Archivo de mayo, 2020

¿Sabías que originalmente el término ‘tormenta’ nada tenía que ver con cuestiones meteorológicas?

Según se describe en la primera acepción que da el diccionario de la RAE al término tormenta, esta es una perturbación atmosférica violenta acompañada de aparato eléctrico y viento fuerte, lluvia, nieve o granizo.

¿Sabías que originalmente el término ‘tormenta’ nada tenía que ver con cuestiones meteorológicas?

Frecuente es escuchar o utilizar expresiones como ‘Se aproxima una tormenta’ o ‘Ha caído una tormenta de granizo’ y siempre lo hacemos para referirnos a cuestiones meteorológicas (sobre todo relacionadas con la lluvia).

Pero originalmente el término tormenta no era utilizado para hacer referencia alguna a cuestiones meteorológicas sino a una eficaz arma de guerra llamado ‘tormentum’, el cual era un artilugio muy similar a una catapulta y que era utilizado para lanzar piedras, objetos incendiarios, metralla, etcétera, sobre un objetivo.

¿Sabías que originalmente el término ‘tormenta’ nada tenía que ver con cuestiones meteorológicas? tormentum

Aquellos que eran atacados veían como caía sobre ellos una lluvia de proyectiles o fuego, motivo por el que empezó a denominarse como tormenta a las inclemencias meteorológicas.

Curiosamente, el término latino ‘tormenta’ es el plural de ‘tormentum’ y éste significaba literalmente ‘suplicio’, ‘sufrimiento’ (que era lo que padecían quienes recibían la lluvia de proyectiles del tormentum).

Este término también origino el vocablo ‘tormento’ y al provenir del verbo en latín ‘torquere’ (torcer) dio a lugar a ‘tortura’.

 

 

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Fuentes de las imágenes: pxfuel / wallpaperbetter

¿De dónde surge denominar como ‘apellido’ al nombre familiar?

Lo que actualmente nosotros conocemos y denominamos como ‘apellido’, en la Antigua Roma lo llamaban ‘cognomen’, que venía a significar ‘sobrenombre’ y que era el modo con el que se distinguía a las diferentes familias en aquella época y podía conocerse a cuál pertenecía cada individuo. Del latín ‘cognomen’ han derivado la mayoría de términos, en los diferentes idiomas y variantes, para hacer referencia a la denominación familiar (por ejemplo en catalán ‘cognom’ o el italiano ‘cognome’)

¿De dónde surge denominar como ‘apellido’ al nombre familiar?

Tal y como expliqué tiempo atrás en otro post, la utilización del apellido se generalizó a partir de que la burguesía, artesanos y personas que habían prosperado, tuvieron acceso a bienes inmuebles y, por tanto, tenían que generar alguna documentación que acreditase su propiedad, por lo que empezó a colocarse en documentos acreditativos los motes o sobrenombres familiares de cada individuo con el que se les identificaba mucho mejor.

En castellano, inicialmente, se denominó a ese segundo nombre (o apelativo familiar) como ‘cognombre’ (derivado del latín ‘cognomen’), pero hacia finales de la Edad Media se sustituyó por el término ‘apellido’, el cual se había puesto de moda durante las épocas de guerra.

Y es que el vocablo ‘apellido’ proviene del latín ‘appellitare’ (que significaba literalmente ‘nombrar con frecuencia’) y este provenía a su vez de ‘appellare’ (nombrar, llamar a alguien… y de ahí surgió también ‘apelar’).

El acto de ‘apelar’ (llamar) a alguien para que se incorporara en el ejército (tras entrar el territorio o reino en una guerra) es lo que popularizó el término ‘apellido’, debido a que cuando era llamado se le localizaba, en la mayoría de ocasiones, por el apelativo o sobrenombre familiar, de ahí que éste acabase siendo conocido de ese modo.

 

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Fuente de la imagen: wordart

Destripando bulos: No, no hay un estudio sobre tocar las tetas y la reducción de la ansiedad en los hombres

Destripando bulos: No, no hay un estudio sobre tocar las tetas y la reducción de la ansiedad en los hombresSi eres asiduo a las redes sociales o a la web Menéame (en el que los usuarios comparten enlaces de las noticias que se van publicando, dándole mayor o menor repercusión a través de los votos y un algoritmo) te habrás encontrado que una curiosa noticia se ha convertido en la más leída del portal de las últimas horas (con un gran número de votos, comentarios y, sobre todo, clics al enlace original en la página web arg21.com) y cuyo titular era: ‘Tocar tetas reduce la ansiedad en los hombres en un 90%’.

Al llegar a la portada de dicho portal, un gran número de usuarios lo han compartido en sus redes sociales (entre ellos la propia cuenta de Menéame) e incluso algún que otro profesional de los medios de comunicación ha hablado de ello, dándole credibilidad al tema.

Destripando bulos: No, no hay un estudio sobre tocar las tetas y la reducción de la ansiedad en los hombresEl texto de la noticia explicaba que se había […]comprobado tras un reciente estudio llevado a cabo en la Universidad de Medicina de Santa Fe, Colombia, que la ansiedad en los hombres puede reducirse hasta en un 90% tocando los pechos de mujeres, propiciando que la estrecha relación aporte más confianza al hombre. Así se ha demostrado con 200 hombres con edades comprendidas entre 20 y 60 años.[…] Evidentemente, no se indicaba en ninguna parte quién había sido el responsable del estudio o ponía enlace alguno al mismo.

Pero la noticia meneada (el 26 de mayo de 2020 al mediodía) llevaba publicada en la mencionada web arg21.com hace un año, concretamente desde el 25 de marzo de 2019.

Destripando bulos: No, no hay un estudio sobre tocar las tetas y la reducción de la ansiedad en los hombresLo también curioso del asunto es que la nota no era original de este medio de comunicación argentino, sino que algún miembro de su equipo la había copiado literalmente (sin citar ni enlazar la fuente original) de la página haynoticia.es, una web creada exclusivamente para compartir noticias falsas (tal y como indica en su encabezado) y que son creadas por los propios redactores que en ella trabajan*.

La nota en haynoticia.es (con el mismo título y exacto texto, solo varía la imagen que ilustra la entrada) fue publicada el 27 de febrero de 2019, no habiendo ni una sola evidencia que otro medio o web la publicase con anterioridad a esa fecha pero si que fueron bastantes quienes, desde entonces, la han compartido en redes, foros y blogs.

Si se realiza un búsqueda exhaustiva en Google, podemos encontrar que todas las noticias relacionado con el tema son un ‘copy&paste’, variando quizá algún termino (en lugar de tetas ponen pechos o bubis), pero básicamente todo el resto del texto es el mismo. Tampoco se encuentra ningún estudio relacionado con el tema y la ‘Universidad de Medicina de Santa Fe’, debido a que dicha institución docente no existe y todo lo que aparece con ese nombre está relacionado con esta noticia falsa.

Destripando bulos: No, no hay un estudio sobre tocar las tetas y la reducción de la ansiedad en los hombres

 

Link a Menéame: https://www.meneame.net/story/tocar-tetas-reduce-ansiedad-hombres-90-1/2
Link a arg21.com: http://www.arg21.com/nota.asp?id=4629&t=Tocar-Tetas-reduce-la-ansiedad-en-los-hombres-en-un-90
Link a haynoticia.es: https://haynoticia.es/tocar-tetas-reduce-la-ansiedad-a-los-hombres-en-un-909999/

 

ACTUALIZACIÓN (28/5/2020): Menéame, tras comprobar que la publicación era un bulo, ha decidido descartar manualmente la noticia y cerrar el tema (a pesar de haber sido inmensamente compartido y ser una de las entradas más leídas de los últimos días) y así lo anunciaba tanto a través de Twitter como de su web.

Destripando bulos: No, no hay un estudio sobre tocar las tetas y la reducción de la ansiedad en los hombres

 

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*NOTA: Inicialmente indiqué que el contenido publicado en haynoticia.es es creado por los usuarios, pero en realidad lo escribe el equipo de redactores que trabajan para la web, siendo todo el contenido original e inventado por ellos mismos, tal y como me han indicado desde la propia página.

El curioso origen etimológico del término ‘duende’

Conocemos como duende a aquel personaje o espíritu proveniente del mundo de la fantasía o mitología que se encarga de hacer algunas travesuras y dar quebraderos de cabeza a las personas que residen en el lugar donde aparece.

El curioso origen etimológico del término ‘duende’

Normalmente suele decirse que los duendes son seres diminutos que habitan en los bosques, aunque también se les ubica en los hogares y es de este último lugar de donde surge su curiosa etimología.

Desde la antigüedad se tenía el convencimiento de que en muchas casas se escondía algún ser fantástico o espíritu que andaba realizando trastadas, cambiando las cosas o enceres de sitio, abriendo y cerrando ventanas y puertas o haciendo todo tipo de ruidos.

El temor que se les tenía a esos seres hacía que estos se adueñaran de la casa y, precisamente, esa es su etimología. El término ‘duende’ proviene de la unión del término en castellano antiguo ‘duen de’ que quería decir literalmente ‘dueño de’ y, en este caso, del lugar donde habita (duen de casa / dueño de la casa).

Este es el origen proporcionado por la mayoría de expertos y etimólogos (incluido el diccionario de la RAE), pero podemos encontrar que en el libro ‘El Diccionario de los Monstruos’ de Massimo Izzi, si indica que proviene del árabe ‘duar de’ cuyo significado es ‘que habita en’.

La literatura y cinematografía se ha encargado de darle múltiples personalidades a los duendes y actualmente nos encontramos que numerosísimos son los seres fantásticos e imaginarios que surgen de ellos y que son denominados con diferentes nombres, entre ellos como gnomo o elfo.

Pero el término duende también es utilizado para referirse a otras cosas, como por ejemplo para decir que alguien ‘tiene duende’, como referencia a su arte o encanto especial para algún tipo de arte o disciplina.

También se le denominaba de ese modo (hace varios siglos atrás) a ciertas monedas utilizadas antiguamente en España (‘maravedis, tarjas, medios reales de plata y otras monedas endebles’ tal  como se describe en el diccionario usual de la Academia de 1780), debido  que las ‘monedas de duendes’ tan rápido se ven como se desvanecen (esconden) de entre los dedos tal y como hacen esos seres traviesos.

 

 

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Fuente de la imagen: pixabay

¿De dónde surgió que antiguamente a cierto tipo de mujer seductora se le conociera como ‘vampiresa’?

Hoy en día está prácticamente en desuso, pero durante bastante tiempo se utilizó los términos ‘vampiresa’ y ‘mujer fatal’ para denominar de ese modo (y según el diccionario de la RAE) a la ‘mujer que aprovecha su capacidad de seducción amorosa en beneficio propio’ o la ‘mujer seductora que ejerce sobre los hombres una atracción irresistible y peligrosa’ (respectivamente).

¿De dónde surgió que antiguamente a cierto tipo de mujer seductora se le conociera como ‘vampiresa’?

La expresión ‘mujer fatal’ es la traducción literal del término francés ‘femme fatale’ (también usado por los anglosajones), siendo la primera constancia escrita de su uso en 1844 y apareciendo por primera vez en un diccionario inglés en 1895 con la acepción de ‘mujer atractiva y peligrosa’.

En cuanto a la palabra ‘vampiresa’ (o ‘vamp’ que es su apocope), surgió en 1915 a raíz de la película ‘A Fool There Was’ protagonizada por la actriz, de 20 años, Theda Bara y en la que encarnaba a una joven seductora cuyo único propósito era utilizar sus encantos para cautivar a los hombres, embelesarlos y finalmente arruinar sus vidas (tal y como explicaba la sinopsis del filme).

La crítica comparó el comportamiento de la protagonista de la película con el mito del vampiro que atraía a sus víctimas para chuparles la sangre, pero en este caso era para sacarle toda su fortuna.

Fue tal el éxito de la película que de inmediato quedó asociado el término ‘vamp’ o ‘vampiresa’ a la figura de lo que hasta entonces se había denominado como femme fatale o mujer fatal.

 

 

 

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¿Cuál es el origen de la expresión ‘el mundo es un pañuelo’?

A través de la cuenta de este blog en Instagram (@yaestaellistoquetodolosabe2) me consultan sobre el origen de la expresión ‘el mundo es un pañuelo’.

¿Cuál es el origen de la expresión 'el mundo es un pañuelo'?

Utilizamos la expresión ‘el mundo es un pañuelo’ para indicar nuestra sorpresa al encontrarnos con alguien de improviso en un lugar inesperado e incluso toparnos con una misma persona en distintos lugares y, de ese modo, señalamos que el mundo (planeta tierra) es mucho más pequeño de lo que realmente creíamos.

El origen de la expresión es algo confuso y discutido, no conociéndose realmente el momento en el que comenzó́ a utilizarse y quién fue el primero que lo hizo o popularizo.

Entre la amalgama de datos e hipótesis que hay alrededor del origen de esta famosa expresión, hay quien indica que, probablemente, provenga de los primeros mapamundis que fueron cartografiados (en la época de las expediciones y descubrimientos), debido a que originalmente se realizaban sobre un lienzo, o lo que es lo mismo: un paño de tela.

El hecho de que todos los lugares del planeta cupiesen en ese trozo de tela pequeño (hay que tener en cuenta que el término ‘pañuelo’ es el diminutivo de ‘paño’) podría haber sido lo que originase, posiblemente, que la gente de épocas pasadas quedaran maravilladas al ver que todo el mundo (planeta) cabía en un pedazo de paño tan pequeño (o sea, en un pañuelo).

De ahí que surgiera que, cuando dos personas se encontraban inesperadamente en un lugar insospechado se dijese eso de que ‘el mundo es un pañuelo’, ya que, a pesar de lo grande que es, finalmente todos acabamos encontrándonos casualmente en algún sitio, por lejano que este sea.

Cabe destacar que existe una variante de esta expresión, que se utiliza de una manera más coloquial, y que dice: ‘el mundo es un pañuelo y nosotros somos los mocos’.

 

 

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Fuente de la imagen: freesvg

¿Cuál es el origen de llamar ‘camaradas de peine’ a las personas que siempre van juntas?

Posiblemente la locución ‘Ser camaradas de peine’ se podría englobar como una ‘expresión viejuna’ que empieza a estar en desuso y muy pocas son las personas que, en la actualidad, la usan.

¿Cuál es el origen de llamar ‘camaradas de peine’ a las personas que siempre van juntas?

Pero hasta hace un par de décadas era muy común escucharla decir, sobre todo entre los más mayores, cuando querían referirse a aquellas personas que siempre andan jutas de un lado para otro y como enfatización de la amistad entre dos individuos inseparables (vendría a ser una expresión sinónima de otra muy célebre y bastante utilizada hoy en día: ‘ser uña y carne’).

Según consta, a mediados del siglo XVIII, bajo el reinado de Fernando VI, se estipuló (por orden del monarca) que los soldados del ejército español deberían llevar, obligatoriamente, el cabello peinado hacia los lados en forma de bucles y con una crencha en el centro y recogido por detrás con una coleta. Para ello debían de utilizar unos cilindros de hojalata (con el que dar forma al bucle), untarse el pelo con grasa y espolvoreárselo con polvo (normalmente era harina), con el fin de que quedara blanqueado.

Como es de imaginar todo ese proceso de peinado era laborioso y sobre todo algo pringoso, por lo que era habitual que los soldados que compartían habitación (cámara) se ayudaran a peinarse los unos a los otros.

Tanto por el hecho de esa ayuda que se daban como el tiempo que pasaban conviviendo, forjaba en ellos una estrecha amistad, por lo que el término ‘camarada de peine’ empezó a ser utilizado para hacer referencia a esa camarería entre dos personas que siempre van juntas.

 

 

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Fuentes de consulta: Florilegio o ramillete alfabético de refranes y modismos de José María Sbarbi  / eprints.ucm (pdf) / Del hecho al dicho de Gregorio Doval / hemerotecadigital.bne.es (pdf) / elcoronelnotienequienlelea / bibliotecavirtualdefensa (pdf)
Fuente de la imagen:  miniaturasmilitaresalfonscanovas

¿Cuál es el origen del término ‘paciente’?

A través de la cuenta de este blog en Instagram (@yaestaellistoquetodolosabe2) me consultan sobre el origen del término ‘paciente’ y si a los enfermos se les llama así por la paciencia que deben tener a la hora de ser atendidos por un médico.

¿Cuál es el origen del término ‘paciente’?

La palabra ‘paciente’ es polisémica, por lo cual tiene varios significados. Uno de ellos es para referirse a la persona que padece algún tipo de patología que debe recibir una atención médica y, por otra parte, también se utiliza para indicar la capacidad de aquel que espera o soporta algo sin alterarse.

Proviene etimológicamente del vocablo en latín ‘patiens’, siendo éste el participio presente del verbo ‘pati’ y cuyo significado era  que significa sufrir, aguantar o soportar y tiene la misma raíz etimológica con el vocablo ‘padecer’.

De hecho, muchos son los expertos que indican que sería lógico que a quien sufre algún tipo de trastorno (que necesita de atención médica) hubiese sido más lógico denominarlo como ‘padeciente’.

El utilizar el término paciente para referirse a la capacidad de no alterarse y saber esperar, proviene exactamente del mismo vocablo latino patiens, debido a que quien sufre, aguanta o soporta una enfermedad lo suelo hacer con conformidad, resignación y aguante.

Con el tiempo el término paciente (o paciencia) se utilizó para designar la espera resignada de cualquier persona (estuviese enferma o no).

 

 

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Fuentes de consulta: RAE (1) / RAE (2) / odontólogos.mx / etimologias.dechile (1)  / etimologias.dechile (2)
Fuente de la imagen: jber.jb

Cuando nuestro cuerpo da el paso desde la niñez a la pubertad

Todos hemos sido niños alguna vez, pero de repente y sin casi darnos cuenta comenzamos a notar ciertos cambios corporales y hormonales que nos metieron de lleno en la pubertad, el periodo considerado como el primer paso a la adolescencia y de ahí hacia la madurez.

Cuando nuestro cuerpo da el paso desde la niñez a la pubertad

Y es que, con la pubertad, llegan las primeras veces (y no me estoy refiriendo a realizar algo nuevo sino a experimentar cambios fisiológicos), debido a que el cuerpo realiza una serie de cambios que, cuando llegan, son la primera ocasión en la que nos pasa…

Por ejemplo, entre los 11 y 12 años de edad las chicas (por norma general, pudiendo variar algún año arriba o abajo) tienen su primera menstruación, la cual tiene un nombre específico: ‘menarquia’.

Un poquito más tarde (entre los 12 y 13 años… según cada caso) los chicos también son primerizos en algo: tienen su primera eyaculación, que es conocida con el nombre de ‘espermarquia’. Suele producirse durante la noche, mientras se está durmiendo (lo que se conoce como ‘polución nocturna’), aunque en algunas ocasiones son consecuencia de la primera masturbación.

Unos años antes (sobre los 8 años de edad) se ha producido el gran cambio hormonal, con la producción de andrógenos y estrógenos y que es conocido como ‘adrenarquia’; el primer paso hacia lo que será la primera salida de vello púbico (‘pubarquia’) y en las axilas (‘axilarquia’).

A las chicas empezará a crecerles los pechos (‘telarquia’) y la secreción de hormonas sexuales en los ovarios. Esto último también les ocurre a los chicos, pero en los testículos, y se conoce como ‘gonadarquía’.

 

 

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¿De dónde surge la expresión ‘Ser como el sastre del campillo’?

Esta es otra de aquellas expresiones que están prácticamente en desuso (catalogadas como ‘expresiones viejunas’) y que, de tanto en tanto, os traigo a este blog para explicaros su origen.

¿De dónde surge la expresión ‘Ser como el sastre del campillo’?

En esta ocasión os hablaré de ‘Ser como el sastre del campillo’, una expresión que fue bastante usada antiguamente y que se utilizaba para señalar a aquellas personas dadas a entregarse en cuerpo y alma en ayudar a los demás, hacer infinidad de favores y, además, poniendo todo de su parte (incluido el coste económico que eso le podría suponer).

Pero en realidad esta es una locución que ha ido sufriendo diversos cambios a lo largo del tiempo y que, mediante la transmisión oral, se ha ido modificando, pudiendo encontrarnos que es bastante diferente a como se pronunciaba originalmente.

Referida como ‘ser’, ‘eres’ o ‘es’ la expresión ‘como el sastre del campillo’ está extraída de otra más larga que decía: El sastre del campillo, que cosía de balde y ponía el hilo’.

Pero esta tampoco fue su forma inicial, debido a que en originalmente no hacía referencia a ‘campillo’ sino a ‘cantillo’, el cual no es una localidad, sino el modo en el que se denominaba a las encrucijadas o cruces de varios caminos, un lugar en el que varios siglos atrás solían colocarse diferentes profesionales de diversos gremios (herreros, carpinteros, mesoneros e incluso sastres) y que prestaban sus servicios a los viajeros que por allí transitaban.

Incluso, podemos encontrar versiones de la expresión en el que originalmente no se utilizaba el término ‘sastre’ sino ‘alfayate’ de igual significado pero que se utilizó en España durante la presencia musulmana. Por ejemplo, Íñigo López de Mendoza y de la Vega (marqués de Santillana) en el siglo XV incluyó en su obra ‘Refranes que dicen las viejas tras el fuego’ la expresión en la forma: El alfayate del cantillo, hacía la costura de balde y ponía el hilo’.

También podemos encontrar que Sebastián de Covarrubias, en su ‘Tesoro de la lengua castellana o española’ (1611) lo incluyó de las siguientes cuatro maneras: El alfayate de las encrucijadas cosía de balde y ponía el hilo de su casa’, ‘El alfayate del Cantillo hacía la obra de balde y ponía el hilo’, ‘El sastre de Campillo, ponía de su casa el hilo’  e incluso ‘El alfayate de la Adrada que ponía el hilo de su casa’.

Por último, en el ‘Libro de refranes y sentencias de Mosén Pedro Vallés’ (1549) aparece del siguiente modo: El sastre de la encrucijada / que pone / el hilo de su casa’.

 

 

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Fuente de la imagen: Esin Üstün (Flickr)