Entradas etiquetadas como ‘Consumo’

Contadores inteligentes para unos… tontos para otros

Por Mariano Sidrach de Cardona – Catedrático de la Universidad de Málaga

contador de la luz

Necesitamos cambiar nuestra forma de consumir energía. Nadie a estas alturas niega la responsabilidad de cómo producimos y consumimos energía en problemas tan serios e importantes como el cambio climático y la contaminación del aire que respiramos. Problemas cuya solución necesita de un cambio de actitud y de mentalidad de todos nosotros. Tenemos que empezar a consumir menos y a consumir mejor, es decir, tenemos que priorizar el ahorro y la eficiencia energética, para hacer posible el cambio al uso masivo de las energías renovables para nuestro abastecimiento energético.

Las claves para conseguir la concienciación ciudadana necesaria para poner en marcha este cambio de modelo energético son la educación y la información. Es difícil cambiar aquello que no conocemos o de lo que no disponemos de información suficiente.

Vivimos en la era de las tecnologías de la información y de la comunicación. Disponemos de forma inmediata de acceso a gran cantidad de información, podemos conocer en tiempo real casi cualquier cosa imaginable, el tiempo, la producción de energía, la contaminación del aire en muchas ciudades, etc… tenemos aplicaciones en nuestros dispositivos móviles capaces de acceder a cualquier tipo de información.

¿Cómo es posible que no podamos conocer en tiempo real el consumo energético de nuestra vivienda?

Se venden en el mercado infinidad de dispositivos que podemos acoplar en nuestras líneas eléctricas para conocer el consumo eléctrico, y cualquier estudiante de informática puede, a partir de plataformas abiertas, programar de forma más o menos sencilla un medidor doméstico de energía. Sin embargo, no tenemos acceso directo y en tiempo real a los datos de nuestro contador de energía eléctrica.

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Aportaciones del autoconsumo fotovoltaico a la sostenibilidad urbana

Por Mariano Sidrach de Cardona – Catedrático de la Universidad de Málaga

Placa fotovoltaica

Fuente: Flickr/Edmund Tse

Mucho se ha hablado ya del papel que tiene que jugar el autoconsumo fotovoltaico en el necesario cambio de modelo energético que tenemos que realizar.

Vivimos en una sociedad fuertemente dependiente de los combustibles fósiles. Este consumo de energía hace que cada vez sea más difícil respirar aire puro, sobre todo para los habitantes de las ciudades. Por ello, plantearnos un modelo de ciudad más sostenible pasa inevitablemente por reducir el consumo de combustibles fósiles en las mismas. En ciudades como Málaga, donde las viviendas no suelen tener calefacción debido a las bondades de su climatología, casi la totalidad de las emisiones contaminantes son debidas a la movilidad y el transporte. La pregunta pertinente es, por tanto, cómo podemos reducir las emisiones. Para contestar a esta pregunta hay que hacer algunos números para saber dónde y para qué se consume energía en las ciudades, y seguiré con el ejemplo de Málaga.

Si calculamos el consumo energético total de la ciudad de Málaga por sectores, en las mismas unidades de energía, y tenemos en cuenta el número de habitantes de la ciudad, nos encontramos que cada malagueño gasta 22 kWh/día (datos del año 2013). ¿Cómo se distribuye este consumo?

En electricidad 7.0 kWh/día y en combustibles fósiles 15.0 kWh/día, de los cuales 13.7 kWh/día se deben al transporte y movilidad. Del consumo total de electricidad, 3.6 kWh/día corresponden a consumo residencial y el resto a servicios y administración pública.

Cabe destacar que el 89 % de todo el consumo energético residencial es eléctrico y el resto es gas natural y GLP (butano y propano, para entendernos).

En resumen, consumimos mucha energía, en mi opinión demasiada, y la mayor parte de nuestro consumo energético tiene que ver con el consumo in situ de combustibles fósiles. No son de extrañar los problemas de contaminación que padecemos. Evidentemente, este consumo tiene mucho que ver tanto con cómo está configurada la ciudad como con nuestros hábitos y necesidades.

Si quisiéramos cubrir todo el consumo eléctrico de la ciudad de Málaga con sistemas fotovoltaicos, un sencillo cálculo nos dice que sería necesario instalar 1000 MWp, y ocuparíamos un área que supone el 14.4 % del área total urbanizada del municipio de Málaga. Muchos de estos sistemas podrían ser instalados en generación distribuida mediante sistemas de autoconsumo, ocupando tejados y terrazas disponibles. No parece una tarea imposible y crearíamos muchos puestos de trabajo en esta tarea. Una gran cantidad de esta energía se consumiría directamente de los sistemas fotovoltaicos.

De esta forma, tendríamos disponible esta energía eléctrica, que ahora viene de la red, para la carga de vehículos eléctricos, con lo que sí tendríamos una disminución sustancial de las emisiones contaminantes. De acuerdo con los datos actuales, un tercio de los automóviles podrían ser eléctricos sin aumentar el consumo energético actual de la ciudad.

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Todo lo que deberías saber sobre tu consumo eléctrico y las eléctricas no quieren explicarte

Por Emilio Ballester – Presidente de la Fundacion Desarrollo Sostenible

calculadora y factura

El título, inspirado en la famosa película de Woody Allen, responde a la misma situación de partida: Los tabús, ya sean sobre el sexo o sobre la energía. Si sobre el sexo era la Iglesia y los poderes más conservadores los que propugnaban su represión y ocultación, sobre la energía ha sido nuestro oligopolio eléctrico y los sucesivos gobiernos de la democracia secuestrados por éste los que han conseguido un sistema eléctrico tan opaco y confuso, frente al que, durante años, hemos preferido callar y pagar. Ha sido más fácil  caminar hacia una sociedad con libertad sexual que con libertad energética.

Sepamos  de entrada que, la inmensa mayoría de españoles, estamos pagando más de lo que deberíamos al sistema eléctrico. No solo porque tenemos unas tarifas eléctricas de las más caras de Europa, sino porque solemos tener una potencia contratada mayor de la que necesitamos, porque nos incluyen servicios que no usamos o nos cambian el contador por otro que, a lo sumo, nos da el mismo servicio aunque más caro. Los comerciales que inundan nuestros domicilios y nos ofrecen el oro y el moro si nos cambiamos a su compañía eléctrica desaparecen cuando consiguen que firmemos un contrato que, bajo la apariencia de mejor, nos sale más caro y/o nos obliga a quedarnos  durante varios años  esquilmando  nuestros   bolsillos.

¿Sabemos la diferencia entre un kW y un kWh? ¿Sabemos cuántas tarifas eléctricas reguladas hay? ¿Sabemos dónde empieza el mercado libre y acaba el regulado? ¿Tenemos derecho al bono social? ¿Cómo reducir nuestro consumo o cómo combinar un autoconsumo fotovoltaico con una tarifa DH? Incluso ¿sabemos si podemos prescindir en parte o en todo del sistema eléctrico?  La democracia energética está a la vuelta de la esquina, pero la información sigue estando disfrazada en sofisticados anuncios comerciales, en enmarañados boletines oficiales o en campañas de desprestigio a las renovables.

Manténgase al  loro. En sucesivos artículos iré respondiendo a estas preguntas y otras que le interesan dentro de la campaña “Recorta tu Factura”, que se iniciará próximamente, un paso más hacia la información al alcance de todos para ejercer  el derecho a la energía