Archivo de la categoría ‘Parto y cesárea’

Sí al piel contra piel, no al nido, no a la separación de los recién nacidos y sus madres

He visto en varios medios y blogs sobre maternidad este vídeo en el que aparece un recién nacido que se abraza al rostro de su madre. Así está tranquilo, cuando le quieres separar protesta. En varios sitios he visto que lo utilizan para defender el vínculo especial que se forma entre madre e hijo desde el primer momento.

Sí, el vínculo entre madres e hijos es especial, único, inmediato. Nosotras descubrimos un nuevo tipo de amor, ellos nos necesitan y se aferran a nosotros, somos su primer amor. El cordón umbilicar dura toda la vida (con excepciones, que siempre las hay para casi todo).

Es algo que no requiere artificios para ser demostrado. Y pretender ver eso en este vídeo, me parece bastante tramposo.

Es lógico que el bebé tenga el instinto de aferrarse, es lógico que se sienta reconfortado en contacto con la piel y el calor de un cuerpo humano, de hecho es lo que su instinto le dice que debe suceder para sobrevivir. Mirad como hociquea buscando en la mejilla de su madre un pecho del que mamar. Pero creo sinceramente que si fuera otra persona a piel descubierta haría lo mismo.

Para lo que sí que creo que sirve el vídeo, lo que queda de manifiesto es la importancia de no separar a los recién nacidos de sus madres (o de sus padres, abuelos…). Necesitan estar con nosotros, sentirnos, escuchar nuestro corazón y caldearse con nuestro calor.

Por suerte cada vez más los hospitales respetan este modo de obrar. Ya apenas quedan nidos, ese invento en el que todos los bebés estaban en una sala alejados de sus madres con la excusa de dejarlas descansar tras el parto y que en realidad respondía al ahorro en la gestión del centro. Un par de enfermeras controlaban todo, sin tener que correr sin parar de habitación en habitación para antender a padres (primerizos o no) y sus inquietudes y aprendizajes. El nido es un sinsentido, todos nuestros antepasados, desde nuestros ancestros homínidos, tenían a los recién nacidos contra su pecho.

Que no os separen, no lo permitáis.

¿Cómo reaccionarían los hombres si tuvieran contracciones de parto?

Un amigo me hace llegar un vídeo que ya tiene unos nueve meses con la reacción de dos hombres sometidos a las contracciones de un parto mediante una especie de arneses abdominales que les arreaban descargas regulares.

Tras verlo indagué un poco y me encontré con otro «experimento» prácticamente idéntico de hace un año. Debe ser una moda. ¿Algún voluntario por ahí para hacer la versión española? Se lo he planteado al amigo que me mostró el vídeo pero no está por la labor (obviamente, es un tipo cuerdo).

 

Sinceramente, no sé hasta qué punto creerme esto. Me inclino a que sea entre poco y muy poco. Me parece imposible reproducir un trabajo de parto de manera artificial y hay que tener en cuenta que la experiencia difiere muchísimo de mujer a mujer.

No veo cómo es posible simular las contracciones del útero en seres humanos sin útero, no siempre el parto supone dolor, o al menos no tanto, no siempre está localizado en el mismo sitio.

No me gusta además que transmite la idea de que el parto es un trance dolorosísimo e imposible de aguantar cuando no es necesariamente cierto. Yo lo recuerdo más agotador que doloroso. De hecho recuerdo que mi matrona nos contó que la traducción de la Biblia de «parirás con dolor» que le adjudicaron a Eva no estaba bien hecha, que en realidad decía «parirás con esfuerzo». Y luego está lo de las profecías autocumplidas: si vas pensando que algo dolerá mucho, así será.

Tampoco me gusta que transmita otra idea: que los hombres son unos blandos incapaces de aguantar lo que nosotras. Es algo que se dice mucho coloquialmente y no es cierto. Ellos también aguantan lo suyo cuando no les queda más remedio. Mi padre y su periplo hospitalario, sin ir más lejos, es un magnífico ejemplo.

Así que quedémonos con las risas y no saquemos demasiadas conclusiones.

¡Buen fin de semana!

Los regalos a padres recientes, que se puedan devolver

El otro día me pidieron consejo sobre qué regalar a unos padres recientes. Es el típico regalo en el que se junta mucha gente y al final hay bastante dinero para comprar. Mi respuesta inmediata fue «algo que venga con ticket regalo».

Me parece imprescindible que se puedan devolver con facilidad, en un lugar en el que reembolsen el dinero o al menos haya muchas bastantes posibilidades de compra. Y con el ticket regalo por delante, que no se vean en la tesitura de tener que pedirlo. Hay personas a las que les da apuro. Y luego hay gente que se molesta cuando le dices amablemente que no ha acertado y que quieres cambiarlo. No soy capaz de entenderlo. Siempre gusta acertar, pero si lo que quieres es entregar algo útil y agasajar al que regalas, no deberías torcer el morro.

En esa fase hay muchos regalos, muchas cosas que se heredan y tantos estilos diferentes (estéticos y de crianza), que es muy fácil no acertar.

Yo recuerdo aún una cesta llena de pololos, bodys con puntillas y trajecitos tipo tirolés que nunca vistieron mis niños. Tengo por casa dos pinzas para chupetes de plata a estrenar dado que mis hijos jamás usaron chupete. También una cajita de plata para guardar los dientes que se caen (ejem) y una especie de tubo muy decorado y aparatoso para guardar la partida de nacimiento.

Nada de eso lo pude devolver. También tuve gimnasios infantiles (¡cómo le gusta a la gente regalar eso!) que no necesitaba a menos que hubiera querido poner un parque de atracciones para mis gatos, alguna ropita y accesorio de puericultura que pude devolver sin problemas. Mucho mejor.

En algunos comercios tienen incluso listas de nacimiento, al estilo de las listas de bodas, que hacen los padres para poder así obtener lo que necesitan. Lo que pasa es que te limita a una única tienda y mucha gente no le gusta financiar dos ruedas de un carrito y prefiere el detalle que se recuerde.

A mí me gusta regalar ciertas cosas concretas cuando hay confianza y conozco lo suficiente a los padres como para intuir que les puede gustar.

La mochila Ergo Baby.

La mochila Ergo Baby.

Están los libros de Carlos González, la rana croki (un juguete que fascinó a Jaime y que usaban en su centro de atención temprana), y la mochila ergobaby (similar a la manduca, nada que ver con la mayoría de mochilas que llevan a tanta gente a odiar el porteo). Disfruté mucho llevando a Julia en mochila desde que era recién nacida hasta que tuvo dos años. La usé más que que el carrito, ya ha pasado por más madres recientes y me trae muchos buenos recuerdos.

Pero por mucho que a mí me gustase, todo va siempre con ticket regalo. Tenedlo en cuenta que os lo agradecerán.

“Imagina cómo será el final del embarazo para que estemos deseando que llegue algo como el parto”

Julia dentro, Jaime fuera. Enero de 2009.

Julia dentro, Jaime fuera. Enero de 2009.

Tengo a unas cuantas mujeres a mi alrededor a punto de ser madres. Alguna lo será por primera vez, otras ya tienen niños y saben lo que es el tercer trimestre del embarazo.

Tengo una amiga que me dijo hace años, antes de que yo fuera madre, “imagina cómo será el final del embarazo para que estemos deseando que llegue algo como el parto”. Se me quedó grabado y lo recordé muchas veces después, sobre todo cuando estaba de 40 semanas de Julia y aún no se decidía a salir, hace ya casi cinco años.

Es cierto. Incluso cuando el embarazo ha sido bueno, como los míos, las últimas semanas suponen desear que llegue aquello de una vez. Hay muchos motivos. Está la ilusión por conocer a tu bebé, la pesadez de los kilos de más, las molestias en la espalda o al dormir, el ver venir la fecha estimada próxima, el deseo de que acaben las incertidumbres que generan los pródromos (contracciones de ensayo, expulsión del tapón mucoso, encaje de la cabeza…).

El parto, si todo sale bien, es un gran descanso, una liberación. Es, al tiempo, un final feliz y un inicio prometedor. Solo por eso ya debería afrontarse con buena cara. Pero no por ello se puede vivir angustiada las últimas semanas. Hay que hacer el esfuerzo de olvidar calendarios, de escuchar a tu cuerpo sin apremios, de intentar disfrutar, aunque suene complicado, esos últimos días con tu hijo dentro de tu cuerpo. Tal vez no vuelvan a repetirse.

Como siempre en estos casos es más fácil decirlo que hacerlo, lo sé. Pero el parto acabará llegando en cualquier caso cuando el bebé decida. Como se suele decir: ahí dentro no se va a quedar.

Y a todas aquellas mujeres que estáis en el tercer trimestre del embarazo. Mucha paciencia, ya veréis como todo sale bien.

¡Llama a la comadrona!

Portada de uno de los libros en el que se basa la serie.

Portada de uno de los libros en el que se basa la serie.

Sí, vivo en la Babia televisiva. Lo confieso. Dedico muy poco tiempo a la tele y suele ser a unas pocas series  concretas. Hay infinidad de programas que son conocidos por casi todo el mundo de los que yo no he visto ni un segundo.  La tele en casa suele mostrar dibujos y películas animadas. No lo digo vanagloriándome, soy consciente de que me pierdo cosas interesantes, la televisión me parece un buen instrumento si se usa bien (yo he aprendido y disfrutado mucho, no voy a renegar de ella ahora) y ser un completo ignorante en cultura popular tampoco es como para presumir, al menos tendría que saber quiénes son ciertas personas o de qué van algunos programas de los que todo el mundo habla. Pero no me da el tiempo para todo lo que quiero hacer. Por las noches, si tengo la cabeza medianamente fresca, prefiero escribir.

No obstante, el otro día y por pura casualidad me topé con una serie de televisión que estaban emitiendo y a la que me quedé pegada. Se titula ¡Llama a la comadrona!. El canal era AXN White me parece recordar. Me pareció divertida y muy bien hecha.

Está narrada por Vanessa Redgrave y cuenta las andanzas de un grupo de comadronas (una curiosa conjunción de monjas de la antigua escuela, que no entienden que haya que mitigar el dolor, y jóvenes profesionales como la protagonista) que controlan embarazos y partos en la Inglaterra posterior a la segunda guerra mundial.

No quiero meterme en el terreno de mi compañero Jesús Travieso, autor del blog de series de televisión Solo un capítulo más, es simplemente una recomendación basada en dos capítulos encontrados al azar, que además no son los primeros. A él le dejo, si le apetece, el visionado completo y análisis sesudo de experto.

Yo me he quedado con ganas de verla desde el principio. Es obra de la BBC, producida por Sam Mendes, está basada en unas novelas autobiográficas, la primera temporada se estrenó en 2012 y parece que hay ya dos emitidas.

¿La habéis visto?

El emocionante primer año de Ward Miles, un bebé prematuro

Hoy os traigo un vídeo emocionante, un vídeo que está siendo tremendamente viral, va camino de los 5 millones de reproducciones en Youtube sin contar las de Vimeo. Pero es mucho más que un vídeo con éxito, es la lucha de un bebé diminuto por salir adelante, es el regalo de un padre (Benjamin Scot Miller, fotógrafo profesional de bodas) a su mujer en su cumpleaños, es un sincero agradecimiento a todo el personal médico que ha hecho posible este milagro.

Ver este vídeo sin conmoverse es un reto imposible.

Hace exactamente diez días, el 17 de noviembre, se celebró el Día Internacional del Niño Prematuro, cuyo objetivo es concienciar sobre el problema de salud pública que supone el incremento de nacimientos prematuros y la importancia de los cuidados neonatales. Su número ha ido en aumento. En España han pasado del 4% de 1996 al 7% de 2006, por lo visto debido al retraso de la maternidad y la reproducción asistida. Calculan que uno de cada trece niños que nace en España es prematuro, más de 30.000 al año.

Me sumo algo tarde con este post. Y lo hago recordando a los niños que conocí en Atención Temprana, que trabajaban para minimizar las secuelas de su prematuridad, y deseando que todos los niños que nacen antes de tiempo logren desarrollarse con normalidad.

Os dejo con el enlace a la Asociación de Padres de Niños Prematuros (APREM), que me consta que hace una gran labor acompañando a los padres recientes que se encuentran en la situación de los Miller. Su web está llena de información útil.

También os traigo tres entradas que escribió hace ya bastante la pediatra, madre y bloguera Amalia Arce sobre el tema en su blog.

Ward Miles – First Year from BenjaminScot on Vimeo.

¿Qué es lo primero que haríais si os dijeran que vais a tener gemelos, mellizos o trillizos?

gtres_a00393370_3705No he escrito apenas nada sobre partos múltiples, sobre lo que se siente y se experimenta al recibir la noticia de que en tu interior albergas dos vidas (o tres o cuatro…), lo que supone su parto, su lactancia, su crianza en general… Sé, eso sí, que es algo que está lleno de expectativas erróneas, falsas creencias y miedos injustificados. Sé que es algo para lo que merece la pena informarse y prepararse.

No he escrito apenas al respecto porque carezco de experiencia personal. Sí, he leído artículos, noticias y visto algún documental, pero en mi entorno cercano no hay. Lo único que me viene a la cabeza cuando sale el tema son dos anécdotas que viví. Voy a contároslas:

La primera viene de cuando yo era niña. En mi colegio tenía una compañera, cuya hermana también iba al mismo colegio. Éramos ya niñas mayores, con la adolescencia a la vuelta de la esquina, cuando su madre quedó de nuevo embarazada. Donde comen cuatro comen cinco… Pues en la casa en la que comían cuatro acabaron comiendo siete. La madre de mi amiga tuvo trillizos varones. De tener dos niñas casi ya criadas, a tener dos adolescentes y tres pequeños terremotos. Eso sí que es un golpe de timón familiar.

gtres_a00350546_001La segunda fue mucho más tarde. Acudía tras tener a Jaime a la primera revisión con la matrona, que quería comprobar mi estado. Estaba en la sala de espera, salió una madre reciente y entré yo. Mi matrona comenzó preguntándome qué tal lo llevaba y yo contesté algo del tipo: “pues ya sabes, con un recién nacido trabajando a jornada completa”. Mi matrona sonrió y me contestó: “pues imagina cómo debe ser para la mamá que acaba de irse, que ha tenido cuatro. Y sin fecundación artificial ni nada. De tres ya había tenido, pero con cuatro es la primera”. No quiero ni imaginarme la intendencia, la verdad…

Acabadas las anécdotas, os dejo con gente que de verdad sabe: la Asociación Madrileña de Partos Múltiples (AMAPAMU). Os recomiendo los contenidos de su web, su asesoramiento y que les ayudéis con sus reivindicaciones, que son de lo más razonables.

Si os soy sincera, yo no me hubiera alegrado si me hubieran dado la noticia de que iba a tener un parto múltiple. Hubiera preferido lo que tengo, dos hijos escalonados. Pero probablemente sea en cierta medida por desconocimiento o falsas creencias. Y estoy convencida de que, una vez recibida la noticia hubiera acudido corriendo a informarme y luego me hubiera convencido de que se trata de una doble, triple (e incluso cuádruple) alegría y disfrutado encontrando sus ventajas, sus vivencias únicas.

Por la parte que me toca, tomo nota mental de escribir más a menudo y con rigor sobre el tema con el asesoramiento de Amapamu.

Y aprovecho para contaros que este sábado celebran un mercadillo de segunda mano en Madrid, una de sus muchas actividades anuales que es un éxito y que resulta especialmente útil en estos tiempos de crisis que corren.

¿Pastillas contra el dolor del parto?

Por fin en España se empiezan a vender pastillas contra el dolor del parto, bajo el nombre comercial «pastillas CDP». Tras tantos años de espera finalmente han pasado los filtros de ensayos y pruebas de laboratorios, incluido un amplio estudio a más de 16.000 mujeres de varios países. Y lo mejor de todo es que podemos decir que no tienen efectos secundarios.

¿Pastillas contra el dolor del parto? ¿Cómo? ¿De qué estamos hablando?. Eso es lo primero que pensé al ver el correo. Vale, estoy muy desactualizada. Como mis niños son ya mayores no escribo ni leo demasiado últimamente sobre el embarazo y el parto. Pero de algo así me tendría que haber enterado. De no ser porque me lo enviaba Esther Martín, la matrona que tuve la suerte de tener en mis dos partos, no hubiera mirado dos veces el correo.

«Son buenísimas. Mira el enlace y descubrirás todo lo que se necesita para el parto. Seguro que te gusta. Ha sido un folleto elaborado por el Ministerio«, me dice.

Y Esther es una profesional como la copa de un pino, madre reciente y una persona excelente, con la que da gusto tratar. En su afán divulgador ha creado una página de lo más recomendable que se llama Vivir la maternidad, así que he sido obediente y, pese a que el escepticismo ha hecho clic junto con mi dedo en el ratón, he seguido el enlace para informarme.

Obviamente nadie ha inventado o va a comercializar unas pastillas sin efectos secundarios contra el dolor del parto (ojalá), pero el folleto (o por lo menos sus principios activos) me ha gustado tanto que aquí os lo dejo:

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«¿Cómo nacen los pollitos, los perritos, los gatitos y los caballitos?»

Hace un par de semanas os contaba que Julia comenzaba a filosofar y preguntar sobre la muerte. Pues, aunque ella ya sabe desde hace bastante que los bebés salen de las barrigas de sus mamás y reconoce en las fotos en las que estoy embarazada que ella estaba «ahí dentro calentita», ya hemos llegado al «¿De dónde venimos?» y «¿Cómo nacemos?». Estaba claro que quedaba poco.

El origen de esta curiosidad ha sido una visita a Faunia en la que pudo observar en vivo y en directo el nacimiento de los pollitos. Quedó fascinada. Al volver a casa seguía dándole vueltas, así que busqué en Youtube y le puse el vídeo que os dejo:

Ha sido abrir una puerta. Nada más verlo ha querido ver el nacimiento de perritos, gatitos y caballitos. Y de nuevo Youtube ha sido de gran ayuda. Hay numerosos vídeos bonitos, tiernos, naturales, en los que se ve el nacimiento de todos estos animales.

Habrá quien piense que son demasiado gráficos para una niña de tres años. Tal vez para algunos niños sí, Julia es poco impresionable y lo que está es fascinada, maravillada viendo el proceso. Yo lo vi, siendo niña en el pueblo de mis abuelos. De hecho recuerdo perfectamente que cuanto tenía unos 6 o 7 años mi gata en Asturias vino a parir a mis pies bajo mi mesa, mientras yo estaba comiendo. Es curioso como las nuevas tecnologías nos permiten reproducir aquellas vivencias.

Lo que no le he puesto es un vídeo de un nacimiento humano. Tampoco ella lo ha pedido. Si sabéis de alguno apropiado o de su versión en dibujos animados, aceptaré la recomendación encantada.

Quien tiene una buena matrona, tiene un tesoro (y los corrillos online de las madres modernas)

Yo, que acudí a la seguridad social, no he tenido en mi embarazo un ginecólogo de cabecera. La conductora de mi embarazo y postparto fue la matrona.

Gemmaa, que también comenta en este blog y también tuvo a esa matrona puede dar constancia de la suerte que tuvimos. Una pena que no pudiera estar en el parto.

Eso lo escribí en julio de 2008 en este mismo blog. Ha llovido mucho desde entonces, entre otras cosas una niña que ya va al colegio y un niño que resultó tener autismo.

No es la única vez que he recordado en algún post la suerte que tuve con mi matrona, con Esther. Todo lo bueno que pueda decir de ella es poco. Una excelente profesional, fomentando la lactancia y la crianza natural con respeto, preparada e inquieta. Madre también de dos niños de edades similares a los míos. Estuve en muy buenas manos en mis dos embarazos.

El otro día regresé a su consulta para hacerme una citología, que ya tocaba. Fue un encuentro agradable, pese al objetivo final del mismo. Me recordaba, algo que me sorprendió gratamente teniendo en cuenta la cantidad de futuras madres que deben pasar por ella. Y me llevé otra sorpresa agradable: como os comentaba es una persona inquieta, deseosa de ayudar, así que con ayuda de su marido ha creado una página web llena de contenido útil para las madres futuras y recientes.

Se llama Vivir la maternidad, he recorrido sus consejos, sus calculadoras y sus respuestas a las preguntas más frecuentes y me ha gustado tanto que no puedo evitar recomendarosla. Por cierto, que también tiene una página en facebook muy recomendable. Estoy convencida de que Esther agradecerá todas las sugerencias de temas a tratar y mejoras que pueda aplicar en su web para poder ayudar a más madres y a sus bebés.

Es curioso, por otra parte, ver cómo Internet está sustituyendo los corrillos de antaño de las mujeres. Ahora muchas madres aprendemos en parte a serlo, logramos el apoyo de otras madres y compartimos experiencias con ellas en páginas, blogs y redes sociales. La versión online y no presencial de las sillas en la puerta de las casas del pueblo que recuerdo de los veranos pasados de niña en el Valle del Jerte.

Por cierto: ¿A vosotras quién os llevó el embarazo, el ginecólogo o la matrona?