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Exfoliantes labiales a prueba para conseguir una boca perfecta

Exfoliarse los labios no es imprescindible en esta vida, pero, al igual que aspirar las alfombrillas del coche, no viene mal hacerlo de vez en cuando, especialmente en invierno, que se nos cortan por el frío.

@MEETINGMARA

Lo malo no es que se te deshidraten, sino que te ves un poco de piel muerta en el labio y empiezas a tirar y a tirar hasta que llegas con el pellejo al meñique del pie. Además de ser algo más doloroso que la muerte de un personaje querido en Juego de Tronos, no es la manera de quitar las escamas.

Y no, tampoco vale arrancarlas con los dientes. Las pieles muertas de la boca se deben retirar con cuidado, por lo que os voy a contar mi experiencia con los exfoliantes que puedes comprar en tiendas y cuál es el que mejor resultado me da.

Mi primer exfoliante labial fue el de Lush que era básicamente azúcar (sí, sí, de la de la cocina) con aceite y colorante rosa (venía tal cual escrito en la composición. Menos mal que fue un regalo, porque me habría dolido gastarme dinero en algo que tengo en el azucarero).

LUSH

Supuestamente te lo aplicabas y frotabas los labios entre sí como cuando te quieres igualar el pintalabios. Aquello ni exfolió ni dio los buenos días ni nada. Eso sí, el regustillo dulce era una maravilla.

Mi segunda prueba fue con el exfoliante de labios de Deliplus de tutti frutti, una barra verde que vi en mi última visita al Mercadona y decidí llevarme para probar si resultaba.

Según las instrucciones basta con dejarla actuar masajeando los labios suavemente durante unos segundos y luego retirarla con un papel. ¿Sabéis lo de las pulseras de Power Balance que funcionan más por fe que por otra cosa? Pues esto era un poco lo mismo. Imaginaos que hasta lo volví a hacer una segunda vez después de retirarlo viendo que aquello no hacía efecto.

MARA MARIÑO

Al final, el truco que utilizo, y que nunca falla, es el de andar por casa: me unto los labios en Vaselina y, con un cepillo de dientes, masajeo los labios hasta que se desprenden las pieles (es un cepillo que tengo únicamente para eso, lo aclaro porque no vaya a ser que luego os de por usarlo también para lavaros los dientes con una mezcla de dentífrico y vaselina).

No es una experiencia indolora (terminas con los labios ardiendo, más que después de comerte un taco con salsa picante), pero para mí además de la más efectiva es la más barata.

Correctores a prueba: cuál es el que mejor tapa las ojeras

Toda mujer (especialmente si esa mujer tiene una media de horas de sueño bastante breve) necesita en su neceser de maquillaje un buen corrector.

Siempre hay algo que se puede arreglar con un poco de corrector: tapar granos, disimular heridas, esconder el chupetón que te ha hecho el noviete del cole si eres una quinceañera que se ha colado por aquí sin querer…

MARA MARIÑO (con ojeras)

En mi caso es, con el cacao, uno de mis básicos desde que tengo 18 años, especialmente ahora que llevo las ojeras 24/7 y mi aspecto de cansada por la vida se ha convertido en mi día a día.

Es por eso que quiero compartir mi búsqueda del tapaojeras perfecto, una travesía que me ha llevado muchos años, muchas decepciones, alguna que otra alegría pero sobre todo, dinero.

Deliplus Stick Corrector Antiojeras y Antibolsas: Como buena defensora del producto nacional, mi historia empezó con los correctores del Mercadona en barra. Aunque no son de lo mejorcito, para cuando empecé a maquillarme me hacían el apaño. Sin embargo cuando las jornadas empezaron a ser más largas (no solo me lo ponía para salir al Starbucks con las amigas sino de la mañana a la noche), demostró que no es precisamente el que más aguanta. Además tiene la textura un poco dura, lo que hace que sea un poco difícil trabajarlo bien. ¿Lo bueno? El precio, ya que cuesta solo 4 euros.

MARA MARIÑO

De ahí me pasé a la Bobbi Brown Retouching Wand. Soy una gran fanática de los pintalabios de esta marca y pensé que si los labiales me salían tan buenos, el corrector seguramente también. Además, estaba empezando a cobrar mis primeros sueldos de ETP, por lo que me dije que de apostar por una marca buena, iría a una segura. Inocente de mí. No solo me costó cerca de 30 euros, algo que ya me esperaba conociendo los precios de las barras de labios, sino que para lo bien que me la vendieron fue un fracaso absoluto. Al instante de ponerlo, te cubre perfectamente la piel dejando un acabado muy natural ya que su fórmula líquida es muy ligera, (de ahí que te la cuelen), sin embargo al poco rato desaparece de la vista y de la memoria. O te la llevas siempre en el bolso para estar poniéndotela cada dos por trees o sino no sirve de nada.

MARA MARIÑO

Tras mi decepción con Bobbi Brown (y que ya no tenía el bolsillo para fiestas), me regalaron en un evento la paleta L’Oréal Paris Infallible Cover, un conjunto de correctores que incluyen el morado para iluminar y el verde para eliminar rojeces. Vamos, que cuando vi la cantidad de cosas que podía corregirme que no sabía que tenía, estaba yo más contenta que unas pascuas. Además, al tener varios tonos, cubre bien las diferentes zonas de la piel, algo que las que tenemos la ojera más oscura en una zona que otra, agradecemos enormemente. Sin embargo no sé si fue por mi tipo de piel (mixta) que a la hora de llevarla puesta me marcaba los surcos de las arrugas del ojo y no cubría para nada. También tuve que decirle «bye bye«.

MARA MARIÑO

Cuando ya empezaba a perder la fe en los correctores encontré el corrector líquido Shaka Concealer en la tienda OVS de Milán (me temo que no vais a encontrar esta marca en España por el momento). Costaba 3 euros y andaba buscando como fuera un corrector, así que me lo llevé para hacer la prueba. Si bien la zona de las ojeras la cubre perfectamente, al aplicarlo sobre zonas donde tengo la piel más grasa, no cubre igual de bien. Aunque en general, para lo que yo quería, me hizo el apaño.

MARA MARIÑO

Mi mejor experiencia fue con el Glowing Concealer de Wykon que viene en formato lápiz aunque tiene una textura mucho más cremosa que los sticks convencionales. Me lo apliqué primero sobre la mano y después con la esponja sobre la ojera y nariz. El acabado es totalmente natural y es el que más resiste (ha pasado la prueba del tiempo y del clima). Lo único malo es que no tienen tonos intermedios, por lo que tuve que cogerme un corrector más claro y otro más oscuro. Sin embargo, a 4,50 euros que me salió cada uno, me pareció que podía permitirme llevarme ambos a casa. Esta sí que la podéis encontrar en España ya que tiene tienda en Madrid.

MARA MARIÑO