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Pasta de dientes y vaselina: el (fallido) truco casero para aumentar el pecho

Que tire la primera piedra quien nunca se haya fiado de un vídeo de Youtube para hacer algo (yo sin ir más lejos recurrí a la plataforma cuando empecé a vivir sola y no sabía cómo funcionaba exactamente el abrelatas).

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PIXABAY

La red está llena de vídeos con trucos que van desde a blanquearte los dientes con bicarbonato hasta conseguir un aumento de pecho con -no os lo perdáis- vaselina y pasta de dientes.

Sí, aparentemente frotarte vaselina en el pecho y pasta de dientes en los pezones hace que crezca el tamaño del pecho.

Mi pregunta es cómo es posible que en algún momento alguien piense que, realmente, eso que sirve para cepillarse los dientes tenga propiedades mágicas aumentadoras de pecho. Me recuerda a esos mitos que circulan de que si comes pan o muchas nueces terminarás como Salma Hayek. Un poquito de sensatez.

La vaselina es un cosmético que actúa como emoliente, lo que significa que forma una capa que impide la evaporación del agua favoreciendo la hidratación de la piel desde el interior. Sin embargo, esto es algo que viene genial para los labios, pero no es igual de bueno para todas las zonas de la piel. Si tienes piel grasa y encima te echas vaselina, las sustancias que se eliminan a través de los poros quedan atrapadas, lo que puede producir acné.

Respecto a la pasta de dientes, por mucho que limpie, y que sea un aliado estupendo cuando te está saliendo algún grano, tiene sustancias que pueden irritar la epidermis, dejarla enrojecida, reseca y con sensación de ardor ya que deshidrata la piel.

Es por eso que va tan bien para eliminarlos, pero no para echártela directamente, y menos todavía en los pezones. ¿Pero os hacéis una idea de lo que puede escocer eso? Es como una versión cutre de Cincuenta sombras de Grey.

Allá cada una con su pecho, pero cuando se trata de temas tan delicados como son los relativos al cuerpo, ¿no es mejor fiarse de gente experta antes que de un vídeo de Internet?

Como dice mi madre: «Los experimentos solo con gaseosa».

Exfoliantes labiales a prueba para conseguir una boca perfecta

Exfoliarse los labios no es imprescindible en esta vida, pero, al igual que aspirar las alfombrillas del coche, no viene mal hacerlo de vez en cuando, especialmente en invierno, que se nos cortan por el frío.

@MEETINGMARA

Lo malo no es que se te deshidraten, sino que te ves un poco de piel muerta en el labio y empiezas a tirar y a tirar hasta que llegas con el pellejo al meñique del pie. Además de ser algo más doloroso que la muerte de un personaje querido en Juego de Tronos, no es la manera de quitar las escamas.

Y no, tampoco vale arrancarlas con los dientes. Las pieles muertas de la boca se deben retirar con cuidado, por lo que os voy a contar mi experiencia con los exfoliantes que puedes comprar en tiendas y cuál es el que mejor resultado me da.

Mi primer exfoliante labial fue el de Lush que era básicamente azúcar (sí, sí, de la de la cocina) con aceite y colorante rosa (venía tal cual escrito en la composición. Menos mal que fue un regalo, porque me habría dolido gastarme dinero en algo que tengo en el azucarero).

LUSH

Supuestamente te lo aplicabas y frotabas los labios entre sí como cuando te quieres igualar el pintalabios. Aquello ni exfolió ni dio los buenos días ni nada. Eso sí, el regustillo dulce era una maravilla.

Mi segunda prueba fue con el exfoliante de labios de Deliplus de tutti frutti, una barra verde que vi en mi última visita al Mercadona y decidí llevarme para probar si resultaba.

Según las instrucciones basta con dejarla actuar masajeando los labios suavemente durante unos segundos y luego retirarla con un papel. ¿Sabéis lo de las pulseras de Power Balance que funcionan más por fe que por otra cosa? Pues esto era un poco lo mismo. Imaginaos que hasta lo volví a hacer una segunda vez después de retirarlo viendo que aquello no hacía efecto.

MARA MARIÑO

Al final, el truco que utilizo, y que nunca falla, es el de andar por casa: me unto los labios en Vaselina y, con un cepillo de dientes, masajeo los labios hasta que se desprenden las pieles (es un cepillo que tengo únicamente para eso, lo aclaro porque no vaya a ser que luego os de por usarlo también para lavaros los dientes con una mezcla de dentífrico y vaselina).

No es una experiencia indolora (terminas con los labios ardiendo, más que después de comerte un taco con salsa picante), pero para mí además de la más efectiva es la más barata.