
Hace tres años, en este mismo blog, os daba una buena noticia: el águila pescadora ha recolonizado la península Ibérica. La de entonces era apenas una esperanza. Las dos primeras parejas de esta hermosa rapaz habían logrado sacar adelante pollos. Hacía más de medio siglo que algo así no ocurría.
Este año los datos son aún mejores. La población ibérica se consolida. Según ha informado la Junta de Andalucía [Boletín Geobio], en 2013 han criado 12 parejas en esa región. En Huelva se han reproducido 3 parejas y se ha localizado otra pareja territorial, mientras que en Cádiz han sido 4 las parejas reproductoras y 4 más las que han formado territorios estables. En total han volado 15 pollos.
Su aparición no es casual. Para lograr este número ha sido necesario desarrollar a lo largo de los últimos 10 años un costoso proyecto en colaboración con la Fundación Migres y la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC). Mediante la técnica del hacking o cría campestre se han traído pollos de poblaciones norte europeas (Alemania, Finlandia y Escocia) para que cuando alcanzaran la madurez sexual pudieran volver a sus lugares de suelta incorporándose a la población reproductora natural, en aquellos momentos inexistente. Así, desde 2003 se han soltado en Andalucía un total de 164 ejemplares, 86 en el sur de Cádiz y 78 en las onubenses Marismas del Odiel. Muchos, la gran mayoría, han muerto antes de hacerse adultos, pues la mortalidad juvenil es altísima.
Los censos y estudios de seguimiento de la especie confirman lo que ya se temía. Hay comida de sobra para esta rapaz, pero su verdadero peligro son los aerogeneradores y los tendidos eléctricos. Esa es la mala noticia de la buena noticia.
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