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Nueva Iniciativa Ciudadana Europea: “Quien contamina, paga”

Algunos amigos ecologistas me dicen que eso acaba en: “El que paga, contamina”. Y yo replico: “Hoy, el que contamina, no paga, y el que no contamina, pagará las consecuencias, en gasto sanitario y en un planeta incompatible con una sociedad humana organizada…”. O sea, hagamos que el que contamina, pague cada vez más. Y repartamos la recaudación entre los ciudadanos.

El cambio climático es, sobre todo, un problema de injusticia: norte-sur, ricos-pobres y generación actual- generaciones futuras. Las cuestiones de justicia y responsabilidad se evitan en el debate. Y cuando se mencionan, se hace recaer esa responsabilidad sobre los consumidores, cuando la responsabilidad máxima recae en los gobernantes que son los que realmente tienen capacidad para cambiar las cosas. O dejarlas como están, que es lo que llevan haciendo décadas. En los últimos 25 años poco o nada se ha hecho para corregir esta injusticia y las emisiones de CO2 siguen subiendo año tras año.

Las empresas de combustibles fósiles ganan miles de millones cada año, mientras sus negocios destruyen las condiciones de vida en el planeta. “Satisfacemos la demanda energética”, dicen. Ciertamente. Pero ya hay alternativas que pueden satisfacer esa demanda, sin destruir el clima. El caso es que no pagan por los daños que sus productos causan a la salud y al clima. Es la gente la que sufre las consecuencias de la mala calidad del aire y de un clima cada vez más dañino. Es la gente la que YA paga esos daños, en forma de mayor gasto sanitario y devastadores daños causados por el cambio climático: precios crecientes de los alimentos; daños a edificios e infraestructuras por tormentas, huracanes, lluvias torrenciales y eventos climáticos extremos; muertes por olas de calor; extinción de la biodiversidad; mayores y más devastadores incendios forestales; daños en ciudades costeras por la subida del nivel del mar; sequías, migraciones y un larguísimo etcétera.

Esta injusticia continúa solo para hacer aún más ricos a un puñado que ya son multimillonarios. Es la mayor transferencia de riqueza de miles de millones hacia unos pocos billonarios.

Hay una propuesta de acción climática que puede poner fin a esta transferencia masiva de riqueza: se la conoce como Cargo al Carbono con Devolución o Renta Climática. Consiste en hacer que los que contaminan paguen por el daño que causan y devolver el 100% de lo recaudado a los ciudadanos, a todos igual, por tarifa plana. Poco a poco, año tras año, para dar tiempo a empresas y consumidores a ir cambiando a productos y servicios sin CO2 en su proceso de fabricación. En varias décadas podríamos haber acabado con la adicción a los combustibles fósiles y frenar la emergencia climática hacia la que nos dirigimos.

El cargo al CO2 debe ser creciente. Empezar bajo para no causar un shock a la economía, pero subir año tras año de manera irreversible.

Los que apoyamos esta Iniciativa podríamos estar equivocados. O no haber tenido en cuenta posibles consecuencias indeseadas. Pero hay más de 3.500 economistas del máximo prestigio internacional, profesores en cientos de universidades, 27 premios Nobel, varios ex Secretarios del Tesoro de los EEUU y un sinfín de empresas, analistas y ONGs que afirman que un sistema de Precio al CO2 con Devolución es esencial para reducir las emisiones a CERO en varias décadas y frenar el cambio climático.

Se han firmado declaraciones de apoyo a este proyecto en los EEUU, Bélgica, Holanda y otros países. Recientemente, un grupo de ciudadanos europeos ha presentado una Iniciativa Ciudadana para que la Unión Europea estudie la viabilidad de una política de Cargo al CO2 con Devolución en los Estados Miembros.

Será un largo proceso pues se necesita un millón de firmas de ciudadanos europeos que respalden la Iniciativa para que pueda ser defendida ante el Parlamento Europeo.

El cargo al CO2 debe ser creciente. Empezar bajo para no causar un shock a la economía, pero subir año tras año de manera irreversible. La contaminación no debe ser gratis nunca más. El sistema propuesto de gravar el CO2 y repartir la recaudación es justo y transparente. Y devuelve el dinero recaudado en cada país a los ciudadanos de ese país, a todos por igual.

Por favor, ayuda a combatir tanto el cambio climático como la injusticia empleando un minuto en  apoyar esta Iniciativa urgente y justa ante la Comisión Europea. Y comparte este mensaje con tus contactos. Necesitamos un millón de firmas. Tus hijos te lo agradecerán.

La Iniciativa:

https://eci.ec.europa.eu/007/public/#/initiative

Por Emilio de las Heras – Experto en Cambio Climático y Economía "

Las falsas verdades del sector petrolero y la transición energética

El otro día tuvo lugar la reunión anual de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP). Las reseñas de prensa han sido “trending topic” en todos los medios. Traigo algunas de las perlas de la reunión y mi réplica:

1.- Luis Aires (BP) lamentó que “la intención del Gobierno socava los principios de libertad y progreso»

NO, no hay libertad y progreso si una tecnología causa muertes prematuras evitables y daña el clima por acumulación de gases, con consecuencias devastadoras, según la comunidad científica global. Como sea, la intención del Gobierno es cumplir los objetivos de la UE de descarbonización en 2050.

2.-“Va en contra del progreso y la neutralidad tecnológica» Luis Aires (BP)

NO, no puede haber neutralidad tecnológica si unas tecnologías emiten CO2 y otros contaminantes y otras tecnologías no (Vehículo Eléctrico y H2 con electricidad renovable).

3.-Crea incertidumbre» en el sector automovilístico.” Luis Aires (BP)

SÍ. Pero les avisa con 22 años para que aceleren su transición. ¿Qué otra industria ha sido avisada con 22 años?

4.-“Esa medida restringe la libertad de desarrollo del sector, poniendo además en riesgo la competitividad y el empleo» Luis Aires (BP)

NO: (a) el sector de combustibles fósiles solo puede desarrollarse de manera sostenible inventando alguna tecnología segura y barata de captura y almacenamiento de los productos de la combustión: CO2, NOx, PM,…  lo que parece imposible con 1.300 Millones de vehículos a motor dispersos en todo el mundo. (b) La competitividad nacional debe mejorar pues las energías renovables ya son más baratas que las fósiles y siguen abaratándose. (c) El empleo debe mejorar si se reemplazan energías importadas intensivas en gasto variable (combustible) por energías nacionales intensivas en coste de capital (construcción y montaje) con costes marginales tendentes a cero (agua, sol y viento renovables).

 

5.-“Que las distintas tecnologías compitan entre sí en igualdad de condiciones” Luis Aires (BP)

Puede ser, pero eso exigiría la internalización, en los precios de los combustibles fósiles, del daño que causan a la sociedad, tanto por la mortalidad anticipada de sus contaminantes químicos como por el cambio climático que causan sus gases de efecto invernadero.  En todo caso, la exigencia de descarbonización impulsada por la UE será de obligado cumplimiento.

6.-«Se pagan unos 17.000 millones de euros por impuestos especiales a los carburantes, por lo que preguntó qué impuestos se van a subir para recaudar esa cifra cuando prolifere el coche eléctrico» Luis Aires (BP)

NO, esos impuestos apenas dan para el mantenimiento de las infraestructuras, las carreteras.  La fiscalidad de los carburantes, una vez contabilizado el uso de sus infraestructuras es casi nula, según Nera Consulting. En la transición, la fiscalidad de los combustibles fósiles debe subir y  la fiscalidad de la electricidad sin emisiones debe bajar. Toda la flota, sea eléctrica o fósil, deberá contribuir al mantenimiento de las carreteras. O sea, los 17.000 M€ deberán ser pagados por los coches eléctricos cuando sean el 100% de la flota. Entre 33 millones de vehículos (DGT- 2016), resulta una media de 500€ anuales.

 7.- «Esto es golpe en la línea de flotación de la economía y a las principales empresas exportadoras» Imaz (Repsol) 

NO. Esto es un golpe en la línea de flotación del sector de combustibles fósiles. Es verdad que exportan, pero una fracción de lo que importan. Si se refiere a la industria del automóvil, tienen 22 años para reinventarse y seguir exportando coches eléctricos. La economía española debería mejorar su balanza comercial y se generará empleo neto.

8.- Imaz (Repsol) pidió al regulador «humildad» y apostó por no ser «pretenciosos» y respaldar la «neutralidad tecnológica«. «No hipotequemos al ciudadano«.

Sin comentarios…

Es totalmente comprensible su reacción. Está en riesgo de desaparición todo su modelo de negocio. Pero la sociedad debe erradicar los gases de efecto invernadero. La UE se ha propuesto que en 2050, sus emisiones sean CERO o casi CERO. Tendremos que empezar en serio en algún momento.  En aquellos sectores de actividad donde ya tenemos las tecnologías y, además, son más baratas, no podemos perder ni un solo año más.

Por Emilio de las Heras – Experto en Cambio Climático y Economía "

Fijar un suelo para el precio del CO2

La Unión Europea (UE) tiene el compromiso de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 20% en 2020, un 40% en 2030 y entre un 80 y 95% en 2050, siempre con respecto a los niveles de 1990. Para España estos compromisos se concretan en objetivos de reducción de emisiones diferentes, vinculantes a nivel estatal en algunos horizontes temporales y no vinculantes en otros. Estos objetivos requieren una transformación radical de nuestro modelo energético y pueden parecernos muy ambiciosos, pero en realidad ni siquiera llegan a ser suficientes.

El reciente informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) titulado El cambio climático de 1,5°C alerta de que, para evitar que el aumento de la temperatura media del planeta supere 1,5°C, es necesario descarbonizar nuestra economía de una manera más acelerada y profunda de lo que se estimaba hasta ahora, alcanzando un sistema global con emisiones netas nulas en 2050. De acuerdo con este informe, limitar el aumento de temperatura a 1,5°C en lugar de 2°C disminuye muy significativamente la probabilidad de fenómenos extremos asociados al cambio climático y reduce el riesgo de cambios de larga duración o irreversibles.

La UE también tiene unos compromisos relativos al porcentaje de energía de origen renovable y aumento de eficiencia que, además de contribuir a los objetivos de reducción de emisiones, tienen otras ventajas asociadas como la reducción de la contaminación local, por ejemplo, los episodios de contaminación del aire en grandes ciudades como Madrid, un menor consumo de combustibles fósiles y otros materiales o la generación de empleos asociados.

Además de estos compromisos, el principal mecanismo que la UE ha implementado para conseguir los objetivos de reducción de emisiones es el mercado de derechos de emisión de gases de efecto invernadero (conocido como ETS, siglas en inglés de European Trade System). Así, las actividades incluidas en los sectores ETS, que representan aproximadamente la mitad de las emisiones de la UE y entre las que se incluyen la generación de electricidad y los grandes consumos industriales, deberán adquirir en el mercado tantos derechos como emisiones de gases de efecto invernadero resulten de su actividad.

Los sectores no ETS (agricultura, edificación, residuos y transporte excluyendo la aviación), responsables de la otra mitad de las emisiones, no están obligados a adquirir derechos de emisión. Las estrategias para reducir las emisiones de los sectores no ETS se centran en el ahorro, la eficiencia, y el uso de energías renovables, así como en incentivos fiscales que propicien tanto la selección de tecnologías menos contaminantes como cambios de comportamiento.

Figura 1. Distribución por sectores de las emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión Europea en 2016. Fuente: European Environment Agency.

Pero volvamos al mercado de derechos de emisión. La justificación conceptual de esta herramienta es sencilla: el pago por el derecho de emisión es un mecanismo para internalizar los costes ambientales asociados a dicha emisión. Uno de los principales defensores de la tasación de las emisiones de gases de efecto invernadero es William D. Nordhaus, premio Nobel de economía de este mismo año. El comité de los Premios Nobel destacó que el profesor Nordhaus había demostrado que «el remedio más eficiente para los problemas causados por gases de efecto invernadero es un esquema global mediante el cual se impone una tasa de carbono universal».

El párrafo anterior requiere varios comentarios adicionales. En primer lugar, no está demostrado que remedios alternativos, tales como una fuerte regulación para reducir, a tiempo y en cantidad suficiente, las emisiones de CO2 no sean más efectivos. En segundo lugar, el propio concepto de internalización presenta muchos inconvenientes pues ¿cómo se traduce a un precio de CO2 la pérdida de biodiversidad asociada con la desaparición de un ecosistema, la extinción de una especie o las muertes humanas causadas por fenómenos extremos asociados al cambio climático?

Además de estas salvedades, el problema es que el mercado de derechos de emisión europeo lleva varios años siendo prácticamente inútil, puesto que el precio que ha estado fijando el mercado para los derechos de emisión es tan bajo que no supone en realidad ningún estímulo ni siquiera para, por ejemplo, dejar de utilizar fuentes de generación de electricidad altamente emisoras como las centrales de carbón.

Figura 2. Evolución del precio de los derechos de emisión de CO2 en €/tCO2. Fuente: sandbag.

Después de más de seis años por debajo de 10 €/tCO2, el precio de los derechos de emisión ha comenzado a subir en los últimos meses, llegando a superar 20 €/tCO2 entre los últimos días de agosto y los primeros de octubre de 2018. En España, algunos han asociado la progresiva subida del precio de la electricidad en el mercado mayorista que comenzó en mayo de 2018 con el aumento del precio del CO2. Sin embargo, existen varias causas adicionales que influyen directamente en esta escalada de precios. Una es el aumento del precio de las materias primas que utilizan algunas centrales, carbón y gas natural. La otra, es el carácter oligopólico del mercado mayorista: esto permite que, cuando el coste de una determinada tecnología aumenta (bien por un aumento del coste de la materia prima, bien por un aumento del precio del CO2), el precio al que ofertan el resto (incluida la hidroeléctrica) también lo hace, de manera que los impuestos ambientales, en lugar de alterar el orden de entrada al mercado y desplazar las tecnologías más contaminantes, se traduce en un aumento del precio que fija el mercado. Como resultado de este funcionamiento deficiente, en septiembre de 2018 el precio medio del mercado eléctrico no solo ha sido un 45% más alto que el valor medio para el mismo mes del año anterior, sino que las emisiones de CO2 han resultado un 18% superiores.

¿Cómo podemos garantizar que el precio del CO2 sea el suficiente para cumplir su cometido, es decir, reducir las emisiones asociadas a los sectores ETS tan rápido como es necesario para limitar las consecuencias del cambio climático?

Así pues, ¿cómo podemos garantizar que el precio del CO2 sea el suficiente para cumplir su cometido, es decir, reducir las emisiones asociadas a los sectores ETS tan rápido como es necesario para limitar las consecuencias del cambio climático? Podríamos resignarnos a pensar que debemos esperar a que Europa diseñe un mecanismo más efectivo, pero la realidad es que no tenemos tiempo, como nos recuerda el último informe del IPCC, el cambio climático avanza ya demasiado rápido para eso. Por ello, la experiencia de Reino Unido, todavía ejecutada en un contexto de pertenencia a la Unión Europea, puede servirnos de ejemplo a imitar.

Reino Unido introdujo en 2013 la política de apoyo al precio del carbono (Carbon Price Support) mediante la cual se establece un suelo para el precio de los derechos de emisión. En caso de que el precio de los derechos de emisión en el mercado resulte inferior a este suelo, aquellas actividades emisoras deben pagar una tasa por sus emisiones igual a la diferencia entre el precio que fije el mercado y el valor del suelo.  Además, el valor del suelo va aumentando con el tiempo, lo cual ha permitido a Reino Unido incentivar una descarbonización acelerada dentro del mecanismo vigente del mercado de derechos de emisión. El valor actual del suelo es de 18 £/tCO2 (21,6 €/tCO2) y permanecerá fijo hasta 2020. Los efectos de esta medida, que se concretan en el cierre de algunas centrales de carbón y la sustitución de generación basada en carbón por gas, has sido muy positivos. Las emisiones asociadas al sector eléctrico en Reino Unido se redujeron a la mitad en cuatro años,  desde 159 MtCO2 en 2012 hasta 78 MtCO2 en 2016. Como consecuencia, el país ha alcanzado niveles de emisión de CO2 tan reducidos que no se veían desde finales del siglo XIX.

 

Figura 3. Evolución del uso de distintos combustibles en Reino Unido y del precio del CO2. Fuente:  Wilson & Staffell, Nature Energy 3, 2018.

 

Figura 4. Evolución de las emisiones de CO2 en Reino Unido entre 1860 y 2016. Fuente: Carbon Brief.

Fijar un suelo para el precio de las emisiones de CO2 en nuestro país daría una señal estable en el largo plazo que podría servir para acelerar la descarbonización del sistema eléctrico y del resto de actividades incluidas en los sectores ETS. Si esta medida se acompaña de la necesaria reforma del mercado eléctrico que permita que cada tecnología cobre según su coste de generación, el precio del CO2 servirá como una herramienta efectiva para alterar el orden de entrada al mercado, expulsando del sistema a las tecnologías más contaminantes. Aun teniendo claro que no podemos limitarnos a establecer mecanismos de mercado para alcanzar una economía compatible con un aumento de temperatura medio del planeta inferior a 1,5°C y que esta no es la única herramienta que necesitamos, es una de las que podrían resultar más efectivas a corto plazo.

Por Marta Victoria – Observatorio Crítico de la Energía marta victoria

Carta del Ministro de Energía a SSMM los Reyes Magos de Oriente

Por Juan Castro – Gil – Abogado y secretario de ANPIER

Queridos Reyes Magos:

Álvaro Nadal, Ministro de Energía

Soy Álvaro, el Ministro de Energía de España, ese país tan bonito al que venís al final de vuestra ruta por Europa. Lo primero que me gustaría deciros es que en casa siempre hemos sido fieles seguidores de vuestro trabajo. Realmente, sois una referencia de hondo calado para nosotros. Por ello, hacemos todo lo posible por agradaros con nuestras actuaciones.

Por ejemplo, poco a poco, estamos consiguiendo que nuestro pequeño país se desertifique de forma inexorable y así se parezca un poco más a esos lejanos arenales donde vosotros vivís; mantenemos una relación muy estrecha con vuestros vecinos, los jeques y emires que manejan la venta del gas y del petróleo que queman en sus casas y vehículos. Las familias que gobernamos, y hacemos todo lo posible para que esas relaciones se mantengan duraderas en el tiempo; con el único objetivo de agradaros, nos quedamos con todo el carbón que lleváis y que desprecian casi todos los niños del mundo en sus cartas; nos mantenemos firmes en nuestro deseo de que los precios de la energía sean lo más altos posibles, provocando señaladas cotas de pobreza energética, haciendo que vuestra aparición en la noche de cada 5 de enero en los hogares españoles, se parezca lo máximo posible a aquella de hace 2018 años; y nos negamos categóricamente a seguir el camino de la defensa medioambiental de los países del norte de Europa, pues son los mismos que acogen en su territorio a ese tal Santa Claus, burdo suplantador de vuestro trabajo.

Como podéis ver, trabajamos duro a lo largo del año para que nada cambie. Y no creáis que nos lo ponen fácil. Muchos son los que en nuestra tierra creen que eso del cambio climático es un problema que terminará con la especie humana. ¡Insensatos! Cualquier persona bien informada sabe que lo que cambiará el devenir de los tiempos y de la humanidad es que en un pequeño barrio de Madrid, en la cabalgata de Reyes, se vistan a aquellos que reparten caramelos a los niños en vuestro nombre, con ropajes claramente indignos de vuestra majestuosidad. Eso sí que es realmente grave y haremos todo lo posible por impedirlo, sin perder el tiempo en cuestiones de baja enjundia como que suba un poco la temperatura.

En cualquier caso y por no extenderme más, espero que entendáis lo difícil de nuestra labor. De hecho, en el terminado 2017, no hemos podido batir el récord de año con más emisiones de CO2 a la atmósfera por producir energía y nos hemos quedado en el 2º lugar del ranking (aunque no os olvidéis que el 1º puesto del 2015 también fue gracias a nosotros). Espero que esta pequeña falta no sea impedimento para que esta noche nos tengáis en vuestra mente y nos dejéis todo el lignito posible, pues contamina mucho más que la antracita, y a nosotros nos gusta hacer las cosas bien.

Siempre vuestro, Álvaro.

Política energética en clave de avestruz

Ana Barreira – Directora del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente 

¿Por qué desde diversos sectores sociales, gubernamentales y económicos de España se insiste en seguir negando la urgente, inaplazable y necesaria transición energética?

Esta es la estrategia del Gobierno tras anunciar la italiana Enel, principal accionista de Endesa, el cierre en 2020 de las centrales térmicas de carbón de Andorra (Teruel) y Compostilla (León). Mientras UGT ha calificado el cierre de «escándalo», el gobierno de Aragón hizo una ronda de visitas en Madrid para evitar lo inevitable y, según los medios, el ministro de energía Álvaro Nadal parece que prepara un Real Decreto Ley para impedirlo. Por otro lado, el PSOE presentó una fracasada moción en el Senado, contraria a la legislación de la UE, para seguir incentivando el carbón nacional… ¿Estos son los planes de descarbonización para nuestra economía anunciados por el Gobierno la semana pasada en las jornadas preparatorias de la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética? En palabras de la propia Ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente en la apertura de esas jornadas “todos estamos llamados a garantizar una transformación ordenada hacia una economía baja en carbono y resiliente al clima”. ¿Responde esa actuación de representantes políticos y sociales a una transformación?

Está en riesgo nuestra salud. Según el último informe que hemos elaborado en el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA), a las 15 térmicas de carbón en España se les atribuyen, en 2014, la muerte prematura de 709 personas en España, 459 hospitalizaciones por enfermedades cardiovasculares y respiratorias, más de 10.500 nuevos episodios de asma en niños y pérdidas económicas de entre 800 y casi 1.700 millones de euros anuales, derivadas del gasto sanitario y la reducción de productividad causada por el absentismo laboral. Tenemos derecho a respirar aire no contaminado.

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España no se merece que suspendamos sistemáticamente en el ranking de energía sostenible

Por Concha Cánovas – Experta en energías renovables

Un año más al llegar estos meses diversas organizaciones publican sus análisis sobre la evolución de los logros alcanzados durante el año anterior en lo que a política medioambiental y energética se refiere.

Y desgraciadamente viene ya siendo habitual que España presente  sistemáticamente y, por difícil que parezca,  un empeoramiento de nuestras magnitudes básicas como las emisiones de efecto invernadero, penetración de renovables en el mix energético, dependencia energética.., tanto con respecto al año precedente, como con los países de nuestro entorno.

A modo de ejemplo, entre las más recientes podemos mencionar:

  • El Informe 2016 del Observatorio de Energía y Sostenibilidad en España de la cátedra BP y la Universidad de Comillas ICAI-ICADE que destaca el continuo empeoramiento de los indicadores de sostenibilidad energética a lo largo del año con un aumento de la intensidad de carbono de la economía española, al contrario de lo que sucede en la OCDE: aumento de las emisiones de CO2, (un 16%) principalmente las asociadas al sector energético, aumento de la contribución  de las energías fósiles al mix energético en el año 2015 y especialmente el aumento del consumo de carbón (un 20%); lamentando que no se hubiera aprovechado la favorable coyuntura de precios de los combustibles bajos de estos años para mejorar nuestra eficiencia energética.
  • En el análisis comparativo que realiza Carbon Market Watch sobre los esfuerzos que hacen y quieren  hacer los países de la Unión Europea para combatir el cambio climático España se presenta como uno de los países que menos esfuerzos realiza.

Estos resultados son consecuencia de una política cada vez más cortoplacista, como vino a corroborar en su día el propio secretario de estado de energía al declarar que no era necesaria una planificación energética; que por encima de todo persigue maximizar el beneficio de lo que tenemos  perpetuando el estatu quo del sector, sin adoptar las necesarias políticas disruptivas que venimos reclamando desde hace tiempo desde la Fundación Renovables.

Y  precisamente en un contexto como el que acaba de señalar, y  en el que al mismo  tiempo la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en su Declaración anual sobre el estado del clima en el mundo, alerta que el año 2016 rompió todos los récords al alcanzarse una temperatura máxima mundial sin precedentes, que un grupo de 24 expertos en energía ha enviado una carta abierta al presidente del Gobierno abogando por una transición energética en España con la finalidad de que “nuestro país retome el liderazgo en sectores como las energías y tecnologías limpias y eficiencia energética”; si bien la petición no deja de ser una pura utopía a la vista del interés demostrado en la materia por nuestros responsables energéticos, por lo menos cabe esperar que,  a la vista de que entre los firmantes se encuentran antiguos responsables en política energética  con gobiernos del propio partido popular, se les haga más caso que al resto de expertos que venimos denunciando la situación en estos últimos años, y por fin dejemos de aparecer en la cola de los países con peores ratios de evolución medioambiental y energético, posición que ni nos merecemos, ni nos corresponde como país.

 

La energía de la razón

Por Mariano Sidrach de Cardona – Catedrático de la Universidad de Málaga

energías renovables

Hace ya más de un año que desde la Fundación Renovables pusimos en marcha este blog de ‘La Energía como Derecho’, con el objetivo de visualizar los problemas energéticos actuales y proponer y debatir sobre las posibles soluciones al llamado problema energético. Todo bajo el convencimiento de que la situación actual de las energías renovables permiten ofrecen soluciones tecnológicas viables y económicamente rentables a la situación energética actual.

Durante este tiempo, y en la medida de mis posibilidades, he intentado colaborar exponiendo de forma clara, lo más amena y didácticamente posible, mis ideas sobre los temas que considero que es importante debatir y actuar de forma urgente, para que podamos evitar la catástrofe medioambiental que nos amenaza en forma, sobre todo, de cambio climático y contaminación atmosférica.

Sin duda, durante este tiempo, las energías renovables han seguido desarrollándose a buen ritmo a nivel mundial y sin embargo tengo la sensación de que en España estamos exactamente en el mismo punto, sin que nada haya cambiado. Por medio, hemos tenido una cumbre sobre cambio climático y un cambio de gobierno, con la pérdida de la mayoría absoluta del Partido Popular y la llegada al parlamento de nuevos partidos políticos. Sin embargo las políticas energéticas en España siguen siendo exactamente las mismas.

No debe ser sólo una sensación mía, ya que el Observatorio de Sostenibilidad en su informe del 2016 afirma que “el sistema energético español continua en una senda de la insostenibilidad, sin mejorar su eficiencia energética con un aumento de las emisiones de CO2 y otros contaminantes, así como de la dependencia exterior”.

Hasta lo que parecía más evidente e inmediato, como era la derogación de la ley que regula el autoconsumo en cuanto el PP perdiera la mayoría absoluta, debido al acuerdo de todos los demás partidos, se ha parado en seco debido a la abstención de Ciudadanos. Sus razones no han convencido, veremos cómo sigue este tema, aunque no veo al gobierno precisamente nervioso con esta cuestión.

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¿Una ley de Transición Energética y Cambio Climático ágil y coherente?

Concha Cánovas – Experta en Energías Renovables

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No deja de sorprender que justo una semana después de la formación de un nuevo Gobierno en el que se ha optado por mantener separadas las carteras  de Medioambiente  y Energía, el mismo partido que está en el Gobierno promueva en el Congreso una Ley de Transición Energética y Cambio Climático, con el fin de “ dotar de agilidad y coherencia las actuaciones encaminadas a que España cumpla sus compromisos en materia de energía, cambio climático y descarbonización de la economía” tal y como señala la nota de prensa  emitida  con ocasión de su presentación.

Si de verdad se pretende que haya coherencia no se entiende por qué se mantienen separadas administrativamente ambas competencias cuando no dejan de ser dos caras de una misma  moneda dada indisoluble incidencia medioambiental de la energía. Es precisamente por este motivo por el que desde la Fundación Renovables hemos venido reclamando un único responsable con todas las competencias en materia de energía y cambio climático para garantizar que la Ley sea eficaz; y es así también como lo entienden un número creciente de países de nuestro entorno que han optado por una estructura administrativa integradora de ambas competencias, sirva de ejemplo Francia, Reino Unido o Suecia, entre otros.

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Ética y compromiso de nuestra sociedad

Por Concha Cánovas – Experta en Energías Renovables

Recientemente la Organización Mundial de Meteorología  presentó su  Declaración sobre el estado del clima mundial en 2015, señalando que en este año las altas temperaturas batieron numerosos récords:

  • Fue el año más cálido de los que se tienen datos tanto a nivel mundial como a nivel nacional en muchos países
  • La temperatura media mundial cerca de la superficie fue la más elevada jamás registrada por un amplio margen
  • El contenido calorífico de los océanos a escala mundial, tanto hasta los 700 metros como hasta los 2 000 metros de profundidad, alcanzó niveles sin precedentes
  • El promedio mundial del nivel del mar fue el más alto desde que comenzaron los registros a escala mundial hace más de un siglo
  • La concentración atmosférica de CO2 (principal gas de efecto invernadero de larga duración) batió un nuevo record, alcanzando 400 partes por millón (ppm), cifra que aunque se había alcanzado anteriormente en algunos lugares durante algunos meses, nunca antes lo había alcanzado  a escala mundial y durante un año entero. Este nivel de concentración no descenderá durante “muchas generaciones” ya que el dióxido de carbono  permanece en la atmósfera durante miles de años y en el océano mucho más.

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De refrescos azucarados y combustibles fósiles. Distinto daño, misma manipulación

Por Domingo Jiménez Beltrán – Presidente de la Fundación Renovables

Vasco con cola cola

Parece que coinciden en el tiempo y en la urgencia la necesidad de una dieta hipocarbónica para la economía, con el abandono de los combustibles fósiles, y la de una dieta hipoazucarada para los ciudadanos, con menor consumo de bebidas azucaradas y en muchos casos también carbónicas.

Y lo curioso es que mientras alguna de las medidas más eficaces para la reducción del consumo de los combustibles fósiles, como sería el poner un “precio al carbono” o una tasa o impuesto a las emisiones de CO2, no logra abrirse camino por la enorme resistencia de bastantes países – entre ellos los petroleros – y de los oligopolios energéticos y eléctricos, sí que está empezando a tomar enorme fuerza la propuesta de la Organización Mundial de la Salud de un impuesto nada menos que del 20% para frenar el consumo de las bebidas azucaradas, generalmente carbónicas, cuyo sector lidera Coca Cola, para combatir la epidemia global de obesidad.

Epidemia sobre la que el leído autor de “Sapiens” y ahora de “Homo Deus” se atreve a decir:” For the average American or European Coca-Cola poses a far deadlier threat than al-Qaeda”. Es Yuval Noah Harari el que lo dice, yo no me atrevo ni a traducirla, no vaya a ser que alerte a los abogados de CC.

Y hay más similitudes en cuanto a los procesos de generación formal y sobre todo en las dificultades para que se impongan soluciones o respuestas ambiciosas, urgentes y posiblemente drásticas, entre estas dos epidemias, o mejor dicho pandemias, de origen claramente humano.

Decía Gandi que “algunos tienen o tenemos que cambiar para que todos vivamos mejor” y en ambos casos podemos decir que hay sectores económicos y empresas especificas con situaciones dominantes en el mercado global, como serían las empresas de las bebidas carbónicas edulcoradas por un lado y los oligopolios energéticos por otro, que se resisten al cambio y además de formas a veces nada ortodoxas.

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