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Aceite de coco para el pelo, ¿por qué no es tan bueno como piensas?

Que cuando se trata de Instagram hay que coger las cosas con pinzas, es algo que no siempre tenemos claro.

FACEBOOK VITA COCO

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Si la última vez que un producto se hizo viral en la red social, la pasta de dientes de carbón activado, me llevé un chasco cuando le pregunté a mi dentista, en esta ocasión, con la nueva panacea, el aceite de coco, me ha pasado algo parecido.

Si pasáis tiempo en la red social os habréis encontrado con el anuncio de una chica que, con el pelo destrozado, se aplica aceite de coco y, tras lavarlo, tiene el pelo suave e hidratado.

Soy consciente de los beneficios del aceite de coco como desmaquillante ya que es un cosmético natural que no irrita la piel, pero, ¿realmente podemos echarlo en el pelo a la ligera?

Ante la duda, pregunté a la más indicada, mi peluquera.

No se llevó las manos a la cabeza porque no era la primera vez que lo escuchaba, pero me desaconsejó totalmente utilizar el producto para el cabello.

Según me explicó, el aceite de coco lo que hace es impermeabilizar el pelo. El resultado final, lustroso y liso, es un arreglo rápido que podemos ver momentáneamente después del lavado pero no es la solución a largo plazo.

Además, que, según me recordó mi peluquera, no solo no permite que el pelo coja ciertos tintes ya que se comporta como una barrera, sino que encima repele el agua, algo que termina deshidratando el cabello.

Si buscamos opciones naturales, los mejores aceites hidratantes por los que podemos optar son el de onagra y el de argán. Para el resto de experimentos, y como decía mi madre, mejor solo con gaseosa.

O si no, ante la duda, preguntar siempre a profesionales, que por muy bien que pueda parecer todo en Instagram son los que realmente van a saber decirnos si algo es tan fantástico como pensamos.

Recuperar tu cara después de los estragos de una noche de fiesta

Yo no sé vosotros, pero mi amanecer el día 1 de enero vino acompañado de un pelo cuyo olor parecía salido de una cajetilla de Marlboro y una cara que por mucho que analizaba en el espejo, entre la hinchazón y los ojos rojos, no reconocía.

PIXABAY

Vamos que si me hubieran pedido el carné en ese momento me habría costado bastante convencerles de que estaban ante la misma persona.

Por mucho que cumplí la norma universal del maquillaje que es quitárselo antes de ir a dormir (y eso que a las siete y media de la mañana lo único que quería era fusionarme con la cama), la noche que tuvo paseos de una punta a otra de Madrid, alguna que otra copa de celebración y tan solo dos horas de sueño, mi cara era un poema.

Ya que el alcohol nos deja secos, es importante hidratarnos interna y externamente, por lo que mis primeros compañeros del año han sido la botella de agua y la crema hidratante en cantidades masivas.

Aunque mi plan era empezar el año en casa y en pijama, para las que queráis salir a la calle y disimular esos ojos hinchados que a malas penas conseguimos abrir, podemos usar una cuchara que hayamos enfriado en la nevera previamente (tenéis más trucos en este post) o unos algodones humedecidos en leche o café.

Algunas, como es mi caso, hemos empezado el año con una lista de buenos propósitos y con un grano también, fruto del exceso de grasa que produce la piel para combatir la sequedad del alcohol (nota mental, el año que viene celebrar la Nochevieja con té verde on the rocks). No te lo toques con las manos sucias. Si quieres retirarlo puedes utilizar mercromina, un truco casero que nunca falla.

Por último, confía en los alimentos como tratamiento natural. Aprovecha para darle un descanso al cuerpo de polvorones y turrón, por lo menos hasta Reyes, y recuerda que la fruta es un antioxidante excelente. En mi caso fue un zumo de zanahora, manzana, pera y jengibre. Carnes magras, pescado azul o frutos secos también serán agradecidos por tu piel y tu cuerpo en general.

Y ya que estamos, aprovecho también para felicitaros el año a todos los lectores.