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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Ven a catar la espectacular naturaleza de O Grove

Mirador de A Siradella y playa de A Lanzada, en O Grove.

Hoy te propongo un viaje muy especial. Una cata de paisaje a un lugar increíble, hermoso, lleno de matices, sonidos, aromas y colores. Hoy te invito a degustar las maravillas naturales de O Grove (Pontevedra), la joya de las Rías Baixas gallegas.

¿Y por qué O Grove? Tengo muchos y muy sabrosos motivos para elegirlo.

  • No es tan solo su marisco y sus vinos albariños increíbles, como seguro que has pensado.
  • O Grove es, además de una bella localidad marinera, un gran espacio natural alrededor de una isla estratégicamente situada a la entrada de la Ría de Arousa.

¿Una isla?, te preguntarás. Bueno, exactamente fue una isla hace no tanto. Ahora es una península porque, como ya dijo el filósofo Heráclito, en la naturaleza “Todo fluye, todo está en movimiento y nada dura eternamente”. Te lo explico.

  • O Grove ya era una isla cuando los romanos se instalaron en ella hace 2.000 años.
  • A mediados del siglo XVIII, el mar por un lado y el río Umia por otro, fueron depositando arenas en un largo istmo hasta unir la isla con tierra firme. Por eso ahora vas a O Grove en coche.
  • Todos salimos ganando con el cambio. Porque esa barrera de arena es la famosa playa de A Lanzada, de casi tres kilómetros de longitud.
  • Pero ojo. Que al otro lado de la playa, hacia el interior, se extiende un impresionante complejo de lagunas y marismas intermareales donde los ornitólogos perdemos el sentido. Allí se refugian miles de aves fantásticas.

Es una maravilla natural como hay pocas en España: a la izquierda playita hermosa con dunas y a la derecha un entorno natural único. Un auténtico Doñana de 5.600 hectáreas de extensión, “onde se fala galego”.

Empecemos la cata. Oído ¿A qué suena O Grove?

Suena a gaviotas. Es el sonido por excelencia de los mares gallegos.

  • En O Grove las hay por cientos, tanto patiamarillas como sombrías y reidoras.
  • A sus cantos los llamamos en castellano graznidos, pero es un nombre que personalmente me disgusta pues suena a desafinado, y para mí no hay nada más afinado, evocador y hermoso en su marinería que el jaleo gaviotil.

Pasemos a la vista.

Aquí manda el paisaje impresionante que podemos ver desde el mirador de A Siradella. Si no lo conoces ya estás tardando en ir.

  • Es el punto más elevado de la península de O Grove.
  • Con tiempo despejado ves el mundo a vista de gaviota. La playa de A Lanzada y Sanxenxo, el inmenso mar Atlántico, las cercanas islas de Ons, toda la ría de Arousa salpicada de bateas… Una pasada.
  • Además es muy fácil llegar a ese mirador, pues al lado está el Aula de Interpretación de la Naturaleza, que recomiendo visitar para conocer con detalle tanta maravilla.

Mariscadoras en la Ría de Arousa.

Siguiente sentido: el tacto

Llámame gorrino, pero me encanta caminar descalzo por el pegajoso barro de la ría de Arousa cuando hay marea baja. Eso sí, con mucha precaución, por la orilla y sin meterme hacia dentro, pues hay zonas profundas.

  • No te imaginas qué gozada es hundirse en el lodo y sentir las cosquillas de esos limos atravesando los dedos.
  • Para mí es un divertimiento, pero para cientos de “mariscadoras a pie” seguro que es un terrible incordio.
  • El suyo es un trabajo artesanal y una actividad pesquera absolutamente sostenible.
  • Pero es un trabajo muy duro. Esas pobres mujeres se pasan muchas horas metidas en el barro, encorvadas, sacando berberechos, almejas y navajas.
  • ¡Para que luego digamos que el marisco es caro!

Ahora el olfato. ¿A qué huele O Grove?

Huele intensamente a mar.

  • Ese olor tan característico y que tanto nos tonifica y calma es en realidad un complejo cóctel de perfumes, la mayoría malolientes.
  • Siento romperte el romanticismo, pero una parte de ese olor a mar procede de la pudrición de peces y algas, responsables de gases tan desagradables como el ácido sulfhídrico, el famoso gas que huele a huevos podridos.
  • También hay sulfuro de dimetilo, otro gas producido por la descomposición del microscópico plancton vegetal. Y que huele como a verduras cocidas. Un gas sin embargo fundamental para que, nada menos, haya más nubes en el cielo.
  • El milagro absolutamente increíble es que toda esa mezcla de gases hediondos acaben produciendo uno de los perfumes más embriagadores del mundo: el olor a mar

Terminamos con el gusto ¿A qué sabe O Grove?

En este sentido creo que la unanimidad es total: O Grove sabe a marisco. Todavía los de Burgos, cuando vamos a Galicia, llevamos siempre la recomendación de visitar alguno de sus muchos restaurantes.

  • Y de todos sus mariscos yo me quedo siempre con el rey de los sencillos: el mejillón.
  • Pocos alimentos hay más sabrosos, saludables y económicos que los mejillones
  • ¡Oiga, y qué ricos están!

Completamos la cata con la sección pájaro especial.

Hay un pájaro muy especial y con mucho sentimiento gallego. Y que tiene incluso una nostálgica canción que hicieron famosa haya por 1968 el dúo Juan y Junior. Una balada que emocionaría al mismísimo Pablo Picasso, hasta el punto de ofrecer uno de sus grabados para ilustrar la carátula del disco.

La anduriña o andoriña es la golondrina (Hirundo rustica), una de las aves más famosas y queridas del mundo. En esta canción se recuerda a una niña apodada con ese nombre que se escapó del pueblo, voló, o más bien emigró como tantos gallegos y tantas golondrinas. Y que algún día volverá al hogar, como las golondrinas regresan todas las primaveras.

A mí me encanta su canto, ese parloteo musical y acelerado como de conversación de patio de vecinos. Y que tiene en castellano un nombre precioso pero poco conocido.

Ni trino ni gorjeo. El canto de las golondrinas se llama trisar, el triseo

Pero cada vez se escucha menos. Según SEO/BirdLife, cada año y solo en España desaparece un millón de golondrinas comunes. Terrorífico.

  • La población ha descendido más de un 30% en la última década.
  • Por si fuera poco, el cambio climático está modificando su instinto. Ahora llegan hasta un mes antes y un gran número ya no emigra, prefiere quedarse en el sur de España.

Higuera del Meco.

Seguimos cata y paseo por la península de O Grove con un árbol singular muy, pero que muy especial.

Precisamente en el monte de A Siradella, cerca del mirador y del Centro de Interpretación Ambiental, hay un árbol tan aparentemente humilde como increíble. Es la Higuera del Meco. Apenas un arbusto colgado del risco, pero con una historia increíble: la del Fueteovejuna gallego.

  • Cuenta la leyenda que el Meco era un señor feudal que exigía el derecho de pernada a las recién casadas.
  • Los hombres aceptaron la humillación, pero las mujeres se hartaron enseguida y un buen día lo mataron entre todas a palos.
  • Agarraron su cadáver y lo llevaron a lo más alto del monte, colgándolo de esta higuera, por entonces corpulenta, a modo de cadalso vegetal, para que todo el mundo masculino viera lo que hacían las mujeres de O Grove a los violadores.
  • A la pregunta formulada por el juez, «¿Quién mató al Meco?», la respuesta del vecindario fue: «Matámoslo todos», por lo que el asesinato quedó sin castigo. Como en Fuenteovejuna.

Terminamos con un personaje de O Grove ciertamente singular. Es el científico que hace 20 años precisamente me ayudó a descubrir la higuera del Meco. Lo curioso es que el Padre Martín Sarmiento, como así se llamaba, es un buen monje que murió en 1772. Te cuento:

  • Estaba yo trabajando en mi tesis doctoral en el monasterio de Santo Domingo de Silos cuando descubrí en el archivo un estudio que este sabio benedictino había escrito en 1754 sobre la leyenda del Meco.
  • El monje nació en El Bierzo, actual provincia de León, pero hablaba y se consideraba gallego. Y no aguantaba que en Madrid se rieran de las gentes de Galicia llamándolas, ya entonces, mecos. Así que se empeñó en descubrir de dónde venía tal mote. Se montó en una mula y se fue hasta O Grove en busca de respuestas.
  • Allí encontró la famosa higuera, que describe con tanto detalle en su diario manuscrito que a mí me permitió redescubrirla 230 años más tarde. Una valiosa información que incluí luego en mi libro Guía de los árboles singulares de España (Blume, 2005).

Las conclusiones que hizo este monje para descubrir de dónde viene lo de Meco, gentilicio con el que se conoce hoy a los naturales de O Grove (mecos y mecas), son cuando menos curiosas.

En su opinión, lo de Meco vendría de La Meca. Sería un mote promovido por los musulmanes españoles que no podían aceptar que los gallegos fueran cristianos viejos, esto es, que nunca su sangre se mezcló con la sangre de sarracenos. Vamos, que barrió para casa.

Este artículo es parte del guión de la versión radiofónica de la cata de paisaje dedicada a O Grove, emitida el 19 de agosto de 2018 en el programa de Radio Nacional de España “No es un día cualquiera“, dirigido en su edición del verano por el periodista Carlos Santos.

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2 comentarios

  1. Dice ser FISANA

    Precioso entorno.

    14 octubre 2018 | 12:44

  2. Dice ser yo

    1 – Articulo hablando de o grove y en la foto aparece sanxenxo, si señor.
    2 – Hablar de la «joya» de las rias baixas, no solo es o grove, tambien lo es cambados, sanxenxo, meaño, etc..
    3 – Hablar de albariño es hablar de toda la comarca del Salnes, pero sobretodo de cambados y meaño, no de o grove.
    4 – La playa de A Lanzada pertenece a Sanxenxo y a O Grove.

    Por favor, un poco de rigor periodistico..

    14 octubre 2018 | 19:26

Los comentarios están cerrados.