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Un puñado de etimologías de términos relacionados con las borracheras

Un puñado de etimologías de términos relacionados con las borracheras

Borrachera:

Tras ingerir una cantidad importante de una bebida con graduación alcohólica suele causar un efecto de  embriaguez o  borrachera y al que se encuentra en tal situación se le llama  borracho, un término que llegó al castellano desde el catalán  morratxa, que hacía referencia a un tipo de vasija en el que se introducía el vino u otros licores. El término sufrió un cambio de la  eme inicial por una  be, muy posiblemente por la influencia del vocablo  botella.

Calamocano:

Término con el que en la época del Siglo de Oro (Francisco de Quevedo lo utilizó en varias de sus obras) se referían a quien estaba borracho o embriagado e incluso a aquel que ha perdido sus facultades físicas o mentales a causa de la ingesta de alcohol. Esto hizo que dicho vocablo se convirtiera en sinónimo de chochear. El origen etimológico es incierto y así aparece en el diccionario de la RAE, aunque hay ciertos lingüistas que apuntan como una posible procedencia el antiguo término en euskera kalamanka cuyo significado era  gandul,  holgazán.

Coger una turca:

Expresión que sirve para señalar el acto de emborracharse. El origen de nombrar a una borrachera como  turca no está demasiado claro, existiendo un par de hipótesis. Hay quienes opinan que proviene de la época del Imperio Otomano en la que algunos soldados turcos, tras una batalla, saqueaban las poblaciones y bebían alcohol (esto último algo que estaba prohibido por su religión islámica) por lo que la falta de costumbre hacía que les hiciera un mayor y rápido efecto. Otros expertos opinan que la locución  coger una turca podría provenir de la antigua costumbre de rebajar el vino con agua, a este acto se le conocía como  bautizarlo y al vino que era puro y sin agua era llamado  turco (porque los turcos no están bautizados). La graduación de esa bebida era superior y, por tanto, mayor la posibilidad de emborracharse al beberlo. De esta costumbre existe una antigua expresión que dice Piar el turco, que significaba  beber vino puro y que, entre otros, fue utilizada por Miguel de Cervantes en alguna de sus obras.

Tajada:

Modo coloquial para llamar a una borrachera (también en la forma  tajá). Hace referencia a la porción o corte (tajada) de embutido, queso o carne que era costumbre servir en todos los mesones junto a una jarra de vino y que servía para asentar el alcohol en el estómago popularizándose siglos atrás un refrán que decía  Buen vino y buena tajada y no apurarse por nada. Normalmente el cliente pedía al mesonero  una jarra de vino y una tajada, pero, con el tiempo, acabó denominándose como  una tajada de vino y de ahí a asociar una borrachera (producida por la ingesta de vino) en una  tajada.

Tener mala uva:

La bebida alcohólica más consumida a lo largo de la historia ha sido el vino y la fruta con el que se elabora (uva) se convirtió en uno de los numerosos sinónimos con los que referirse al estado de embriaguez. Ello propició a que surgieran diferentes expresiones, como  Coger una uva que quería decir  emborracharse o  Tener mala uva la cual no hacía referencia a una posible mala calidad de la fruta sino a una de esas malas borracheras que provocaban discusiones y peleas, de ahí que esta locución acabara refiriéndose a aquellos individuos que tenían mal beber y que, tras la ingesta de alcohol, su carácter se volvía malhumorado, violento o agresivo.

 

 

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¿Cuál es el origen del término ‘jamacuco’?

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan sobre el origen del término ‘jamacuco’.

¿Cuál es el origen del término ‘jamacuco’?

Utilizamos habitualmente el término ‘jamacuco’ para referirnos a una dolencia o malestar que ha padecido alguien (por ejemplo: ‘A fulano le ha dado un jamacuco por la calle y se ha caído redondo al suelo’).

El término jamacuco no fue recogido por el diccionario de la RAE hasta su edición de 2001 (aunque hay constancia de su existencia y uso desde hace varios siglos), pero en la publicación académica simplemente se le da la acepción de ‘Indisposición pasajera’ (cuando por norma es utilizada la palabra para referirse a alguna patología algo más importante o severa).

También cabe destacar que, tal y como indica el filólogo y escritor, Fernando Iwasaki, en su premiado libro ‘Las palabras primas’, […] la Sociedad Española de Neurología admite la voz jamacuco como sinónimo de ictus, apoplejía, embolia, trombosis y otros traumatismos de la fisiopatología cerebrovascular […] (debo reconocer que no he encontrado referencia alguna a dicha palabra en ninguna búsqueda de las muchas que he hecho en la web de la SEN).

Tal y como os indico al inicio del post, a pesar de no haber sido recogido el término hasta la edición de 2001 de la RAE, sí que existe constancia de hace varios siglos de su existencia y uso. Por ejemplo aparece en los diccionarios de Esteban de Terreros y Pando (1787), Ramón Joaquín Domínguez (1853) o de Elías Zerolo (1895) y en los tres casos remitiendo a la entrada ‘zamacuco’ e indicando que se trataba de lo mismo.

Pero, el término ‘zamacuco’ (o ‘xamacuco’, como también aparecía en aquella época) sí que estaba recogido en el Diccionario de Autoridades de 1739 y, originalmente,  nada tenía que ver con dolencias o problemas de salud, sino que hacía referencia a ‘el hombre tonto, torpe y abestiado’ (como vulgarismo) y ‘a la embriaguez o borrachera’.

En la edición de 1925, del diccionario usual, se le añadió una tercera acepción al término zamacuco: ‘Hombre solapado, que calla y hace su voluntad’, pero en ningún momento había rastro o referencia alguna a dolencias de salud, hasta que apareció recogido en 2001 en la forma ‘jamacuco’ y el diccionario de la RAE, en la entrada correspondiente a este vocablo, remite, como origen del mismo, a ‘zamacuco’.

Lo que tampoco tiene demasiado claro los académicos es la etimología de la palabra, señalando que ‘quizá’  provenga del árabe clásico ‘ṣamakūk’, cuyo significado era ‘necio, malicioso’. Pero el diccionario de arabismos de Federico Corriente discrepa de este origen, señalando que ‘podría’ tratarse de un caso de metátesis con la palabra ‘mazacuco’, proveniente del árabe ‘maṣkūk’ y con significado de ‘golpeado en el cogote’.

 

 

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¿Cuál es el origen del término ‘cogorza’?

Utilizamos el término ‘cogorza’ como uno de los numerosísimos sinónimos que existen para la palabra ‘borrachera’. En el diccionario de la RAE aparece señalado como un vocablo coloquial, aunque hasta no hace demasiados años indicaba que se trataba de un vulgarismo.

¿Cuál es el origen del término ‘cogorza’?

Para encontrar el origen etimológico debemos dirigirnos hacia el antiguo verbo ‘cohorzar’, el cual hacía referencia a la celebración de un banquete fúnebre y la procedencia de éste, muy posiblemente, fuese desde el vocablo ‘cogüerzo’ que significaba ‘convite fúnebre’.

Parece ser que aquellos banquetes fúnebres se convirtieron en un lugar propicio para aliviar las penas, tras una sentida pérdida, bebiendo y acabando con una buena borrachera, dando lugar al término cogorza.

 

 

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Fuentes de consulta: RAE / etimologias.dechileNuevo tesoro lexicográfico (ntlle)
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¿De dónde proviene llamar ‘tajada’ a una borrachera?

Entre los muchos sinónimos que existen para el término ‘borrachera’ el de ‘tajada’ (o ‘tajá’) es uno de los más utilizados, hasta tal punto que el Diccionario de la RAE lo admite como acepción.

¿De dónde proviene llamar ‘tajada’ a una borrachera?

Pero originalmente una tajada nada tenía que ver con el vino o líquido que se bebía para embriagarse, sino que era como se denominaba a aquello que acompañaba a cualquier bebida ‘la tajada’, que consistía en una porción o corte de embutido, queso o carne.

Desde la antigüedad bien se sabía que cualquier bebida alcohólica debía acompañarse siempre con algún alimento, por lo que nacieron numerosos refranes, como por ejemplo ‘Buen vino y buena tajada y no apurarse por nada’ (aquí la tajada del refrán hace referencia a la comida no a la borrachera).

Cuando alguien llegaba a la taberna era típico que pidiese ‘una jarra de vino y una tajada’ y no se sabe a ciencia cierta por qué ni cuándo, pero esa porción de alimento (o sea, la tajada) con el tiempo sirvió para denominar también a la porción o medida de vino, convirtiéndose en habitual el que se pidiera directamente ‘una tajada de vino’ (como si todo fuese un mismo pack).

Con el tiempo, esa vinculación convirtió a la medida de vino en el resultado de su ingesta, siendo, posteriormente, el término tajada una de las muchas formas con las que conocemos el estado de embriaguez o borrachera.

 

 

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¿De dónde surge decir ‘tener mala uva’ para indicar que alguien tiene mal carácter?

A través de la cuenta en Instagram de este blog (@yaestaellistoquetodolosabe2) me llega un mensaje de Jesús Martín en el que me pregunta de dónde surge decir ‘tener mala uva’ para indicar que alguien tiene mal carácter.

De dónde surge decir ‘tener mala uva’ para indicar que alguien tiene mal carácter

Siglos atrás la bebida alcohólica más popular, al alcance de más personas y con la que solían emborracharse la mayoría, era el vino. Esto originó que el término ‘uva’ (fruta con cuyo zumo fermentado se realizaba el vino) fuese uno de los muchos sinónimos para referirse a una persona borracha.

De dónde surge decir ‘tener mala uva’ para indicar que alguien tiene mal carácterAsí lo recoge el tomo VI del Diccionario de Autoridades de 1739 (el primer diccionario oficial publicado por la RAE) con la siguiente acepción: Por alusion llaman al borracho’.

Pero cabe destacar que, originalmente, la mencionada ‘mala uva’ no se refería a una posible mala calidad de la fruta con la que se había elaborado cierto caldo sino a los ‘malos borrachos’, aquellos individuos que tenían mal beber y que tras la ingesta de alcohol su carácter se volvía malhumorado, violento y/o agresivo.

 

 

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¿Por qué según vamos cumpliendo años la ingesta de alcohol nos sienta peor?

¿Por qué según vamos cumpliendo años la ingesta de alcohol nos sienta peor?

Aquellos que ya hemos pasado del medio siglo de vida debemos reconocerlo: cada vez que se propicia una celebración y nos tomamos alguna copa de más (evidentemente por encima de las que estamos habituados) notamos cómo, posteriormente, esa ingesta de alcohol nos va sentando cada vez peor, siendo cada vez más molestas y largas las resacas y, sobre todo, tolerándolo mucho peor.

Y es que el hecho de cumplir años tiene mucho que ver y nuestro organismo ya no asimila según qué excesos tan bien como cuando éramos unos jovenzuelos. A pesar de que somos conscientes de ello y que incluso podemos llegar a beber muy por debajo de cómo lo hacíamos tiempo atrás (la típica copita de menos) vemos que gradualmente va sentándonos peor. Evidentemente todo esto es una explicación muy genérica y depende de cada persona,  su constitución y el tipo de bebida que tome (no es lo mismo mezclar el alcohol en un combinado junto a un refresco azucarado que tomar un lingotazo de una bebida oscura –tipo wiski- o copas de un licor de los llamados ‘espirituosos’).

El cumplir años hace que nuestro metabolismo se ralentice, motivo por el que la resaca dura más e incluso se convierta en más molesta.  Nuestro hígado, encargado de depurar el alcohol que llega a nuestra sangre, con los años ya no rinde con la misma efectividad que tiempo atrás (de ahí que se den frecuentemente casos de cirrosis hepáticas en personas de mayor edad o que abusan reiteradamente del alcohol).

Otro factor importante por el que con los años la ingesta de alcohol nos sienta peor es la pérdida de agua corporal. De manera natural con el paso del tiempo vamos perdiendo parte del líquido elemento del que está compuesto nuestro organismo.

Esa deshidratación natural y progresiva es la que hace que el alcohol que hemos bebido pase de nuestro estómago a la sangre y que apenas quede diluido en nuestra agua corporal (que hemos ido perdiendo con el tiempo).

 

 

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Post realizado a raíz de la consulta formulada por Esperanza Roig a través de la página en Facebook de este blog
Fuente de la imagen: kboneva (Flickr)

¿Es recomendable dar café con sal a una persona borracha?

Posiblemente en más de una ocasión habrás escuchado que para que se le pase rápidamente la borrachera a alguien lo mejor es hacerle tomar un café con sal. Pero en realidad eso es algo que está seriamente desaconsejado por todos los especialistas en medicina, así que a la pregunta del enunciado la respuesta es un categórico NO.

Si lo que queremos es que se le pase la cogorza lo más rápido posible, lo mejor que podemos hacer es no darle de beber absolutamente nada durante un buen rato, ni tan siquiera agua. La razón es muy sencilla: dependiendo de la constitución de cada persona, nuestro hígado tan sólo puede metabolizar (de media) aproximadamente 1,5 decilitros de una bebida con alcohol por cada hora transcurrida. Esto quiere decir que tras una importante ingesta de licores si le seguimos suministrando más líquido el proceso se ralentizará y el alcohol consumido permanecerá durante mucho más tiempo en el organismo.

El viejo mito de que el café con sal es bueno para que se le pase la borrachera a alguien surgió de dos conceptos diferentes que se mezclaron en la cultura popular y que con los años han ido unidos. Por un lado está el hecho de que el alcohol causa somnolencia, por lo que se asoció que la cafeína era un método eficaz para combatir la modorra que le entra a alguien tras pillar una buena melopea. Por otro lado está el erróneo y ampliamente difundido convencimiento de que provocando el vómito se expulsa gran parte del alcohol tomado y por lo tanto se va mucho antes la borrachera. El echar una importante cantidad de sal a casi cualquier bebida (en este caso el café) ya de por sí garantiza una buena arcada.

Dando de beber un café con sal lo único que conseguiremos es que la persona que se ha emborrachado, y a la que pretendemos ayudar, se encuentre mucho peor.

En realidad, si ya estamos notando que está bajo los efectos de la borrachera es porque el alcohol ingerido ya está en su sangre y por mucho café que tome (sea con o sin sal) lo único que conseguiremos es que se alargue aún más el tiempo de embriaguez y termine por causarle un mayor malestar general.

 

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Fuentes de consulta: howstuffworks / chemistry.about.com20minutos.es / BBC
Fuente de la imagen: 20minutos.es

¿Sabes por qué ‘coger una turca’ significa emborracharse?

Según el diccionario de la Real Academia Española se le da el nombre de turca, coloquialmente hablando, al estado de borrachera o embriaguez.

‘Coger una turca’ es una de esas expresiones populares, ampliamente utilizada y cuyo origen parece algo confuso, siendo varias las teorías que los expertos se atreven a dar. Por este motivo nos podemos encontrar que, según quién lo explique, proviene de un lugar y/o motivo distinto. Aquí tenéis una recopilación de las más aceptadas y con más fuentes de referencia.

La explicación que vincula a la borrachera con la palabra turca parece residir en que antiguamente era habitual aguar el vino para que así cundiera más. Irónicamente se decía que cuando se echaba agua al vino “se le bautizaba” tal y como se hace con un recién nacido según la tradición cristiana. El vino puro sin aguar empezó a llamarse turco, ya que Turquía no profesaba la religión cristiana, era islámica, y por consiguiente este vino embriagaba mucho más que aquel que estaba rebajado con agua.

Otra variante señalada por Joaquín Bastús en ‘La sabiduría de las Naciones’, también relacionada con los turcos y su religión, explica que como la misma les tiene prohibido beber, cuando infringen este precepto lo hacen con tal desenfreno y exageración que cogen unas melopeas de órdago.

También hay quien nos dice que, debido al dominio del Imperio Otomano (turco) durante los siglos XVI y XVII y su gran  poderío naval, eran considerados una amenaza peligrosa y todo aquello que hacían era mal visto y ofensivo, por ejemplo beber alcohol excesivamente.

Existe un término parecido “piar el turco”, entendido como beber vino puro, que aparece en la novela de Miguel de Cervantes “Rinconete y Cortadillo” cuando ambos son admitidos en la cofradía de Monipodio y les comunican sus obligaciones y derechos

“Y a una voz lo confirmaron todos los presentes, que toda la plática habían estado escuchando, y pidieron a Monipodio que desde luego les concediese y permitiese gozar de las inmunidades de su cofradía, porque su presencia agradable y su buena plática lo merecía todo. Él respondió que, por dalles contento a todos, desde aquel punto se las concedía, y advirtiéndoles que las estimasen en mucho, porque eran no pagar media nata del primer hurto que hiciesen; no hacer oficios menores en todo aquel año, conviene a saber: no llevar recaudo de ningún hermano mayor a la cárcel, ni a la casa, de parte de sus contribuyentes; piar el turco puro; hacer banquete cuando, como y adonde quisieren, sin pedir licencia a su mayoral; entrar a la parte, desde luego, con lo que entrujasen los hermanos mayores, como uno dellos, y otras cosas que ellos tuvieron por merced señaladísima, y lo[s] demás, con palabras muy comedidas, las agradecieron mucho.”

 

 

Fuentes de consulta: funjdiaz / bucannegro / 1de3 / Historias extra-ordinarias

Destripando mitos: Beber una cerveza con una pajita (cañita) NO emborracha más

¿Beber una cerveza con una pajita (cañita) emborracha más?

¿Es cierto que beberse una cerveza con una pajita aumenta su poder alcohólico? La respuesta no puede ser otra que un rotundo NO. Esto forma parte de los mitos y leyendas urbanas que corren alrededor del alcohol.

El único efecto que tiene tomar cualquier bebida alcohólica (incluida la cerveza) a través de una pajita o cañita, es que lo ingerimos mucho más rápido que si lo hiciésemos a tragos y directamente del vaso, de la lata o de la botella. Eso provoca que los efectos del alcohol de la bebida se noten con bastante mayor rapidez y que emborrache antes no quiere decir que emborrache más.

 

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¿Por qué el vino nos produce sueño?

¿Por qué el vino nos produce sueño?

La ciencia ha descubierto por qué el vino tinto produce somnolencia. En la Universidad de Milán han analizado las uvas con las que se elabora y han encontrado en ellas melatonina, la hormona que regula el sueño. En tres de las variedades estudiadas, Nebbiolo, Merlot y Cabernet, se han encontrado las mayores concentraciones de esta hormona. Hasta ahora se pensaba que la melatonina sólo la producía el cuerpo de los mamíferos. Los investigadores también han encontrado la misma sustancia en la cerveza. Ambas inducen el sueño, aunque, según precisa el trabajo: “Se trata de un adormecimiento poco recuperador del cansancio”.

Los científicos italianos que realizaron la investigación ya tienen sus detractores, Richard Wurtman del Instituto de Tecnología de Massachusetts, advierte que posiblemente los científicos italianos en realidad no han encontrado melatonina, sino que se trata de otra sustancia muy similar.

 

 

 

Fuentes: QuoDirectoalpaladar
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