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¿Sabes a qué hacía referencia el término ‘tronga’?

Hoy en día está prácticamente en desuso pero el término ‘tronga’ se utilizó con frecuencia siglos atrás para hacer referencia a las muchachas solteras a las que conquistar (normalmente con el objetivo de engañarlas) por parte de un hombre.

¿Sabes a qué hacía referencia el término ‘tronga’?

Etimológicamente, el vocablo es de origen incierto (tal y como indica el diccionario de la RAE), pero se sabe que surgió alrededor del siglo XVII de la jerga de la germanía (lenguaje propio de rufianes y delincuentes).

También se aplicó dicha palabra para referirse a la manceba o dama del gusto (prostituta), significado que se le dio al término en el Diccionario de Autoridades de 1739 y que mantuvo hasta la edición del diccionario académico de 1970, en la que se le añadió una segunda acepción como mujer galanteada. A partir de la edición de 2001, se modificó y quedó como «mujer galanteada o pretendida por un hombre».

 

 

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¿De dónde surge la expresión ‘No ser moco de pavo’?

A través de mi perfil @yaestaellistoquetodolosabe2 en Instagram, recibo una consulta de @xavimarturet donde me pregunta sobre el origen de la expresión ‘No ser moco de pavo’.

¿De dónde surge la expresión ‘No ser moco de pavo’?

Se utilizan expresiones como ‘No ser moco de pavo’ o ‘No es moco de pavo’ para hacer referencia a que algo es de importancia o valor (monetario, personal…).

El origen de esta locución es algo confuso, debido a que existe una etimología popular que señala que la misma proviene de la germanía (jerga hablada por delincuentes) quienes llamaban ‘moco de pavo’ a la cadena que era utilizada para llevar sujeto el reloj de bolsillo y le colgaba a algunas personas. El indicarse entre los ladrones que aquello que colgaba no era un moco de pavo era para referirse que aquel individuo portaba un reloj; teniendo en cuenta que en la época que se sitúa esta explicación –siglos XVI y XVII- costaban una fortuna.

Parece ser que el motivo por el que se le denominaba ‘moco de pavo’ a la cadena del reloj era porque al ir colgada hacia fuera del bolsillo recordaba a la carúncula de esas aves (carnosidad de color encarnado que le cuelga por encima del pico).

Pero cabe destacar que esta etimología popular no parece estar respaldada por la mayoría de expertos, a pesar de que la misma está ampliamente difundida en las redes (múltiples copia y pega del mismo texto en blogs, webs y cuentas personales) e incluso compartida en algunos libros sobre orígenes de las frases cuyas fuentes de consulta señalan a esas páginas.

En el Diccionario de Autoridades de 1734 ya aparece una referencia a esta expresión en la forma interrogativa  ‘Es moco de pavo?’ dándole como acepción: […]Phrase jocosa, con que se da a entender a otro la estimación o entidad de alguna cosa, que él considera por despreciable. Usase regularmente preguntando. […] Pero en ningún momento hace referencia alguna a los relojes de bolsillo, cadenas o delincuentes. Tampoco se encuentra en ningún documento antiguo (anterior al siglo XX) en el que aparezca tales referencias, por lo que todo hace sospechar que debe tratarse de una explicación creada a posteriori de la popularización de la expresión (en cualquiera de sus formas).

Sí que existen algunas constancias escritas a la forma ‘moco de pavo’, de los siglos XVI y XVII en las que se utiliza como referencia a algo ‘flácido’, que está flojo o sin consistencia, como un texto de Francisco Santos del año 1665 (Las tarascas de Madrid) en el que se refiere como moco de pavo al capirote de un penitente que se le había deformado y le caía el capuchón hacia atrás.

También encontramos una referencia entre la expresión y la flacidez en unos poemas de Félix María Samaniego de su obra ‘El jardín de Venus’ de 1797, donde el elemento que se señala como flojo es la pérdida de una erección sexual masculina.

Es precisamente la referencia hacia la flacidez de alguna cosa y su comparación con la carúncula del ave lo que muy probablemente le diese el verdadero origen a la expresión, con intención de preguntarse si algo está en condiciones o tiene importancia alguna.

Debo puntualizar que tras numerosas y exhaustivas búsquedas en internet, no he encontrado en la red ninguna entrada o publicación online anterior al año 1999 que relacione el moco de pavo con las cadenas de los relojes de bolsillo y la delincuencia, siendo todas las entradas en las que aparece la locución referencias a la importancia o no en algún asunto.

 

 

 

Fuentes de consulta: stackexchange / cervantesvirtual / origenlenguaje / lasprovincias / sigificadoyorigen / Diccionario de Autoridades (1734) / RAE
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¿De dónde proviene llamar ‘trullo’ a la cárcel?

A través de mi cuenta @curiosisimo en la red social TikTok recibo una consulta en la que me preguntan de dónde proviene llamar ‘trullo’ a la cárcel.

¿De dónde proviene llamar ‘trullo’ a la cárcel?

El término cárcel tiene infinidad de sinónimos para referirse a éste (trena, chirona, celda, mazmorra, calabozo…) siendo ‘trullo’ uno de ellos.

En el diccionario de la RAE se indica que el término trullo proviene del latín ‘torcŭlum’, que es el depósito al que va a parar el líquido resultante de pisar las uvas.

Hay algunos etimólogos que le dan el mismo origen hacia el vocablo latino, pero haciendo referencia a un tipo de choza utilizada por los campesinos para guardar las herramientas y utensilios del campo y en el que, probablemente, encerraban los propios agricultores a aquel que pillaban robando en sus campos.

Otros son quienes apuntan a que proviene directamente de la germanía (jerga hablada por delincuentes), aunque entre este colectivo hay constancia del uso de dicho término para hacer referencia a un tren.

También se señala una posible procedencia desde el caló (lengua hablada por el pueblo gitano), pero en su diccionario no aparece recogido ninguna entrada con ese vocablo y para hacer referencia a una cárcel utilizan los términos ‘estaribel’, ‘estaripel’ o ‘barañi’.

 

 

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El curioso origen del término ‘chulo’

El término ‘chulo’ es uno de esos vocablos que, con el tiempo, hemos acabado adaptando en nuestro idioma para referirnos a múltiples y diferentes cosas y personas.

El curioso origen del término ‘chulo’

Por un lado están aquellos personajes que se comportan de un modo fanfarrón, arrogantemente, en plan valentón y desafiante e incluso graciosamente. Conocemos como ‘chulo’, ‘chulapón’, ‘chulapo’ (o chulapona) a los individuos originarios de algunos barrios castizos de Madrid. También se usa el término como sinónimo de proxeneta o rufián (el vulgar macarra).

Hay quien usa el vocablo ‘chulo’ para referirse a alguna cosa que le ha gustado (‘¡Qué chulo es esto!’, ¡Qué chulo ha sido venir aquí!’).

El hecho de que existan tantas acepciones y usos para este término proviene de muy atrás, debido a que antiguamente ya se le dio varios significados.

Etimológicamente llegó al castellano desde el italiano ‘ciullo’, utilizado para referirse a los niños. De hecho, esta voz italiana era apócope del término ‘fanciullo’, de exacto significado.

Existen constancias de que la forma ‘chulo’ ya se utilizaba en castellano en el siglo XVII, aunque no se incorporó al Diccionario de Autoridades hasta el año 1729; donde ya por entonces se le daba diferentes usos y acepciones:

Persona graciosa y con donaire; el que asiste en el matadero para encerrar y matar las reses; y, según la germanía (jerga utilizada por rufianes y malhechores) también se utilizaba para referirse a un muchacho o muchacha.

Y fue precisamente esa referencia a los jóvenes pícaros que solían delinquir y se las arreglaban para sobrevivir mediante el engaño, usando su ingenio, agudeza y gracia lo que dio su acepción más conocida.

 

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¿De dónde viene llamar ‘pasma’ a la policía?

¿De dónde viene llamar ‘pasma’ a la policía?

Muchas son las palabras que hemos heredado de la lengua de la germanía (argot usado comúnmente por ladrones, rufianes y gente de mala vida), y el término ‘pasma’ con el que se nombra a la ‘policía’ es uno de ellos, aunque llegó a nosotros, al igual que otros muchos vocablos, a través del caló (lengua de la etnia gitana).

Hoy en día se utiliza pasma para referirse, de modo coloquial o despectivo, a cualquier miembro del cuerpo policial, pero en sus orígenes el término tan sólo se utilizaba para hablar de la policía secreta o los agentes que iban de paisano.

 

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Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

Llega la novena entrega de la serie de post dedicados a traer al blog un buen número (de docena en docena) de cosas que quizás no sabíais cómo se llamaban en realidad o que conocías con otro nombre muy distinto.

Espero que la selección de palabras que he hecho en esta ocasión sea de vuestro agrado, al igual que ha ocurrido con las veces anteriores.

Oblito - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Oblito: En más de una ocasión hemos leído alguna noticia relacionada con una intervención quirúrgica en la que el cirujano se ha dejado olvidado algún elemento (gasa, pinzas…) en el interior del cuerpo del paciente. Ese elemento olvidado es el que recibe el nombre de ‘oblito’.

 

Erina - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Erina: Continuamos con las operaciones quirúrgicas, porque se conoce como ‘erina’ a cada uno de los ganchos que utilizan los cirujanos para separar los tejidos (y no se toquen entre si) durante una intervención (también usado por anatomistas y forenses).

 

Gulusmear - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Gulusmear: Se conoce como ‘gulusmear’ a la acción de ir olisqueando y probando todo lo que se está cocinando, con intención de saber el punto de cocción, sal o por el simple gusto de probar la comida y saber qué se está guisando. Está compuesto por la unión de los término ‘gula’ y ‘husmear’.

 

Résped - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Résped: Así es como se llama la característica lengua de las serpientes (o cualquier tipo de víbora y culebra).

 

 

Espantagustos - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Espantagustos: Con este término es como se conoce al típico ‘aguafiestas’. Aquella persona que con su agrio y mal carácter se dedica a interrumpir los momentos de alegría y animación de los demás.

 

Lechuguino - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Lechuguino: Este curioso vocablo, que proviene de principios del siglo XIX, se comenzó a utilizar para referirse a aquellos jóvenes presumidos, a los que le gustaba ir a la moda (en su origen francesa). Posteriormente también se usó el término para señalar a aquellos muchachos (todavía en la adolescencia e imberbes) que querían aparentar ser ya hombres  hechos y derechos para galantear con mujeres mayores que ellos. El término ‘lechuguino’ proviene de la moda de vestir totalmente de verde (siguiendo la moda francesa) de aquellos jóvenes partidarios de la invasión napoleónica (conocidos comúnmente como ‘afrancesados’).

 

Rompegalas - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Rompegalas: Se conoce como ‘rompegalas’ a aquella persona que se presenta en cualquier evento o lugar mal peinada, desaliñada y con ropas que no son adecuadas para la ocasión. Debemos tener en cuenta que el término ‘gala’ no solo significa fiesta o evento, sino que también hace referencia a los trajes y vestidos elegantes que se visten en ocasiones especiales.

 

Ñáñara - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Ñáñara: Modo coloquial de decir que alguien padece de flojedad y pereza, proviniendo este término de ‘ñoño’ (cosa o persona de poca sustancia, apocada y sin fuerza). Curiosamente el vocablo ‘ñoño’ proviene del latín ‘nonnus’ cuyo significado literal era ‘anciano’.

 

Pisaverde - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Pisaverde: Actualmente está prácticamente en desuso este término, pero antiguamente se utilizaba para señalar a aquel hombre, con ademanes afeminados, que se acicalaba y perfumaba exageradamente y se dedicaba a pasear para que lo contemplaran, dijeran piropos y galanterías.

 

Vespertilio - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Vespertilio: Modo como se le llamaba también a los murciélagos, debido a que estos quirópteros son nocturnos y salían de los escondrijos donde habitan al atardecer, ‘vesper’ en latín.

 

 

Caire - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Caire: Con este término se referían, siglos atrás, al dinero ganado a través de la prostitución (ya fueran las propias prostitutas como los proxenetas). Proviene de una antigua moneda de ínfimo valor. Este vocablo está prácticamente en desuso actualmente y era utilizado antiguamente de forma jergal por individuos pertenecientes a las germanías (delincuentes y rufianes).

 

Arborecer - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]

 

Arborecer: Proceso en el que una pequeña planta crece para hacerse árbol.

 

 

 

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¿De dónde surge llamar ‘chapero’ al joven que se prostituye con otros hombres?

¿De dónde surge llamar ‘chapero’ al hombre joven que se prostituye con otros hombres?

Se conoce como ‘chapero’ a aquel hombre (generalmente joven) que se prostituye y tiene como clientes a personas de su mismo sexo y mucho mayor que ellos.

En el Diccionario de la RAE encontramos que define el término como ‘Homosexual masculino que ejerce la prostitución’; una descripción con la que no están de acuerdo la mayoría de colectivos gais al entender que el prostituto conocido como chapero no siempre es homosexual (la mayoría de ellos aseguran no serlo, aunque mantienen ese tipo de relaciones con un fin lucrativo). La definición más acertada del término sería: ‘Hombre (joven) que se prostituye con otros hombres’.

El origen de dicho término está muy discutido y son varios los posibles orígenes que se le dan. Uno de los más compartidos es el que apunta que chapero proviene de la palabra chapa, siendo así como se le llamaba antiguamente a las monedas sueltas (calderilla).

Parece ser que los servicios sexuales que el joven prostituto ofrecía al cliente maduro (conocido tiempo atrás como ‘carroza’) eran pagados con monedas sueltas y de escaso valor (chapas), de ahí que al recibirlas era un chapero.

También hay quien señala (como es el caso del etimólogo Joan Corominas) quien señala que el término chapero proviene de la germanía (lenguaje jergal hablado por rufianes y maleantes) y que deriva de chapa (tapón utilizado para cerrar botellas) en el sentido de que con la relación sexual mantenida entre el joven prostituto y su cliente el orificio anal quedaba cerrado (chapado). Teniendo en cuenta que el término ‘chapar’, como sinónimo de cerrar es muy utilizado desde hace bastante tiempo, el origen propuesto por Corominas parece no ser descabellado.

Pero no quiero terminar el post sin incluir un tercer posible origen del término, que, aunque no es apoyado por un gran número de expertos, hay quien lo defiende. Se trata de ubicarlo como una de las variantes del vocablo ‘chaperón’ usado desde hace varios siglos en Castilla para señalar a aquel que con poca experiencia realizaba un trabajo eventual para el cual no estaba especializado, por lo que el resultado acababa siendo una ‘chapuza’. En base a que el chapero solía ser un muchacho joven y sin apenas experiencia, a menudo esa relación sexual solía hacerse rápido y de cualquier manera, y por tanto se decía que habían hecho un chaperón, de ahí que probablemente se les comenzara a llamar chaperos. Pero tal y como indico al inicio de este párrafo, es un posible origen que no es defendido por demasiadas personas.

Como dato curioso, cabe destacar que el término ‘chaperón’ también era utilizado antiguamente para designar a aquel adulto que acompañaba a una pareja de jóvenes con la intención de vigilar para que estos no estuvieran solos y evitar que mantuvieran relaciones  (lo que comúnmente se conoce como ‘carabina’, ‘hacer de vela’…)

 

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El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Nuestra lengua es rica en expresiones, refranes y aforismos que tratan sobre cualquier tema y ocasión. Los tenemos dedicados a temas meteorológicos, a las diferentes estaciones del año, a los meses y los que mencionan personas, lugares y animales (por poner unos pocos ejemplos).

Entre toda la amalgama de expresiones que existen hay algunas muy concretas en las que en el enunciado se menciona a algún animal, pero que, curiosamente, poco o nada tienen que ver realmente con los animales, ya que muchas de ellas han acabado nombrándolos por la perversión del lenguaje oral que ha ido pasando de una generación a otra o simplemente porque ese vocablo ha sido creado por alguna jerga (como el de la germanía) que lo utilizaban metafóricamente para referirse a otra cosa sin que los demás se enteraran.

Montar un pollo

La forma original (y correcta) de la expresión es ‘montar un poyo’, aunque el diccionario de la RAE admite desde hace unos años que se escriba ‘montar un pollo’ a pesar de que la locución no se refiera a la cría se la gallina.

El poyo (pollo) al que hace referencia es al podio o pequeña tribuna portátil (que tenía que ser montada) sobre las que se subían oradores que llegaban a una plaza pública y desde la que hablaban a los presentes. Normalmente eran consignas políticas que atacaban a algún partido político o al gobierno, por lo que, a menudo, solía armarse algún que otro altercado entre los asistentes y el orador. Dicha tribuna portátil  era conocida popularmente como ‘poyo’, un término que proviene de la palabra en latín ‘pódium’ y cuyo significado es ‘podio’.

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Tener la mosca detrás de la oreja

La mosca a la que se refiere la expresión (que viene a indicarnos el acto de estar alerta, atento o expectante ante una situación) no es al insecto, sino a la ‘mecha’ (también llamada llave de mecha o serpentín) con la que antiguamente se encendía el arcabuz (arma de fuego utilizada entre los siglos XV y XVII) para hacerlo disparar. El soldado portador de dicha arma, también conocido como arcabucero, se colocaba la mecha sobre la oreja (del mismo modo que algunos operarios pueden ponerse un lapicero o alguien llevar un cigarrillo) y se mantenía alerta y preparado ante un posible ataque. En caso de necesidad solo tenía que echar rápidamente mano de ella, encender el arma y disparar.

Llevarse el gato al agua

El gato de esta expresión es una forma metafórica de indicar cómo se dejaba al adversario tras un ejercicio de resistencia y fuerza (a cuatro patas, o lo que es lo mismo… a gatas) y que ya se practicaba en la Antigua Grecia.

En sus inicios, este ejercicio se realizaba en las instrucciones militares y con los años ha acabado convirtiéndose es el famoso juego llamado ‘tira y afloja’, el cual consiste en que dos grupos contrincantes tiran cada uno desde una extremidad, hasta tumbar/arrastrar unos a los otros.

En sus orígenes se realizaba teniendo un charco o rio de por medio y ganaba aquel equipo que lograba lanzar al suelo y arrastrar a sus contrincantes hacia el terreno de ellos, cruzando la línea divisoria que marcaba el agua. De ahí que quedasen a gatas.

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Aburrirse como una ostra

El origen de la expresión no debemos buscarlo en el comportamiento de este preciado molusco (el cual, evidentemente, no se sabe si se aburre o no) sino al apócope de la palabra ‘ostracismo’, que era el término con que era conocido el destierro que se practicaba antiguamente la Antigua Grecia y al que se sometía a aquellos individuos que eran considerados como un ‘elemento peligroso para la comunidad’, teniendo que abandonar Atenas y permanecer exiliados y alejados de cualquier contacto con otras personas durante un tiempo (semanas, meses, años…). Ese destierro obligatorio los condenaba a estar lejos de la familia y vivir en soledad, y en consecuencia al aburrimiento, lo que dio origen a la expresión ‘aburrirse como un ostracista’, que, con el tiempo acabó en el apócope de ostra.

La palabra ostracismo no proviene de ‘ostra’ sino de óstrakon que es el modo al que se le llamaba a la concha de cerámica en la que se escribía el nombre de la persona a la que se quería desterrar.

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Aflojar la mosca

Nuevamente nos encontramos con otra expresión que utiliza el término ‘mosca’ y que no se refiere al insecto ni a una mecha (como la de la expresión ‘Tener la mosca detrás de la oreja’), sino que este fue un vocablo inventado y utilizado entre los pícaros y ladronzuelos del conocido como ‘Siglo de Oro’ (siglos XVI y XVII) para referirse al dinero con la intención de solo entenderse entre ellos.

Al dinero lo llamaban ‘mosca’, ya que éste lo conseguían como el que atrapa una mosca al vuelo (en clara referencia al insecto), quedando esas monedas bien sujetas en el puño del ladronzuelo. A la hora de repartir el botín con sus compinches se debía aflojar la mosca (abrir el puño para que los demás cogieran su parte).

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

 

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Aquí hay gato encerrado

Sin dejar el Siglo de Oro ni a los pícaros ladrones, la expresión ‘aquí hay gato encerrado’ no hace referencia a minino alguno sino a la bolsa o talego en el que en esa época se guardaba el dinero.

Ese saquito con las monedas solía guardarse entre las ropas con el fin de no ser robado, pero la víctima que estaba en el punto de mira de los rateros era observado para ver si llevaba y dónde se lo metía, por lo que la consigna que se daban entre sí los ladrones era diciendo que había allí había ‘gato encerrado’ o, lo que es lo mismo, una bolsa escondida con dinero.

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Tener vista de lince

En realidad la expresión debería ser ‘tener vista de Linceo’ y en su origen hacía referencia a un personaje de la mitología griega conocido por tener una vista prodigiosa (que alcanzaba hasta lo inimaginable y que incluso podía atravesar los objetos). Linceo fue uno de los argonautas que junto a Jason fueron a la búsqueda del ‘vellocino de oro’.

Con el tiempo la expresión cambió a ‘tener vista de lince’ y muchos fueron lo que creyeron que la locución provenía del felino, debido a que este animal también se le otorgaba una prodigiosa vista (de hecho el lince se llama así por Linceo).

Sudar como un cerdo

Los cerdos no sudan (al carecer de glándulas sudoríparas) y por tanto la locución no puede referirse al animal.

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animalesEn realidad esta expresión la recibimos del inglés y es una traducción literal de su ‘Sweating Like A Pig!’ (¡sudar como un cerdo!), pero el cerdo al que se refiere la expresión anglosajona no es el animal sino el ‘pig iron’ (lo que en nuestra lengua se conoce como ‘arrabio’, que es el producto resultante de la fundición del hierro en un alto horno).

Los ingleses le dieron el nombre de ‘pig iron’ debido a que cuando el mineral era convertido en hierro líquido (fundiéndolo a temperaturas extremas) era pasado a unos moldes donde debía enfriarse sin ser movido. Ese molde recibía el nombre de ‘pigs’ debido a que recordaba por su forma  a las mamas de una cerda. Se sabía que ya estaba lo suficientemente frío para poder ser trasladado cuando se creaba una capa de rocío (sudor) sobre la placa: sweat pig (cerda sudorosa).

De ahí surgió la expresión ‘Sweating Like A Pig’ que nosotros tradujimos como ‘sudar como un cerdo’ (o una cerda) pero que nada tiene que ver con el animal o su transpiración y sí con el molde donde se deja enfriar el hierro fundido.

 

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Fuentes de las imágenes: Leonard Bentley (Fickr)ocesaronada / captura Youtube / Wikimedia commons / pixabay / Wikimedia commons / fifasoccerblog / ariescbautista

¿De dónde surge la expresión ‘Aflojar la mosca’?

¿De dónde surge la expresión ‘Aflojar la mosca’?

La expresión ‘Aflojar la mosca’ es comúnmente utilizada, de forma informal, para indicar a alguien que debe pagar algo (ya sea una deuda, una ronda de copas entre amigos, la compra que ha realizado…).

Su origen lo encontramos en la época conocida como ‘Siglo de Oro’ (siglos XVI y XVII) en el que surgieron un gran número de vocablos entre los miembros de la germanía, pícaros y rufianes que tenían su propia jerga (vocabulario) para referirse a infinidad de cosas (sobre todo relacionadas con los actos delictivos) con el fin de entenderse solo entre ellos (un ejemplo es la expresión ‘hay gato encerrado’ y que hacía referencia a la bolsa de piel en la que se guardaba el dinero y se llevaba escondida entre la ropa).

Al dinero lo llamaban ‘mosca’, ya que éste lo conseguían como el que atrapa una mosca al vuelo (en clara referencia al insecto), quedando esas monedas bien sujetas en el puño del ladronzuelo. A la hora de repartir el botín con sus compinches debía aflojar la mosca (abrir el puño para que los demás cogieran su parte).

Muchos fueron los escritores de la época (Francisco de Quevedo es uno de ellos) a los que les gustaba utilizar en sus obras algunas de esas expresiones inventadas y utilizadas frecuentemente por los miembros de bandas de delincuentes.

 

 

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