La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Desafío: Ponemos a los arquélogos a catar el paisaje de Atapuerca

©Susana Santamaría / Fundación Atapuerca

Admiro tanto a los arquéologos y antropólogos que trabajan en la Sierra de Atapuerca como al paisaje de ese yacimiento formidable, cuna de la Humanidad. Por algo tan humilde montaña está declarada Espacio de Interés NaturalBien de Interés Cultural y Patrimonio de la Humanidad.

Así que este verano, aprovechando eso tan conocido de que «donde hay confianza da asco», me planté en las excavaciones y reté a sus tres famosos codirectores, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, a que me ayudaran a hacer una cata de ese paisaje tan asombroso en el que llevan 40 años trabajando ininterrumpidamente.

Una oportunidad de oro que aproveché para llevar a mi sección veraniega en el programa de Radio Nacional de España No es un día cualquiera, presentado y dirigido por Inmaculada Palomares.

Te dejo enlace al podcast. Lee el resto de la entrada »

Ven a catar la espectacular naturaleza de O Grove

Mirador de A Siradella y playa de A Lanzada, en O Grove.

Hoy te propongo un viaje muy especial. Una cata de paisaje a un lugar increíble, hermoso, lleno de matices, sonidos, aromas y colores. Hoy te invito a degustar las maravillas naturales de O Grove (Pontevedra), la joya de las Rías Baixas gallegas. Lee el resto de la entrada »

¿Te apuntas a una cata de paisaje?

Martin y el roble de Urdax-Urdazubi

Últimamente nos hemos convertido todos en grandes catadores de vino. Vista, olfato y gusto. También tacto, el que nos deja en la lengua su sedosidad o aguja carbónica. E incluso sonido; el del corcho al abrir la botella y su caída libre, más o menos alegre, en la copa.

Hasta ahí parece fácil pero ¿te atreverías a catar un paisaje? ¿Incluso un árbol en concreto? Son mis catas favoritas. Interpretación del paisaje las llamaba antes. Lee el resto de la entrada »

Este verano disfruta más del campo con el nuevo turismo olfativo

Cata aromas

En mi último viaje a Mallorca he tenido el privilegio de disfrutar de una experiencia fascinante: catas dinámicas de paisaje. Suena raro pero os la recomiendo como original actividad para este verano recién estrenado.

Consiste en ir a un lugar muy especial y poner las pituitarias al viento. Muy relajados, pues como sabiamente aconseja el escritor Patrick Süskind,

“el perfume debe olerse en estado distendido y aireado, nunca concentrado”.

En mi caso, por iniciativa de Rafel, un experto biólogo mallorquín a quien se le ha ocurrido tan brillante idea, nos fuimos al atardecer a la playa de Son Serra de Marina, espectacular mirador al Cap de Farrutx (Artà). Lee el resto de la entrada »

¿Cuánto picante eres capaz de aguantar en una guindilla?

Guindilla

Pensé que me gustaba (y aguantaba) el picante hasta que me fui a vivir a Inglaterra. Uno de mis primeros días en ese país, llegué al comedor de la empresa donde trabajaba con un tarro de las famosas guindillas de Ibarra como original presente culinario. Tras probarlas, mis compañeros me dedicaron una mirada entre desdeñosa y condescendiente. Uno de ellos, natural de la isla de Mauricio, me ofreció una de sus guindillas favoritas, las mismas que en fresco se ponía como relleno en el sándwich. Todavía estoy buscando agua. Nunca antes había probado nada tan picante, aunque él se las comía como si fueran hojas de lechuga.

Me ha venido a la memoria esta anécdota tras visitar estos días en el famoso Real Jardín Botánico de Kew (Londres, 120 hectáreas y 700 empleados) una curiosa exposición sobre las guindillas, que como todos los pimientos proceden de Sudamérica y llegaron a Europa después de Colón, a partir del siglo XVI. Por lo tanto, y aunque nos sorprenda, son unos recién llegados a la cocina mediterránea (¿cómo haríamos antes el chorizo?), la india o la thailandesa.

En los jardines podían verse diferentes variedades cultivadas junto a carteles donde se señalaba su número de unidades Scoville (SHU) o, lo que es lo mínimo, su índice de picante. Frente al pimiento dulce de ensalada, cero en picor, estaba el temido Trinidad Scorpion Butch Tel pimiento más picante del mundo, con 1.463.700 unidades SHU. Para que os hagáis una idea, los pimientos del padrón que pican no llegan a 5.000 unidades SHU.

Estos índices se hacen ahora con exactos análisis computerizados en laboratorio, pero originariamente, el americano Wilbur Scoville lo hacía con un curioso método de cata. Un comité de cinco catadores iban disolviendo en agua azucarada extracto del chile hasta que el picante ya no podía ser detectado; imagino que por que todos habían acabado con la lengua insensible.

Volviendo a los pimientos del padrón (los que pican, los otros no), habría que disolverlos hasta 5.000 veces para que dejaran de picar. Pues bien, con el Trinidad Scorpion sería necesario hacerlo ¡casi un millón y medio de veces!

Por si alguno tiene la tentación por probar alguna de estas locuras vegetales, este vídeo seguro que os las quita.

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