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El recibo de la luz, las tarifas “felices” y David Bisbal

Desde hace un tiempo han ido floreciendo nuevas modalidades de contratación para el suministro eléctrico de hogares y, lo que parece una noticia esperanzadora, puede causar escalofríos si analizas algunos casos concretos. Primero por las reacciones que he observado en gente de mi entorno y, en segundo lugar, por mis convicciones sobre este sector que proceden fundamentalmente de la visión y propuestas de la Fundación Renovables (editora de este blog).

Hablo por ejemplo de la tarifa “tiempo feliz” (comercializada como «Tempo Happy») de una conocida eléctrica “italiana” que promete dos horas al día gratis todos los días de la semana, un día entero gratis a la semana o, en su última vuelta de tuerca, no te facturan las 50 horas de mayor consumo. Esta modalidad, a mi entender, es «engañosa», invita al derroche concentrado en determinadas horas y lleva a los usuarios a la confusión. En cualquier caso y suponiéndoles buena fe… ¿una gran eléctrica regalando algo?

Si la calculadora de mi móvil no falla y un mes tiene 720 horas, pasarás a pagar 670 de las mismas a un precio excesivo (actualmente las ofertan a 0,15569 € el kWh) mientras que el precio de la tarifa regulada en 2018 (un año no especialmente barato) estuvo de media a 0,12335 € el kWh.

Distribución de las horas de un mes de 30 días con la tarifa “tiempo feliz”

Pese a ser una modalidad poco clara a priori pueden llegar a salir las cuentas si concentras mucho consumo en pocas horas pero… ¿queda ahí la cosa? No, mientras te regalaban 50 horas, te han pasado a la modalidad de Discriminación Horaria (la antigua tarifa nocturna) en la que 14 de las 24 horas que tiene el día sí que resultan especialmente baratas (aproximadamente 0,08 el kWh) pero para ellos. Son en total 388 horas mensuales en las que te están cobrando prácticamente el doble (0,15 € y pico el kWh) de lo que pagarías si te acogieras a una tarifa de Discriminación Horaria real, una muy buena opción (esta sí) para la mayoría de los hogares.

Distribución de las horas de un mes de 30 días con una tarifa de Discriminación Horaria real

 

Si vamos más allá del término de energía y ponemos el foco en la potencia contratada también pagarás más: 3,46 € / kW y mes es el precio de la potencia en la tarifa regulada frente a 3,98 € / kW y mes de la dichosa tarifa feliz. Efectivamente es una tarifa muy feliz para la cuenta de resultados de cualquier compañía que juegue a regalar horas y tal será su margen que les permite incluso organizar conciertos con David Bisbal (efectivamente estimado lector, no le había mencionado al azar en el titular).

Imagen capturada de tempoconbisbal.com

En definitiva, salvo que tengas derecho al bono social, puedes plantearte abandonar el paraguas de la tarifa regulada porque hay opciones honradas en mercado libre y a precios competitivos. Si te decides a dar ese paso mi consejo sería, como señalaba en un artículo anterior, que lo hagas a través de tarifas de energía verde, sencillas, de precio fijo, sin costes añadidos y sin horas “regaladas”. En el próximo capítulo, las tarifas “planas” del recibo de la luz.

Por Iván de Otto – consultor en SdeO Comunicación y socio de FR

Resumen del mercado eléctrico en noviembre: ¡Seguimos con las bajadas!

Se han cumplido las previsiones de octubre y noviembre ha pronunciado las bajadas de precios comenzadas el mes anterior, aunque seguimos hablando de un mes caro, tanto en mayorista como para domésticos. Y los medios de comunicación, salvo honrosas excepciones, siguen sin decir nada al respecto: las bajadas no son noticia y no generan alarma…

Precios regulados domésticos – PVPC

La factura baja sólo un 1,1% hasta los 67,4 € y toma un valor muy parecido al del año pasado 67,1€. A pesar de la bajada es un valor ligeramente alto para noviembre ya que si la comparamos con la media de los 4 últimos noviembres, es superior en un 2,6% (65,7 €) y al igual que ya pasara el mes pasado, es el noviembre más caro de la historia de precios regulados.

La diferencia de precios con respecto a otros noviembres se ha encontrado, como viendo siendo norma últimamente, más en las horas valle que en las punta. De hecho podemos observar como el spread medio de precios (la diferencia de precios entre máximos y mínimos) para los meses de noviembre, cada año es más reducido, o dicho en otras palabras, año tras año cada vez hay menos diferencia entre los precios caros y los baratos. Esto es algo que también está sucediendo en el mercado mayorista OMIE, del cual depende en parte el PVPC.

La mayoría de días el precio del kWh ha estado oscilando entre los 12 y los 13 céntimos, quedando finalmente y según el perfilado de REE en 0,129843 €/kWh.

La previsión para diciembre es que la factura repunte algo, según está evolucionando el mercado de futuros, situándose de momento sobre los 68,4 € (subida de un 1,5%). Para el global del año sigue empatada, con la de 2014 en 785 €, esto es, la segunda más cara de la historia tras la de 2012 (793 €). Recordemos también que son menos de la mitad de los consumidores los que están en mercado regulado, el resto, los de mercado libre, la mayoría de ellos seguramente se encuentran peor y desde hace más tiempo (los que lleven tiempo con las grandes).

Mercado mayorista de electricidad – OMIE

Noviembre ha cerrado precio en 61,9 €/MWh (0,33 € por debajo de su última cotización) con una bajada del 4,8 % con respecto a octubre, subida del 4,7 % con respecto al mismo mes del año pasado o la más importante para mí, del 16,2 % con respecto a la media de los últimos 4 noviembres. Al igual que sucedía con los precios domésticos y a pesar de la bajada, estamos ante un mes caro. De hecho ha sido el noviembre más caro desde el del año 2008 (66,52 €/MWh).

 

El alza de precios se ha dado a todas horas, excepto quizás en el pico de la noche, con valores medios muy parecidos a los de 2017. Al igual que pasara con los precios domésticos, el spread medio para este mes se ha ido reduciendo año tras año y si en el 2014 era de 35 €/MWh en este queda en poco más de 22 €/MWh.

Aunque las horas baratas son función del viento y demanda en ese momento y por tanto bastante variables, las horas caras parecen haber tenido el techo rondando los 70 €/MWh.

A nivel de contratación bilateral este mes la nuclear sigue colocando así la mayor parte de su energía (85,3%), no pasando por tanto a formar parte del sistema de fijación de precios. Lo mismo sucede con otras fuentes como la eólica donde la contratación bilateral supuso el 14,9% de la energía generada, la gran hidro (53,8%), el carbón (6,1%) y la fotovoltaica a modo testimonial (0,1%). La contratación bilateral supuso el 22,4% de la energía generada. La contratación bilateral entre comercializadoras (comercializadoras que le venden energía a otras, normalmente más pequeñas y que no son capaces de tener una infraestructura de compras) supuso el 29,3% del total de la energía gestionada en bilaterales (10,47 GWh).

Nuevo retroceso en el número de horas fijadas por el agua y en este mes también por la cogeneración, que se las ceden al carbón y en menor medida los ciclos. Las horas en que el agua fija los precios son las diurnas mientras que las nocturnas son las del carbón y en menor medida la cogeneración.

El precio medio del año hasta el 30 de noviembre es de 56,87 €/MWh y el estimado para todo el año completo baja 4 céntimos respecto al de octubre y asciende a 57,24 €/MWh, así que finalmente ¡2008 será un año muy caro!

Futuros

Bajadas generalizadas en los próximos meses, excepto para febrero del 19 que sube precios y a más largo plazo los 2 últimos trimestres del año 19, Q3 (62,33 €/MWh) y Q4 (63,63 €/MWh). Ligero repunte también para el año completo 2019, que parece empeñarse en quedar por encima de los 60 €/MWh valor increíblemente alto y que debería ser incompatible con la nueva renovable que debe empezar a entrar ya en ese año (todo dependerá de la eólica, la solar, hasta que no haya una incorporación tan masiva como la eólica, no creo que haga bajar mucho el precio).

Aunque queda un mes para cerrar el trimestre actual Q4, el precio quedó en noviembre en 63,56 €/MWh que si promediamos con la última previsión de diciembre (61,22) entonces Q4 debería quedar sobre los 62,4 €/MWh, esto quiere decir que el corte beneficio/pérdidas para el aseguramiento del trimestre estará sobre mediados de mayo

Fuentes de generación y emisiones

Impresionante desplome de la generación termosolar, que aunque le corresponde por pura estacionalidad, ha tenido el peor resultado desde noviembre del 2014, con una generación de menos de la mitad de lo que le correspondería en este mes, le sigue la otra solar, la fotovoltaica y la nuclear con 2 reactores parados por recarga (Almaraz I y Ascó I) casi todo el mes.

En el otro lado y para compensar la energía no generada por las nucleares, tenemos fuerte repunte de las fuentes más caras: Gran hidro, Ciclos y en menor medida el Carbón. Curioso el comportamiento de los ciclos este año, con más generación de lo habitual desde Marzo, justo al revés que el carbón, pero es que en este noviembre se ha generado mucho con gas, casi tanto como el noviembre de 2016. Esto puede ser debido al fuerte incremento de precios que ha tenido hasta octubre el precio del carbón mayorista y también el de los derechos de emisión que afecta particularmente al carbón (la generación con ciclos emite menos de la mitad de GEI que con carbón). Y aunque en noviembre los precios del carbón han caído un 9% el de los derechos de emisión ¡se han incrementado nada menos que un 23%! Esto unido a la eliminación del céntimo verde al gas del RD 15/2018 puede haber provocado esta situación este mes.

Igual que el año pasado fue un año solar excepcional, este está siendo francamente malo, con una generación muy por debajo de lo normal y aún así, como tenemos tan poca instalada, no influye demasiado en el cómputo de generación renovable que este año vuelve a recuperar cuotas y acabará rondando el 40%, por encima de los 3 años anteriores y será debido, en este mes, sobre todo al agua (10,6% de cuota) y al viento (21,6% de cuota) que han destacado por encima de lo habitual para noviembre.

Así que alta cuota renovable y baja generación con carbón (aunque mayor con ciclos), se traducen nuevamente en un moderado incremento de Gases de Efecto Invernadero (GEI), que aunque baten récord del año ya que habrá un aporte de 6,61 millones de toneladas de CO2 (a confirmar por REE cuando salga el dato oficial. El anterior máximo del 2018 fue en septiembre con 6,57 Mt/CO2), no se había dado una emisión tan baja para este mes desde el de 2014. En lo que va de año, el sistema eléctrico habrá emitido a la atmósfera 58,7 Mt/CO2, un 13,6% menos que el mismo periodo del año pasado (67,9 Mt/CO2). Terminará el año rondando los 65 Mt/CO2 emitidos. El factor de emisión se sitúa en 0,297 tCO2/MWh (a confirmar por REE) y para lo que va de año en 0,246 tCO2/MWh.

Sin cambios en el ranking de fuentes que más han generado en lo que va de año, que son, por orden: nuclear, eólica e hidráulica

Debido a los altos precios de Francia, el saldo neto de la interconexión pasa de importador a exportador en noviembre, algo que no sucedía desde Marzo, mes récord de eólica. Justo lo contrario ha pasado con la de Portugal.

Mercados europeos

Es divertido comprobar qué ha pasado este mes en los mercados europeos: los que tradicionalmente son más caros, Reino Unido, Italia y España son los únicos que bajan precios respecto al mes anterior (Italia la que lo hace con mayor intensidad) y el resto suben.

Los países más caros han sido Bélgica (77,75 €/MWh), Reino Unido (70,25 €/MWh) y Francia (67,81 €/MWh) mientras que los más baratos fueron nórdicos (48,37 €/MWh), Alemania (56,68 €/MWh)…. y ESPAÑA (61,97 €/MWh) (quitándole el puesto, por muy poquito, a Holanda)

Noviembre ha sido un mes especialmente caro para Alemania y nórdicos (un 54% más caros que sus respectivos últimos 4 noviembres) y los que han tenido precios más «normalitos» aunque también algo más caros de lo normal, han sido Italia (14%) e Ibéricos (16%).

Bélgica ha seguido sufriendo con su mayoría del parque nuclear apagado (6 de 7 reactores) por recarga y obras en de refuerzo de hormigón y ha estado 4 días por encima de los 80 €/MWh (días 2, 5, 21 y 26, siendo especialmente duro el día 21 que llegó a cotizar a 184,86 €/MWh), arrastrando a Francia.

El frío notable de la segunda quincena del mes y el consiguiente aumento de la demanda han ayudado a este incremento de precios en casi toda Europa.

España ha sido el país con menor volatilidad de precios diarios mientras que el mayor esta vez ha sido Bélgica en vez del tradicional puesto reservado a Alemania.

En la media anual, seguimos en nuestro habitual tercer puesto tras Reino Unido e Italia, pero Bélgica, si continua en diciembre con su mayoría del parque nuclear parado (y fácilmente así seguirá, puesto que la primera en reconectarse será DOEL4 para mediados de mes) y vuelve el frío, quizás nos adelante. Los países más baratos del año son Nórdicos y Alemania (muy cerca) y a mayor distancia Francia.

Por Francisco Valverde – Analista del mercado eléctrico "

La innecesaria “interrumpibilidad” que nunca se aplica y encarece nuestra factura eléctrica

Por José María González Vélez – Presidente de Gesternova

recibo de la luz

En las cuentas del Sistema Eléctrico hay varios conceptos que el usuario, por lo general, ignora y que no dejan de sorprender, en algunos casos por su cuantía y en otros porque sigan vigentes cuando han perdido el sentido que en algún tiempo pudieron tener. En el primer grupo figuraría, por ejemplo, la operación del sistema y en el segundo —en el que quiero detenerme— una de las anomalías de este sistema como son los pagos por interrumpibilidad, que es lo que perciben ciertos grandes consumidores de electricidad por prestarse a ser privados del suministro en determinadas circunstancias, si así lo requiere el Operador del Sistema.

Según los datos provisionales de Red Eléctrica de España (REE), la demanda nacional en 2016 fue de 265.317.000 MWh, un 0,8% superior a la de 2015. Al coste de cada uno de esos MWh en el mercado diario tenemos que añadir otros conceptos como, por ejemplo, la operación del sistema por la que pagamos el pasado año 3,33 €/MWh, es decir 883,5 millones de euros (M€) en el año, o la citada “interrumpibilidad” que alcanzó los 517,4 M€.

Parémonos un momento a analizar este coste porque la cosa tiene miga. Según REE la potencia instalada en el sistema es de 105.308 MW. Cierto es que no toda está disponible siempre, pero cubre de sobra 1,5 veces el pico de demanda, sin contar la capacidad de las interconexiones.

El récord absoluto de potencia demandada, que incluye verano e invierno, se produjo el 17 de diciembre de 2007 y se elevó a 45.450 megavatios. La punta de demanda en 2016 ha sido de 40.489 MW, un 10,9% inferior al récord de 2007. Considerando la potencia disponible en no más de 70.000 MW, ¿tenemos de verdad que pagar por derecho del sistema a interrumpir hipotéticamente 517,4 M€? ¿Así se protege al pequeño consumidor o se protege a los grandes consumidores? Para este año 2017 están presupuestados otros 550 M€ por un servicio que seguro no se usará.

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Contadores inteligentes para unos… tontos para otros

Por Mariano Sidrach de Cardona – Catedrático de la Universidad de Málaga

contador de la luz

Necesitamos cambiar nuestra forma de consumir energía. Nadie a estas alturas niega la responsabilidad de cómo producimos y consumimos energía en problemas tan serios e importantes como el cambio climático y la contaminación del aire que respiramos. Problemas cuya solución necesita de un cambio de actitud y de mentalidad de todos nosotros. Tenemos que empezar a consumir menos y a consumir mejor, es decir, tenemos que priorizar el ahorro y la eficiencia energética, para hacer posible el cambio al uso masivo de las energías renovables para nuestro abastecimiento energético.

Las claves para conseguir la concienciación ciudadana necesaria para poner en marcha este cambio de modelo energético son la educación y la información. Es difícil cambiar aquello que no conocemos o de lo que no disponemos de información suficiente.

Vivimos en la era de las tecnologías de la información y de la comunicación. Disponemos de forma inmediata de acceso a gran cantidad de información, podemos conocer en tiempo real casi cualquier cosa imaginable, el tiempo, la producción de energía, la contaminación del aire en muchas ciudades, etc… tenemos aplicaciones en nuestros dispositivos móviles capaces de acceder a cualquier tipo de información.

¿Cómo es posible que no podamos conocer en tiempo real el consumo energético de nuestra vivienda?

Se venden en el mercado infinidad de dispositivos que podemos acoplar en nuestras líneas eléctricas para conocer el consumo eléctrico, y cualquier estudiante de informática puede, a partir de plataformas abiertas, programar de forma más o menos sencilla un medidor doméstico de energía. Sin embargo, no tenemos acceso directo y en tiempo real a los datos de nuestro contador de energía eléctrica.

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Frío + abuso eléctrico = cambio en el sistema de fijación del precio

Por Joan Herrera – Abogado

España: un país grande, con un mix energético variado y con una potencia instalada muy superior a la que se necesita. Y sin embargo, sube la demanda un 12% por las bajas temperaturas y la fijación del precio se incrementa un… 110% tal y como nos recordaba Sergio de Otto. Cuanto más frío, más posición de dominio del oligopolio, más saqueo eléctrico.

  • ¿Qué está pasando? Algo tan simple como que, 20 años después de la pretendida liberalización del sector eléctrico, el oligopolio marca sus reglas y esconde detrás de la complejidad de su sistema un modelo opaco. El Ministro de Energía atribuye a causas meteorológicas el aumento del precio de la electricidad, al aumento del precio del petróleo y a los problemas de seguridad de las centrales nucleares francesas. Pero la realidad, la cruda realidad, es que opera una ecuación bien simple: a más frío, más demanda y a más demanda, más posición de dominio, mayor aprovechamiento de las circunstancias y mayor saqueo eléctrico. 
  • ¿Dónde estamos? En el rincón de Europa con la electricidad más cara para el pequeño consumidor, las eléctricas más ricas en términos relativos y con límites y fronteras absolutas para impedir que consumidor pase a ser consumidor y productor (prosumidor) en contra de lo que marca el “Winter package” presentado de forma reciente por la comisión.
  • ¿Dónde está la trampa? Como casi siempre el diablo está en los detalles. En muchos detalles: los pagos por capacidad que se perciben de forma arbitraria, los Costes de Transición a la Competencia cobrados de más, la posición de dominio de las empresas distribuidoras que hacen que aquellos que no forman parte del oligopolio lo tengan más complicado para entrar. Pero entre todos los detalles hay uno que llama poderosamente la atención: la fijación del precio. El modelo de fijación de precios hace que el precio se fije no tecnología por tecnología, sino todas las tecnologías juntas. Y de esta manera, en el marco de la ley, se consigue una extraordinaria alteración del precio. El precio que en cada hora percibirán todas las centrales acopladas a la red, será el precio de la electricidad ofertado por la última central que satisfaga la última unidad de electricidad demandada. De esta manera, centrales que han ofertado precios inferiores acaban percibiendo un precio superior, sin perjuicio de la central que cierra el precio de mercado (la tecnología más cara) que percibirá su propia oferta. Así, tecnologías amortizadas desde hace años ganan mucho, y lo hacen a costa de consumidores y a costa del funcionamiento del conjunto de la economía. Ejemplo: los costes de nucleares e hidroeléctricas pueden estar en torno a 10 y 22 euros por megavatio hora. El pasado jueves, la electricidad la cobraron a 85 euros, llegando a multiplicar por 8 o por 4 el coste de generación y el coste cobrado. Mientras, los precios los marcan los ciclos combinados, con precios indexados en el precio del petróleo.

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El Ministro y el precio de la luz

Por Fernando Ferrando – Vicepresidente de la Fundación Renovables

factura eléctrica

Llevamos una semana en la que el incremento del precio de la electricidad ha sido y seguirá siendo “trending topic”, motivado por una subida de la demanda de electricidad hasta alcanzar algo más de 42.000 MW, récord de los últimos años, que ha supuesto que el precio final de casación del kWh supere los 9 céntimos de euro.

Frente a este clamor, el Gobierno, a pesar de las múltiples apariciones en los medios del Ministro Nadal, no solo no ha sabido explicar cuáles eran las razones y las acciones que habían tomado e iban a tomar, sino que además ha contribuido a incrementar el temor de la consolidación de una subida desorbitada de la electricidad. Cifrar en declaraciones a los medios un incremento de 100€/año de la factura eléctrica para 2017, sin explicar cómo, ni a quien le va a afectar, cuándo se va a producir, o por qué son 100€ y no otra cifra, solo vale, al margen de crear alarma social, para habilitar un marco de actuación empoderando a un Ministerio que, aunque esté empezando, ha dado ya claras muestras de su inactividad.

Hablemos claro, el primer problema del Gobierno actual y de la política energética que se ha desarrollado en los últimos cinco años, es haberse atribuido como un logro de su gestión cuando los precios de la energía eléctrica estaban por los suelos y no como consecuencia de un sistema de fijación de precios perverso que cierra precios muy bajos cuando no hay anticiclón y no hay demanda y los dispara en situaciones contrarias como la actual.

El problema no es que al subir un 12% la demanda, el último kWh que cierre precio supere los 9 céntimos, sino que este precio se aplique, no a esa última unidad, no a ese 12%, sino a toda la energía consumida, incrementando el precio para el resto de tecnologías que ofertaron precios inferiores en relación con sus costes de generación, lo que lleva implícito un sobrepago con respecto a lo ofertado. Si el modelo no fuera marginalista el efecto sobre el precio final de la electricidad sería asumible o al menos no sería portada de todos los periódicos.

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La factura de la luz: asignatura pendiente

Por Raquel Duque – Abogada de Aletra

recibo eléctrico

La electricidad forma parte del día a día de todos y cada uno de nosotros, es un elemento imprescindible en nuestra vida cotidiana. Pero a pesar de que tenemos que pagar (y mucho) por ella, a la mayoría de nosotros eso de entender la factura nos parece un estudio inasumible.

Bien es verdad que hace años la factura de la luz no era más que una división de columnas numéricas y apenas se describían los conceptos objeto de facturación. ¡Qué ilegibles eran aquellas barras con filas de números de fondo amarillo! La cosa ha cambiado, desde hace un par de años, las facturas de la luz se están transformando y son mucho más fáciles de entender que antes. Lo que pasa es que todavía tenemos el resquemor de aquella ilegibilidad y comprender la factura es una asignatura pendiente para la mayor parte de los consumidores.

Pero amigos, ¡va siendo hora de presentarnos al examen! No podemos continuar evadiendo entender un gasto del que depende, como decía, nuestro día a día: poner la lavadora, pasar la aspiradora o cocinar puede ser mucho más caro si no entendemos cómo funciona la facturación de la electricidad y las opciones que tenemos.

Es cierto que por uno mismo, de entrada, es algo complicado, pero si me permitís, os voy a dar unas pistas que serán una buena base para que continuéis investigando:

La diferencia entre el mercado libre y el mercado regulado

El mercado de la electricidad está “semi-intervenido” y existe un mercado regulado donde el Gobierno controla los precios ofreciendo tarifas protegidas para los consumidores (bono social o tarifa de último recurso) y otro libre donde los precios los deciden las empresas.

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Tú y tu factura energética

Por Sergio de Otto – Periodista especializado en energía

factura eléctrica

Este blog nació para sensibilizar a los lectores de este medio sobre todo lo relacionado con la energía partiendo de una premisa fundamental: esto, lo de la energía, no es el negocio de unos pocos sino un derecho, el nuestro, el de los ciudadanos. Desde aquí intentamos compartir con vosotros una visión de la energía que, como dice nuestro ideario, “en el fondo está más ligada a la ética que a la economía, al futuro que al presente, a la urgencia que a la complacencia”.

Detrás de estas palabras, de estas buenas intenciones, de nuestros posicionamientos, de los análisis geoestratégicos (que también los hay) o de la crítica a nuestra deficiente regulación existe una realidad palpable y medible: tu factura energética. Sí, hablo de tu factura energética y no solo de la del suministro eléctrico (“la de luz” para entendernos) que es la que nos preocupa casi exclusivamente a la mayor parte de la gente.

En tu presupuesto personal, familiar o en el de tu pyme existe una partida muy importante (más cuantiosa proporcionalmente cuanto menos sean tus recursos) para acceder a esa energía que en la Fundación Renovables defendemos como un derecho. Pagas por tener electricidad en tu casa o en tu negocio, pagas por llenar el depósito de carburante de tu coche y pagas por calentar tu casa y el agua caliente.

Reconocer como derecho el acceso a la energía no quiere decir que deberían regalárnosla, no, no eso, el debate es otro. Lo que debemos reclamar los ciudadanos es que la regulación del sector energético en su conjunto tenga entre sus objetivos (además del prioritario de la sostenibilidad medioambiental si nos creemos la obligación de luchar contra el cambio climático) beneficiar a los consumidores y no a la cuenta de resultados de las grandes corporaciones energéticas como ha sucedido hasta ahora.

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La pobreza energética: una dura realidad que ya nadie discute…

Por Ana Isabel Ceballo Sierra – #CoopSumidores

candles

Me hubiera gustado elegir cualquier otro tema sobre energía y consumidores pero la actualidad, tristemente, se impone.

Todos compartimos que en pleno sXXI, los suministros de energía son un derecho básico para la vida de las personas y su desarrollo como ciudadanos.

En 2014, el 11% de los hogares se consideraban incapaces de hacer frente a las facturas energéticas. En concreto, actualmente 5,1 millones de personas son vulnerables a la pobreza energética en España, unos 22% en dos años.

La capacidad que poseen las empresas del mercado energético de interrumpir el servicio en caso de impago sin ninguna supervisión a priori del regulador, se convierte en un elemento coercitivo desproporcionado que no se ve equilibrado por ningún derecho de similares características de sus clientes, y tampoco lo es por las competencias del regulador o de los organismos de control. Este desequilibrio en favor del más fuerte condiciona absolutamente la posición de los consumidores españoles y es su principal fuente de sufrimiento. Sufrimiento que como sabemos puede llegar hasta las últimas consecuencias.

Ninguna entidad privada, con ánimo de lucro, puede tener un poder semejante, capaz de privar a los ciudadanos de los medios necesarios no solo para su supervivencia sino incluso para poder ejercer sus derechos civiles, sin ningún control administrativo o judicial previo.

Además toda una serie de factores agravan la situación de desamparo de los consumidores en materia energética, entre otros:

  • El 66% de la factura eléctrica son “impuestos”.
  • No existe una auditoría real e independiente de los costes del sistema. Se sigue apostando por las energías fósiles y ya se prevé que España incumpla los objetivos de EUROPA 2020 al respecto.
  • Los contadores inteligentes no ayudan a que el consumidor pueda mejorar su eficiencia energética.

Por otro lado, la regulación del bono social resulta del todo insuficiente e inadecuada:

  • Muchos de los consumidores que lo solicitan no llegan a beneficiarse del bono social. Ni son 2.5 millones cuando podrían ser más de 3.
  • Así mismo requiere una potencia contratada lo suficientemente baja que impide que muchos consumidores pueda acogerse.
  • Baremos económicos inadecuados y alejados de la realidad de las familias españolas y excluyendo a sectores de población con grave riesgo de exclusión social.
  • La normativa nacional es inexistente.
  • Deficiente definición del consumidor vulnerable”.

Dado que estamos hablando de un derecho fundamental, además es imprescindible acometer medidas de urgencia como:

  • Prohibición de corte de suministro a cualquier cliente sin autorización administrativa o judicial.
  • Obligación de las empresas de evaluar la situación de vulnerabilidad de sus clientes morosos debiendo solicitar informes negativos a los Servicios Sociales competentes en cada caso. Estando obligadas a tramitar los expedientes para solicitar las ayudas públicas.
  • Moratoria invernal.
  • Garantizar el suministro a determinados colectivos más allá del periodo invernal.
  • Mejora del sistema de alerta de los servicios sociales en caso de corte (obligación para la comercializadora).
  • Suministro mínimo garantizado a todos los consumidores.

Insisto, resulta fundamental invertir la posición de privilegio de las empresas respecto de sus clientes para que sean los derechos de estos últimos los que prevalezcan sobre los derechos de las empresas, haciendo a estas responsables de dar cuenta a la sociedad sobre el uso y destino que se le están dando a los fondos públicos y a los recursos naturales que se les ha permitido aprovechar.

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Las cooperativas eléctricas: una alternativa democrática al consumo de energía

Por Mariano Sidrach de Cardona – Catedrático de la Universidad de Málaga

Instalación de paneles fotovoltaicos

Protestamos poco y mal, sólo cuando estamos con los amigos, con la familia, en el bar. Mostramos nuestra profunda indignación, cargados de razón. Y hasta aquí dura nuestro enfado, nuestra protesta. Sin embargo, a la hora de la verdad, somos ciudadanos que no dedicamos ni un poquito de nuestro tiempo a tejer estructuras sociales que sirvan para defender nuestros derechos y transmitir a nuestros representantes políticos nuestra visión de la sociedad.

En general, no queremos saber nada o casi nada de cómo resolver problemas sociales y de convivencia que nos atañen a todos, ni siquiera aquellos que nos son más cercanos, que tienen que ver con nuestros vecinos, con nuestro bloque de pisos, con nuestro barrio, con nuestra ciudad, con nuestro trabajo, a no ser que afecte directamente a nuestro salario. Esperamos que alguien resuelva todos los problemas, sin pensar siquiera que sólo mediante la participación activa de la ciudadanía, el diálogo, la confrontación de ideas y la discusión entre personas de opiniones distintas y diversas, puede ir configurándose un entorno social y político donde se pueda avanzar, pensando sobre todo en el bienestar colectivo antes que en el beneficio personal.

Ejemplos tenemos muchos, pero me voy a centrar esta vez en la factura eléctrica: una factura que todos recibimos, que casi nadie entiende y que casi todos pagamos. Una tarifa eléctrica cuya estructura es un auténtico disparate -basta mirar el resultado final-. Por un lado, permite obtener grandes beneficios a las empresas eléctricas, mientras que, por otro lado, produce sufrimiento entre la población más desprotegida.  Nos estamos acostumbrando a llamar a esta injusticia “pobreza energética”, banalizando un problema grave que afecta a una parte cada vez mayor de nuestra población. Así, sin considerar que la energía debe ser considerada un derecho al que todos tengamos acceso, al que no paga la luz, se le corta, sea verano o invierno, sean familias con niños o con todos los miembros en paro.

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