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Análisis no verbal: ¿Son estos los peores días de la vida política de Pablo Casado?

Tras el análisis de los gestos y palabras escogidas por Ayuso en su polémica comparecencia del pasado jueves, en el día de ayer llegó la esperada réplica de Pablo Casado emitida por el programa de Cope Radio, de la que por suerte también hay vídeo, aunque es cierto que el plano de perfil no ha facilitado la visibilidad de sus expresiones emocionales.

Como no podía ser de otra forma, Carlos Herrera ha formulado preguntas muy buenas, directas y de alto impacto emocional, de esas en las que se espera una reacción sí o sí y las palabras y formas escogidas para responder serán muy significativas.

Con esta cuestión se iniciaba la entrevista: «¿Son estos los peores días de su vida política?»

La primera reacción no verbal suele ser de las más interesantes, porque aún el cerebro no se ha acomodado al ‘modo entrevista’, está más frío y menos preparado y esa primera pregunta además tenía enjundia.

Pues bien la emoción predominante en Pablo Casado ante la pregunta, y que me hace inferir que es su estado predominante, en general, ante esta situación, ha sido la sorpresa.

Abre los ojos y arquea las cejas para verbalizar a continuación que: «La verdad es que estoy muy sorprendido». Esa es la emoción que prioriza, más que afectado, dolido o enfadado, está absolutamente descolocado con este escenario totalmente inesperado para él.

La sorpresa es una emoción neutra que nos mantiene expectantes y se traduce en el sentimiento de no controlar una situación. Curiosamente, esta es la experiencia interna que predomina en el líder del PP.

Sin embargo, el canal de comunicación no verbal que denota más afectación es la voz, sobre todo, durante la primera mitad del encuentro.

Le cuesta mantener un tono contundente y firme en su discurso, realmente el ritmo es lento y se escucha notablemente disminuida su frecuente fuerza en la voz, por momentos parece que no le salga del cuerpo, y en este sentido es donde más denota tristeza.

Al contrario que Ayuso, que aludía directa y constantemente a Pablo Casado, él sin embargo evita nombrarla directamente en la parte más crítica su discurso, es decir, cuando se refiere a la rueda de prensa de Ayuso.

En esos momentos, la nombra como la Presidenta y utiliza claras evasivas en frases como: «No entiendo por qué ayer se sale a decir…» «Ella, una persona que preside la comunidad de Madrid», o «Quien hace esto público en el día de ayer fue la Comunidad de Madrid» (como si la Comunidad fuera un sujeto).

Con tal de no nombrarla directamente le quedan esas frases impostadas. Este hecho parece ser un recurso estratégico basado en el distanciamiento para no mostrarse tan acusador, combativo o con ataques directos, no quiere proyectar tanto impacto, prefiere suavizar su discurso y sí ser más políticamente correcto.

Solo por las formas o palabras escogidas se percibe ya una clara diferencia entre la afectación más personal y pasional de Ayuso y la racionalidad y el enfoque más templado y profesional de Casado.

Todo ello en las formas y en la estética, porque Casado sigue dejando en el contenido verbal claras acusaciones y desconfianza plena hacia Ayuso, como cuando dice que lo ocurrido solo puede ser ilegal o no ejemplar, no da otra opción.

Parece que los dos ya tienen muy clara su postura y solo podrá quedar uno o una… Poca reconciliación posible parece tener este caso.

Rivera responde por la supuesta relación con Malú #AnálisisNoVerbal

Analicé a los tres candidatos que asistieron a la entrevista del programa de ‘Mi casa es la tuya’, el ambiente era distendido y todos se centraron en dar a conocer su lado más personal. Si bien es cierto que la pregunta crítica sobre Malú a Albert Rivera merece mención aparte.

Normalmente, Albert Rivera es una persona directa, utiliza las evasivas propias de la política pero no destaca especialmente por ello. Su reacción inmediata ante la pregunta de Bertín sobre su relación con Malú es la de utilizar el humor para contestar, ironiza con que no se no había enterado. Es una buena estrategia para no responder pero ser positivo, se ríe, y cuando se pone serio es para soltar un speech sobre la libertad de los españoles para decidir con quién acostarse, convivir o casarse.

El líder de Ciudadanos habla de forma despersonalizada, echa balones fuera utilizando generalizadores para no protagonizar la respuesta y de esta forma desviar la atención de su relación personal. No lo afirma pero tampoco lo niega, llama la atención que no responda con una clara negativa para desmentir y también que no presente enfado. La ira es la emoción esperada ante una situación que creemos injusta, ante una difamación, una mentira sobre nosotros o situaciones similares y no aparece en ningún momento.

Tampoco se advierten emociones de vergüenza, ni de estrés o incomodidad ante el tema. Se lo toma con bastante tranquilidad, pero también supongo que con mucha preparación. No es una pregunta sorpresiva, podemos intuir que se la esperaba y trabajó en la respuesta.

Evasiva, culpa, orgullo, alivio, duda… La comunicación no verbal en la dimisión de Cifuentes

Fotografía de Cristina Cifuentes en el momento de su dimisión. EFE

Fotografía de Cristina Cifuentes en el momento de su dimisión. EFE

Cristina Cifuentes ha dimitido hoy tras el escándalo del Máster y por la filtración a los medios del vídeo de una cámara de seguridad en la que aparece sacando dos cremas de su bolso en un Hipermercado, acompañada por un vigilante de seguridad que supervisa todo este proceso.

Cifuentes ha convocado a los medios en una rueda de prensa breve y sin opción a preguntas. En ésta no ha negado que ella sea la persona que aparece en el vídeo, reconoce su autoría pero manifiesta que «fue un error involuntario. Me llevé por error y de manera involuntaria unos productos por importe de 40 euros.» En esta frase reconoce que estuvo mal, que el acto no fue correcto, pero apuntilla que ocurrió de manera inconsciente, sin voluntad por su parte, lo repite en dos ocasiones seguidas para reforzar la idea. Según los estudios al respecto cuanto más repetimos una frase más veraz puede parecer a los demás, por inverosímil que sea.

«Me lo dijeron a la salida y los aboné». En esta frase lanza una evasiva, ya que omite datos importantes para entender un hecho: el tiempo de los acontecimientos, objetos, lugares en los que se desarrolló o las personas implicadas en la interacción (vigilante de seguridad, registro en el almacén y una supuesta visita de la policía), se distancia así del impacto emocional de un supuesto robo. Según la frase parece que no hubo tensión, ni problema, que fue un simple despiste y lo pagó sin más a la salida.

Su expresión facial es muy significativa, siempre se muestra emocionalmente muy expresiva y en esta ocasión no defrauda el rostro inequívoco de la culpa. Ya lo habíamos descrito anteriormente y aquí de nuevo podemos observar otro ejemplo. Cuando renuncia a la presidencia, aparece una expresión facial de desprecio, caracterizada por la elevación unilateral de la comisura labial, que puede inferirse como superioridad moral, no hay tristeza ni ira, mantiene el orgullo hasta el último momento. Justo después convierte esta mueca en sonrisa y mira hacia arriba, este gesto se interpreta como alivio.

A lo largo de su comparecencia aparecen numerosos gestos de duda, se encoge de hombros constantemente, el momento más destacable es cuando dice tener prevista ya su dimisión para el día 2 de mayo, encoge muchísimo los hombros es un gesto de inseguridad y falta de convicción asociados a lo que pronuncia en ese momento.

He realizado este análisis según el visionado superficial de su aparición, continuaré el análisis para ‘cazar’ la aparición de algunas microexpresiones, que al final, son las que más información real nos dan sobre su estado emocional verdadero en un momento de alto impacto como este.

 

 

El lenguaje corporal delata a Mariano Rajoy al hablar de Soria

337020-944-1416El ahora ex ministro José Manuel Soria fue muy polémico por su relación con los papeles de Panamá (para ver el análisis de su comunicación no verbal en aquella decisiva comparecencia, pincha aquí), tras el escándalo, Soria ocupará el cargo de director ejecutivo en el Banco Mundial. El aluvión de esperadas críticas al PP ha provocado la forzada explicación al respecto por parte de Mariano Rajoy.

Desde luego, su comunicación no verbal no tiene desperdicio, el tiempo de argumentación ha sido muy limitado, pero sí que se filtran detalles interesantes en su comunicación más inconsciente.

La respuesta inicial que da es «no sé nada, lo único que sé es que se fue de la política» (…) «no va a volver a la política nunca más». Desde el principio ya intenta eludir su conocimiento directo en el proceso, es como si todo lo acontecido escapara a su saber, utiliza muchos generalizadores totalitarios: nada, nunca (y más adelante: absolutamente nada más), son palabras de relleno que sirven de pantalla para no dar información o detalles concretos y no incurrir en errores o contradicciones, además intenta distanciar a Soria de su partido y de la política, quiere distanciarse del hecho, transmitir una absoluta desvinculación.

De hecho su palabra más repetida es ‘funcionario’, la pronuncia hasta la saciedad para no categorizarlo como político (que es lo que ha sido toda su vida) sino que intenta asociar la imagen de Soria como la de un civil más que ha conseguido el actual puesto ‘opositando’.

A lo largo de todo el discurso Mariano Rajoy se encoge de hombros en numerosas ocasiones (he contabilizado más de diez en pocos segundos de duración del vídeo), este gesto es un emblema de duda, filtra la inseguridad y la falta de convencimiento en lo que uno verbaliza. También se ejecuta este gesto de forma consciente con la pretensión de quitarle importancia a un tema transcendente que se debe tratar.

Captura de pantalla 2016-09-05 a la(s) 21.56.04Por último, son significativos sus gestos cortantes hacia los profesionales de prensa, quiere zanjar el asunto cuanto antes en una señal de stop intensa con el brazo, algo agresiva hacia quien le formula algunos interrogantes. Cuando escucha la incisiva pregunta, su expresión corporal indica agresividad contenida, se agarra al atril y se inclina hacia adelante, intenta sostener la mirada, pero acaba en ambas ocasiones bajando la mirada hacia sus papeles, en un ademán inútil de intentar leer algo para responder (ya que no lo necesita), por tanto denota ciertos matices emocionales de vergüenza.

Lástima que el periodista, entiendo que agobiado por una única oportunidad para intervenir, le realice dos preguntas simultáneas, una sobre Soria y otra sobre las elecciones, evidentemente Rajoy obvia la primera y se limita a responder a la segunda… por otra parte, muy reveladora esta acción también…

 

El lado oscuro de las palabras: once indicadores estratégicos de la mentira

Envidia_Envy_Eyes_dont_lie_(4254867826)Las palabras que utilizamos, o no, en un discurso también nos ofrecen una doble interpretación muy interesante, mejor dicho, fundamental para la tarea por ejemplo de detectar mentiras, o de al menos saber que alguien no nos está diciendo toda la verdad. La técnica del análisis de contenido se basa en que los seres humanos nos comunicamos de forma diferente cuando narramos algo que hemos visto de cuando narramos algo que nunca hemos presenciado y lo estamos inventando a conciencia. El contenido de un mensaje por sí mismo contiene ciertos indicios que pueden revelar si el relato es verdadero o falso. Y sobre todo, lo más importante, es detectar cambios, un cambio en el lenguaje revelará un cambio en la realidad.

Vamos a ver algunos usos concretos del lenguaje que determinan la credibilidad o no de un testimonio:

  • Usar el pronombre ‘Yo’: la persona sincera lo utilizará. Si evita su uso, habrá que profundizar, puede ser que la persona no este comprometida con lo que dice.
  • El tiempo verbal: El tiempo pasado, en una declaración sincera, será la norma, puesto que lo que se relata es un hecho ya ocurrido. Pero ojo cuando se habla en pasado, por ejemplo en casos criminológicos, para referir a una persona que solo está desaparecida, es una alarma que nos debe llamar la atención.
  • Repetir la pregunta (esta es mi favorita): Ante una pregunta sencilla, la persona la repite parcial o totalmente, como si no nos hubiese escuchado o entendido. Esto es porque ante una pregunta sorpresiva, la mente necesita tiempo (décimas de segundo) para articular una respuesta no comprometedora.
  • El mentiroso creará incertidumbre haciendo uso de adjetivos y adverbios modificadores: «la mayor parte de las veces», «una especie de», «hasta donde yo pueda saber», etc.
  • Reticencia: El mentiroso deja incompleta una frase intentando dar a entender el sentido de lo que no se dice, por ejemplo, «fui allí y cuando llegué… ya sabes…»
  • Distanciamiento del hecho: También intentarán quitar importancia a la falta cometida. Evitan, así, usar palabras duras o emotivas, tales como, “robo” o“asesinato” y sustituyen los hechos por adjetivos y expresiones suaves como “suceso”, “lo que pasó”o “eso”. Lee el resto de la entrada »