Hace un par de días un par de personas me sugirieron escribir sobre el parto en casa, tras el dramático suceso en el que un bebé que venía de nalgas murió asfixiado. Los padres quisieron un parto domiciliario pese a que las comadronas les advirtieron de lo contrario. Decidí no hacerlo por distintos motivos, pero podría resumirlo en cuatro.
No quería cargar tintas contra esos padres, más aún desconociendo los detalles, por mucho que su decisión parezca cuestionable. Bastante tienen ya.
No quería tampoco arrojar sombras sobre el parto en casa, tan cuestionado injustamente, y sobre las madres que optan por él. Incluso las que lo afrontan en las mejores condiciones y en las mejores manos, son tachadas como poco de inconscientes.
Yo no he parido en casa ni me lo planteé nunca. Mi hijo mayor vino de nalgas con una cesárea programada. La segunda venía grande y tras una cesárea, por lo que tampoco procedía plantearse un parto en cada.
Lo único que sentí que podía aportar era recomendar que, ya elijamos parto hospitalario o en casa, lo hagamos siempre bien informados, asesorados y acompañados por profesionales capaces.

(GTRES)
Me ha alegrado encontrarme hoy con un texto de Jessica Gómez, que en 20minutos escribe el blog Qué fue de todos los demás pero que además tiene un blog personal que os recomiendo de corazón.
Ella sí ha vivido la experiencia del parto en casa y ella sí ha querido escribir al respecto. Lo ha hecho tan bien, con tanto tino, que he querido hoy traer aquí parte de su texto, Yo no soy defensora del parto en casa, y animaros a leerlo entero. La frase que titula mi post es suya, pero bien podría ser también mía.
Yo no soy defensora del parto en casa, como no soy detractora del parto hospitalario. Yo soy defensora de que cada mujer es perfectamente capaz de elegir libremente, y de que esta sociedad debería favorecer las decisiones libres, sin presuponer incapacidad o enajenación, y sin intentar, constantemente, interceder en esa decisión, y mucho menos desde el miedo. Resumiendo: yo lo que defiendo es que cada mujer pueda elegir. Si es que estoy loca.
Cuando una mujer decide que quiere parir en el hospital (en realidad, tanto si lo decide como si lo hace por inercia de grupo) no pasa nada. “Ok, baby, todo correcto. Vas por el buen camino”. Pero cuando una mujer decide, no, se plantea parir en casa, se encuentra con la combinación que desde el inicio de los tiempos se opone a cualquier cosa que cuestione lo establecido: desconocimiento + prejuicios. Mortal.
Como puedo presumir (y de hecho lo hago) de tener uno de los espacios de internet, hoy día, en el que más respeto, diversidad y diálogo se puede encontrar entre las lectoras habituales (y lectores también: ¡Hola, 5%!), pues voy a aprovechar este espacio para compartir un poco de información veraz para aquellas personas que, de verdad, tengan un poco de interés en saber más sobre este tema.
Así que me lanzo: voy a contestar a los prejuicios y preguntas con los que YO me he encontrado al decidir, con dos de mis tres hijos, parir en casa. Vaya por delante que no pretendo, ni muchísimo menos, convencer a nadie de nada, pero creo (y veo) que existe MUCHA desinformación acerca del parto en casa, así que voy a exponer la información de que dispongo a través de la investigación y mi propia experiencia, por si a alguien le puede interesar.
Y Jessica continúa, con sentido común, reivindicando el papel de las matronas, la necesidad de contar con personal cualificado en el parto en casa, hablando de seguridad y precio mientras contesta a las siguientes preguntas y comentarios, a los que se enfrentan todas las mujeres que se plantean no tener a sus hijos en un hospital: “¡Pero tiene que haber un ginecólogo!”, “parir en casa es más peligroso que parir en el hospital”, “¿pero cómo va a ser seguro si en casa no tienes medios?”, “¿y si pasa algo durante el parto?”, “si la Seguridad Social no lo cubre, será por algo”, “antes las mujeres/los bebés se morían en el parto”, “eres una irresponsable/ estás loca”, “eres una valiente”, «es carísimo»,
Si os interesa mínimamente el tema, por favor, leed a Jessica.