Yo, que acudí a la seguridad social, no he tenido en mi embarazo un ginecólogo de cabecera. La conductora de mi embarazo y postparto fue la matrona.
Gemmaa, que también comenta en este blog y también tuvo a esa matrona puede dar constancia de la suerte que tuvimos. Una pena que no pudiera estar en el parto.
Eso lo escribí en julio de 2008 en este mismo blog. Ha llovido mucho desde entonces, entre otras cosas una niña que ya va al colegio y un niño que resultó tener autismo.
No es la única vez que he recordado en algún post la suerte que tuve con mi matrona, con Esther. Todo lo bueno que pueda decir de ella es poco. Una excelente profesional, fomentando la lactancia y la crianza natural con respeto, preparada e inquieta. Madre también de dos niños de edades similares a los míos. Estuve en muy buenas manos en mis dos embarazos.
El otro día regresé a su consulta para hacerme una citología, que ya tocaba. Fue un encuentro agradable, pese al objetivo final del mismo. Me recordaba, algo que me sorprendió gratamente teniendo en cuenta la cantidad de futuras madres que deben pasar por ella. Y me llevé otra sorpresa agradable: como os comentaba es una persona inquieta, deseosa de ayudar, así que con ayuda de su marido ha creado una página web llena de contenido útil para las madres futuras y recientes.
Se llama Vivir la maternidad, he recorrido sus consejos, sus calculadoras y sus respuestas a las preguntas más frecuentes y me ha gustado tanto que no puedo evitar recomendarosla. Por cierto, que también tiene una página en facebook muy recomendable. Estoy convencida de que Esther agradecerá todas las sugerencias de temas a tratar y mejoras que pueda aplicar en su web para poder ayudar a más madres y a sus bebés.
Es curioso, por otra parte, ver cómo Internet está sustituyendo los corrillos de antaño de las mujeres. Ahora muchas madres aprendemos en parte a serlo, logramos el apoyo de otras madres y compartimos experiencias con ellas en páginas, blogs y redes sociales. La versión online y no presencial de las sillas en la puerta de las casas del pueblo que recuerdo de los veranos pasados de niña en el Valle del Jerte.
Por cierto: ¿A vosotras quién os llevó el embarazo, el ginecólogo o la matrona?