Archivo de diciembre, 2018

Cinco ideas para añadir el coral, color Pantone 2019, a tu armario

Amantes de los colores, vuestras plegarias han sido escuchadas. Habemus color 2019. La fogata en las oficinas de Pantone de este año es Living Coral (coral vivo) y no, tampoco nada de ese tono en el armario.

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A medio camino entre el naranja y el rosa salmón, es un color vivo que, como morena con piel de color de los folios de papel, forma parte de aquellas tonalidades con las que mi complexión y yo no hacemos buenas migas.

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Por tanto, para mí que Pantone haya elegido este tono, es más una faena que otra cosa.

Pero para quienes encontréis este tono favorecedor, es decir, las que tengáis el pelo entre castaño y rubio con un tono de piel más oscuro que el de la pared, podréis atreveros a llevarlo con cualquier prenda que se os pase por la cabeza con la tranquilidad de que no os hace parecer primas lejanas de Edward Cullen.

Poniéndome en el supuesto de que te encanta y lo quieres, Olivia Palermo es el ejemplo perfecto de cómo llevar el color para una cita importante. Un top a juego con el pintalabios mezclado con unos vaqueros y la melena despeinada te dejan lista para la quedada de «Vamos a celebrar el ascenso» con tu amiga.

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Bold lips and bold accents.

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Ante la duda, combinar el color coral con prendas blancas o negras es otro recurso del que puedes tirar si quieres ir a lo seguro. Aunque si lo tuyo es jugártela porque eres atrevida y vas por la vida sacando el usb sin expulsarlo primero, márcate un color block y haz mezclas dignas de Ágatha Ruiz de la Prada añadiendo azul o verde.

PANTALÓN DE MISSGUIDED

Pantalón vaquero, camisa blanca, americana negra, cazadora de cuero o incluso una trenca son algunos básicos imprescindibles del armario que puedes combinar con cualquier prenda que lleve el color anaranjado si lo que quieres es entrar a 2019 siendo más moderna que Alaska en la Movida Madrileña.

JERSEY DE & OTHER STORIES

Para fiestas y grandes ocasiones, como cuando por fin has aprobado el carnet de conducir, un logro que merece ser celebrado por todo lo alto, el coral también te hará compañía en vestidos, faldas, monos o conjuntos de dos piezas.

CONJUNTO EN SATÉN DE PRETTY LITTLE THINGS

Si, como yo, no lo encuentras nada favorecedor, pero aun así quieres unirte al #movimientonaranja porque eres más adicta a las tendencias que al café y te niegas a renunciar al tono del año, aunque sea uno que te hace flaco favor en las fotos (que se lo digan sino a Meghan Markle, que tiene el color prohibido), prueba a introducirlo sutilmente, como quien no quiere la cosa.

Que los complementos son tus mejores amigos es algo que sabes, por lo menos, desde 2010, pero en este caso con más motivo ya que podrás lucir cinturones, pañuelos, bolsos o zapatos del Pantone 2019. Una manera de ir a la última sin que el color te rechine cada vez que te mires a un espejo.

Ya puedes entrar en un garito con zapatillas (sin que te miren mal al pasar)

Si Dani Martín estuviera componiendo Zapatillas, tendría que cambiar la letra que todos cantamos en 2005.

Urban Outfitters

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Con 13 años de diferencia, no es que la vestimenta de las discotecas haya cambiado (al menos, no voluntariamente), es que las deportivas han irrumpido en la etiqueta sin ningún tipo de miramiento.

La moda ha respondido a una petición: adiós artificios, por lo que la tendencia es ahora el confort, sentirnos cómodos con nosotros mismos.

Cuando Victoria Beckham por motivos de salud, empezó a prescindir de los tacones y salió a saludar después de uno de sus desfiles con zapatillas, el fenómeno daba comienzo.

Porque por extraño que parezca que en la alta moda puede tener cabida la moda deportiva, solo tenemos que ver cómo Gucci, Balenciaga o Valentino han incluido las zapatillas haciéndolas tanto o más deseables que un bolso.

De hecho, es probable que si Sexo en Nueva York se rodara de nuevo en 2018, la Carrie Bradshaw millennial habría sustituido los altísimos stilettos por las ugly sneakers en el armario (e incluso Mr. Big le habría pedido matrimonio con un buen par de dad shoes).

Si antes nos podía horrorizar la idea de ver un pantalón de traje con una zapatilla de deporte, la combinación es la estrella de muchas oficinas. Incluso si eres una devota de las faldas lápiz como Rachel en Suits puedes atreverte también con la mezcla.

Y sí, El Canto del Loco tendría que admitir que ahora es prácticamente imposible llegar a una discoteca y no encontrar a gran parte de los asistentes con zapatillas, lo cual es una gran suerte porque, siendo realistas, salir con tacones puede ser estupendo, pero no hay nada como llegar a casa después de una noche de fiesta y que no te duelan los pies.

Aceite de coco para el pelo, ¿por qué no es tan bueno como piensas?

Que cuando se trata de Instagram hay que coger las cosas con pinzas, es algo que no siempre tenemos claro.

FACEBOOK VITA COCO

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Si la última vez que un producto se hizo viral en la red social, la pasta de dientes de carbón activado, me llevé un chasco cuando le pregunté a mi dentista, en esta ocasión, con la nueva panacea, el aceite de coco, me ha pasado algo parecido.

Si pasáis tiempo en la red social os habréis encontrado con el anuncio de una chica que, con el pelo destrozado, se aplica aceite de coco y, tras lavarlo, tiene el pelo suave e hidratado.

Soy consciente de los beneficios del aceite de coco como desmaquillante ya que es un cosmético natural que no irrita la piel, pero, ¿realmente podemos echarlo en el pelo a la ligera?

Ante la duda, pregunté a la más indicada, mi peluquera.

No se llevó las manos a la cabeza porque no era la primera vez que lo escuchaba, pero me desaconsejó totalmente utilizar el producto para el cabello.

Según me explicó, el aceite de coco lo que hace es impermeabilizar el pelo. El resultado final, lustroso y liso, es un arreglo rápido que podemos ver momentáneamente después del lavado pero no es la solución a largo plazo.

Además, que, según me recordó mi peluquera, no solo no permite que el pelo coja ciertos tintes ya que se comporta como una barrera, sino que encima repele el agua, algo que termina deshidratando el cabello.

Si buscamos opciones naturales, los mejores aceites hidratantes por los que podemos optar son el de onagra y el de argán. Para el resto de experimentos, y como decía mi madre, mejor solo con gaseosa.

O si no, ante la duda, preguntar siempre a profesionales, que por muy bien que pueda parecer todo en Instagram son los que realmente van a saber decirnos si algo es tan fantástico como pensamos.

Los 5 trucos que siguen las estilistas para vestir (bien) en invierno

Ya estamos en esa época del año en la que las conversaciones empiezan por «Pero qué frío hace, ¿no?».

H&M FACEBOOK

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Lo que toca ahora es lo de siempre: abrigarse hasta el infinito y más allá, hasta el punto de que ni tu madre sea capaz de recordarte que te lleves la bufanda.

Y claro, abrigarte como el frío requiere, es decir vestir capa sobre capa como una lasaña, no siempre tiene un resultado muy favorecedor teniendo en cuenta que muchas compramos los abrigos un par de tallas más grandes solo para que nos entren los jerséis por debajo.

La otra alternativa que nos queda es llevar un look monísimo y pasar frío el resto del día. Sin embargo, vestir en invierno no debería significar o morir de frío o parecerse a una inuit.

Las estilistas son capaces de vestir bien en la época del año preferida de los caminantes blancos y es tan sencillo como, en primer lugar, tener los básicos de invierno a mano. El abrigo largo, la chaqueta de punto XL que te tejió tu abuela, el vestido midi, unos pantalones anchos (de los que van genial con medias por debajo) o una americana son prendas que puedes combinar entre sí los próximos meses.

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Dentro de esa selección, opta por una pieza salvavidas básica que no querrás quitarte hasta el 31 de mayo: el jersey de cuello cisne. Es calentito, pega con todo y es la nueva camiseta interior durante el invierno. No falla.

Otro truco es buscar botas todoterreno. No me refiero a un modelo con el que puedas ir a hacer senderismo por Picos de Europa y luego acudir a un desfile, pero sí un diseño que te pueda servir para ir a clase, a la oficina y por supuesto, a pasar la tarde con las amigas.

La fórmula más sencilla es pasar de todo, vestirte a modo de cebolla y rematar tu conjunto con un abrigo cantoso, pero cantoso de verdad, de esos en colores flúor, estampado de leopardo, de cuadros escoceses o de pelo sintético en tonos pastel de los que te hacen parecer parte del elenco de Monstruos S. A., que son los que se llevan esta temporada.

Y ante la duda, si ves que el resultado continúa siendo muy excesivo porque empezaste combinando un par de capitas y ahora pareces un abrigo de Balenciaga, siempre te quedará la opción de añadir un bolso con personalidad y dejar que se lleve el protagonismo.

Menos Chanel y más Palomo Spain

En la Fórmula 1 todos nos emocionamos con las victorias de Fernando Alonso así como celebramos los triunfos de Rafa Nadal en el tenis.

DESFILE ZE GARCÍA. YOUTUBE

Sentimos orgullo por Lydia Valentín cada vez que se erige como campeona y apoyamos hasta el final a Alfred y a Amaia aunque no nos interesara lo más mínimo Eurovisión (e incluso a sabiendas de que pesa mucho el ‘politiqueo’).

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Cada vez que salimos de España, tanto como Erasmus como por trabajo, o incluso por razones de ocio, ponemos al país por las nubes. No nos cansamos de enumerar sus virtudes como una abuela orgullosa.

Penélope Cruz siempre nos hace sentir un poco en los Óscar y hemos repetido hasta la saciedad que Fabiola, la reina de Bélgica, también era una española.

Que Rosalía se haya convertido en una de las artistas más reconocidas a nivel internacional nos ha hecho darle otra oportunidad al flamenco, e incluso los más renqueantes se han encontrado tarareando «tra tra».

De una manera o de otra, España es cosa nuestra y también su deporte, su cultura y el reconocimiento que reciba en los diferentes ámbitos, unas satisfacciones que vivimos, en parte, como propias.

Y ya que enseguida simpatizamos con el equipo ‘de casa’, esta Navidad hagamos también por aliarnos y no dejar de lado la moda española. Que, ante la duda, por mucho que guste la francesa, la mejor tortilla sigue siendo la de patata.

Tenemos mercado para todos los gustos. De la pasarela pide, en vez de Dior o Armani, diseños de Teresa Helbig, de Moisés Nieto, de Palomo Spain, y todos los que pisan la Madrid Fashion Week. Lorenzo Caprile o Ze García para futuras novias que se hayan pedido como regalo navideño parte del vestido.

Para presupuestos menos distendidos, están los nuevos diseñadores de Ego, las tendencias que molan mazo o las más cañí, y enorgullécete de la moda de aquí como de La casa de papel cuando se convirtió en fenómeno mundial.

Opta por, si tus regalos son más asequibles, las tiendas del barrio, las de toda la vida o incluso por las que no tienen, a lo mejor, ni espacio físico pero puedes comprar por Instagram. Apuesta por el pequeño comerciante, por lo artesanal.

Defendamos lo nuestro, dediquémosle atención, convirtámonos en inversores y embajadores de marca del «hecho en España». Es, al mismo tiempo, regalar calidad, arte, legado, y también regalar a los artistas nacionales nuestro reconocimiento. Seamos más fieles a la Roja de la moda.

A esos familiares que siempre tienen algo que decir sobre tu cuerpo

Navidad se encuentra a menos de unas semanas de distancia, y, por mucho que me gusten esas fechas, reunirse con la familia no es algo sencillo para todos.

PIXABAY

Las preguntas de «¿Y ya tienes novio?» o «¿Cuándo vas a tener hijos?» planean por encima del mantel a la misma velocidad que los langostinos desaparecen de la bandeja del centro de la mesa.

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Pero además de las cuestiones incendiarias, esas que nos gustaría lanzar lejos con un bate de beisbol, todos tenemos al tío/abuela/introduce a tu familiar aleatorio aquí que aprovecha el ambiente distendido de la celebración familiar para hacer notar cualquier mínima diferencia que los kilos de tu cuerpo hayan podido experimentar.

«Estás muy delgada» o «Estás muy gorda» son comentarios que en mi familia caen inevitablemente en este tipo de comidas.

Y por mucho que sea cierto, que alguien haya ganado unos kilos o que haya perdido otros tantos, la toxicidad del comentario se queda ahí, flotando junto al villancico navideño de José Feliciano.

Recibir este tipo de observaciones, no pedidas, es algo agotador para nuestra estima. Da igual que hayamos conseguido ese objetivo que nos parecía imposible cuando lo puso nuestra jefa, da lo mismo que por fin tengamos el preciado grado que nos ha costado tres años más de estudio que lo que hará notar el familiar de turno es que «Hay que ver cómo nos estamos poniendo«.

Yo soy partidaria de, a ese familiar que se limita a disparar sin pensar lo primero que considera sobre nuestro aspecto, pararle los pies.

Contestar con educación a esas observaciones, seguir evitando el enfrentamiento da pie a que la otra persona se siga considerando con el derecho de seguir juzgando una y otra vez como cuando compara los yogures del supermercado buscando el que tiene menos azúcar.

Así que estas fiestas, y ya que estamos, o al menos eso quiero pensar, más concienciados con el tema del aspecto físico, quiero proponer una campaña casera a nivel personal: basta de Bodyshaming familiar.

Por mucho que digan que los comentarios son por nuestro bien o porque esa persona se preocupa por nuestra salud, o incluso porque consideran que, al tener confianza, pueden ser sinceros al respecto, no dejan de ser observaciones que hacen daño.

La opción quizás más sencilla es la de, al oír el comentario, mirar a la persona y no responder, una manera de demostrar que lo que ha dicho ha sido escuchado pero ni lo compartes ni vas a darle más pie, lo que a lo mejor, con un poco de suerte, logra que esa persona capte tu opinión acerca de sus frases.

Piensa también en la relación que tienes con esa persona, si realmente es alguien con quien tengas una relación cercana, la mejor solución es hablar sobre el tema y sincerarte en cuanto a las emociones que ese tipo de comentarios te hacen sentir.

Comentar, por ejemplo, que prefieres que te pregunte por otras cosas relativas a tu bienestar emocional, algo tan sencillo como si eres feliz en ese momento.

Si por lo que sea, esa persona continúa, márcate un Demi Lovato en la vida real y pasa de la gente tóxica. También puedes optar por la opción que gobierna en Twitter y contestar a los haters con ironía.

Si nada funciona, mi sugerencia es poner Toxic de Britney Spears durante la cena en bucle y esperar a que entiendan la indirecta.

Tomes la decisión que tomes, plantéatelo como una manera de pelear un poco por ti, algo que conseguirá hacerte más fuerte reforzando tu autoestima (y disfrutar del turrón de almendras en paz).