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¿Os ofenden estas viñetas?

Hoy me voy a meter en un buen charco, soy consciente, pero no puedo evitarlo.

En 20minutos.es acabamos de publicar una noticia titulada La Sociedad Española de Ginecología publica viñetas que «ridiculizan a la mujer», con galería de las viñetas, a raiz de varias quejas que nos han llegado.

Os invito a leer la noticia y ver las viñetas
para poder leer en consecuencia este post, pero aquí hay un resumen:

«Un toque de humor». Bajo este epígrafe, la gaceta electrónica distribuida por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) ha querido dar un aire desenfadado a su publicación incluyendo viñetas dibujadas a mano, pero lo que ha conseguido ha sido levantar una oleada de críticas.

Las viñetas, obra del doctor Javier Server Gosálvez, bromean con la práctica de una cesárea, se burlan de mujeres obesas, prostitutas y de bajo nivel cultural y se ofrecen imágenes de malas prácticas desaconsejadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). «Decir que estas viñetas son una clara falta de respeto hacia los cuerpos y mentes de las mujeres que acuden a diario a sus consultas se queda muy corto», continúan.

Y ahora es cuando me quito los zapatos y meto los deditos en el barro: a mí no me ofenden esas viñetas.

Me parecen malas, muchas son un poco asquerositas al mismo estilo que hablar de la menstruación en la mesa, pero no me ofenden.

Debe ser que tengo la piel muy gruesa.

Creo que en El club de la comedia o El Jueves se han hecho chistes similares sin mayores consecuencias. Vale, es un ginecólogo el que los hace ahora, pero ¿no tiene el mismo derecho a hacer chistes chuscos (y los demás a reírselos o no) que cualquiera?

Y sí, se publican en un sitio desafortunado: la gaceta electrónica distribuida por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). Creo que eso es lo más cuestionable. Pero lo hacen bajo el epígrafe humor. Es de mal gusto, pero no como para rajarse las vestiduras.

Creo yo desde mi humilde y personal punto de vista, claro.

¿A vosotras os ofenden estas viñetas?

Cuando parir no es coser y cantar

Me escribe Letizia, que quiere compartir una historia con nosotros:

Soy profesora de Educación Infantil, y trabajo en una guardería, asique imagínate mi contacto con los niños.

Pero hace poco, una amiga mía, dió a luz el domingo un bebé precioso, regordete y muy moreno, aunque el motivo de escribirte no es otro que contarte su parto:

Rompió aguas en casa de sus suegros, a la 1 de la mañana, entonces se fueron al hospital, y a partir de ahí todo fueron horas, horas, y horas de espera, No dilataba, y el niño se le quedó en mala postura,muy arriba, no eran capaces de que bajara. y como querían que fuera parto vaginal, no cesárea ahí que la tuvieron más de 30h, si, si más de 30 horas, para que en el último momento, cuando ya había dilatado, lo suficiente el niño se dió la vuelta, y no pudieron hacer nada para que no fuera cesárea. aún así los 2 están bien, sanos y contentos. Comenzando a ser una familia.

Aunque así contado, parece una sencillez, para mí fue toda una heroína, como tantas y tantas mujeres que aguantan y sufren los dolores de un parto horrible, para tener lo más bonito del mundo: Un Hijo.

Bueno MR, sólo quería contártelo para compartirlo contigo y con las demás.

Hay muchas madres, muy afortunadas, para las que el parto es casi coser y cantar. Claro que es cansado, claro que existe el dolor… por bueno que sea un parto no es como irse de compras, pero desde luego hay mujeres para las que es un camino de rosas comparado con las experiencias de otras.

Otras que, probablemente en otros tiempos, hubieran acabado mal. Es probable que hubieran muerto o padecido consecuencias de por vida ellas y/o sus hijos.

Tenemos que ser muy conscientes de la suerte que tenemos las madres de hoy día, y de países desarrollados, por la asistencia sanitaria que tenemos.

Es cierto que muchas madres pueden ser consideradas heroínas por superar duros partos y cesáreas. Claro que la recompensa es infinita.

Pero también son héroes muchos profesionales, matronas y ginecólogos, que en su trabajo diario salvan tantas vidas.

A veces parece que sólo nos acordamos de ellos cuando hay problemas, cuando abusan de las cesareas o de los partos programados e instrumentalizados en exceso.

Y es cierto que aún hay mucho camino por recorrer. Pero es poco comparado con lo que ya hemos andado.

¿Recordáis a Semmelweis? Nunca deberíamos olvidar al héroe de las madres recientes.