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Con este truco puedes conseguir un pelo «efecto playa»

Agosto, el mes por excelencia de las vacaciones… A no ser que seas freelance o que a estas alturas no te queden días libres, te toque quedarte en casa y lo más cerca que vayas a estar de la playa sea en la sección de cremas solares del supermercado de tu ciudad.

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Si te has sentido identificada, te pasa como a mí. Pero que estés en la ciudad no significa que tengas que mantenerte alejada de todo lo que te gusta del verano.

Para empezar las faldas tipo pareo, los collares y pulseras de conchas y los bolsos de mimbre son accesorios que puedes llevar independientemente de dónde te encuentres.

También te puedes montar un día ‘playero urbano’ durante el fin de semana en cualquier piscina. Y además, puedes conseguir en tu pelo el efecto beach hair don’t care de manera casera con una receta que te hará ir a la oficina con unas ondas surferas que harán que tu jefa se plantee si acabas de llegar en furgoneta de Peniche (pero muy bien vestida, claro).

La receta es muy sencilla: solo necesitas una taza de agua templada, una cuchara sopera de sal de mar (la encuentras en herbolarios y en algunos supermercados), una cucharadita de aceite de argán y cinco gotas de aceite de esencia de lavanda.

Primero tienes que disolver la sal en el agua removiendo hasta que quede totalmente integrada y luego añadirle ambos aceites. Puedes echarlo en un bote difusor (el ‘flus-flus’ para los amigos) y así tenerlo listo para aplicar en cualquier momento.

Se echa sobre el pelo dándole algo de forma con las manos (queda muy bien en las puntas) y listo.

Si bien no es algo para que uses todos los días (no te vuelvas muy loca que por mucho que lleve aceites, es agua con sal) es ideal para darle un toque playero a tus estilismos sin que te haga falta una playa cerca.

You will change the world just by being a warm kind hearted human being. Be kind to everything that lives. Love is a medicine for the earth. We are our choices. @primark.beauty has its own cosmetic brand and just announced that they’ve got the Cruelty Free International Leaping Bunny certificate. The Leaping Bunny logo will be visible on all the skin and haircare products of Primark Beauty, which guarantees that Primark’s own beauty brand is not animal tested. So from now on you can buy cruelty free skincare and haircare at Primark! This kind of news makes me so happy. I think it’s important that this change is happening and that these big brands are making better choices. True beauty is cruelty free. Let’s root for each other and watch each other grow. 🙏🏻❤️ #PrimarkBeauty #iworkwithprimark #ad #crueltyfree #beachlife #swimsuit #bodygoals #bodypositive #sunset #beachhairdontcare #idigyourhair #hairgoals

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Aceite de Argán para hidratar el pelo: a examen

Todas tendemos a pensar, y yo la primera, que después del verano el pelo está a salvo de la sequedad. Alejada de la sal, el sol y la arena solo me queda esperar pacientemente a que recupere ese aspecto saludable que suele tener a lo largo del año.

MARA MARIÑO (cuando tenía pelazo antes de que me entrara la fiebre veraniega de cortármelo)

Sin embargo el invierno también significa la vuelta a los secadores y a las planchas. Atrás quedó el #beachhairdontcare que me hacía ir con la melena con ondas naturales de la humedad a todas partes. Ahora me apetece peinarme de nuevo en condiciones: con el pelo bien liso a ambos lados de la cara o con tirabuzones a lo Farrah Fawcett.

Hasta ahora siempre me había limitado a usar protectores del calor, de esos que te echas en spray antes de secarte el pelo o de darle con la plancha, y aunque imagino que harían el apaño, al final el pelo se me acababa estropeando igual.

De modo que el otro día, dando una de mis vueltas habituales por la sección de cosméticos del supermercado de mi barrio, me quedé embobada viendo un bote de aceite de Argán para pelo.

Como buena beauty blogger que intento ser, ‘googleé’ inmediatamente el producto para ver qué salía y me quedé pasmada de la cantidad de buenas reseñas que leí al respecto. Por lo visto es un aceite proveniente del fruto del árbol del argán que crece en el sur de Marruecos, muy famoso por sus propiedades hidratantes. Así que, para 3 euros que costaba el frasco, me lo llevé a casa para probarlo.

Total, no iba a ser la primera vez que me echara aceite en el pelo. Hace unos meses ya os hablé sobre mi rutina de echarme aceite de oliva una vez a la semana (si os lo perdisteis podeis leerlo aquí). «Esto no puede ser peor» pensaba recordando que me he pasado más aliños por la cabeza que a cualquier ensalada.

Quise esperar a tener el pelo realmente guarro para experimentar por si las moscas. Apliqué el aceite sobre las raíces y masajeé un buen rato hasta que quedaron todas bien untadas. Después lo eché también sobre las puntas y lo peiné de arriba a abajo con un cepillo de plástico (por aquello de poder lavarlo al terminar).

Una vez aplicado el mejunje, me dediqué a esperar media hora y después de cabeza (literalmente) a la ducha. Tras retirarlo con agua caliente, me lavé la cabeza como siempre y listo.

Como soy de pelo graso de nacimiento estaba un poco preocupada por lo que podía pasar, pero el aceite de Argán regula el exceso sebáceo y deja el pelo hidratado, liso y con un olor fantástico, dicho sea de paso.

Aunque puede hacerse un par de veces a la semana, con una también hidratas el pelo. ¿Lo bueno? Que como os digo podéis encontrarlo en cualquier supermercado y no es un cosmético en el que tengáis que dejaros medio sueldo.