La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Fiestones en el cráter de un volcán: definitivamente hemos perdido el norte

Fiesta ‘rave’ organizada sin permisos en el Calderón Hondo, un volcán de Fuerteventura.

Las ciudades históricas, los espacios naturales, los pueblos bonitos, están muriendo de éxito turista. Mientras los territorios se empeñan en una loca competición por atraerse cada vez a más mirones curiosos de las diferencias, vengan como vengan y hagan lo que hagan, este nuevo monocultivo económico arrasa los espacios, se lleva por delante culturas, banaliza los paisajes.

Nos hemos convertido en una sociedad puramente hedonista que no mira más allá de su selfi. En el caso de espacios naturales tan pequeños, exclusivos y frágiles como los de Canarias, el resultado es catastrófico. Mueren de éxito imbécil.

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Apúntate a las 12 campanadas de la Navidad más sostenible

Foto: PixabayEstas Navidades tan rarunas, si algo nos ha quedado claro es nuestra fragilidad y dependencia de una naturaleza sana. Apostemos por la sostenibilidad. Y demos las campanadas del consumo responsable, ése que dentro de unos años se habrá generalizado en el Planeta como único camino para poder salir del atolladero en el que nos hemos metido.

  • CAMPANADA 1: El árbol de Navidad: ¿Natural o artificial?

Natural, sin duda. Los pinos y abetos naturales son 100 por 100 biodegradables. Y los de plástico no. Los artificiales vienen de muy lejos, su producción es muy contaminante y su transporte lo es aún más.

Con los árboles naturales es justo al revés. Durante su crecimiento capturan CO2, ayudándonos a luchar contra el cambio climático. Pero eso sí, nada de robarlos en el bosque. Siempre debemos adquirirlos en viveros locales con producción controlada. O elegir árboles y ramas cortados en entresacas forestales.  Recuerda que en muchas ciudades hay servicios de recogida del ayuntamiento para que se replanten los que sigan vivos y con el resto hacer compost.

  • CAMPANADA 2. El Belén

Lo confieso: me encantan los belenes. Es como reproducir el campito en casa, con sus gallos y gallinas, sus ovejas, sus pastores y hasta arroyos de agua clara. Y su caganet abonando el campo, claro que sí. El Belén se puede reutilizar una y otra vez, completándolo cada año con nuevas figuras. Pero ¡Mucho ojo con el musgo! Está protegido en los espacios naturales y sólo puede adquirirse en los viveros autorizados. Lo mejor es no usarlo. Piensa que es como un bosque en miniatura, lleno de vida casi miscroscópica que morirá en nuestra casa. Y además, si Jesús nació en Palestina, que es un país tan desértico, digo yo que lo que mejor le va es la arena ¿no te parece?

  • CAMPANADA 3. Los adornos navideños

No hace falta ir todos los años al chino a comprar adornos de usar y tirar. Los viejos adornos, como las bolas, se pueden pintar y forrar, dándoles una nueva vida. También puedes fabricar tu decorado navideño con materiales reciclados. Esas tardes de trabajos manuales con los niños es de lo más bonito de la Navidad. A mí siempre me encantó salir al campo a por piñas que luego pintábamos con purpurina.

  • CAMPANADA 4. La iluminación

Cada vez está más de moda llenar los balcones de luces intermitentes, pero que no se te vaya la pinza. Usa bombillas de bajo consumo. Limita las horas de encendido a los momentos especiales. Algunos se piensan que son la iluminación de El Corte Inglés y las dejan día y noche. No es el gasto para tu bolsillo, que también. Es el gasto para el Planeta.

  • CAMPANADA 5. Los regalos

Aquí sí que se nos va la pinza a todos. Pero la calidad siempre estuvo reñida con la calidad. Hace más ilusión un regalo bien currado que un cargamento de Amazon. Asegúrate que sean reciclables, que no sean sexistas ni violentos y que estimulen la creatividad. Escoge artesanía o gastronomía local. No te olvides de regalar cultura, como libros o entradas para el cine y el teatro. Y por favor, no te pases con el embalaje.

  • CAMPANADA 6. La mesa de Navidad

Utiliza la vajilla y la cubertería de toda la vida. No compres vasos, platos o cubiertos de un sólo uso. Recuerda que el Parlamento Europeo ha prohibido los de plástico a partir del próximo año. Vasos y copas siempre de vidrio. Manteles y servilletas siempre de tela, pues son lavables, reutilizables y para algo los tenemos en casa.

  • CAMPANADA 7. Menús navideños

Compra solo lo necesario para que no contribuir al desperdicio alimentario. Reutiliza los alimentos sobrantes ¡No te olvides de las croquetas! Compra productos en la medida de lo posible ecológicos y de proximidad. Pon menos carne, pero que sea buena, de ganaderías en extensivo. Elige pescados y mariscos igualmente cercanos, procedentes de pesca artesana. Por cierto, recuerda que sin abejas no tendríamos turrón: ellas fabrican la miel y polinizan los almendros, los dos ingredientes fundamentales para hacer el rey de los dulces navideños.

  • CAMPANADA 8. ¿Horno o microondas?

Pues está mal que lo diga yo, que soy tan sibarita, pero utilizar el microondas en lugar del horno ahorra entre el 60 y el 70% de energía. Para los grandes asados no hay discusión, usa el horno. Pero con cabeza. No lo abras mientras esté en funcionamiento o perderás más del 20% de la energía acumulada en su interior. Intenta cocinar varios alimentos a la vez y recuerda apagarlo un poco antes de finalizar la cocción para aprovechar el calor residual.

  • CAMPANADA 9. ¿Butano o vitrocerámica?

Lo más natural parece el butano, pero hay que recordar que es un combustible fósil, primo del petróleo. Viene del desierto africano y su combustión acelera el calentamiento global. Así que mejor usa vitrocerámica eléctrica. Y aún mejor las placas de inducción, pues son más rápidas y eficientes que el resto de vitrocerámicas convencionales, consumiendo un 20% menos de electricidad. No te olvides de cocinar utilizando las tapas de los recipientes, pues ahorrarás hasta un 25% de energía.

  • CAMPANADA 10. ¿Lavavajillas o fregadera?

Aunque parezca mentira, lavavajillas. El lavaplatos gasta de media unos 10 litros de agua por lavado, mientras que hacerlo a mano, dejando correr el grifo, puede suponer gastar casi 10 veces más. Pero eso sí, siempre debe estar lleno, con la carga completa. Y hay que seleccionar programas cortos o ecológicos. Otro detalle importante: no es necesario aclarar la vajilla antes de introducirla en el lavavajillas, pero si lo haces, utiliza siempre agua fría.

  • CAMPANADA 11. ¿Viajes o paseos?

Lo de viajar esta Navidad se ha puesto complicado. Y además tiene un gran impacto ambiental. Mejor optemos por el paseo. Ya sabes que yo soy un enamorado de los pateos por el campo. Sal a la calle y vete a caminar a un parque o jardín. Covid Free garantizado. Aprovecha para ir charlando con familia y amigos. La felicidad muy probablemente sea dar un paseo en charleta tranquila con una persona querida. Y rematarlo luego con un buen vinito para entrar en calor.

  • CAMPANADA 12. El reciclaje de la basura

Aunque estas Navidades apostemos por reducir las compras y reutilizar productos, siempre nos quedará pendiente la tercera Erre de la sostenibilidad, la de reciclar, y hacerlo bien. Las cosas que todavía tengan una segunda vida (adornos, papel de envolver,…) se pueden guardar para futuras ocasiones. Pero para lo que haya que tirar hay que fijarse en qué contenedor se deposita. Los cartones y el papel van al azul; los embalajes de plástico, al amarillo; las botellas de vidrio, al verde; las pilas gastadas, al de las pilas… ¿Y las copas rotas? No es vidrio, es cristal. Van a la basura normal, igual que las tazas. Tampoco van al contenedor amarillo los juguetes rotos, aunque sean de plástico. Esos hay que llevarlos al punto limpio.

  • CAMPANADA Final. Paseos libres de virus

Estos días de fiesta, aprovecha para respirar aire puro. Huye de los espacios atestados de gente y apuesta por los parques o el campito. Disfruta con el vuelo de un pájaro o el movimiento de las nubes. Date baños de bosque: ¡COVID FREE!

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Disfruta de los Carnavales más auténticos en la isla de El Hierro

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Sí. Ya sé que los carnavales más famosos de Canarias (y del mundo) son los de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, pero este año yo me he venido a disfrutar los de la isla de El Hierro. Y sobre todo, a divertirme de lo lindo con una fiesta carnavalera prácticamente desconocida incluso para los propios canarios: los carneros de Tigaday. Pura tradición y espectáculo. Lee el resto de la entrada »

¿Unos Sanfermines sin encierros… ni toros?

Corredores

Manifestación antitaurina en Pamplona. © PETA

Durante estas fiestas de San Fermín sufrirán y morirán cruelmente 48 toros bravos. ¿Muchos, pocos? Siempre serán demasiados.

La justificación a este matadero se apoya en la tradición. Toda la vida se han corrido los Sanfermines, dirán los pamplonicas. Pero no es verdad. En esta fiesta la tradición salió corriendo a partir de 1926, espoleada por la fama de una novela, Fiesta, que igualmente hizo famoso a su autor, Ernest Hemingway. Hasta entonces era una sencilla festividad local de origen ganadero. Hoy atrae a casi un millón de personas.

Lo cierto es que ni San Fermín es el patrón de Pamplona, como piensan muchos (el patrón oficial y olvidado es San Saturnino), ni su fiesta es el 7 de julio, sino el 25 de septiembre. Pero da lo mismo. También que estemos en pleno siglo XXI, una época donde los derechos de los animales forman parte de las exigencias morales de toda sociedad moderna. Salvo los toros en España.

La fiesta no debe estar unida nunca a la crueldad. En San Fermín diviértete, por supuesto, pero no corras los encierros. Si tú corres, los toros mueren. Te conviertes en un corredor de la muerte.

Un año más, pañuelos negros han pedido fiestas de San Fermín libres de sufrimiento animal. El mío, virtual pero sincero, es uno de ellos.

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Fiestas de sangre y salvajismo

Esta mañana, al alba, tras una horrible agonía, volvió a morir un inocente en Coria (Cáceres).

Una masa enardecida lo persiguió incansable por las calles del casco histórico durante toda la noche, lanzándole miles de dardos que se clavaron como dolorosas agujas sobre su negra piel. Finalmente un valiente se le encaró, descerrajándole entre gritos de entusiasmo un tiro de escopeta en la cabeza. No fue su final. Sedientos de sangre y brutalidad, los más jóvenes se lanzaron con navajas para lograr el trofeo más preciado: arrancarle los testículos.

Esta madrugada, a las 3,30 horas, otro inocente será torturado y muerto en las calles de Coria. Los niños caurienses no se perderán el espectáculo, pues tan salvaje tradición se apoya en una bellísima leyenda medieval de la que todos se sienten orgullosos. Dicen que antes lo hacían con un joven, al que sólo le daban dos cuchillos como única defensa para esquivar a la muerte. Pero un año le tocó en suerte al hijo de una rica dama, quien cambió a su primogénito por un toro. Desde entonces, los cornúpetos pagan con su sangre el mantenimiento de la vieja tradición.

El año pasado se recogieron 60.000 firmas que pedían la abolición de esta salvajada. Protesta inútil. Las autoridades lo justifican aduciendo que es una “atávica lucha” de gran interés turístico y cultural.

Está claro. Nos gusta la sangre. Disfrutamos con el dolor ajeno. Nos hace sentir más primarios, más auténticos.

A lo largo de todo el verano que ahora comienza nos divertiremos como siempre lo hicimos, en plan bestia, torturando toros, persiguiéndolos, golpeándolos, maltratándolos en encierros, plazas, calles. El Toro de la Vega de Tordesillas, los toros de fuego o embolados, los ensogados, los «toros al mar», las vaquillas,…

Si no pesaran tanto los toros los tiraríamos desde lo alto de la torre del pueblo, sólo para ver cómo se parten la crisma contra el suelo. Es la fiesta nacional. Nuestra vergüenza nacional.