Archivo de la categoría ‘Parto y cesárea’

Tener hijos a lo Sarah Jessica Parker

Hace ya un par de años una madre veterana y puesta en los asuntos del corazón que yo tanto ignoro mencionó una expresión que me resultó completamente incomprensible: «tuvo su hijo a lo Sarah Jessica Parker», algo que por lo visto cada vez hace más la plutocracia estadounidense.

«¿Cómo? ¿Qué es eso?»
pregunté yo con la imagen de la protagonista de Sexo en NY en mente y absolutamente en babia.

Fue entonces cuando ella me explicó que Sarah Jessica Parker, cuando quiso ser madre de nuevo (ya tenía un niño pequeño al que había gestado), contrató un vientre de alquiler (horrorosa expresión) al que fecundaron con dos embriones a partir de su óvulo y del esperma de su (casi ex) marido Matthew Broderick.

Es decir, que sus mellizas tienen su carga genética, pero han estado en una matriz ajena. Lo que no sé es si además habrán tomado el pecho de la mujer que los ha parido, que no es su madre. A saber…

Y me destacó que la actriz podría haber tenido perfectamente a sus hijas, no había nada que lo impidiese. Pero así podía seguir con sus rodajes y mantener literalmente el tipo, algo que con un embarazo es complicado a menos que los guionistas estén dispuestos a dar un giro importante en el argumento.

No tengo tan claro que esa madre veterana tenga razón, también he leído por ahí que Sarah Jessica dijo que llevaba dos años intentando quedarse embarazada sin éxito, pero sí he comprobado que tiene razón y esa expresión existe.

Lo recuerdo ahora por que por lo visto hay por ahí rumores de que Beyonce Knowles ha tenido su hijo «a lo Sarah Jessica Parker».

Rastreando un poco he descubierto otros famosos que también han tirado de madres de alquiler: Nicole Kidman y Keith Urban y Sharon Stone, que dijo por lo visto: «conocer en vez de parir a tus hijas es una sensación que no tiene palabras» (no sé en qué sentido le faltaron las palabras, si positivo o negativo).

Angela Bassett y Courtney Vance
también tiraron de vientre de alquiler, pero en su caso fue tras fracasar con varios intentos de fertilización, así que no fue «a lo Sarah Jessica Parker».

Dennis Quaid y Kimberly Buffington
también tuvieron a sus gemelos en vientre ajeno, desconozco las causas.

Yo no concibo, pudiendo hacerlo y deseando ser madre, renunciar a vivir la experiencia del embarazo. Aunque cada cual que haga lo que le venga en gana y le permitan mientras esté dentro de la legalidad.

¿Vosotros cómo véis eso de «tener hijos a lo Sarah Jessica Parker»?

Dejemos a Caroline Lovell descansar en paz

Sucedió el 23 de enero en Melbourne. Caroline Lovell, de 36 años y madre de una niña de tres, murió al dar a luz a su segunda hija, que afortunadamente está bien. Su corazón colapsó durante el parto y el día siguiente de haber sido madre por segunda vez murió.

Una tragedia cotidiana. Todas las muertes lo son, pero reconozco que las de las madres en el parto, tan raras en países como el nuestro y demasiado frecuentes en muchos otros, me llegan especialmente.

¿Por qué os cuento esto hoy? Pues porque la muerte de Caroline Lovell se está viendo rodeada de una desafortunada polémica.

Caroline Lovell era una activista del derecho de las mujeres a decidir cómo quieren que sea su parto y a recibir un trato humanizado y además una ferviente defensora de los partos en casa.

La polémica, como os podéis imaginar a estas alturas, viene dada por el hecho de que, defendiendo activamente el parto domiciliario, haya muerto teniendo a su hija en su casa atendida por una comadrona. Aunque realmente no murió en su casa, en cuanto hubo problemas fue trasladada al hospital y allí fue donde sucedió el día siguiente.

Su muerte ha sido realmente excepcional. Las escasas muertes que se producen a consecuencia de un parto suelen ser por hemorragia, pero lo de Caroline Lovell ha sido un raro caso.

Por favor, independientemente de lo que pensemos cada uno sobre el parto domiciliario, independientemente de lo que cada madre reciente decida hacer, seamos respetuosos y no busquemos polémicas sin sentido en un drama así.

¿Has tenido miedo a morir en el parto? Me da que no…

“No puedo soportar ver a las mujeres de mi pueblo muriendo cuando sé que muchas madres y niños pueden salvarse con mi ayuda. Trabajo día y noche. Camino cientos de kilómetros para asistir todo tipo de partos, desde los más sencillos hasta los más complejos. Las condiciones sanitarias son nulas, si los partos son de noche la única luz de la que dispongo es la de mi teléfono móvil” dijo Esther Madudu, de 31 años.

Esther es una comadrona africana que será candidata al Premio Nobel de la Paz 2012.

Pocas mujeres en nuestro primer mundo se preocupan por morir en el parto. Aún sucede, pero muy poco. Y en este caso las comparativas son realmente odiosas: los últimos datos demuestran que 1 de cada 16 mujeres africanas podrían morir durante el parto en comparación con 1 de cada 30.000 en Europa. Y la muerte de la madre deja al recién nacido y a sus hermanos en desprotección extrema.

280.000 madres mueren cada año
debido a la falta flagrante de cuidados médicos mínimos en el parto y un millón y medio de niños africanos se convierten en huérfanos cada año por esta causa.

Todo esto me lo cuentan desde la ONG AMREF y que ha puesto en marcha la iniciativa stand up for african mothers (ponte de pie por las madres africanas). Aspiran a formar a 15.000 mujeres como comadronas para 2015. Tras esos enlaces hay información de como apoyarles en su guerra para que las madres africanas no mueran dando a luz, lo más fácil de momento es darles tu firma desde aquí.

Creo sinceramente que se merecen, como poco, un post en este blog.

¿Madres de alquiler, sí o no?

Me he en contrado con un teletipo de EFE en el que un experto en derecho señala el error del Ministerio de Justicia al no legalizar la maternidad subrogada en España, es decir, las madres de alquiler.

Y no tengo conocimiento suficiente para dar una opinión sobre el tema, pero a priori y sin saber los pros y los contras de países en los que esa figura sí existe, si la cosa está bien regulada y las mujeres que ofrecen su vientre lo hacen bien informadas y voluntariamente, no me parece mal. Las adopciones nacionales o internacionales no siempre son posibles.

Veo en las noticias publicadas en 20minutos.es sobre madres de alquiler, que la mayoría hacen referencia a homosexuales, a famosos y a famosos homosexuales.

Lo que sí es cierto es que creo que muy pocas mujeres serían capaces de gestar un hijo, aunque no tenga ni un gen suyo, parirlo y entregarlo. A todas les tiene que costar y no me extraña que hubiera muchas que se arrepienten de haberse metido en esto. Desde luego yo no lo haría.

Y aquí el teletipo:

Carlos Lasarte Alvarez, profesor del Departamento de Derecho Civil de la UNED, ha afirmado que actualmente en España varios especialistas en derecho y maternidad subrogada comparten la opinión de que el Ministerio de Justicia está haciendo un «flaco favor» al concepto de buena práctica del derecho ante la negativa de legalizar la maternidad subrogada o las madres de alquiler, en lugar de «afrontar» y regular esta figura, ya que en palabras de Lasarte, «no hay más remedio que admitirlo» si no quiere provocarse un deterioro del derecho que habitualmente, según Lasarte, viene de las propias instituciones gubernamentales.

En declaraciones a Europa Press previas a la conferencia ‘La maternidad subrogada en el derecho comparado’ que Lasarte ha ofrecido en el marco de la segunda jornada del curso ‘La maternidad subrogada: aspectos médicos, morales y jurídicos’ que la Universidad Pablo de Olavide organiza durante la última semana de la IX edición de los Cursos de Verano en el centro cultural Olavide en Carmona, el profesor ha explicado que la realidad social escapa al derecho cuando esta realidad expone los casos de celebridades como Miguel Bosé o Tita Cervera que hacen al resto de la ciudadanía cuestionarse su acceso a este derecho.

Lasarte ha afirmado que el tema de la maternidad subrogada supone un avance biológico y técnico «enorme» en el campo de la medicina de la mano del Premio Nobel de Fisiología 2010 el profesor Robert G. Edwards, quien hace treinta y cinco años consiguió el nacimiento de la primera niña subrogada. Ante esta novedad en el ámbito médico, ha explicado Lasarte, el derecho ha tenido que ir reaccionando un paso por detrás, ya que las «realidad, alegrías y desgracias» preceden siempre a la regulación de las mismas.

«Actualmente en Derecho comparado hay un absoluto abanico de soluciones», ha señalado Lasarte, aludiendo a la multitud de países como España, Italia o la gran mayoría de los estados norteamericanos, donde las madres de alquiler están «radicalmente» prohibidas, enfrentándose así desde el punto de vista legislativo a una prohibición que pretende «laminar» la práctica de la maternidad subrogada. Frente a estos casos, Lasarte ha expuesto la idiosincrasia del estado norteamericano de California con una legislación paradigmática y muy conocida a nivel internacional, ya que potencia la figura de la madre de alquiler.

Lasarte ha continuado exponiendo los ejemplos de otros países como India, donde la maternidad subrogada es más asequible económicamente pero menos garantista desde el punto de vista médico. Igualmente, ha querido reseñar el caso de Grecia, donde las madres de alquiler se han reconocido categóricamente a través de una ley de 2002, así como el ejemplo más característico de legalidad y maternidad subrogada en Reino Unido, cuna de las madres de alquiler, que admitió esta fórmula ya en 1985 entendiendo que era un «bien para la humanidad y la lucha contra la esterilidad masculina» que ha afirmado Lasarte es la más común en contra de lo que la opinión pública cree.

Finalmente, Lasarte ha reconocido que el desigual acceso a este derecho en función de las legislaciones nacionales puede generar problemas en el ámbito del derecho internacional privado ya que técnicamente supone una tarea compleja la gestión de actuaciones ya habituales en las que se pretende burlar una prohibición legal en un determinado país mediante una técnica de inscripción registral a través del registro civil para «darle realidad» a un niño reconocido fuera de sus fronteras.

Más del 70% de las mujeres tienen pensado pedir la epidural en su parto

Al leer esta noticia he vuelto a recordar el consejo que nos dio mi matrona en las clases de preparación al parto previas al nacimiento de Jaime. Recuerdo perfectamente que nos aconsejó ir mentalizadas de parir sin epidural. Contaba que hay muchas madres que van al parto pensando en la epidural, convencidísimas de que será su tabla de salvación al dolor y al cansancio, pero que hay muchas razones por las que pueden encontrarse luego sin ese anestésico y que entonces muchas se bloquean, se les derrumba el castillo de naipes del parto para el que estaban mentalizadas.

Ella recomendaba por eso que la mentalización cuando estamos embarazadas fuera en sentido opuesto, que nos hiciéramos a la idea de tener un parto sin epidural incluso aunque indicásemos nuestra intención de ponernosla nada más pisar el hospital.

Creo que tenía razón. El día que tuve a Julia el anestesista estaba atendiendo una urgencia y no pudo bajar a poner epidurales hasta pasado un buen rato. Para mi vecina de sala de dilatación fue tarde, ya había dilatado demasiado y la epidural no se podía poner.

Yo la pedí y me la pusieron (iba pensando en no ponérmela, pero claudiqué), pero no me agarró bien. Sólo tuvo efecto en la mitad del cuerpo. Y además yo tenía que suministrármela con un pulsador y salvo por la primera dosis no lo apreté luego en ningún momento. Es decir, que mi parto podría decirse que se desarrolló sin epidural pese a habérmela puesto.

No tendré más hijos, salvo accidente, pero si tuviera otro (y pese a saber que mis niños son de cuatro kilos y cabezones) intentaría de nuevo no ponerme la epidural para ahorrarme sus efectos secundarios y poder moverme con libertad durante el expulsivo.

Pero más allá de quererla o no desde un principio, me sigue pareciendo un buen consejo ir mentalizada para parir sin ese sostén.

¿Cómo lo véis?

El 71,7% de las mujeres embarazadas atendidas en el Hospital de Manises tiene pensado solicitar la anestesia epidural, según la encuesta efectuada por este centro sanitario entre las asistentes a sus clases de preparación al parto.

Además, un 12% de las encuestadas se mostró en contra de este tipo de anestesia en el parto, mientras que el restante 16,3% no se manifestó al respecto.

El estudio, elaborado por los servicios de Obstetricia y Anestesiología del departamento de Salud de Manises, analiza el grado de información del que disponen las futuras madres y sus preferencias en cuanto a parto natural y anestesia epidural, informa en un comunicado la Generalitat.

Según el informe, el 55% de las embarazadas afirma que antes de asistir a los cursos de formación de este hospital no tenía información suficiente sobre la epidural, a pesar de que pensaba pedirla.

Aquí las ventajas e inconvenientes resumidas, extraídas de un artículo de Universia.

Entre las ventajas cabe destacar que es una de las técnicas más utilizadas y más efectivas que permite a las mujeres disfrutar del parto al disminuir notablemente el dolor. Además, mejora la circulación placentaria y disminuye la mortalidad perinatal, especialmente en recién nacidos de bajo peso.

Sin embargo, cabe tener en cuenta, también, los inconvenientes de la epidural. No siempre es posible realizarla, y a veces el resultado no es óptimo y puede alargar la duración del parto lo que puede provocar que los fármacos lleguen a la placenta y el bebé nazca un poco sedado. Además, la madre podría perder la capacidad de empujar llegado el momento del expulsivo y esto hace necesario recurrir al fórceps. Destacan también las últimas estadísticas, que muestran un incremento del número de cesáreas realizadas debido a la aplicación de la epidural.

Nacer en el desastre

Hace un mes un blog de la casa, Sexta Columna, publicó en dos posts los Premios Pulitzer 2011 de fotografía.

En el primero explicaban que la mayoría de las fotos premiadas son durísimas. Muestran muerte, desesperación, destrucción…

En el segundo recogía las únicas imágenes de esperanza. Y claro, esas imágenes tenían que ser de niños. Un recién nacido en una tienda de campaña en Haití y un bombero español rescatando a un bebé.

También hay dolor, desastres y desesperación detrás. Probablemente un futuro como poco muy complicado. Pero es cierto que lo que resplandece es lo positivo.

Mucho ha cambiado las cosas el que tantas y tantas mujeres podamos elegir si ser madres y cuando serlo. Resulta curioso pararse a pensar en las generaciones que nos precedieron y en otras muchas mujeres que nos rodean que no han dispuesto de esa opción. Han sido madres en medio de guerras, hambrunas, revueltas y desastres naturales. Y nosotras muchas veces no lo somos salvo que exista la cuadratura del círculo.

Elegir es lo que debería ser, está claro. Pero tal vez si todas esas generaciones de mujeres hubieran podido hacerlo ni yo estaría aquí escribiendo ni vosotros ahí leyendo.


NIKKI KAHN/THE WASHINGTON POST


CAROL GUZY/THE WASHINGTON POST

One Born Every Minute, el reality del paritorio

Lo leo en vertele.com y no doy crédito. Un reality sobre partos. Las cámaras y los espectadores metidos en ese momento tan duro, increíble y especial.

Dado que está funcionando bien, no me extrañaría que exportasen el formato a España.

Ya no sé qué más se les puede ocurrir para enseñarnos en la tele.

One Born Every Minute es un programa que duele mirar. Es el Gran Hermano del paritorio. Cuarenta cámaras dispersas por una maternidad dan cuenta de todo lo que ocurre a un grupo de embarazadas, desde que llegan hasta que dan a luz. La cabecera del programa comienza con los gritos desgarradores del parto. Y eso – morbosos nosotros – es lo que hace que nos quedemos mirando. Con gesto de angustia, eso sí.

La serie documental, del género ‘hospitalario’ y que podría recordar al programa U-24 de Telecinco, consta de ocho episodios, y ya va por su segunda temporada. Se emite en Channel 4 con audiencias medias de 3 millones de espectadores (13%), ocupando siempre el cuarto o quinto puesto entre los programas más vistos del día. Un buen dato que le sirvió para viajar a Estados Unidos, donde han adaptado el formato.

El programa es intenso, delicadamente explícito, un drama de final feliz salpicado con pequeños guiños de humor, que además incorpora muy bien los comentarios del personal del centro; y que refleja fielmente las emociones de sus variadas protagonistas, ya sean madres maduras, madres solteras, madres lesbianas o madres adolescentes.

Aquí tenéis un vídeo del programa que muestra bastante bien cómo es.

Y aquí os dejo otro:

¿Sensación de culpa por no haber podido parir?

Un amigo, padre recientísimo, me contaba el otro día el nacimiento de su hijo. Un pequeño que llegó tras un parto inducido e infructuoso por cesárea y que está como unas pascuas.

Me llamó mucho la atención que me contase que su mujer se sentía culpable por no haber podido tener un parto natural. Que era un tema muy delicado los primeros días para ella. Se entristecía creeyendo que no había sido capaz, se sentía como si hubiera fallado, decepcionada consigo misma.

Me contaba que todo el equipo que la asistió hizo lo posible por lograr un parto lo más natural posible, pero que no pudo ser y ella se sentía responsable. Tenía dentro el «no pude parir a mi hijo».

Deseo que ese sentimiento no dure. Imagino que es lo que sucederá, aunque no puedo estar segura. Tal vez sea una sensación que persistirá latente toda la vida.

Mi primer hijo nació por cesárea programada. Era muy grande y venía en una posición de nalgas bastante complicada. No me siento culpable, no siento haberle ni haberme fallado. Me alegro de que en casos como esos exista la posibilidad de una cesárea tan poco traumática como la mía, que estuve consciente y pude abrazar y besar a mi bebé mientras me suturaban (sólo faltó la presencia de su padre).

Pero si me rastreo con detenimiento, sí que supuso una pequeña decepción cuando me lo dijeron saber que no podría afrontar un parto natural. Algo que hubiera preferido con creces.

Eso sí, tuve tiempo de digerirlo y cuando llegó el momento lo tenía totalmente asumido. No es lo mismo que encontrarte con la noticia y la cirugía tras varias horas de infructuoso trabajo de parto.

Resulta curioso pensar que las formas tan diferentes que tenemos de afrontarlo: hay mujeres que prefieren una cesárea antes que un parto, las hay que las viven de modo traumático, las hay que se sienten derrotadas en su maternidad y las hay que avanzan sobre el tema sin preocuparse demasiado como es mi caso.

¿Como fue en vuestro caso?

Concienciando sobre la prematuridad

Amalia Arce, pediatra, madre reciente y bloguera, aspiró a ser (y quien sabe si lo acabará siendo) también neonatóloga.

Me hubiera gustado ser neonatóloga precisamente por los prematuros. Son unos luchadores natos, y sus familias también.

En su última entrada titulada concienciación sobre la prematuridad cuenta que en Nacer sano han pedido que dedicara una entrada a los prematuros.

No es ninguna tontería concienciar al respecto. Todas las medidas sanitarias y preventivas que puedan tomarse para prevenir la prematuridad son pocas.

Y luchar por conseguir más y mejores atenciones para estos niños y sus familias también es importante. No sólo cuando son recién nacidos.

Es normal que la gente crea que la lucha de estos niños acaba una vez está asegurada su superviviencia, pero para muchos la lucha por la vida no hace más que empezar en ese momento.

Cualquiera que, como yo, se vea obligado a frecuentar los centros de atención temprana habrá visto las secuelas que muchas veces trae de la mano la prematuridad.

Como dice Amalia:

Más de medio millón de niños nacen prematuramente, algunos de ellos muchas semanas antes de tiempo y se enfrentan a un futuro incierto y a una posibilidad de secuelas que le acompañen toda la vida.

Por úlimo, igual que hace ella en su post y con la misma intención, concienciar e informar, os dejo tres entradas que escribió sobre el tema.

* Prematuridad

* Secuelas de la prematuridad

* El niño prematuro y su familia

Cuando parir no es coser y cantar

Me escribe Letizia, que quiere compartir una historia con nosotros:

Soy profesora de Educación Infantil, y trabajo en una guardería, asique imagínate mi contacto con los niños.

Pero hace poco, una amiga mía, dió a luz el domingo un bebé precioso, regordete y muy moreno, aunque el motivo de escribirte no es otro que contarte su parto:

Rompió aguas en casa de sus suegros, a la 1 de la mañana, entonces se fueron al hospital, y a partir de ahí todo fueron horas, horas, y horas de espera, No dilataba, y el niño se le quedó en mala postura,muy arriba, no eran capaces de que bajara. y como querían que fuera parto vaginal, no cesárea ahí que la tuvieron más de 30h, si, si más de 30 horas, para que en el último momento, cuando ya había dilatado, lo suficiente el niño se dió la vuelta, y no pudieron hacer nada para que no fuera cesárea. aún así los 2 están bien, sanos y contentos. Comenzando a ser una familia.

Aunque así contado, parece una sencillez, para mí fue toda una heroína, como tantas y tantas mujeres que aguantan y sufren los dolores de un parto horrible, para tener lo más bonito del mundo: Un Hijo.

Bueno MR, sólo quería contártelo para compartirlo contigo y con las demás.

Hay muchas madres, muy afortunadas, para las que el parto es casi coser y cantar. Claro que es cansado, claro que existe el dolor… por bueno que sea un parto no es como irse de compras, pero desde luego hay mujeres para las que es un camino de rosas comparado con las experiencias de otras.

Otras que, probablemente en otros tiempos, hubieran acabado mal. Es probable que hubieran muerto o padecido consecuencias de por vida ellas y/o sus hijos.

Tenemos que ser muy conscientes de la suerte que tenemos las madres de hoy día, y de países desarrollados, por la asistencia sanitaria que tenemos.

Es cierto que muchas madres pueden ser consideradas heroínas por superar duros partos y cesáreas. Claro que la recompensa es infinita.

Pero también son héroes muchos profesionales, matronas y ginecólogos, que en su trabajo diario salvan tantas vidas.

A veces parece que sólo nos acordamos de ellos cuando hay problemas, cuando abusan de las cesareas o de los partos programados e instrumentalizados en exceso.

Y es cierto que aún hay mucho camino por recorrer. Pero es poco comparado con lo que ya hemos andado.

¿Recordáis a Semmelweis? Nunca deberíamos olvidar al héroe de las madres recientes.