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Amusia, el trastorno que hace que la música parezca ruido

Amusia, el trastorno que hace que la música parezca ruido

La ‘amusia’ es un trastorno neurológico que afecta la capacidad de una persona para procesar y percibir la música de manera adecuada. Las personas que la padecen pueden tener dificultad para distinguir entre diferentes tonos, ritmos, melodías y armonías, y pueden percibir la música como ruido o simplemente no ser capaces de apreciarla.

Se calcula que un 4% de la población mundial la padece y esta puede ser congénita (lo que significa que la persona nace con ella) o adquirida (como resultado de una lesión cerebral o un accidente cerebrovascular).

La ‘amusia congénita’ es muy rara y se cree que puede estar relacionada con una alteración genética en las regiones del cerebro que procesan la música.

Por su parte, la ‘amusia adquirida’ puede estar causada por una variedad de factores, como traumatismos craneales, tumores cerebrales, infecciones, enfermedades neurodegenerativas, accidentes cerebrovasculares, entre otros.

Es diagnosticada a través de pruebas neuropsicológicas y puede tratarse con terapia musical y terapia cognitiva conductual, aunque en algunos casos puede ser irreversible.

 

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¿Cuál es el origen del término ‘jamacuco’?

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan sobre el origen del término ‘jamacuco’.

¿Cuál es el origen del término ‘jamacuco’?

Utilizamos habitualmente el término ‘jamacuco’ para referirnos a una dolencia o malestar que ha padecido alguien (por ejemplo: ‘A fulano le ha dado un jamacuco por la calle y se ha caído redondo al suelo’).

El término jamacuco no fue recogido por el diccionario de la RAE hasta su edición de 2001 (aunque hay constancia de su existencia y uso desde hace varios siglos), pero en la publicación académica simplemente se le da la acepción de ‘Indisposición pasajera’ (cuando por norma es utilizada la palabra para referirse a alguna patología algo más importante o severa).

También cabe destacar que, tal y como indica el filólogo y escritor, Fernando Iwasaki, en su premiado libro ‘Las palabras primas’, […] la Sociedad Española de Neurología admite la voz jamacuco como sinónimo de ictus, apoplejía, embolia, trombosis y otros traumatismos de la fisiopatología cerebrovascular […] (debo reconocer que no he encontrado referencia alguna a dicha palabra en ninguna búsqueda de las muchas que he hecho en la web de la SEN).

Tal y como os indico al inicio del post, a pesar de no haber sido recogido el término hasta la edición de 2001 de la RAE, sí que existe constancia de hace varios siglos de su existencia y uso. Por ejemplo aparece en los diccionarios de Esteban de Terreros y Pando (1787), Ramón Joaquín Domínguez (1853) o de Elías Zerolo (1895) y en los tres casos remitiendo a la entrada ‘zamacuco’ e indicando que se trataba de lo mismo.

Pero, el término ‘zamacuco’ (o ‘xamacuco’, como también aparecía en aquella época) sí que estaba recogido en el Diccionario de Autoridades de 1739 y, originalmente,  nada tenía que ver con dolencias o problemas de salud, sino que hacía referencia a ‘el hombre tonto, torpe y abestiado’ (como vulgarismo) y ‘a la embriaguez o borrachera’.

En la edición de 1925, del diccionario usual, se le añadió una tercera acepción al término zamacuco: ‘Hombre solapado, que calla y hace su voluntad’, pero en ningún momento había rastro o referencia alguna a dolencias de salud, hasta que apareció recogido en 2001 en la forma ‘jamacuco’ y el diccionario de la RAE, en la entrada correspondiente a este vocablo, remite, como origen del mismo, a ‘zamacuco’.

Lo que tampoco tiene demasiado claro los académicos es la etimología de la palabra, señalando que ‘quizá’  provenga del árabe clásico ‘ṣamakūk’, cuyo significado era ‘necio, malicioso’. Pero el diccionario de arabismos de Federico Corriente discrepa de este origen, señalando que ‘podría’ tratarse de un caso de metátesis con la palabra ‘mazacuco’, proveniente del árabe ‘maṣkūk’ y con significado de ‘golpeado en el cogote’.

 

 

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¿De dónde surge llamar ‘hipocondriaco’ al individuo exageradamente aprensivo con su salud?

Se conoce como ‘hipocondría’ al síndrome que se caracteriza por una exagerada preocupación por padecer cualquier tipo de enfermedad, siendo muchas de esas dolencias que se sienten de origen imaginario. Aquella persona que desarrolla esta patología (que suele ser por factores psíquicos pero no físicos) es denominada como ‘hipocondriaca’.

¿De dónde surge llamar ‘hipocondriaco’ al individuo exageradamente aprensivo con su salud?

Al médico griego Hipócrates de Cos (que vivió entre el 460 a.C y el 370 a.C) se le atribuye una teoría (altamente defendida por los filósofos y expertos de la época) que catalogaba la personalidad de los individuos en cuatro estados y que fue conocida como la ‘Teoría de los humores’ y en la cual destacaba que el cuerpo humano producía una serie de fluidos (humores) que recorrían por el interior del organismo de cualquier persona y que eran los responsables de las enfermedades o estado de ánimo de cada individuo.

Esos fluidos eran: la sangre (producida por el corazón) la cual proporcionaba valentía y corajela bilis amarilla (producida en el hígado) que daba exacerbación y mal carácter;  la bilis negra (que se producía en el bazo y el hipocondrio) responsable del decaimiento, tristeza y la depresiónla flema (que se producía en los pulmones) que convertía a la persona en indiferente y aplacada.

El hipocondrio se encuentra inmediatamente debajo de las llamadas ‘costillas falsas’ y fue precisamente la relación de esa ‘bilis negra’ con la tristeza y depresión que padecían algunas personas (según dicha Teoría de los humores) la que originó que se conociera como ‘hipocondría’ al miedo a padecer enfermedades, debido a que el temor a padecerlas proporcionaba tal decaimiento en el ánimo de las personas.

Con el paso de los siglos y ya descartado científicamente este tipo de teorías, los términos ‘hipocondriaco’ e ‘hipocondría’ continuó utilizándose con el mismo sentido.

El término ‘hipocondriaco’ nos llegó a través del latín tardío ‘hypochondriacus’, proviniendo del griego ‘hypochondriakós’ y este a su vez de ‘hypochóndrion’ (hipocondrio) formado por ‘hypo’ (debajo) y ‘khondrión’ (cartílago), significando literalmente ‘cartílago que está debajo’ (de las costillas).

 

 

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El trastorno neurológico que provoca convertirse en multiorgásmico

Se conoce como ‘multiorgasmo’ al hecho de obtener varios orgasmos seguidos durante una relación sexual en un intervalo muy corto de tiempo, siendo en mayor medida las mujeres a quienes más les ocurre.

El trastorno neurológico que provoca convertirse en multiorgásmico

Pero, fuera de lo que son las relaciones sexuales, también existe un extraño trastorno el cual provoca a quienes lo padecen orgasmos espontáneos de forma repetida a lo largo de, prácticamente, todo el día.

Este desorden es llamado ‘Trastorno de excitación genital persistente’ (PGAD es su acrónimo en inglés) y se tiene conocimiento de su existencia desde mediados de la década de 1980.

Quienes padecen de PGAD pueden llegar a tener en un mismo día hasta un centenar de orgasmos. Pero éstos no son placenteros y ni tampoco suelen ir acompañados de eyaculación (en el caso de los hombres), sino que se trata de una especie de sacudida o calambre que sienten en la zona genital muy semejante al orgasmo pero que les causa dolor y fatiga en lugar de placer.

Los pacientes de PGAD no pueden llevar una vida normal y corriente, debido a que, los días que sufren uno de esos episodios multiorgásmicos, el momento de sentir el latigazo les puede pillar en cualquier lugar, algo que suele incomodar (no solo a ellos sino también a quienes les rodean).

Los expertos descartan cualquier vinculación de este trastorno como enfermedad sexual y lo relacionan a un desorden neurológico. A día de hoy no existe tratamiento médico, por lo que se recomienda a los pacientes que padecen el trastorno de excitación genital persistente que se abstengan de viajar en transportes como un tren (evitando así cualquier traqueteo), no llevar el móvil en el bolsillo del pantalón en modo vibración e incluso evitar practicar de determinados deportes.

 

 

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