen es cambiarte?”

Moraleja de los Madrid Beauty Days: solo quitándote pelos, poniéndote pestañas, bronceándote, rellenándote los labios o cubriéndote las canas eres guapa. Señores de Ifema, la feria de aceptarse a una misma, ¿cuándo y dónde decís que era? Creo que el año que viene iré a esa.

El ‘postureo’ de las semanas de la moda

La primera vez que pisé el Cibelespacio (o en otras palabras, el pabellón de Ifema en el que se celebra la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid) era una cría. No me refiero que tuviera seis o siete años, porque había pasado con creces los 18, pero era una cría. Gané las invitaciones en un sorteo y acudí con una amiga a ese maravilloso mundo dónde todo el mundo parecía llevar lo último. Por azar de no sé qué destino mi amiga y yo conseguimos entrar a ver un desfile (ya que para entrar a los desfiles necesitas invitación y no te vale con la entrada del Cibelespacio).

Era el show que mostraba la colección otoño-invierno de Roberto Verino de hace siglos. Recuerdo entrar a la pasarela Mercedes Benz con la misma emoción con la que un madridista puede pisar el Bernabéu, un indio el Calderón, un beatlemaníaco The Cavern o un fan de la movida madrileña La Vía Láctea.

Carrusel de Jorge Vázquez. GTRES

Carrusel de Jorge Vázquez. GTRES

Veinte minutos más tarde bajé de aquellas gradas como si hubiera presenciado algo entre mágico y divino. Mi futuro se me reveló como si hubiera bajado el mismísimo arcángel Gabriel. Mis amigas soñaban con desfilar por una pasarela, yo soñaba con estar sentada en calidad de prensa analizando cada detalle de los modelos que se me pasaran por delante.

Desde ese año me las apañé para ganar siempre algún pase de Cibelespacio apuntándome a cuanto concurso que ofreciera entradas a ese mundo tan exclusivo. Y así hasta hoy. Hasta esta pasada edición que pude acudir por primera vez como prensa.

La cosa es que no sé si soy yo, que soy más mayor y me fijo en otras cosas, si es el Cibelespacio, que mucho ha cambiado o qué es, pero la Semana de la Moda madrileña no es lo mismo que era.

Es como si lo importante ya no fuera el hecho de que creadores españoles estén mostrando ideas que han desarrollado después de meses de trabajo. La importancia la tienen ahora los asistentes. La puerta giratoria del pabellón 14 ve entrar de todo: desde chándales exclusivos hasta tacones infinitos e incluso una que parece envuelta en un albornoz de baño. Cuanto más estrambótico mejor.

Estonoesotroblogdemoda. TUMBLR

Estonoesotroblogdemoda. TUMBLR

Si la primera vez que fui estuve durante dos horas pegada a la pantalla que emitía en directo los desfiles, bebiendo cada diseño sin tener apenas consciencia de que pasaba el tiempo entre los shows, ahora, las pocas que miran las pantallas están únicamente pendientes de cuánto les falta para acabar para conseguir su preciada Glamour o Vogue gratis, ya que los stands de las revistas las entregan al final de cada desfile.

La moda no ha cambiado. La moda sigue siendo emocionante y sorprendente. Hemos cambiado nosotros. Ya no estamos pendientes de verla. De los desfiles a los que pude asistir esta edición, me sorprendió encontrar como la mayoría de los asistentas lo seguían a través de la pantalla del teléfono. Demasiado ocupados en sacar la foto, video o snap de rigor para moverlo por sus redes sociales. Incluso alguna pedía una foto en medio del desfile. Un par hablaban, otros tecleaban contestando algún whatsapp… El respeto, la compostura y el saber estar se perdía en una espiral de documentar con la tecnología cada paso que vamos dando.

Solo algún que otro invitado, ya más cerca de la setentena, me maravillaba viendo como describía, emocionado, la forma o volumen que llevaba el maniquí que acababa de pasar por su lado. Y, más en concreto, aquellas que con papel y boli, como yo, tomaban nota de lo que iban viendo.

Es tal el ‘postureo’ que mientras muchas se aglomeraban en torno a una ex ‘triunfita’ para hacerse con ella una foto, el diseñador Roberto Torretta pasaba por su lado sin que supieran quién era aquel señor de jersey y bigote cano. Y no hablamos de un nuevo diseñador de EGO, hablamos del que lleva en la Cibeles desde 1996.

Cuando la mayoría de las asistentes al pabellón califican como más o menos satisfactoria la edición en función de lo que habían conseguido gratis de los expositores, en vez de por las creaciones de los diseñadores, es que algo está fallando.

Los 10 mandamientos de la alfombra roja en los Premios Prix de la Moda

Mi conclusión después de cubrir varios photocalls como prensa es que las celebrities tienen una especie de código no escrito sobre comportamiento en alfombras rojas. Aunque desde fuera nos parece tan fácil como llegar fabulosa a un lugar, posar y ‘chimpún’, hay mucha más enjundia detrás. Quitando las horas ‘en el taller’, los invitados deben saber posar con el cuerpo y la cara, tener paciencia para dar todos los planos que buscan los innumerables fotógrafos repartidos a lo largo del photocall y, en ocasiones, atender a los redactores que se encuentran también reunidos. ¡Y todo eso sin cagarla meter la pata en ningún momento!

A la hora de elegir qué ponerse, algo que no es fácil si acuden a menudo a este tipo de eventos (y sino basta con echarle un vistazo a los vestidos elegidos por algunas), hay una serie de cosas que, como pude ver en la XIII edición de los Premios Prix de la moda, parecen ser las claves para salir de la alfombra roja ileso.

1.Amarás la simplicidad sobre todas las cosas: el menos es más y no es necesario llevar un vestido más barroco que las colecciones de Dolce&Gabbana para acertar.

MirianGiovanelli

La actriz Mirian Giovanelli. MARA MARIÑO

2.No llevarás joyas en vano: como demuestra la bloguera, solo hace falta llevar las justas y necesarias. Sino corres el riesgo de lucir el efecto ‘árbol de Navidad’.

 

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La blogger Paula Ordovás. MARA MARIÑO

3.Santificarás a los fotógrafos: la pareja tenía muy claro como dar el lado bueno a todos los fotógrafos e hicieron un barrido girándose de izquierda a derecha.

 

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Jorge Benguria y Carla Goyanes. MARA MARIÑO

4.Honrarás lo que lleves puesto: ya sea un vestido, una falda o unos pantalones, como Paz Vega. La clave está en sentirse bien dentro de lo que hayas elegido.

 

PazVega

Paz Vega. MARA MARIÑO

5.No matarás (estilísticamente hablando): no es necesario ponerse todo tu joyero, sobre todo cuando el vestido luce por sí solo.

 

TeriaYabar

La diseñadora Teria Yabar. MARA MARIÑO

6.No cometerás poses forzadas: todos tenían perfectamente aprendida la manera correcta de colocarse para salir con un gesto natural, sobre todo la modelo italiana (que yo con llegar a los 40 como está ella a los 55, me doy con un canto en los dientes).

 

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La modelo italiana Antonia Dell’Atte. MARA MARIÑO

7.No te olvidarás de las tendencias: ya que son una apuesta casi segura. La italiana eligió un vestido de transparencias vaporoso que, junto a las ondas desechas de su melena, son dos de las tendencias de este otoño.

 

BiancaBrandollini

La socialité Bianca Brandolini. MARA MARIÑO

8.No llevarás algo desfavorecedor: y te sacarás el máximo partido con lo que te pongas. Aunque en el caso de Ariadne, estoy segura de que si se hubiera puesto una funda de almohada también habría estado estupenda.

 

AriadneArtiles

La modelo Ariadne Artiles. MARA MARIÑO

9.No consentirás que el frío arruine tu modelito: vale que en los photocalls de invierno hace un poco de frío. La alternativa, como la que eligió Carmen, puede ser llevar una estola furry (no sabemos si auténtica o no) para evitar la piel de gallina.

 

CarmenLomana

Carmen Lomana. MARA MARIÑO

10.No subestimarás el peinado: el pelo, al igual que el maquillaje o los complementos, forma una parte muy importante del conjunto. La modelo Andreja eligió una trenza de raíz sencilla que contrastaba con los elaborados bordados de su vestido.

 

AndreaPejic

La modelo transgénero Andreja Pejic. MARA MARIÑO