Entradas etiquetadas como ‘parir’

Dejemos a Caroline Lovell descansar en paz

Sucedió el 23 de enero en Melbourne. Caroline Lovell, de 36 años y madre de una niña de tres, murió al dar a luz a su segunda hija, que afortunadamente está bien. Su corazón colapsó durante el parto y el día siguiente de haber sido madre por segunda vez murió.

Una tragedia cotidiana. Todas las muertes lo son, pero reconozco que las de las madres en el parto, tan raras en países como el nuestro y demasiado frecuentes en muchos otros, me llegan especialmente.

¿Por qué os cuento esto hoy? Pues porque la muerte de Caroline Lovell se está viendo rodeada de una desafortunada polémica.

Caroline Lovell era una activista del derecho de las mujeres a decidir cómo quieren que sea su parto y a recibir un trato humanizado y además una ferviente defensora de los partos en casa.

La polémica, como os podéis imaginar a estas alturas, viene dada por el hecho de que, defendiendo activamente el parto domiciliario, haya muerto teniendo a su hija en su casa atendida por una comadrona. Aunque realmente no murió en su casa, en cuanto hubo problemas fue trasladada al hospital y allí fue donde sucedió el día siguiente.

Su muerte ha sido realmente excepcional. Las escasas muertes que se producen a consecuencia de un parto suelen ser por hemorragia, pero lo de Caroline Lovell ha sido un raro caso.

Por favor, independientemente de lo que pensemos cada uno sobre el parto domiciliario, independientemente de lo que cada madre reciente decida hacer, seamos respetuosos y no busquemos polémicas sin sentido en un drama así.

One Born Every Minute, el reality del paritorio

Lo leo en vertele.com y no doy crédito. Un reality sobre partos. Las cámaras y los espectadores metidos en ese momento tan duro, increíble y especial.

Dado que está funcionando bien, no me extrañaría que exportasen el formato a España.

Ya no sé qué más se les puede ocurrir para enseñarnos en la tele.

One Born Every Minute es un programa que duele mirar. Es el Gran Hermano del paritorio. Cuarenta cámaras dispersas por una maternidad dan cuenta de todo lo que ocurre a un grupo de embarazadas, desde que llegan hasta que dan a luz. La cabecera del programa comienza con los gritos desgarradores del parto. Y eso – morbosos nosotros – es lo que hace que nos quedemos mirando. Con gesto de angustia, eso sí.

La serie documental, del género ‘hospitalario’ y que podría recordar al programa U-24 de Telecinco, consta de ocho episodios, y ya va por su segunda temporada. Se emite en Channel 4 con audiencias medias de 3 millones de espectadores (13%), ocupando siempre el cuarto o quinto puesto entre los programas más vistos del día. Un buen dato que le sirvió para viajar a Estados Unidos, donde han adaptado el formato.

El programa es intenso, delicadamente explícito, un drama de final feliz salpicado con pequeños guiños de humor, que además incorpora muy bien los comentarios del personal del centro; y que refleja fielmente las emociones de sus variadas protagonistas, ya sean madres maduras, madres solteras, madres lesbianas o madres adolescentes.

Aquí tenéis un vídeo del programa que muestra bastante bien cómo es.

Y aquí os dejo otro:

¿Sensación de culpa por no haber podido parir?

Un amigo, padre recientísimo, me contaba el otro día el nacimiento de su hijo. Un pequeño que llegó tras un parto inducido e infructuoso por cesárea y que está como unas pascuas.

Me llamó mucho la atención que me contase que su mujer se sentía culpable por no haber podido tener un parto natural. Que era un tema muy delicado los primeros días para ella. Se entristecía creeyendo que no había sido capaz, se sentía como si hubiera fallado, decepcionada consigo misma.

Me contaba que todo el equipo que la asistió hizo lo posible por lograr un parto lo más natural posible, pero que no pudo ser y ella se sentía responsable. Tenía dentro el «no pude parir a mi hijo».

Deseo que ese sentimiento no dure. Imagino que es lo que sucederá, aunque no puedo estar segura. Tal vez sea una sensación que persistirá latente toda la vida.

Mi primer hijo nació por cesárea programada. Era muy grande y venía en una posición de nalgas bastante complicada. No me siento culpable, no siento haberle ni haberme fallado. Me alegro de que en casos como esos exista la posibilidad de una cesárea tan poco traumática como la mía, que estuve consciente y pude abrazar y besar a mi bebé mientras me suturaban (sólo faltó la presencia de su padre).

Pero si me rastreo con detenimiento, sí que supuso una pequeña decepción cuando me lo dijeron saber que no podría afrontar un parto natural. Algo que hubiera preferido con creces.

Eso sí, tuve tiempo de digerirlo y cuando llegó el momento lo tenía totalmente asumido. No es lo mismo que encontrarte con la noticia y la cirugía tras varias horas de infructuoso trabajo de parto.

Resulta curioso pensar que las formas tan diferentes que tenemos de afrontarlo: hay mujeres que prefieren una cesárea antes que un parto, las hay que las viven de modo traumático, las hay que se sienten derrotadas en su maternidad y las hay que avanzan sobre el tema sin preocuparse demasiado como es mi caso.

¿Como fue en vuestro caso?